Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

[Reviews - 340]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sé que me tarde. Últimamente no he tenido ánimos de hacer lo que me gusta hacer. No le veía sentido a mi vida en general, dejé muchas cosas incompletas. Traté de sentirme mejor, y continuar, pero realmente no sentí ese impulso hasta hace poco. 

Otra cosa, 

A partir de este capítulo van a venir problemas, es una promesa. 

-Disculpe, ¿está Minho seonsaeng aquí?- Taemin sólo asomó su cabeza dentro de la sala de maestros, por suerte sólo se encontraba el profesor Kim.

 

-¿Taemin ah?- Le llamó. –Creí que estaba contigo…Ya sabes, siempre están juntos…- Se encogió de hombros, algo incómodo.

 

-No…Minho seonsaeng no estaba en el salón cuando yo llegué…- Miró el suelo, algo apenado. Sabía que ese profesor era amigo de Minho, y que conocía de su relación con Minho, pero eso no quitaba que la situación fuera rara e incómoda. –Pensé que tal vez se encontraba aquí…

 

Key sonrió, Taemin era tierno.

-Creo que se tuvo que ir.- Le explicó. –Hoy en la mañana me dijo que su padre estaba algo enfermo. Tal vez era algo grave.- El menor subió la mirada, asustado, provocando que Kibum quisiera retractar lo que dijo. –O tal vez fue otra cosa.

 

-…- El menor volvió a agachar el rostro. –Si sabe algo, ¿me podría decir?

 

-Por supuesto, Taemin ah.- Trató de sonreírle para hacerle sentir mejor. –Supongo que ahora te irás a casa, ¿no?

 

El menor sacudió la cabeza, negándose. No quería ir a casa y encontrarse con que Eunhyuk estaba ahí. Últimamente Eunhyuk estaba en su casa todo el tiempo. No le soportaba. Hizo una cara de conformismo, tratando de pensar que otra cosa hacer. No tenía clases de piano, y Ravi se encontraba trabajando. En estos momentos, importunar a Jonghyun no era factible, probablemente estaría con Jinki, y sabía que no debía interrumpirlos. Tal vez podría ir a casa de JongIn, pero, las cosas con él se habían vuelto algo raras de un tiempo a la fecha. Kai siempre estaba tocándole levemente, y diciendo cosas que podrían ser insinuaciones o no. Sacudió su cabeza, quitándose eso de la cabeza, tal vez estaba exagerando.

 

-Hey.- Esuchó la voz del profesor Kibum llamarle. –Sabes, Minho me ha contado que te fascinan las películas de horror, ¿es cierto?- Tenía que admitirlo, había visto predicamento en la cara del chico después de haberle preguntado si iba a ir a casa.

 

-Neh…- Hizo un gesto con la boca, como si estuviese pensando en la última película de terror que vio. –Me divierten.

 

-No te culpo, a mí también me gustan.- Le sonrió, invitándole a quedarse un poco más en la sala de maestros. -¿Viste aquella película…mmm, no recuerdo su nombre, pero la primera escena impresionaba al ver como una mujer era atravesada por un tubo justo en su cuello?

 

Taemin rio suavemente, esa sería la descripción que el mismo daría.

-Ya sé cuál dice. Ella iba en el auto, el tráiler en frente de ella llevaba material de construcción, y entonces las cosas salieron mal.- Cubrió su boca para evitar mostrar la risita que se le escapó. –Si la he visto, pero no es de mis favoritas. Es tan…

 

-¿Irrealista?- Complementó, observando como con un gesto el chico concordaba. Al menos podían hablar de algo sin sentir que simplemente no debían de pasar los límites del saludo formal. –Ha habido mejores.

 

-Neh…- Taemin volvió a agachar el rostro, pensando en si debía preguntar o no, después de todo, sabía que el profesor Kibum y Minho se conocían de un largo tiempo. –Disculpe…- Llamó con una voz a medias; no quería preguntar, pero, ahora que no estaba Minho, era como si no tuviese que culparse por sentir lo que sentía. -¿Conoce a la noona de Minho seonsaeng?

