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Solo Soy Un Adolescente. por Reiko Luna Mundo

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Notas del capitulo:

Hola gente!!! bueno, ya saben que lamento el retraso, sucedieron algunas cosas y por eso me retrasé u.u pera ya está aquí el nuevo cap :3

ALE

 

Una vez que ese llanto estuvo lo suficientemente lejos retiré las manos de mis oídos y di un gran suspiro. Tengo que tranquilizarme, está bien, no le pasó nada, Dereck lo evitó. ¿Pero y si en realidad si se lastimó? ¿Qué tal si el movimiento tan brusco hizo que se lesionara? Maldición, debo dejar de pensarlo, me estoy alterando de nuevo; mi respiración se acelera, así que cierro los ojos y me intento tranquilizar. Sin embargo mamá no va a dejar que eso suceda.

 

 

-¿Qué te sucede? Esa reacción… No le sucedió nada, entiendo que te hayas asustado-

 

-¡No es por eso! –alcé la voz, me estoy intranquilizando demasiado, y ella no lo nota.

 

-¿Entonces porque? No tuviste que gritar así.

 

-¡Déjame en paz! ¡¿Quieres?! –me giré con dificultad y mamá tenía las manos en el pecho, asustada. –No tengo porque hablar de eso si no quiero. Ahora necesito que estés conmigo pero no me hagas hablar ahora, no estoy de humor.

 

Mamá iba a decir algo más, y con la mirada le supliqué que no lo hiciera. De verdad necesito que alguien esté conmigo, no estoy ben, me siento tan… raro, no es tristeza, es como ansiedad, no es nada agradable. Al final ella se va al pequeño sofá a mi lado y no dice nada más.

 

 

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DERECK

 

Veía a través de la ventana, del otro lado está estaba todos los recién nacidos, solo eran seis, en la esquina superior, envuelto con una manta blanca: estaba mi bebé, seguía llorando, desde que lo saqué del cuarto estaba así, lo cual me empezaba a preocupar, pero al mirar a los otros bebés y ver que la mayoría de ellos también lo hacían me tranquilizaba.

 

 

-¿Pero porque se puso así? –me preguntó Lucy, obviamente cuando salí con el bebé todos se extrañaron, así que les conté lo sucedido.

 

-Se asustó cuando el niño casi se cae. –bueno, es lo que quiero, creer, cada vez me cuesta más saber lo que le pasa. –Aunque fue algo exagerado…

 

-Demasiado exagerado. –habló Natalia, su rostro parecía serio, sin embargo con ella no se puede estar seguro. –voy a hablar con él en éste instante.

 

-Alto, Nat. –dijo el señor Evans tomando del hombro a su sobrina. –Tu tía me envió un mensaje. Ale no quiere que nadie más entre.

 

“Clásico de él.” –Pienso.

 

 

Es curioso, de tantas veces que se repite está situación… me refiero, a que él se ponga mal y no quiera ver a nadie, ya me he acostumbrado. Se me agotan las ideas, tengo pavor a que Ale no solo no quiera ver al bebé en este momento, sé que podría aterrorizarse hasta el punto en que de plano no lo quiera conocer, y mi instinto me dice que lo más probable es que eso sea lo que sucederá.

 

 

-¡No puede hacer eso! ¡Sabe que tenemos que ayudarlo! Hay que hacerlo entrar en razón de algún modo ¿cierto Dereck? –Desvió la mirada. -¿Dereck? ¡Di algo! ¡Apóyame, por favor!

 

-No lo sé.

 

-¿Qué tratas de decir?

 

-¡Que se me agotaron las ideas! –digo más alto, pero lo siguiente lo digo en volumen más bajo, recordando el lugar en donde estamos. –Trato de entender a Ale, en serio lo intento. Pero siempre que lo hago termino arruinándolo todo. Y no puedo obligarlo a hacer otra cosa que no quiera. Ya suficiente daño le he hecho con casarlo, hacer que tenga a ese pequeño que está ahí y aprovecharme de él esa noche.

 

-¿entonces vas a dejar que se rehúse a verlo? ¿Quién eres y que hiciste con mi Tonny Stark versión púber? –solo resoplé.

 

-Es cierto Dereck, no puedes dejar que Ale se ponga así, hazle entrar en razón. –Mencionó Masner. –Tú eres a quien él más escucha.

