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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

No sé si se dieron cuenta que la semana pasada no hubo actualización e.e

Les diré por qué.
Primero, tuve la oportunidad de ir al concierto de una banda que me gusta desde antes de los doce (osea 11, lol xD ). Segundo, fue en la misma semana de exámenes. A eso súmenle que tuve que entregar el borrador de uno de mis trabajos más importantes del bachillerato, y pues como resultado fue una semana donde dormí pocas horas :/

Pero el fin de semana me puse a trabajar en esta historia y otras que después subiré ♥

Otra cosa, así como se llama el capítulo, yo considero que lo hice muy acaramelado, porque no sé aún como introducir la siguiente parte amarga e.e ¡Ya casi llegamos a la mitad de la historia! 

Minho observaba a Taemin, el chico mantenía un ligero esbozo de sonrisa mientras dormía. Quiso tocarle, pero el temor a despertarle le obligó a detenerse. Habían hecho el amor, ahora no había nada que realmente hiciera que se separara del chico. Por fin su fantasía de verle desnudo se había cumplido, le había visto reaccionar ante las caricias, incluso llorar suavemente. Le parecía adorable.

 

Si tal vez pudiera verlo un segundo más desnudo, se atrevería a alzar la sábana que cubría su cuerpo, y observar con ahínco de nuevo el cuerpo espigado del menor. Pero sus planes maquiavélicos fueron frustrados. Taemin abrió los ojos, permitiéndole ver esa bonita confusión de cuando alguien acaba de despertar. Azul y gris, mareados ante la luz del atardecer que entraba por las blancas (y quizás algo translucidas) cortinas de la habitación. Minho sonrió, tratando de ubicar al chico en el presente.

 

Sonrió, el chico le regalaba una sonrisa enorme, llena de amor y cariño. No fue por mucho; casi de inmediato su mirada se llenó de preocupación. Incorporándose llevó sus manos a la cabeza.

 

-¿Qué hora es?- Preguntó, algo alarmado.

 

-Probablemente las cinco y media, conejito. ¿Pasa…

 

-¡El ensayo!- Exclamó.

 

-¿Qué ensayo?- Minho trató de calmar a su angustiado novio, mientras veía su pecho subir y bajar con irregularidad.

 

-¡El de la boda!- Gimió. –Voy a llegar tarde. ¡Mi madre! Me va a matar.- Se puso en pie, de inmediato, ignorado el protestar de su propio cuerpo. Después tendría tiempo de recordar lo hecho, debido a las ligeramente adoloridas partes de su cuerpo.

 

-Puedo llevarte a casa, si deseas.- Minho se puso en pie, sosteniendo al chico que había brincado dentro de sus pantalones rápidamente. Besó su frente, tranquilizándolo. -¿A qué hora es?

-Empieza a las ocho, debo de estar allá a las siete.- Subió la mirada, dudaba llegar a tiempo a casa para poder tomar un baño y cambiarse, además de llegar al recinto.

 

-Conejito, déjame llevarte a casa.- Insistió, sería más rápido si iban en su auto. –No te preocupes, ¿sí?

 

Taemin sonrió, Minho a veces era tan comprensible; no, de hecho lo era todo el tiempo. Suspiró, aliviado. No había mejor hombre en el mundo que su querido profesor Choi Min Ho. Se alzó de puntillas, para poder quedar a la altura del hombre, y besó su boca, suavemente, terminándola con una sonrisa a quemarropa.

 

-Gracias…- Susurró. –Yo, lo siento…- Se sonrojó. –Había olvidado que tenía este compromiso y…

 

-Lo entiendo, ¿ok?- Le calmó. –Ahora, muy a mi pesar, termina de vestirte. Nos iremos cuando estés listo.- Le permitió cambiarse a solas, mientras esperaba pacientemente en la sala.

 

Taemin realmente fue rápido, parecía muy apurado. Bajó rápidamente, para encontrarse a Minho esperándole en el recibidor. Le sonrió, esperaba no haberle causado algún inconveniente con esta poca romántica forma de terminar su primera vez. Aun así, Minho no le reclamó en ningún momento, ni insinuó molestia. Parecía estar enfocado en calmarle los nervios por llegar tarde. Al despedirse, le dio un beso; y como costumbre de Taemin, antes de irse, regresó a regalarle otro beso. Su corazón latía con fuerza, no quería separarse de ese hombre tan bueno.

