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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Debería de estar haciendo las lecturas que me pidieron antes de entrar al semestre u.u Mi responsabilidad no es muy buena :/ Al menos terminé el capítulo x)

-Entonces la guerra de 1997 causó tales estragos que...- Minho daba la clase, pero no podía apartar su mente del chico que obviamente no le había volteado a ver en ningún momento. Minho lo entendía, Taemin estuvo todo el tiempo con la nariz metida en el cuaderno, tomando notas, debía de estar muy avergangozado. Le parecía tierno su comportamiento, y no lo podía culpar, al menos esta vez no había faltado a la clase. El timbre sonó, haciendo que en el salón se escuchara ese sonido de alivio. -Chicos, recuerden que el ensayo que les pedí es para mañana.- Entonces el gemido de alivio se volvió uno quejumbroso. -Por favor, no traten de aplazar la fecha de entrega, les irá peor.

 

Los alumnos empezaron a irse, haciendo ruido, murmullo de pláticas que realmente no le interesaban al profesor. Minho sólo tenía algo en mente, y era poder tener tiempo con su adorado niño. Para eso debía esperar, a que las clases terminaran, y que Taemin fuera por voluntad a verle. Pasaría tiempo con él, enamorándole, enseñándole que en él podía encontrar lo que estaba buscando.

 

-¡Hey! Taemin ah...

 

Minho gruñó, no soportaba la relación que había entre JongIn y Taemin, era empalagosa, y Taemin no se lo negaba. Odiaba ver como JongIn siempre jugaba con el cabello de Taemin, mientras el otro sólo reía. No podía hacer nada, sólo le quedaba ver desde lejos lo que aquellos dos chicos hacían.

 

-Taeminnie, ¿recuerdas que me prometiste llevarme a ese restaurante vietnamita?

 

-Mmm...¿neh?

 

-Tú pagas, yo te llevo.

 

-¿Ya te devolvieron el auto?

 

-Sí, anda, ¡vamos! ¡Vamos!

 

-Lo siento, Kai, hoy tengo algo que hacer...¿Otro día?

 

-No es justo, Ravi también me dijo lo mismo, ¡quiero ir hoy!

 

-Entonces ve, pero irás solo...Mejor vayamos otro día, ¿sí?

 

-El viernes, pero no hay excusas, Taemin ah.

 

-Está bien...

 

Minho escuchó aquella plática. No le agradaba, JongIn simplemente insistía mucho a pesar de ser rechazado. Hizo una mueca, desde su lugar, fingiendo no haberles prestado atención. Ojalá ese chico se fuera pronto, no lo quería cerca de su Taemin.

 

En cuanto el menor se quedó sólo, Minho hizo un ruido con la boca, llamando su atención. La mirada de Taemin era tan espectacular, le miraba con algo de nervios, pero no dejaba de sonreír. Se acercó al menor, lentamente, para poder disfrutar cómo el chico se iba coloreando de rojo poco a poco. Tocó su mano, haciendo que Taemin hiciera un puchero.

 

-Vas a llegar tarde a clases si no te apuras...- Quiso reír al ver como Taemin exhalaba con alivio. -¿Puedo saber por qué no iras con JongIn? Que yo sepa aún no regresas a trabajar.

 

Taemin le miró, con ojos grandes, le sorprendía la actitud de Minho; había escuchado su conversación con Kai, y sobre todo, sabía de cuando y cuando no estaba trabajando.Le sonrió, alegre de lo mucho que Minho se interesaba.

 

-Pudo escuchar eso, pero ¿no escuchó lo que yo dije?- Mencionó con un tono algo irónico y travieso. -Tengo algo que hacer a la tarde.

 

Minho aflojó el labio inferior, tenía la esperanza de ser la razón por la que Taemin había negado la salida con JongIn. Pero ese no era el caso. Hizo una mueca, después llegaría el momento -estaba seguro- en donde sería motivo por el cual Taemin se desviviera.

 

-¿A sí? Entonces...Supongo que no te vas a quedar en la tarde...- Dijo con algo de coqueteo en su voz, quería tener a Taemin a su lado.

 

-¿Quiere que me quede?- El asombro y emoción en la voz de Taemin hicieron que el corazón de Minho bailara, ¡sí, quería que Taemin se quedara! Quería, deseaba poder pasar todas las tardes con él.

 

-No te detendre...Pero, me gustaría que estuvieras aquí.- Afirmó, siendo sincero. No iba a obligarle estar ahí si no quería.