 

-Eso no es cierto. La persona en la que más confía: eres tú, él me lo dijo. Así que tú ve a hablarlo, yo iré a ver a mi hijo. –Dije, y por su silencio sé que no lo hará.

 

 

Llamé a la puerta, donde una enfermera me abrió y me dejó entrar a los cuneros, donde sostuve a mi hijo y lo arrullé para tratar de calmarlo.

 

 

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ALE

Pasaron dos horas, había conseguido tranquilizarme pero aun no quería hablar del tema. Mamá envía mensajes por Messenger, lo sé por el sonido que hacen las notificaciones, tal vez habla con papá sobre lo que estoy haciendo; por el momento solo como lo que trajo una de las enfermeras, toda la comida es horrible, no sabe a nada, la hago a un lado.

Creo que me acostumbré demasiado a tener al chiquito conmigo, es raro no sentir esas pataditas o movimientos dentro. Lo extraño un poco, es u poco difícil imaginar que ya no tendré esos “problemas” al momento de dormir, tampoco habrá más ecografías, ni clases de maternidad. Esa rutina se irá, y… creo que me dejará un vacío.

 

“basta, deja eso, no lo extrañaras, es más. Te alivia que se acabe” –Me repito una y otra vez.

 

Porque ¿Cuánto había rogado para que eso se terminara? ¿Cuánto había deseado una noche tranquila? ¿No odiaba sentirse vulnerable y detestaba las ganas de llorar? Sí, sí y sí. Solo que me había acostumbrado demasiado. Con una nueva rutina bastaba para que eso se esfumara de su mente.

 

 

-¿ya estás lista? –me sobresalté al escuchar la voz de mi madre después de tanto tiempo en silencio.

 

-No empieces. –ella se pone de pie y se para en frente de mí con los brazos cruzados.

 

-¿es por mí? ¿Es por haberte dejado que ahora no quieres ver a tu hijo? –maldición, ahora con esto.

 

-Por supuesto que no. –afirmé.

 

-Entonces no entiendo. Ni siquiera lo viste y lo rechazaste.

 

-Sí lo ví.

 

-¿En serio? –se agacha un poco. -¿De qué color son sus ojos? ¿Su cabello es rizado o lacio? ¿Y cómo es su-

 

-¡está bien no lo vi! ¿Contenta? Y si no quiero hacerlo es mi asunto. No el tuyo. –¿Por qué no solo puede dejar el tema y ya?

 

-Tienes que tener algún sentimiento, algo que te diga que lo tienes que conocer.

 

-¿Por qué? ¿Dime, donde hay una maldita ley que me haga quererlo o conocerlo? –el silencio vuelve a hacerse.

 

 

Ella insistió en quererme hacer hablar. Hubiera preferido guardar silencio, mamá me mira como si no me conociera, nunca fui una persona tan cariñosa, pero esto parece que supera lo que creía conocer de mí. Ahora parece que se acaba de dar cuenta de algo, se pone palida y un poco asustada.

 

 

-Ale… Dereck… ¿te hizo algo?

 

-¿Qué? –esta creyendo… ¿lo que creo que está creyendo?

 

-¿Él te obligó a hacerlo cuando concebiste al bebé? ¿Por eso no lo quieres?

 

-¡¿Qué?! ¡Claro que no! –eso no le es suficiente.

 

-Puedes confiar en mí, te aseguro que te apoyaré, entenderé porque no quieres al pequeñín-

 

-¡Ya te dije que no! ¡Ay! –Al decir eso me incliné muy brusco hacia adelante, lo cual me causó dolor. –Dereck no es ese tipo de persona. – desvié la mirada, luego a regresé a ella. –La noche… en la que yo perdí la virginidad… Yo estaba de acuerdo, me dejé llevar, él nunca me obligó a nada, ni antes ni después. –bueno, excepto a casarnos. –Yo quiero mucho a Dereck.

 

-¿Y porque ese odio entonces?

 

-¿Odio? –mencioné y sentí mi corazón estrujarse. Ahora soy yo el que no la reconoce. -¿T-Tú crees que odio a esa pequeña criatura? –me dolía que mamá pensara eso de mí, y mucho. –Yo no lo odio, jamás podría. Es tan… -no supe como completar eso. –no le ha hecho daño a nadie, no es su culpa todo lo que pasa, no puedo odiarlo. Únicamente es… que no lo quiero, pero odiarlo jamás.