 

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Trató de entrar haciendo el menor ruido posible, pero su esfuerzo no sirvió de nada. Chaerin le estaba esperando.

 

-¡Taemin! ¿Dónde estuviste? Ya es tarde.- Parecía molesta y alterada a la vez.

 

-Lo siento…- Dijo en arrullo. –Me quedé dormido.- ¿Era cierto? Sí. Se había quedado dormido, y había olvidado el ensayo. La risa dulce de Dara quitó tensión al asunto.

 

-Aigo, Taemin ah, es triste que crea en tu historia.- Volvió a sonreír, pero al ver la molestia de Chaerin, prefirió dejar de hacer las bromas, para después. –Por favor, ahora corre a darte un baño y ponerte el traje.- Hizo una reverencia, suplicando para que el niño no tardase tanto.

 

-Sí, sí, ya bajo.- Brincó varios escalones, con tal de llegar a su cuarto en el menor tiempo posible.

 

Tras un rápido baño, y correr a vestirse, Taemin logró estar a tiempo para salir al lugar donde sería el ensayo. Consideraba estúpida esta práctica, pero no tenía mucha y voz y voto como para poder alegar que no debían de practicarle. El camino era aburrido, y llegar al lugar fue totalmente insufrible. Ahí se encontraba Donghae, con su estúpido novio. Taemin gruñó por lo bajo, odiaba realmente tener que compartir el mismo aire dentro de un espacio de aproximadamente toda Corea con ese individuo.

 

-¡Hae! ¡Hyukie!- Dara corrió rápidamente hacia ellos, ganándose un refunfuño por parte de Taemin, no importara cuánto la quisiera, no aceptaba que a ella le agradara ese hombre.

Procuró mantenerse lejos, sabía que no debía ganarse otro regaño por parte de Chaerin (si de imaginar el regaño por haber llegado tarde ya era malo). Estuvo presente, pero su mente rápidamente desvarió en su propio mundo. ¿Cómo evitarlo? Las mariposas dentro de su cuerpo estaban de fiesta. Ahora, que ya no estaba corriendo por las prisas, empezaba a procesar lo sucedido. Había hecho el amor con Minho, y después había dormido junto a él. Sonaba romántico, hasta cierto punto, porque después de eso se había ido. Hizo un puchero, hubiese dado cualquier cosa por haber pasado más tiempo con su novio. Rio por lo bajito, de manera graciosa y tierna. Sentía que la palabra novio había tomado otro concepto en la realidad, como si ahora fuera algo rosa y pomposo, además de mayor significancia.

 

Alzó la vista cuando se dio cuenta que había pasado mucho tiempo meditando lo sucedido. Le dio vueltas al asunto varias veces. Minho, amor, sexo. En un ciclo que le hacía sonrojar. Se alegraba de haberle dado su primera vez a él, de ninguna manera podía lamentarlo. Minho le había tratado bien, aun así haciendo que esa sensación caliente y espesa surgiera dentro de su haber.

 

Se levantó de su asiento, cuando no pudo soportar más estar sentado. Nunca fue de estarse quieto. Su madre se veía feliz, algo emocionada; de Dara ni se hablara, ella parecía tener más controladas sus emociones, pero aun así era imposible negar su felicidad. Ellas se veían tan alegres en ese momento. Taemin se preguntó…

 

Un largo suspiro detuvo sus propios pensamientos. No era momento de sobre pensar. Él tampoco podía ocultar su propia sonrisa, se sentía flotando en un sueño maravilloso de irrealidad. No sabía cómo iba a actuar la siguiente vez que viera a Minho, probablemente ardería en pena, pero ¿qué importaba? Tampoco alcanzaba a imaginar cuando sería la próxima vez que hicieran el amor…No quería apurarse, aunque tampoco se negaría si las cosas se daban naturalmente. Empezó a dar pequeños saltitos en su lugar, necesitaba hallar una manera de sacar todas energías que tenía guardadas. Era un buen día, así lo iba a recordar por siempre.