 

Taemin hizo una mueca bonita, bajando un poco el rostro. Minho en realidad estaba buscando una forma de llegar a su corazón, y le agradaba esa sensación de saberse tan atesorado por alguien como él.

 

-Si gusta, podría quedarme un poco en la tarde, puedo llegar más tarde...- Murmuró, haciendo pequeños sus ojos tras una sonrisa.

 

Minho iba a salir volando de felicidad, Taemin también ponía de su parte, le dejaba esforzarse, y eso lo veía como una muy buena señal. Le abrazó, porque si Taemin era un poco impulsivo, él lo podía ser más. Quería besarle, deshacerse de amor por ese niño, tenerle hasta que el tiempo terminara.

 

-Por favor...- Rogó, susurrando sobre el cabello de Taemin. Le gustaba que el chico fuera menor, sentía que lo podía rodear con sus brazos y hundirlo dentro de sí, para que nunca nadie más le tuviera.

 

 

 

 

Y después de que las clases terminaran, Taemin se encontraba ahí, en el salón, con Minho. Cualquiera se sentiría intimidado de estar en el mismo salón con su profesor que decía quererle, pero Taemin no lo hacía. Se emocionaba de tener ese privilegio, la atención del único maestro que no le trataba como un estudiante más, sino como alguien con voz y rostro. Minho siempre había buscado acercarse, y ahora entendía porqué. No le daba miedo, porque sabía que no había nada que temer. Minho era bueno, amable, inteligente, lleno de algo que hacía que Taemin se sintiera tan bien.

 

-Hola...- Taemin fue el primero en hablar.

 

Minho rio, Taemin no dejaba der ser un adolescente. Le abrazó, porque esa era la única forma que encontraba de expresar sus sentimientos. Esa, y besarle. Podría hacerlo todo el tiempo, si tuviese el permiso de Taemin. Pero ya que no lo hacía, prefería robarle uno que otro beso de vez en cuando. Le tomó del rostro, sonriéndole con ternura antes de besar esos labios rosas. Taemin se crispaba, pero no se intentaba alejar, ganando confianza a lo largo de los segundos.

 

-Me alegro de que te hayas quedado, aunque sea por un momento.- Minho le susurró, después de terminar el beso. Taemin parecía tomate, pero así había estado los últimos días.

 

-Sólo quería despedirme adecuadamente.- No quería irse y dejar que su profesor pensara que tal vez no le quería ver. -Hasta mañana...Minho.

 

Trató de irse, pero la mano del mayor aferrada a la suya le detenía, obligado a quedarse quieto en el lugar donde estaba parado. Minho le jaló suavemente, acercándole de nuevo, dando un corto beso de pico sobre sus labios.

 

-Hasta mañana, Taemin ah...

 

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-Llegas tarde.- Onew miró su reloj, para después fingir que no le había dolido el golpe que Taemin le había dado en el brazo.

 

-Había algo más importante, que me demoró.- Taemin se explicó, frunciendo la boca.

 

-Pero si yo hubiese llegado tarde tú estarias furio...

 

-¡Ap, ap, ap!- Taemin le calló. -Si estoy aquí, hyung, es como un favor. ¿Para qué quiere que vaya?

 

-Para que convenzas a Jonghyun que lo que estoy por decirle es cierto.- Onew explicó en un modo algo desesperado.

 

-¡Omo!- Taemin sonrió alegre de que su hyung al fin fuera a hacer algo por Jonghyun.

 

Fueron a la tienda de videojuegos, sólo para encontrarse con la escena digna de una película. Baekhyun estaba totalmente prendido de los labios de Jonghyun, en un beso lleno de desesperación por parte de uno, pero no del otro. Taemin casi se ahogó con verles, lleban ya algo de tiempo sin soltarse.

 

-¡Sueltale!- Onew reaccionó despues de algunos segundos, molesto. No iba a permitir perder algo que realmente nunca tuvo, porque nunca le vio.

 

-¿Por qué?- Baekhyun le miró con retórica. -Jjong es mi novio.

 

-Él no te quiere.- Onew le reclamó.

 

-Pero no está contigo.- Si seguían así pasarían de los gritos a los golpes.

 

-Jonghyun, dile, por favor dile que me amas a mí.- Le imploró, apelando a esos sentimientos que Jonghyun tuvo por tanto tiempo.