 

 

Me dolía mucho que mamá creyera eso, porque claro que no odio a ese bebé, para nada. Aunque supongo que mi actitud si está dando otra impresión. Intuyo que el resto de las personas allá fuera lo crean, ¿pero mi mamá? ¿En serio?

 

 

-Si piensas eso… será mejor que tampoco estés aquí. –Solo hizo una media sonrisa.

 

-¿De verdas no sientes nada? ¿Ni un pequeño sentimiento de querer conocerlo? –desearía que no me hubiera hecho esa pregunta.

 

-Pienso que seguro es adorable, igual que un montón de bebés en el planeta que son adorables.

 

-¡Con la diferencia de que ese es tuyo? –Ya me harté, si no le hablo claro no me dejará en paz.

 

-¡Si! ¡Yo lo tuve! ¡Cuidé de mi embarazo lo mejor que pude para que naciera sano! A pesar de que yo moría de miedo, de que no quería ser mamá y de mis problemas emocionales ¡Quería que naciera bien! No hice nada en su contra ¿No es eso suficiente? –mamá se mira asombrada por lo que dije, exageré demasiado, pero si no lo decía de éste modo iba a seguir insistiendo. –Ya obtuviste la respuesta que querías, si quieres puedes irte. –Parece triste, sé que ya no peleara, logré que se rindiera.

 

-¿dejo entrar a Dereck?

 

-No. Él tiene que estar pensando en su hijo, no en mí.

 

 

No dijo nada más, y solo se acercó a darme un beso en la mejilla y se esfumó.

Bien, otra persona más a la que termino hiriendo éste día.

 

 

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DERECK

 

La madre de Ale había salido del cuarto hace un tiempo, las únicas personas que habían entrado luego de ella fueron las enfermeras, y solo fue un par de veces. Me preocupaba mucho Ale, quería ir a hablar con él, pero no podía por una razón: nuestro hijo.

Las cosas me empezaban a preocupar, lloraba mucho, más que los otros bebés, ya le habían dado formula (debido a que Ale al no querer verlo no le había amamantado para nada), lo arrullaban para que se durmiera y le revisaban el pañal, pero como no había comido demasiado tampoco hacía nada, y solo se dormía cuando yo lo cargaba, sin embargo era poco tiempo. Las enfermeras tuvieron que separarlo de los otros bebés porque no los dejaba descansar, no fue de mi agrado pero entendí.

El doctor Edward  lo fue a revisar, tal vez había algo que pasaron desapercibido en el chequeo, yo esperaba que no fuera nada grave, y si lo era iba a pagar lo que fuera necesario para curarlo, la angustia me estaba matando, oírlo llorar tanto me rompía el corazón, me asusta mucho.

 

 

-Dereck. –Lucy llama mi atención, volteo y me está ofreciendo un cafe, por el olor intuyo que es Americano, pero lo rechazo.

 

-Necesitas esto para mantenerte despierto, no has dormido en  más de ocho horas, tus ojos te deben pesar. –me regaña.

 

-No lograre dormir hasta que sepa que le está pasando al bebé, no te preocupes por esto. – me dirige una mirada dulce.

 

-Es bueno que ya te empieces a preocupar. –dice dejando el café a un lado. –Eso me indica que harás bien tu nuevo trabajo. –aquél comentario me hace sentí mejor, me acaricia el hombro y luego vuelve a repartir cafés a los demás.

 

 

Me siento tan mal, la falta de sueño me está empezando a afectar, no es que tenga ganas de dormir, pero me duele no puedo pensar con claridad. Pero debo seguir despierto, tengo que saber qué es lo que pasa con él, y después de eso podré descansar un poco y quizá logre poder charlar con Ale. Tengo que aclarar que fue lo que realmente hizo que reaccionara así, si fue porque le grité o por el susto. En realidad ansío que no sea lo que estoy pensando.

Después de un tiempo, el medico salé del cuarto en donde tienen al bebé, mostraba una mueca que solo logró intranquilizarme. Se acercó a nosotros, yo me levanté de inmediato. Los demás chismosos también pero dos pasos detrás.

Empezó con una pequeña introducción con los síntomas que tenía el pequeño. Lo más obvio era que no paraba de llorar, lo otro es que tenía demasiada hambre, y yo no entendía muy bien, lo cual es raro, posiblemente es por el dolor de cabeza.