 

-¿Te refieres a Seohyun?- Key alzó una ceja, ¿por qué Taemin estaba colando a la charla a la amiga de Minho? Le miró, tratando de ver algo en el rostro del chico. No encontró nada, o mejor dicho, había tanto, que le era imposible entender.

 

-Neh…Ella…¿Ha tratado con ella?- Debía preguntarle a alguien que la conociera si era tan normal que él la odiara con profundidad, o si sólo eran celos. Si Minho no estaba ocupado con asuntos familiares, probablemente estaba con ella, y eso era algo que no podía –menos quería- pensar.

 

-Mmm…Sí…- Key hizo memoria. –En la universidad, cuando estaba con Minho.- Explicó. –Ella solía ir a otra universidad, pero de igual modo siempre estaba rondando las instalaciones.- Entonces lo comprendió, porqué Taemin había preguntado acerca de ella. –No sólo visitaba a Minho, también veía a otras personas. Al parecer tenía varios amigos ahí…Taemin, ¿acaso tú estás celoso?- Trató de decir todo con más tacto, porque después de todo, Taemin era un niño. Se lo había repetido tantas veces a Minho, Taemin era un niño, pensaba como niño, y tenía sentimientos de niño. Por supuesto que se iba a poner celoso de alguien cercano a Minho, era algo inherente a su edad.

 

-Yo…- Se sonrojó, más por la frustración que sentía, que por vergüenza. En realidad deseaba no despreciarla, pero no podía evitar no quererla. Le frustraba no poder hacer algo para poner en orden lo que sentía, con lo que su cabeza le decía qué era lo correcto. –No…- Mintió, porque sabía que si lo admitía, se vería como un adolescente débil, que no está a la altura para salir con Minho.

 

Key sonrió suavemente. Ahora entendía lo que probablemente estaba pasando dentro de la cabeza del chico. Por supuesto que no iba a admitirlo, e incluso, llegaría a forzarse para borrar, o mínimo esconder, esos sentimientos.

-Entonces no hay ningún problema…- Le sonrió tranquilizándolo. –Sigamos conversando de películas.

 

Y así fue, siguieron hablando sobre el mismo tema, hasta que el hilo de la conversación se dirigió a otro lado; cada vez era un poco más fácil hablar con soltura.

 

Fue agradable, hasta aquel momento donde pasos afuera del salón les interrumpieron. Minho se extrañó un poco al ver a su pequeño novio conversando con Kibum. Sonrió cuando observó el pequeño brinco que Taemin dio para ponerse de pie y correr a sus brazos. Le recibió, encerrándolo entre sus brazos, mientras el menor se escondía en su cuello. Parecía que no se habían visto en años, Taemin colgaba de su cuello como si se negara a volver a separarse en su vida de él. Le estrujó el cabello, consiguiendo que el menor alzara el rostro y le hiciera una mueca. Se soltó, para dar media vuelta y hacer una reverencia de despedida hacia el maestro que le había estado haciendo compañía durante ese rato.

 

-Gracias…- Susurró, agradeciendo que Kibum le hubiese tratado de hacer sentir mejor con respecto de sus celos.

 

-No hay de qué, Taemin ah.- Le sonrió. –Sabes, después te daré el nombre de las películas que te dije.- Simplemente decidió disimular que no sabía la verdadera razón de por qué le estaba agradeciendo el adolescente. –Me encantaría saber cuál es tu opinión de cinéfilo. 

 

Taemin asintió, sonriendo ampliamente, le gustaban las películas de terror, y era bueno saber que alguien más en el mundo compartía esos gustos.

Tomó la mano de Minho y dejó que aquel hombre le llevara a ese salón donde solían pasar las tardes, entre pláticas y risas, sin realmente hacer más que acompañarse con esos sentimientos tan arrebatados que tenían el uno por el otro.

 

-¿Cómo supo que estaba en sala de maestros?- Taemin se recostó sobre el pecho del mayor, se había sentado en las piernas de Minho, buscando de nuevo esas sensación de comodidad que siempre hallaba a su lado.