 

-¿Por qué vienes a ser tan patético ahora?- Baekhyun se mofó. -Mi Jjong está conmigo, y eso es por su propia decisión. Vete, busca a alguien más, como siempre lo haces.

 

Taemin se había quedado de lado, sólo estaba como un simple espectador. Pero podía ver en qué predicamento estaban posicionando a Jonghyun, nunca le había visto tan confundido, y si no fuera algo que él mismo debía arreglar, hace rato que hubiese intervenido en esa absurda discusión. Seguían diciendose de cosas, como absurdas chiquillas peleando por una muñeca, sin realmente darse cuenta que estaban colmando la paciencia de su razón por la cual estaban discutiendo. Taemin dio un paso hacia atrás, no le agradaba mucho ver a Jonghyun enojado, y eso que él era un chico de paz.

 

-¡Cállense! Los dos...Dejen de gritar.- Les ladró en una orden directa.

 

-Pero, Jjong, es absurdo que él venga a recla...- Baekhyun fue interrumpido por una furiosa mirada de Jonghyun, y antes de que Onew dijera algo, también le calló con sólo mirarle.

 

-Ninguno de los dos tiene derecho a hablar y jactarse de lo que se jactan.- Dijo de manera seria e imperiosa. -Ninguno de los dos lo entiende...Yo no lo entiendo.

 

-Jjong...- Baekhyun le llamó, con amor, porque estaba encandilado con él.

 

-Jonghyun, escúchame...- En cambio, la voz de Onew tenía otro matiz, quería convencer al chico de sus sentimientos.

 

-¡No!- Fue tajante. -No quiero verlos, a ninguno de los dos...- Gritó. -¡Váyanse!- Volvió a ordenar, obligándoles a irse.

 

Taemin entonces salió de entre las sombras. Se acercó con cautela a su amigo. Jonghyun iba a llorar, no...Ya estaba llorando. Taemin le abrazó por los hombros, no entendía por lo que su amigo estaba pasando, pero le daría su apoyo. Jonghyun le regresó el abrazo, buscando esa calidez de hermanos que se tenían. No sabría que sería de sí si no hubiese encontrado a Taemin llorando ese día. Ahora era al revés, él lloraba, yTaemin le consolaba.

 

- Me...harté...- Dijo entre hipidos. -T-tal vez suene...cobarde...Pero r-renuncio...- Volvió a llorar.

 

-Hyung...

 

-Taemin, no sabes lo que daría por simplemente no haberme enamorado.- Jonghyun dijo por último.

 

Después de eso, Taemin le acompañó a casa, y no se le despegó de su lado hasta la mañana siguiente.

 

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Minho iba a sala de maestros, era el receso, y había considerado buen momento para adelantar algunos trabajos. Primero debía recoger sus cosas de esa sala. El problema, los maestros estaban afuera.

 

-¿Qué pasa?- Minho hizo el ademán de querer entrar.

 

Había gritos estridentes.

 

-No es buena idea que entres ahí.- Key le detuvo. -Taemin y Donghae discuten.

 

-Siempre lo hacen.- Minho se encogió de hombros, dispuesto a entrar.

 

-Esta vez es diferente...No...- Kibum en realidad le advirtió que no entrara, pero los gritos que se escucharon fueron los que le terminaron de convencer.

 

 

 

 

-...¿Qué qué hay de malo? Taemin, anoche no llegaste a dormir, y hoy llegaste tarde a clases.- Donghae le reprochó, sabiendo que si no se ponía firme, Taemin jamás le daría la razón.

 

-Estaba ocupado. ¡Jonghyun me necesitaba!

 

-¿En serio vas a creer que alguien tres años mayor que tú va a necesitar de tus consejos? No seas ingenuo, jamás podrías ayudar en sus problemas, no eres más que un niño incrédulo. No tienes la capacidad de ayudar...- Quizás fue un poco despectivo, lo notó después de haberlo dicho.

 

Taemin ya no alzó la voz, le miró serio, con aquella mirada que debía venir de su padre, porque incluso Chaerin le temía.

 

-Que usted no sepa querer, no significa que no necesite. Yo sé querer a quienes me quieren, ¡y no les abandono cuando me necesitan!

 

Salió de la sala, azotando la puerta detrás de sí. No le importó la cantidad de maestros que había afuera escuchando, ni siquiera notó la mirada preocupada de Minho. Estaba tan molesto con Donghae, ese pez traidor doble cara. Juraba que el día que se fuera de casa, él le iba a rogar que volviera, pero no lo haría.