 

 

-Les explico. –se aclaró la garganta. –Los bebés donceles, al ser un poco más evolucionados, tienden a ser un poco más sensibles. No me refiero a en un sentido en que sus defensas sean más bajas. –eso es un punto en contra a una enfermedad. –Lo que sucede, es que reconocen mejor a su madre perfectamente. –todos, con excepción de la señora Evans nos mostramos confundidos.

 

-Un niño común puede reconocer la voz de su madre algunas veces la de su padre u otras personas que estuvieron cerca de la primera mientras ellos se encontraban en el útero. –explicó la mamá de Ale, bueno, creo que eso es algo que muchos saben, o al menos han oído hablar de ello.

 

-Exacto. –dijo el obstetra. –y los donceles están más desarrollados en ese sentido. No solo recuerdan las voces, saben muy bien cuando el alimento es o no de su mamá.

 

-Haber. –digo levantando una mano, necesito una pequeña pausa, y un resumen. -¿podemos ir al punto de lo que le está pasando a mi hijo?

 

-Cuando Ale nació yo estaba grave, no pude verlo hasta después de siete horas luego de la cesaría. En todo ese tiempo mi esposo lo estuvo cuidando, lloraba mucho, solo dejaba de llorar si su padre lo sostenía.

 

-Lo cual solo servía unos minutos. –dice el papá de Ale, creo que empieza a recordar algunas cosas. –Oh cielos…

 

-¿Qué? –me están asustando. El señor Evans prosiguió.

 

-Si el alimento no les gusta, no comerán, o no lo suficiente. Mi hijo no tomaba de la fórmula que le daban en el hospital, tampoco del banco de leche materna. Y si lo comía apenas y era suficiente. –No…

 

-No fue hasta que al fin me dejaron verlo y darle de comer que dejó de llorar. –Esto no puede pasar…

 

-En pocas palabras; si Ale no le da de comer a ese niño no solo no dejará de llorar, también tiene riesgo de inanición.

 

 

Inanición.

Es un proceso de agotamiento.

Inanición.

Situación física en la que se encuentra el organismo que no se nutre.

Inanición.

Debilidad por falta de alimentos y líquidos de forma prolongada y continua, o por enfermedades.

Inanición.

Causante de 35 millones de muertes al año.

 

Esas eran las primeras frases que me llegaban a la mente. En definitiva, estaba desesperado, no sabía qué hacer, quería caer al piso gritar frustrado y luego llorar. ¿Por qué maldita razón las cosas tenían que salir así? ¿No puedo ser yo el que muera de hambre? ¿Por qué ese riesgo lo tiene que tener él? ¡No hizo nada! ¡Absolutamente nada!

 

 

-Dereck siéntate un momento. –Mi mamá me intenta tomar del brazo pero yo la aporto.

 

-Ya no sé qué hacer… me rindo, ya no lo soporto. No puedo con esta situación.

 

 

Espere a que las palabras llenas de ánimos de la mujer que me cuidó por años llegaran a mí, aunque sé que voy ignorarlas. Por alguna razón no llegaron, pero si sentí un fuerte tirón en mis hombros, y en un brusco movimiento caí en el sofá de la sala de espera, No supe que sucedió hasta que vi el rostro de Masner muy cerca.

 

 

-No seas collón.

 

 

Eso sin duda no me lo esperaba. Me han llamado de muchas formas: tarado, idiota, estúpido, genio, bully, playboy, sabelotodo, nerd, Riky Ricón, Jimmy Neutrón, Tonny Stark versión púber, otros insultos y apodos raros. Sin embargo es la primera vez que alguien me llama collón.

 

 

-No puedes romperte ahora, no digas que te rindes o juro que te daré buenas razones para decir eso, tengo muchas ganas de darte la revancha desde esa vez que me golpeaste con tus amiguitos. –demonios, ¿ese tema otra vez? Creí que lo habíamos superado hace unas horas. –Ahora mismo tienes que pensar en cómo solucionar éste asunto, intenta convencer a Ale, si él no quiere cooperar entonces busca otra forma en ayudar a tu bebé con nombre sin revelar.

 

 

Demonios, es cierto. Estupido Masner, utilizando mi desmoronamiento para lucirse con los demás, con sus oraciones geniales y lanzándome a la silla.

Enserio lo odio. Y también se lo agradezco.