 

 

 

 

 

 

El ensayo había terminado, los últimos detalles estaban siendo afinados. Las dos mujeres hablaban con quién iba a ser el juez que dictaminara su desposo oficial. Tras hacer una reverencia como despedida, ambas observaron al hombre tomar sus cosas e irse. La boda (aunque fuese sólo un mero ensayo) había ido muy bien. Todos parecían tener muy en claro su papel. Dara tildó un poco la cabeza, no, no todos. Taemin había estado algo (muy) distraído. Ella lo había notado. Mordió el interior de su mejilla, como gesto de pensamiento, se preguntaba qué estaba haciendo que Taemin estuviese así, ya que él era de los que más habían estado emocionados por esto; y ahora había estado muy perdido de la situación.

 

-Chae…- Llamó a su novia. –Soy yo, o…¿Taemin está algo diferente?- En general, el chico había estado actuando diferente a lo largo de la semana. Sin contar, que desde que ella regresó a vivir a Corea, Taemin había pasado de ser Taemin, a ser algo totalmente diferente. No sabía cómo describirlo, porque no era malo, era simplemente diferente.

 

-Por supuesto que está diferente.- Dijo de manera suave, mirando como su hijo corría a una de las ventanas del lugar y se quedaba observado un nido de pajaritos. –Hace mucho tiempo que lo sé.- Suspiró. –A su vez, entiendo que no debo preocuparme. Él ya no es un niño pequeño…Y me temo que seguir creyendo eso de él, simplemente ya no va.

 

-Pero…- Dudó. –Taemin últimamente…

 

-Tiene pareja.- Confirmó las dudas de la mayor. –No es necesario que le diga, ¿o sí?

 

Dara rio, Chaerin tenía razón. Si lo viera desde un punto frío, y desde arriba, era fácil saber que Taemin estaba saliendo con alguien, y obviamente eso causaba los cambios en su personalidad. Al menos, se alegraba, de que esos cambios fueran buenos. El chico era más dulce, de ser posible, y veía las cosas con ánimos de ahondar su interés en ellas. Sea quien fuera su pareja, estaba iluminando la sonrisa de Taemin.

 

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Taemin hizo una mueca, había ingredientes, y la cocina. Sabía bien lo que quería hacer, y por qué quería hacerlo –iniciemos con los hechos de que Minho le preparaba comida, le amaba demasiado, le consentía- pero sobretodo, para qué. Sonrió, necesitaba ayuda.

 

Con un rápido grito que debió ser un umma, y que por sobre todas las cosas Chaerin respondió, Taemin llamó a su madre. Le hizo una cara bonita, rogando por un gran favor, mientras Chaerin no podía hacer más que rodar los ojos y reír. Taemin era adorable, y sacaba mucho provecho de eso.

 

-Umma, necesito ayuda.- Mordió su labio inferior, esperando realmente que Chaerin no pidiera más explicaciones que las dadas.

 

-Si es legal…- Rio. -¿En qué te ayuda, Minnie?

 

-Necesito que me enseñes una receta.- Infló sus mejillas, mientras chocaba las puntas de sus dedos índices la una con la otra. Subió la mirada, tierna, mientras convencía a su madre de aceptar.

 

Chaerin le miró, de pies a cabeza. No era necesario reír para dar a entender que la actitud de su hijo le parecía graciosa. Así que una receta…Sí, le enseñaría la receta que él quería, pero a su vez dejaría que Taemin hiciera las cosas solo. Conocía a su hijo, y eso le haría sentir orgulloso, saber que por sí mismo había logrado hacer algo.

 

 

 

 

 

 

Minho miró el reloj de su celular. Se le había hecho extraño que Taemin le hubiese pedido encontrarse en uno de esos parques a los que habían salido en una cita. Conociendo al muchacho, probablemente no iba a tener el valor de verle, hasta haber asimilado que habían hecho el amor, y que eso empezaría a ser normal entre ellos.