 

Donghae salió después de Taemin, preocupado por sus palabras. Nunca le había dicho algo tan feo a su primo, pero le molestaba que Taemin pasara tanto tiempo con Jonghyun. No desconfiaba de él, simplemente no le agradaba.

 

-¡Taemin! Espera, por favor. Maldición, Taemin, haz caso...- A él tampoco le importó los maestros y sus rumores, debía de pedirle disculpas a su primo, era casi su hermano, no debió tratarle así.

 

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Minho buscaba por los pasillos. Taemin no había ido al salón de clases, como era de costumbre; y le comprendía perfectamente. Jamás había oído que él y su primo se gritaran de esa manera. Por suerte, sabía en donde buscar. No necesitaba ser un genio para entender que el día que Taemin había faltado a su clase, el niño se había escondido en ese salón vacío. No era la primera -y entendía que no sería la última- vez que Taemim buscaba refugio ahí. Se acercó a ese salón, alcanzando a escuchar sollozos, que una vez abriendo la puerta, eran fuertes y claros.

 

-¡Lo odio! Cuando me trata como si fuera un idiota.- Taemin notó la presencia de Minho, y no pudo empezar a sacar todo lo que contenía dentro de su pecho. -Creé que puede decirme algo, y después retractarse, por la culpa que siente. Es tan característico de él.

 

Minho hizo una mueca, Taemin le estaba permitiendo ver su llanto. Sintió una fuerte opresión en el pecho, no quería ver al niño llorar. Le abrazó, buscando darle un poco de consuelo, para calmarle. Taemin no se negó, hundió su rostro en el pecho del mayor y se dejó abrazar, porque Minho siempre le hacía sentir bien. Siguió llorando, más de rabia que tenía contenida, le sacaba de quicio que probablemente Donghae jamás comprendería cuál había sido su error.

 

-Tae...- El mayor murmuró. -Hay veces en que decimos cosas que no queremos decir, ni siquiera creemos en ello, simplemente lo decimos.

 

-No es eso, Minho. Donghae hyung lleva siendo un hipócrita conmigo por un largo rato.- A pesar de estar escondido en el mayor, su mensaje se escuchó claro. -No quiero verle.

 

-¿Entonces qué harás?- Minho preguntó preocupado, sintiendo como el menor se escogía de hombros. No iba a dejar sólo a el niño de sus ojos. -¿Te llevo a algún lado?

 

-No...- Taemin le abrazó, moviéndose suavemente por debajo del agarre del mayor. -Sólo quédese conmigo así.

 

Minho sintió como su corazón se saltó un latido. Taemin le pedía quedarse, requería de su compañía. Estaría ahí, para él, todo el tiempo que fuere necesario.

 

Se abrazaron, hasta que el mismo Taemin se movió, soltando ese firme agarre. Sabía que no podía aferrarse a su profesor por tanto tiempo, le agobiaría con problemas que no le corresponderían. Se sentó, en el suelo, dispuesto a perder horas en solitario, pero ver que Minho imitaba sus movimientos le hizo sentir mejor. Minho en realidad pensaba hacerle compañía, sentándose a su lado. Taemin se dejó caer sobre el brazo del mayor, acomodándose en aquel lugar. El silencio era bueno, permitía que Taemin no pensara por un momento. De vez en cuando volteaba a ver a Minho y le descubría observándole. No podía evitar ponerse rojo, Minho le miraba con tanta devoción y no le importaba esconderlo del menor.

 

La tarde así pasó rápido. Minho notó cuando su amado niño empezó a quedarse dormido, pero no se lo quiso hacer saber. Adoraría verle dormir. Taemin parecía tan irreal en ese estado. Tenía el aspecto de ser un ente hecho de porcelana, capáz de hacerse trisas con cualquier brusco movimiento. Miró esas marcas rojas debajo de sus ojos por haber llorado, no las quería ver más, quería que Taemin fuera feliz todo el tiempo, aunque sabía que eso era algo imposible.

 

Le acomodó, para que estuviera más cómodo, y no se resbalara, alcanzando a recostar la cabeza de Taemin sobre su regazo. Jugó entonces con su cabello, acariciando, para que Taemin siguiese dormido. Le gustaba el color de ese cabello, aunque sí admitía que le gustaría que Taemin se lo cortara. Tal vez de ese modo no llamaría tanto la atención, y nadie más intentaría ganar su corazón.