 

-Vi tus cosas aquí, conejito. Supe que seguías en la escuela, y sabiendo que te llevas extraordinariamente bien con los maestros, no me fue difícil pensar…

 

-¿Dónde estaba?- Le interrumpió con su voz a medias, no queriendo escuchar lo que había estado causando celos dentro de sí durante el rato en que no supo dónde rayos se hallaba Minho.

 

-Seohyun tuvo un accidente, necesitaba de un aval, así que me llamó…

 

Taemin dejó de escuchar la explicación, era lo único que no quería oír, más cosas de aquella noona que siempre haría compañía de Minho. Agachó el rostro, tratando de controlar su respiración, no sabía cómo reaccionar, llorar no era una opción, enojarse menos. Mordió su labio inferior, tratando de descifrar qué era lo que tenía que hacer, cómo reaccionar.

 

-¿Noona está bien?

 

-Sí, fue poco el daño, pero se necesitaban hacer los procedimientos.- Le explicó. –Tae…- El menor se encontraba muy callado, además de haber quitado la mirada casi de inmediato. Le tomó del rostro, obligándolo a que le mirara, Taemin no quería hacerlo. -¿Acaso…

 

El celular del chico sonó, como pocas veces. Taemin se levantó de su lugar, sin decir nada. Se giró, dándole ligeramente la espalda al mayor. Contestó, con su tono de voz templado indicando que no tenía ánimos de hablar por mucho tiempo, o se rompería a llorar.

 

 

 

 

-¿Yuh-ba-sae-yo?- Taemin trató de fingir que no estaba molesto.

-Taemin, ¿quisieras decirme qué rayos haces en la heladería cuando estás trabajando?- Ravi sonó algo molesto, extrañado, y a la vez divertido. –Hay un hombre demasiado terrorífico preguntando por ti.

-Oh…Nunca me había preguntado qué pasaba si el señor seriedad iba un día que no me toca atender…

-¿Señor seriedad? ¿Estás loco?- Se burló. –Este hombre asusta, y mucho.

-Él es totalmente inofensivo…- Soltó una pequeña risita. –Ravi, ¿me harías un favor?- Preguntó, echando el rostro de lado, a pesar de que Ravi no pudiese verlo.

­-¿Qué se te ofrece?

-Prepárale un café, dile que es de mi parte. A él…A él le gusta tomar café.

­-¿Así que eras tú el que estaba haciendo uso del café, y comprando más?­- Rio, sabía que su amigo estaba loco, pero que hiciera cosas sólo por un cliente, eso era algo extremista.

-Por favor, jebal, jebal, jebal, Wonshik-goon.- Rogó. –Él ha sido muy amable conmigo, y es una costumbre de nosotros…

-Está bien, Taemin ah, si el<<señor seriedad>> no me mata antes…- Murmuró. –Yo le daré tu mensaje.

-Gracias, prometo que no volverá a pasar.

-Más te vale, Taemin ah.- Se despidió con un murmuro para después colgar de inmediato.

 

 

 

 

Minho observaba al menor, ¿de quién hablaba? Taemin había soltado una de esas risitas bobas que da cuando ha hecho alguna travesura que le causa mucha diversión, o en su defecto, placer de hacer lo incorrecto. Se había visto tan callado, y después de esa llamada se había iluminado, como si así hubiese estado todo el día. Se puso de pie, confundido, ¿qué pasaba con Taemin? Había sido muy raro ese cambio de humor, y sobretodo, ¿de quién estaba hablando con Wonshik?

 

-Tae…- Le abrazó por la espalda, para volver a sentirlo rígido y callado, ¿le había hecho algo malo?

 

-Minho…- El menor se giró. –Quisiera irme a casa ahora, estoy cansado…- Hizo una mueca, tallándose los ojos, mientras evitaba bostezar.

 

-Claro, ve.- Asintió, no iba a obligarle a quedarse si no quería. Con un mal sabor de boca, observó como el chico tomaba sus cosas y partía de la escuela, aunque, como siempre, se giraba de último momento para darle una sonrisa y de vez en cuando un beso al aire. Eso le hizo sonreír, al menor Taemin seguía haciendo ese gesto tan dulce con el que se despedía.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

No tuvo que adivinar mucho, en efecto Eunhyuk se encontraba en su casa. Taemin entró ignorando a todo lo que respirara, subiendo las escaleras mientras daba fuertes pasos, y terminaba por encerrarse en su cuarto. Había hecho caso omiso de las miradas de su madre, Dara, y Eunhyuk, que cuestionaban su mal humor.