 

Volvió a revisar el celular, nunca pensó que el tiempo fuese tan lento. ¿Para qué le había citado ahí? No es que no le quisiera ver, estaba deleitado ante esa idea. Pero moría en ansias por saber. El aire era caliente, y más cuando uno se encontraba bajo el sol. Minho se había refugiado bajo la sombra de un árbol, donde por suerte había una banca.

 

¿Cuánto le faltaba a Taemin para llegar? Oficialmente se estaba volviendo loco. Quería verle, y más porque el chico había sido quien solicitó esa cita. Ese muchacho había estado perdiendo poco a poco la cohibición cuando se trataba de algo que les concernía a ambos.

 

A lo lejos le vio. Su bonita silueta, siendo alegremente movida por el andar de sus pasos. En cuanto le pudo ver más cerca, notó que el chico llevaba una caja entre las manos. Okay, si al principio estaba emocionado, ahora se encontraba intrigado. Taemin podía llegar a ser todo un misterio.

 

Le saludó, con un gesto de mano, observando como Taemin correspondía, apresurando su andar. El cabello del chico se revolvía con el aire, ya que como pocas veces lo llevaba suelto. Se acercó a Minho dejando la caja en la banca y saltando al regazo de su novio para poder abrazarle. Terminó por regalarle un beso en la boca.

 

-Pero que tierno.- Pronunció justo cuando los labios de Taemin soltaron los suyos. -Me gustaría que todos los días fueran así.

 

-Eso es codicia, Minho.- Frunció el gesto, fingiendo desaprobación. Entonces sonrió. -Le traje un regalo. Espero que no haya comido.

 

Minho alzó una ceja. ¿Taemin le había cocinado algo? Sonrió, con esas pequeñas acciones Taemin le demostraba una actitud más cariñosa, por ende una relación más madura por parte del menor. Le cogió de la nuca, estrujando su cabello, para poder pegar de nuevo los labios. Se iba a comer al chico, era demasiado dulce como para dejar que alguien más le conociera.

 

-Ya, Minho...Déjame respirar.- Taemin rio tras poder separarse del mayor. Se bajó de sus piernas, sentándose a su lado. -¿Promete ser sincero? - Preguntó mientras abría la caja donde llevaba la comida.

 

-Neh, lo seré Taemin ah...- Rodó los ojos, Taemin le pedía algo imposible.

 

El chico sacó una rebanada de pay de la caja. Parecía ser de manzana. Sonrió al verlo, tenía muy buena pinta.

-Por favor, si no le gusta, no está obligado a comerlo.- Infló sus mejillas en un gesto que él mismo pasó desapercibido.

 

Suspiró, ese niño realmente no entendía lo que estaba haciendo. Se comportaba como un enamorado, y después le pedía que fuera cien por ciento objetivo. Jadeó, con Taemin eso no era posible. Tomó sólo un trozo de la rebanada -sospechaba que si tomaba más, Taemin también se quejaría por ello. Probarlo bajo la mirada de Taemin fue realmente una prueba de fuego. Jamás se había sentido tan nervioso de dar su opinión.

 

-¿Por qué quisiste que yo lo probará?- Preguntó después de haber pasado el bocado.

 

-Era para usted...- Alejó un poco el rostro. -Pero sólo fue hasta este intento, que se ve bonito.

 

Minho rio, alegre. Esto parecía una situación cómica en uno de esos programas que salían en la televisión. Le abrazó, tratando de darle más confianza.

 

-Me encantó.- Dijo.

 

-¡No está siendo objetivo!- Le reclamó el menor.

 

-Mmm...Está bien.- Minho murmuró, tomando otro trozo y acercándolo a los labios cerrados del chico. -Podría tener meno canela, pero aun así está perfecto. Lo hiciste para mí, ¿no?

 

Taemin asintió, abrió la boca y aceptó comer el trozo que Minho le ofrecía. Admitía que estaba algo asustado, ya que no lo había probado antes, y tenía algo de miedo de que Minho le hubiese dicho algo que no era cierto. Cerró los ojos al degustar, realmente no sabía mal. Sonrió, Minho no le había mentido.