Debo volver, no debo dejarlo, por el momento solo me tiene a mí, tengo que arreglar éste asunto. Hay más de un método para resolver una ecuación.

 

 

-Gracias, cabello de spaghuetti. –digo haciéndolo a un lado, estaba muy cerca.

 

-Por nada, reptiliano. –eso fue más un insulto que una broma, pero ambos lo dejamos pasar.

 

 

Volví la vista hacia los demás, la falta de sueño aún tiene impacto en mí, solo intentaré pensar en algo. Todos se me quedan mirando, aunque luego empiezan a dar ideas, procuro escuchar todas pero entre mis pensamientos y todos hablando es un poco difícil.

Para concentrarme pongo mi atención a cualquier punto en el hospital que no sea ellos, la puerta en donde está el bebé, luego algo extraño pasa; Una enfermera se lo está llevando, se supone que nadie debe sacarlo sin autorización de Edward, y ya que él está aquí desde que revisó al niño estoy muy seguro de que no dio órdenes a nadie.

 

 

-¿Qué hace esa mujer? –me levanto y trato de alcanzarla, todos están tan ocupaos en la conversión que no lo notan.

 

 

La chica realmente no parece que camine rápido, pero cada vez se aleja más de mí. Ahora se detuvo pero está lejos de mí. Pero se da cuenta de mi presencia, y logró leer sus labios.

 

 

<>

 

 

Me quedo congelado, no sigo camina, ya no doy más pasos. Algo me dice que confíe. No parece mala persona. De hecho me da una agradable sensación.

Entonces, ella entra al cuarto en el que está Ale.

 

 

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ALE

 

No estaba haciendo nada, en serio nada, ni siquiera pasar la pantalla por mi teléfono por aburrimiento, la televisión estaba apagada y no iba a encenderla para llenar el silencio. Dos horas esperando a que la próxima enfermera venga a dejar la siguiente ración de comida, o checar que no se me ofrezca nada más.

De repente vuelve hasta mis oídos, lo reconozco perfectamente, debe estar a unos pocos metros de la puerta. Fui muy claro con mamá que no quería verlo, creo que Dereck lo entendió, se lo repetí tres veces, le dije que se lo llevara. No lo quería ver, se supone que lo alejen de mí.

La puerta se abre y para entonces ya le estoy dando la espalda y con las manos en mis oídos, aunque no es suficiente, aun puedo escuchar sus berreos.

 

 

-¡¿Por qué lo trajo?! ¡Les dije que no quería verlo! –le hablé fuerte a la mujer, bueno, asumo que es mujer, no la estoy viendo.

 

-lo sé, pero tiene hambre. –creo que me van a sangrar los oídos, no quiero ser grosero con la enfermera pero quiero que se lo lleve, no aguanto escucharlo llorar.

 

-Ese no es mi problema, ¡denle un biberón o algo!

 

-Ya lo hicimos pero no quiere comer, tal vez si tú… bueno, ya sabes… quizás eso lo calmará.

 

 

Siguió hablando pero ya no la oía, mi audición se enfocaba en esos chillidos horribles, había escuchado llorar a niños y bebés antes pero específicamente el de este me causaba un efecto muy extraño y sensible, para mía era como escuchar tornillos y tuercas en una licuadora. No lo soportaba, solo quiero que se calle, sin embargo la chica no parece dispuesta hasta que yo haga eso que dice, ¡Maldición es horrendo! ¡No lo soporto!

 

 

-¡ESTÁ BIEN! –grité. -¡Si eso lo calla le daré de comer!

 

 

Estaba nervioso por volver a intentar cargarlo, se notaba en la forma en que mis brazos temblaban. No debe volver a pasar eso, tengo que mantener los brazos firmes. Se acerca a mí y me lo entrega, aunque aún lo sostiene con ambas manos, lo cual me extraña.

 

 

-Mira; con el derecho sostendrás su espalda. -asiento y procuro que esté en dicho lugar. -procura que su cabecita quede bien recargada en el pliegue de tu brazo. Ok, ahora, con el otro envolverás su costado para asegurar que no se te caiga. -lo hice tal como dijo y cuando ella retiró sus brazos yo no podía creerlo, de verdad lo estaba cargando.