 

Se dejó caer en la cama, hundiéndose en el cubre cama multicolor. Odiaba sentirse así, odiaba no tener verdaderos motivos para sentir celos, y que en este preciso momento lo único que quería era no estar cerca de Minho. Quería estar solo, sabiendo que esta vez la soledad si sabría a ello.

 

Se envolvió entre las mantas, pensaba dormir, y dejar que esos sentimientos extraños se fueran lentamente, perdidos entre las hebras de los sueños que tendría. Tal vez cuando despertase ya no sentiría enojado con Minho, incluso podría empezar a apreciar a esa noona que por el momento no soportaba ni imaginar. Tal vez.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

Minho suspiró, sin Taemin no había motivo para quedarse en esa aula. No le gustaba lo vacía que podía verse cuando no estaba acompañado de su pequeño novio. ¿Habría dicho algo, o hecho algo, que disgustó a Taemin? Se veía tan triste, y había decidido irse sin más ni menos.

 

Recogió sus cosas, debatiéndose entre seguir trabajando en la escuela, o irse a su casa. Caminó por el pasillo, llegando de nuevo a la sala de maestros. Pensaba simplemente dejar todo lo que debía revisar, y después irse a casa para poder pensar en qué le había hecho a Taemin.

 

-Wae? ¿Dónde está Taemin?- Kibum seguía trabajando en los exámenes que estaba revisando.

 

-Se fue…- Dijo en un suspiro.

 

-¿Qué? Pero si él se veía tan ansioso de que llegaras, ¿qué pasó?

 

Minho hizo una mueca, no tenía ni idea, lo debía admitir. Taemin simplemente se veía triste, a excepción por ese breve momento en el que habló por teléfono con Wonshik, en donde pudo esbozar una sonrisa, que desapareció en cuanto colgó la llamada.

-No lo sé. Taemin se veía tan triste. Desde que le dije que había ido con Seohyun por el accidente que tuvo, incluso después de una llamada que le hizo sonreír, él seguía viéndose triste.- Jadeó.

 

Kibum abrió los ojos. ¿Minho era idiota? ¿No había escuchado sus propias palabras? Sacudió la cabeza negando lo muy ciego que su amigo estaba siendo. Simplemente contuvo la risa y ganas de querer burlarse de Minho, tenía que explicarle a Minho lo que había hecho mal.

 

-Erm…Minho, creo que debes de ser más cuidadoso con las cosas que le dices a Taemin.- Hizo un ademán, tratando de explicar las cosas de manera suave. –No olvides que Taemin…

 

-¿A qué te refieres?- Alzó la ceja, sospechando. –A-caso…¿Acaso Taemin te dijo algo al respecto?

 

-Eobsseo, para nada.- Se encogió de hombros. –Pero es joven, y los jóvenes no saben controlar sus sentimientos.- Suspiró. Se puso de pie, recogiendo todo lo que se encontraba desperdigado en la mesa. –Cuando se es joven, es fácil pecar de celos…También cuando no se es tan joven.

 

Después de decir eso dejó la habitación, dejando a Minho atrás. El hombre sólo mantenía una gran interrogación tatuada en el rostro. ¿Celos? Taemin no podía estar celoso, ¿de qué? Además, él no parece ser de quienes se ponen celosos rápidamente, ¿o sí? Se volvía a preguntar, ¿de quién estaría celoso Taemin?

 

Pero, pensando más profundo, y usándose a sí mismo como ejemplo, realmente podía ver las señas de alguien que tenía celos en Taemin. Se preocupó, hay varios motivos para que alguien se ponga celoso, casi siempre es por otra persona, pero también hay veces en que se refleja como la culpa. De inmediato pensó en esa llamada que el menor tuvo. Taemin había conversado con Wonshik, pero había hablado de alguien, alguien con quien ya tenía una tradición. Pero no…Taemin no sería capaz, ¿o sí? Después de todo, Taemin solía cambiar de pareja en pareja, hasta que su relación empezó.