 

El mayor observaba los labios de Taemin. No pudo evitarlo, el chico le había cocinado, y había sido tierno. Le tomó por el mentón y juntó ambas bocas. Usó su lengua para delinear el labio inferior de Taemin.

 

-Sabe mejor en tus labios.- Murmuró, buscando verle a los ojos. Pero, Taemin había echado su rostro de lado. Escondía un sonrojo, pero no era el de siempre. Su sonrisa traviesa complementaba un sonrojo de satisfacción.

 

Entonces lo comprendió. Taemin había cocinado, y le había llamado, porque sabía que actuando así él le regalaría besos y le mimaría. Ese niño, era manipulador y calculador. Volvió a besarle, más como un acto de disque venganza, pero no podía. Se desvivía con cada cosa que Taemin hiciera o dijera. 

 

El chico se puso de pie, mirando de manera coqueta al mayor. Tomó sus cosas, dispuesto a irse.

 

-¡Hey! ¿A dónde vas conejito?- Le tomó por la muñeca, deteniendo su paso.

 

-¿Me acompaña?- Se giró a verle. -Quiero que conozca a un amigo mío.

 

Minho se puso de pie rápidamente. Taemin quería presentarle a alguien. No sabía que tan seguro era eso, pero se sentía tan emocionado de saber que el menor le quería incluir en su vida.

 

Alcanzó su paso, abrazándole por los hombros con su brazo izquierdo. Taemin le abrazó por el torso, sonriendo.

 

-¿Puedo saber a quién voy a conocer?- Le preguntó, besando discretamente el cabello del chico. Le gustaba mucho que Taemin fuese varios centímetros menor: se fascinaba al ver que Taemin debía de ponerse de putillas para besarle y abrazarle por los hombros, o que Taemin cabía tan bien debajo de su cuerpo como para recargar su mentón sobre la cabeza del chico.

 

Taemin rio, cubriendo su boca elegantemente, para amortiguar el sonido.

-Ya dije que es un amigo mío, aunque, es más parecido a un hermano.- Movió sus labios en gesto de pensar. -Ahora que lo pienso, no suelo ser amable con él.- Suspiró. -Él sabe de ti.- Admitió.

 

-¿A sí? ¿Y sabe que somos novios?- Alzó una ceja mientras buscaba algún sonrojo en el rostro de Taemin.

 

-Neh...Él fue con quien hablé para saber qué era lo que sentía por ti.- Hablaba en un tono de voz tan sincero, que por un momento Minho se detuvo para observarle de manera incrédula por escuchar eso.

 

-¿Cuál es su opinión acerca de mí? ¿De lo nuestro?- Se sentía nervioso por ello, Taemin había consultado a alguien antes de confesarse. No es que estuviese mal, pero si le alteraba un poco.

 

Taemin volvió a reír, no dijo nada mientras hacía caminar más rápido a su novio. Se acomodó, dejándose abrazar por Minho, en realidad quería que le mimara de manera dulce y excesiva. Se sentía tan consentido por él, y quería más.

 

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Taemin jaló a su novio, llevaban las manos entrelazadas y caminaban acaramelados, a pesar de ir precavidos por el temor de que alguien les viera.

 

Minho cuestionó al menor cuando observó que estaban frente a una tienda de videojuegos. El menor rio, insistiendo para que le acompañara adentro,

 

-¡Hyung!- Exclamó en cuanto entró. -Perrito, ven a recibirme.- Rogó, a pesar de saber que su amigo probablemente estaba ocupado en la bodega.

 

-¡Ya voy, manzanita!- Se escuchó desde lo lejos.

 

Minho volvió a alzar una ceja, ¿ese era un apodo? No le agradó la forma tan cariñosa en que había sido nombrado por la voz del desconocido. Abrazó al menor –con ambas manos- por la cintura, pegándolo a su cuerpo. No sabía si debía temer o no, pero tratándose de Taemin, escatimar en celos no sería suficiente.