 

Pero en el fondo de su ser, sabía que ya había ganado. Taemin era dulce, y sabía que ese niño realmente haría lo que estubiera a su alcance por darle una oportunidad. No la desaprovecharía, hasta conseguir ese objetivo que tenía en mente. Entonces nadie más tendrá el derecho de pretender a Taemin. Podía imaginarle dándole un beso de saludo, y otro de despedida, todos los días...Y sus fantasías, también amaría cumplirlas. Quería todo de Taemin, su misma esencia de ser posible, para poseer hasta sus sueños y anhelos.

 

El menor despertó, ya después de un tiempo. Se veía apenado de haberse dormido, y eso era lo que provocaba al mayor para aventurarse y robarle besos. Amaba tocar esa boca con la suya, provocando que Taemin se sonrojase por completo. Sonrió, para que el menor imitara ese gesto. Ya se le veía un poco más calmado, y no encontraba mejor dicha que esa. Estrujo ese cabello alborotado, mientras le daba un beso en la nuca, sintiendo el temblor en todo el cuerpo del menor. Le gustaba provocar esas sensaciones en el cuerpo de Taemin, podía imaginarse que no las había sentido antes, el chico terminaba mirándole con ojos de miedo a querer más.

 

-¿Dormiste bien?- Habló suavemente, para no perturbar esa paz que se sentía debido a la quietud.

 

-No debió haberme dejado dormir...- Taemin hizo un puchero con los labios. -Lamento haberle hecho quedarse aquí conmigo.

 

-No lo lamentes. Amo pasar tiempo contigo.- Le arregló ligeramente el cabello, mientras ponía una sensual sonrisa en su boca.

 

-Omo...- Taemin susurró para sí mismo. Minho era más que guapo cuando hacía eso. -Usted...- Quería escuchar de nuevo a su profesor diciéndole que le quería.

 

Minho prácticamente descifró lo que Taemin pensaba, y aunque no lo hubiese hecho, iba a decirlo de todos modos.

 

-Te quiero.- Le tomó por la barbillas, asegurándose que Taemin viera que era sincero. -Me gustas mucho,haría lo que sea por ti.

 

Taemin sonrió, le gustaba tanto sentir eso raro en el estómago cuando Minho decía esas cosas. Le abrazó, siendo feliz por ese momento. Siempre lo diría, Minho le hacía sentir tan bien.

 

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Donghae llamó a la puerta del menor, Taemin se había encerrado en su habitación después de llegar. Sabía que su primo no pensaba dirigirle la palabra.

 

-Taemin...Abre, por favor...- Le pidió, sabiendo que el menor si le podía escuchar llamarle. No le gustaba que Taemin no le hiciera caso, podía llegar a sentirse como si no fuera parte de ese pequeño mundo en donde Taemin se perdía tan alegremente.

 

El menor si podía escucharle, y por esos mismo se cubrió con sus cobijas y escondió la cabeza bajo la almohada. No iba a abrir esa puerta hasta el día siguiente, que Donghae rogara todo lo que quisiera, de igual modo iba a ser regañado por Chaerin, ya no había más que hacer.

 

Donghae suspiró, Taemin jamás perdonaba fácilmente, característica que debía de ser de padre, puesto que Chaerin también se quedaba con un poco de rencor, perdonaba con el paso del tiempo.

 

-Hae...- El mencionado dio un brinco, provocando que Dara riera. -Apuesto a que ahora te alegras de que sea yo, y no Chaerin.- Y era cierto, Donghae ya esperaba el regaño de su tía.

 

-Taemin no me quiere perdonar.- Hizo una mueca.

 

-¿Te lo mereces?- Dara se cruzó de brazos, esperando a que su amigo contestara.

 

-Tal vez...- Masculló entre dientes. -Me enojé, y él también estaba enojado...

 

-Creo que debes de dejar que Taemin se le pase lo enojado.- Le obligó a moverse de la puerta. -No creas que no sé que esta no es la primera vez que le hablas así.- Le dijo al oído, de manera retadora.

 

-Taemin te dice todo, ¿no?- Se sentía tan decepcionado de eso.

 

-No, sólo las cosas que le molestan.- Le mandó a que se fuera a otro lado. -Chaerin también está molesta, será mejor que no le hables.- Entonces rio, algo divertida de los problemas en los que se había metido su amigo.

 

-Ahg~

Notas finales:

Y bueno, ahora verán las cosas empezaran a dar giros raros. Prometo que van a entender conforme la historia avance, por ahora así les dejo ^-^ Besos n.n


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