 

Gruñó, molesto consigo mismo, por haber imagino miles de cosas que podrían haber pasado con Taemin. Tal vez había sido un mal día para el pequeño, o tan sólo había despertado triste. Pero Taemin jamás despertaba triste.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

El día amenazaba con ser terriblemente soleado. Taemin se envolvió más en las cobijas que le volvían una crisálida sobre su cama. No tenía ánimos de asistir a esa estúpida comida donde Donghae oficialmente diría que estaba comprometido con Eunhyuk, ¡ya todo el mundo lo sabía! ¿Para qué volverlo a mencionar? En momentos como este, los odiaba tanto, a los dos, a todos.

 

Rodó sobre la cama, ni siquiera tenía ánimos de quitarse la pijama. Se arrellanó más en ese hueco que empezaba a formar por estar en la misma posición por tanto tiempo. No se iba a levantar por nada del mundo.

Alguien llamó a la puerta, siendo Dara la que se asomó de manera despacio. Con una sonrisa a medias se acercó a la cama donde el menor fingía morir por alguna desgracia, sólo para justificar su flojera y mal humor. Llevaba ya varios días con ese humor tan insufrible, que probablemente nadie le obligaría a ir a la comida que tenían planeada.

 

-Corazón, ¿te sientes bien?- Dara lo sabía, Taemin estaba perfectamente bien, pero necesitaba una excusa para decirle que se quedara en casa y no estuviera poniendo sus caras de malhumorado todo el día.

 

-Creo que me voy a enfermar.- La complicidad entre ambos los llevaba a realmente creerse las mentiras que decían y escuchaban. Taemin subió el cobertor hasta su cuello, escondiéndose de la luz del sol.

 

-Ya veo…- Murmuró. –Tal vez lo mejor es que te quedes en cama.- Y con una dulce sonrisa le ordenó que siguiera ahí, haciendo nada y quejándose de todo.  

 

Taemin pudo escuchar cuando todos se fueron. Suspiró, frustrado, tenía ganas de ser pequeño de nuevo y ponerse a jugar videojuegos para pasar el tiempo. Pero ahora, eso, simplemente no sabía igual. Terminó de darse cuenta que se había quedado solo. Completamente solo. Recordó aquella compañía que jamás tuvo, pero que siempre estuvo con él. ¡Le extrañaba tanto! Nunca nadie llegaría entender lo que eso significaba. Suspiró de nuevo, tratando de evitar entristecerse, ahora menos quería levantarse de la cama.

 

Su celular sonó. Era Minho. Casi como si el mayor lo hubiese presentido, o sabido. Sonrió, quería estar con Minho en este preciso momento. Quería estar con él todo el tiempo, aunque a veces también quería estar solo. Contestó.

 

-Minho…- Susurró, como si aún hubiese personas en la casa.

 

-Taemin ah, ¿harás algo hoy?

 

-No…Me quedaré en cama.

 

-¿Estás bien?

 

-Neh, tan sólo no quise levantarme…- Suspiró. –Minho, ¿p-puedo ir a su casa?- No quería estar solo.

 

-Conejito…- La voz de Minho pareció haber suavizado. –Por supuesto que sí, no es necesario que lo preguntes…

 

-Iré ahora…

 

 

Después de un rato en el que Minho estuvo esperando al filo de la puerta, pudo ver al menor acercarse. Taemin se veía decaído de nuevo, como cuando lloró por la ausencia de su acosador. ¿Sería eso de nuevo? Se preocupó, por supuesto, todo lo que tratara de Taemin le haría verse interesado. En cuanto le tuvo cerca corrió a abrazarle, dándose cuenta que Taemin se dejó fundir en ese abrazo como si nada más tuviera razón para existir.

 

-Conejito, ¿qué tienes?- Le obligó a alzar la mirada, se veía tan triste.

 

-No ha sido un buen día…- Y todavía no había hecho algo de provecho. Taemin sentía hundirse en la miseria. –Mi familia está creciendo, y no con personas que precisamente me agraden…- Murmuró entre dientes.