 

-Oye, Tae, hace días recibí una llamada de…- El chico salió de la bodega, revisando varios papeles que llevaba en una tabla. Alzó la vista, para encontrarse a su pequeño amigo siendo abrazado de manera sobreprotectora por un gigante. –Okay…Supondré que esto es normal por alguna razón.- Dejó la tabla sobre el aparador y se cruzó de brazos, esperando una algo, lo que fuera.

 

Taemin rio, quitándose de encima a Minho. Logró zafarse de su abrazo, para poder acercarse a Jonghyun. Decidió no acercarse demasiado por el momento. En cambio, un punto medio quedaba mejor; podía ver en el lenguaje corporal de Minho que no le agradaría si hacía cualquier gesto cariñoso para con Jonghyun.

 

-Minho, él es uno de mis amigos más cercanos. Jonghyun-hyung ha cuidado de mí, a pesar de que a veces hago cosas para hacerle enojar.- Rio, mientras le daba una mirada suplicando por perdón a su querido amigo. –Bien; Jonghyun hyung, él es Choi Minho. Mi profesor de historia…y mi novio, pero eso ya lo sabes.- Tildó un poco la cabeza, volteando a ver a Minho, para saber si fuerte personalidad ya se había relajado, o seguía con cara de pocos amigos.

-Un gusto en conocerlo.- Jonghyun hizo una reverencia, mirándole a los ojos, puesto que podía notar que no le estaba agradando.

 

-Igualmente.- Imitó el gesto. –Taemin me dijo que le ayudaste, así que…Gracias.- No supo si preguntó, o afirmó.

 

-¿Qué edad tiene?- Taemin olvidó decir que Jonghyun podía ser un poco muy honesto a veces, en cuanto a sus comentarios. –La verdad, no entiendo su relación, pero Taemin se ve muy emocionado cuando se trata de usted, y nadie puede negarle algo a Taemin.

 

-¿No estás de acuerdo?- Frunció los labios, no sabía cómo actuar ante esto.

 

Jonghyun negó con la cabeza. Se le hacía raro que Taemin no hubiese intervenido aun, así que siguió con todas las cosas que tenía en mente.

-No, estoy de acuerdo hasta cierto punto. Taemin es capaz de elegir por sí mismo.- Se encogió de hombros.

 

-Yo…-Volteó a ver a Taemin, él sonreía con una de esas sonrisas pícaras que tenía. –Tengo 31 años.- Respondió a la pregunta. –Nadie podría entender nuestra relación. Pero, a mí me gusta mucho Taemin. Y si él está emocionado de salir conmigo, yo puedo decir que vivo en éxtasis de ser correspondido por él.

 

Jonghyun sonrió; no comprendía lo que pasaba en la cabeza de Taemin, pero al menos ese hombre era alguien que parecía ser bueno para Taemin. Volvió a hacer la reverencia, esta vez menos osco hacia el novio de su amigo.

-Es un gusto conocerlo, señor Choi.

 

-Llámame Minho.- Aclaró. –Si eres tan cercano a Taemin, como para ayudarle a aclarar sus sentimientos hacia mí, entonces prefiero que me llames Minho.

 

Y la sensación de tensión desapareció. Taemin sabía lo que hacía, Jonghyun era realmente lindo con la gente, pero también era ese perro-celoso-hermano-mayor que tenía, y consideraba que debía conocer a Minho. También creía que Minho podría llegar a llevarse bien con Jonghyun, no sabría decir por qué, pero confiaba en su instinto.

 

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Minho observaba como Taemin comía su helado, manchándose la comisura de la boca. Hacía rato que habían dejado al amigo de Taemin seguir con su trabajo. Entonces había rogado por que fueran a comer un helado. Minho no pudo negarse.

 

Estiró su mano, tomando al chico por el mentón. Con la lengua limpió el helado, haciendo que el chico abriera los ojos con sorpresa. Era increíble que no se hubiese esperado eso.

 

-Taemin, besémonos.- Fue directo.- Pero, por favor, no quiero que cierres los ojos.

 

Taemin se sonrojó, asintiendo suavemente. Minho se acercó, rozando sus labios. Se miraban a los ojos, y era extraño, bonito y excitante. Minho adoraba poder ver los ojos heterocromáticos de Taemin. Pero el chico no se pudo contener por mucho. Con un terrible sonrojo, terminó separándose.