 

 

Aún seguía llorando, lo cual me estaba estresando demasiado. Aparentemente fui muy obvio, debido a que la enfermera se apresuró a descubrirme la parte superior del torso. Ahora no entendía que pasaba, el chiquito seguía llorando, no funciona. Giré mi vista hacia ella e hizo un movimiento con sus brazos, indicándome que lo pegara un poco más a mi pecho; lo hice y de inmediato sentí calor en las mejillas cuando él se pegó a mi pezón derecho y succionó. Es en definitiva bizarro. Sinceramente no me interesa ver como lo hace, solo dejaré que haga lo suyo.

 

 

-bueno, cuando termine aquí tienes un trapo por si se ensucia un poco, también para que te lo pongas sobre el hombro en el momento en que le des las palmaditas en la espalda. –dice ofreciéndome una pequeña tela celeste.

 

-¿n-no te quedarás? –toma el trapito pero de verdad no me quiero quedar solo con él.

 

-tengo que ir a ver a otros pacientes. Sé que lo cuidarás bien. –dice y sale sin que yo pudiera debatir ese asunto.

 

 

Di un resoplido y trate de enfocar mi mente en otra cosa que no fueran los chasquidos de la boquita del bebé. Sería más sencillo con mis audífonos, solo que no puedo soltar al nene, así que solo veo a distintos puntos del cuarto, es fastidioso estar escuchando tal ruido, sin embargo sigue siendo un millón de veces mejor que oírlo llorar, no sé porque que haga eso me aturde, siento que mis tímpanos se quiebran, ciertamente me agobia.

Pasó un rato y al fin se separó de mí, primero me limpié y me acomodé la bata, me costó un poco de trabajo, no quería pasar otro susto como ese, sobretodo porque ahora no está Dereck para evitar un horrible accidente, sin embargo no pasó nada.

Aun no quería observarlo, pero tenía que limpiarle la carita, así que bajé la vista, tenía una pequeña mancha en la comisura de su labio inferior, se la limpié delicadamente. Luego abrió un poquito sus ojos y parece que sonríe, no estoy del todo seguro.

 

 

-creo que eres… algo lindo.

 

 

Si, era lindo. Su cabellos, al menos el poco que tiene, es como el de Dereck, al entreabrir los ojos puedo ver que son azules, como los míos, solo que le brillan, igual que a su papá, tiene unas mejillas tan redonditas y apretables (no tan exagerado como otros niños), y su piel se ve tan rosadita, por impulso le acaricio su pómulo, es muy suavecito, más que los pétalos de un tulipán.

De algún modo liberó una de sus manos y capturo mi dedo índice, con el que le acariciaba la carita. Me solté de su agarre, lo puse sobre mi hombro y le di palmaditas hasta que lo escuché eructar. Lo acomodé de nuevo entre mis brazos, lo seguí observando, miraba curioso todo lo que le rodeaba, aun parece que hay mucha luz para él, luego regresaba la vista a mí, aunque solo por unos pocos segundos.

Luego tocaron en la puerta, no dije nada, pero al final, la persona entró, era quien yo creía. Mi esposo. No decimos absolutamente nada por unos minutos, solo se acerca. No creo que haya una conversación de disculpas ahora. Nos dirigimos una media sonrisa, no me pide al bebé, así que no se lo doy. Lo sigo sosteniendo. Es más, creo que ya se durmió.

 

 

-Sabes, en un rato en el que estuve con Lucy y Natalia; se pusieron a charlar sobre nombres de bebés.

 

-¿en serio? Y… ¿qué escogieron? –creo que esa no fue la mejor respuesta, aunque Dereck no demostró molestia.

 

-Realmente eso solo lo demos decir tú y yo. –Me sonríe. –Yo no tengo ninguna idea-

 

-Dennis. –solté de repente… Dereck parece sorprendido. –lo siento… ¿es mal nombre?

 

-no, no, no, para nada. Me gusta mucho ¿Haya alguna razón en particular?

 

-No realmente, fue el primero que se me ocurrió. –él se empieza a reí, en un nivel bajo, para no despertar al chiquito.

 

-Es que… si lo piensas bien es como una especie de convinación de nuestros nombres… a expción de la… ¿es con doble n? –asentí.

 

 

Ahora que lo meditaba… ¡Oh por dios es cierto!

 

 

-Me gusta, ¿solo será Dennis Stabolly Evans? ¿O quieres un segundo nombre? –Negó con la cabeza.

 

-Me gusta ese nombre.