 

-¿Por qué te avergüenza esto?- Quiso reír.

 

-Es la forma en que me miras.- Se cubrió el rostro.  -Su mirada es muy fuerte.

 

-Pero ya te he mirado así, antes.- Minho quiso hacer que el chico se descubriera el rostro.

 

-Estabamos solos...- Susurró con cuidado. Sí, estaban sólos cuando hicieron el amor, pero ahora, estaban en público, aunque no hubiese nadie cerca. Taemin al fin se descubrió, dando una mirada a su al rededor.  Tomó valor y se impulsó para chocar sus labios con los contrarios. No evitó cerrar los ojos, ni la ruborización en su rostro.

 

Minho rio, Taemin era apetecible, en todas las formas posibles. Miró de nuevo sus labios, rosas, ligeramente delgados, que se abrían al momento de hablar, y se contorsionaban cuando sonreía. Acarició el cabello del chico, mientras Taemin se alejaba suavemente, echándose hacia atrás.

 

-Tae...- Le susurró. -Lo siento, la costumbre, pero ¿no tendrás algo más que hacer?- Rio. -Siempre estás corriendo a todos lados.

 

Taemin murmuró una risilla, achicando sus ojos. Cubrió su boca, tratando de componer compostura. Era cierto, siempre se iba con la excusa de llegar tarde a otro lado, o querer (tener) que hacer otra cosa.

 

-Quiero estar con usted el día de hoy.- Sonrió, dándole brillo a su sonrojo. -No lo voy a ver hasta el martes, y quería...Quería estar con usted.

 

Minho alzó una ceja. Entendía que la única razón del chico fuera el querer, pero no entendía por qué no iba a verle hasta el martes. Le tomó por la mano, entrelazando dedos, buscando cuestionarle con la mirada.

 

-¿No vas a ir mañana a la escuela?- Sonaba preocupado.

 

-No...- Agitó la cabeza, sacudiendo su cabello. -Tengo que ir al doctor, ya sabe mis ojos...- Echó la cabeza de lado, haciendo una mueca.

 

Cierto, Taemin debía ir al médico periódicamente para revisar su salud con respecto a su heterocromía. Se acercó a él, abrazándolo con ese sentimiento a flor de piel, queriéndole amar más de lo posible.

 

-Supongo que si es por tu bien, soportaré no verte mañana.- Jadeó contra su cabello.

 

-Minho...- Le llamó.  -Sólo será un día.- Subió la mirada, buscando engancharla con la ajena. -Prometo darle muchos besos el martes.

 

-Mmm...¿En serio?- Unió su frente con la del menor. -No sé si eso sea una buena ganancia.

 

-¿Qué más puedo darle?- Preguntó inocentemente.

 

-Quiero besos, ahora.- Le tomó por las mejillas, apretándolas para que Taemin pusiera en piquito los labios.

 

-No.- Se negó de manera juguetona. -Madtes.

 

-Ahora.- Insistió, robando de cuanto en cuanto besos al chico. -Por favor.

 

Taemin cruzó sus brazos al rededor del cuello del alto. Minho había le había soltado, así que era más fácil poder besarle. Tenía que pararse de puntillas para poder a penas llegar a besar su boca, pero no le importaba. Colmó de besos a Minho, tratando de no reír cuando las manos del mayor le tomaron por la cintura.

 

Desde lo lejos, parecían una pareja cualquiera, pasando un grato tiempo juntos. Uno de menor estatura, algo femenino en apariencia; el otro era alto, aprovechando esa diferencia, lograba tomarle por el torso. Llegaba a ser casi cómico la diferencia de estaturas y lo muy acaramelados que estaban.

 

Pero...

 

Notas finales:

En realidad quisiera que me dijeran formas de hacer que lo malo pase, porque entre más pienso, lo único que hago es agregar historias paralelas T.T Y no quiero que el fic se alargue más de lo que ya lo tengo planeado. (Por cierto, agregué otra pareja en el resumen :v )

Esperaré lindos reviews ^-^ ¡Besos!


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