 

 

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DERECK

Después de eso, todos entraron a la habitación, querían conocer al “nuevo miembro de la familia”, intentaron no hacer mucho ruido, pero al final Dennis se terminó despertando, pero tranquilamente, no lloró de nuevo, nos sorprendió, ya que antes no paraba de llorar. Ahora que Ale lo alimentó está completamente cambiado, ha pasado de brazos en brazos y no le irrita para nada. No llora, está tranquilito.

Estoy más tranquilo.

 

 

-Bueno amor, nosotros ya tenemos que irnos. –dice la mamá de Ale, quien tenía al bebé en brazos, y me lo pasó a mí.

 

-¿y-ya te vas? –Ale se veía muy triste de pronto, supuse que se pondría así, ya que es la primera vez que ve a su madre en meses.

 

-Cariño ahora ya tienes tu vida, sabes que no estaremos juntos. –los ojos de Alexis se ponen cristalinos, pero con todas estas persona no se dejara llorar, en lugar de eso parpadea varias veces. –Te llamaré por teléfono, te mandaré mensajes, iré a visitarte, no volveré a alejarme tanto, si tienes alguna duda puedes hablarlo conmigo. ¿Bien? –Ale asintió, su mirada estaba ensombrecida. Sus padres le despidieron con un abrazo. Para después retirarse.

 

 

Así poco a poco cada persona se fue retirando. Hasta que al final solo quedamos Lucy, Ale, Dennis y yo. Las enfermeras nos hicieron el favor de traer el cunero provisional. Evans seguía manteniendo un poco de distancia con el bebé; le da de comer cuando es necesario, pero no lo carga si no lo está haciendo, prefiere dejarlo en la cuna automáticamente después.

Costará que nos acostumbremos a su presencia, ero lo lograremos. Aunque… no sigamos de esta forma...

 

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ALE

 

“Es tu hijo, no se merece que no lo quieras”

 

“No quiero hacerle daño, es muy pequeño, muy frágil. Lo lastimaré, ¡lo sé!”

 

“Lo mejor es seguir el plan, es lo mejor para todos. Nunca lo quisiste, esto que haces de cargarlo y darle de comer es para que no le pase nada”

 

 

Es el debate que llevo en mi mente durante el par de días en los que hemos seguido aquí. Observo a Dennis en su cunero, con esa ropita blanca que solo deja expuestas sus manos y cabeza, y me provoca risa, se ve de verdad muy tierno, y solo hasta ahí. Aun mantengo los pies firmes en la tierra, no dejaré que las malditas hormonas me ganen.

Termino de vestirme y abro las puertas deslizables para que Dereck entre, aunque lo encuentro dormido en el sofá esquinero. Parece que la falta de sueño de hace dos días sí que le afectó, aún no se ha recuperado del todo, y parece que entra en coma, le hablamos fuerte y todo pero es imposible despertarlo, únicamente despierta solo, y no se sabe cuánto tardará. Espero que no mucho, Lucy vendrá con el auto en máximo una hora.

Nos quedamos unos dos días más, cosas de dospitales y así. Mis padres vinieron esos dos días, por poco tiempo pero era felíz. Dennis es perfectamente sano, lo cual también me pone contento, tal vez antes me hubiera puesto horrible al saber que él es… bueno, como yo, un femino, sin embargo el que tenga a Dereck como papá me tranquiliza, me da seguridad, sé que está en buenas manos…

La razón por la que digo todo esto… es porque al fin me darán el alta, ya podremos volver. Lo que solo significa una cosa para mí:

Que escaparé ésta noche…

 

 

-Ale. –me sobresalté al escuchar esa voz, era Ed, que viene con todos los papeles para que podamos llevarnos a Dennis sin ningún problema.

 

-Aquí tienes. –Le agradezco y tomo la carpeta, checando que todo está en orden, hasta que me topo con una hoja con una tabla en la que venían nombres de alimentos, me extrañé un poco. –Aun no te has librado de las dietas, esta es menos estricta aunque aún debes evitar ciertos alimentos que podrían hacer que tu leche le dé cólicos al bebé. –resoplé.

 

-Rayos, creí que al fin podría comer lo que quisiera.

 

-Alégrate, ya tienes una excusa para no comer brócoli, es uno de los alimentos más irritantes. –Bien, al menos algo es bueno. Pero de todos modos no la necesitaré. Aunque nadie lo sabe.

 

 

Guardo los papeles en mi maleta y justo en eso entra a Lucy, que saluda a Ed con algo de vergüenza, se ven tan cursis, por dios, ambos tiene más de cuarenta y cinco, ¡vayan más en serio!

Tardamos un poco pero al fin despertamos a Dereck. Se llevó a Dennis en sus brazos, yo preferí cargar mi maleta, salimos al estacionamiento, subimos todo a la cajuela, el bebé estrenaba su silla, bien asegurado. Ya todos en un asiento, El chofer arrancó. Dereck no paraba de ver al chiquito, le hablaba, jugaba con sus manos o pies o simplemente lo observaba, yo la mayor parte del tiempo me la pasé viendo a la ventana, aunque si los veía por el reflejo o por el rabillo del ojo.

Ahora estoy seguro, Dennis estará bien, éste chico será el mejor padre, lo cuidará bien.

 

 

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Llegamos y en seguida subimos a Dennis a su cuarto, todos estábamos agotados, y aun así decidimos quedarnos juntos a cuidarlo, aunque primero Dereck y yo nos dimos una ducha. El bebé no daba tantos problemas, obviamente había que alimentarlo y cambiarlo entre otras cosas, lo que uno esperaría, creo. Seguimos así, hasta que la noche llega, cada quien se va a su cuarto, compramos dos pares de monitores, Dereck se llevó uno y yo otro. Ninguno de los dos cree que Lucy deba responsabilizarse así que no le dimos uno (ella no estaba de acuerdo, pero aun así no lo permitimos).

Dejo que pasen unas horas, hasta que ya es lo suficientemente tarde para que alguno de los dos pueda despertarse. Así que me pongo la ropa más cómoda que encuentro y sacó esa pequeña mochila que está debajo de mi cama desde hace una semana.

Salgo hacia el pasillo, no me molesto en ir de puntitas con que tenga un ritmo pausado es suficiente, paso junto a la puerta de Dereck, me detengo un momento, porque la culpa me estruja el pecho, me recargo un momento en ella.

 

“Te quiero”

 

Sigo mi camino, y todavía hay otra puerta adelante, es el cuarto de Dennis, decido ir también ahí, Su puerta no hace ruido cuando giro la perilla, o cuando la empujo, lo que es conveniente, me acerco poco a poco a esa cuna de tela, donde descansa esa pequeña cosita, sin ningún problema. Acerco mi mano para acariciar su frente, el corazón me late a mil. Una parte me grita que no haga esto, que me quede aquí, que puedo intentarlo, sin embargo la otra, que es más realista la va dejando cada vez más callada y ya no vuelve.

De repente Dennis abre sus ojitos, creí que lloraría pero en su lugar me ve con esos hermosos ojitos, se me hace un nudo en la garganta, sacudo mi cabeza tratando de volver a callar esa voz que insiste en volver. Dejo de rozar al bebé.

 

 

-Lo siento… n-no puedo ha-hacerlo, d-de verdad lo siento. –me obligo a deshacer ese nudo, y al recobrar la compostura menciono: -Mereces algo mejor.

 

 

Salgo de la habitación y voy hasta el final del pasillo. Adelante, tengo que seguir caminando, ya la decisión estaba tomada, yo sé que es lo mejor, debe serlo, no puedo cuidarlo. No es por Dereck, no es Dennis, el problema soy yo. Solo YO.

 

Y antes… Antes de cruzar la esquina a las escaleras… antes de cruzar esa pequeña intersección…

 

Lo escuché…

Notas finales:

saben que es feo? Bueno, como ya he avisado antes, también puse está historia en Wattpad, y la verdad no le va nada mal. Pero me molesta que ahí hay mucha gente que ODIA a Dereck, ok, entiendo que Dereck cometió sus errores, de hecho yo al principio no lo quería mucho, pero neta demuestran su odio con ganas.

Apoyan la idea de que Ale se vaya solo porque no lo quieren con Dereck. Pero la verdad es que Ale no se va porque se sienta atado o algo, cada vez se siente más comodo y encariñado con Dereck. La razón por la que se va es que tiene miedo a ser mamá, y porque cree que Dennis y Dereck se merecen alguien mejor que él.

Bueno, ahora aclarado eso (al menos aquí) los veo en la proxima actu, donde al fin descubrimeros si Ale se queda o se va, recuerden C.R.U.E.L es bueno, bye bye


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