 

Minho frunció el ceño, rara vez veía a Taemin hablar tan despectivamente, ¿a qué se debía su actitud ahora? Al menos podía agradecer que no era de nuevo por el acosador ese que tuvo, y que no había regresado –hasta donde Taemin le hubo contado-, pero ¿hablar así de su familia? Taemin adoraba a su familia con todo el corazón, ¿a quién despreciaba lo suficiente como para no quererle dentro de su familia?

 

-Conejito…

 

-Minho…- No quería hablar. Se hundió en el cuello del mayor, tratando de descansar toda esa frustración y molestia que sentía. –Te quiero.

 

-Yo también te quiero, Taemin ah.- Como un consuelo, colocó su palma en la espalda del menor, acariciándole con parsimonia. –Te quiero más que a nadie en este mundo. 

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

Habían pasado algunos días, Taemin seguía igual de raro. Minho cada vez se empezaba a cuestionar más cosas. El pequeño simplemente había empezado a hacerse más reservado, no sólo con sus palabras, también con sus sonrisas y miradas. Se iba a volver loco si no descubría qué le pasaba a Taemin, le sentía tan alejado, y temía enterar que sólo se estaba alejando de él. Aunque esto no fuera cierto.

 

Poco le faltaba para enterar del mucho odio que Taemin sentía por Eunhyuk, pero hasta entonces, el mayor no lograba entender las muy fluctuantes actitudes de Taemin. Así que, decidido por tratar de hacerle reír, el sábado temprano, se puso de camino a la heladería, donde sabía que Taemin estaría trabajando, o en su defecto, perdiendo el tiempo. 

 

No esperaba nada, sólo verle ahí, trabajando, o en su defecto aburriéndose mientras jugaba con cualquier cosa que estuviese a su alcance. Eso lo podía predecir, desde que empezó a visitarle en la heladería era así. Taemin debería de estar sentado frente a la máquina registradora, o limpiando el aparador. Lo único que se preguntaba era cuál sería su estado de ánimo. No quería seguir viéndole triste, sólo le bastaba con verle sonreír de esa manera infantil y sincera que tiene. Amaba esa sonrisa, que le hacía ver menor de lo que es, la cual le escondía los ojos bicolores, y parecía que el mundo se difuminaba al rededor.

 

Nunca odió más esa sonrisa al ver como Taemin la compartía con alguien más. No sólo era esa mueca, sino toda la risa; Taemin estaba sentado en una de las mesas, haciendo compañía de alguien. Le sonreía e incluso se inclinaba hacia aquel hombre. Porque era un hombre, mayor para Taemin -aunque él mismo no quisiera admitir que igualmente era mayor para Taemin.

 

¿Quién era él? ¿Por qué se encontraba con Taemin? Lo único que pudo pensar era que ese hombre era de quien había estado hablando aquella vez. Taemin había estado feliz aquella vez, como parecía estarlo ahora.

 

Minho no se encontraba bien con eso. ¿Por qué? Era lo único que podía preguntarse. Después de eso ya no pudo controlarse. Su Taemin había ido con alguien más para poder sonreír.

 

Hizo puños las manos, se sentía demasiado molesto con ver lo que estaba viendo. No lo comprendía, se sentía herido.

 

-¡Taemin!

 

 

 

 

 

 

 

Su celular no era el mejor distractor, ya incluso hasta había limpiado las grandes ventanas sin necesidad alguna. No se encontraba aburrido, tan sólo seguía sin tener ánimos de nada.

 

Suspiró, no sabía ni por qué había ido a trabajar. Se dejó caer en una de las sillas, la clientela era bastante fluctuante como para que valiera la pena sonreír.

 

Escuchó que alguien tocaba a la ventana más larga del lugar. Subió la mirada, era el señor seriedad. Le sonrió, de manera cansada mientras le veía entrar al local.

 

-Buenos días Taemin ah.- Le saludó. Y, siendo algo común entre ellos, tomó asiento en la misma mesa en la que Taemin estaba sentado.

 

-Buenos días...- Murmuró, apoyándose sobre la palma de su mano.

 

-¿Pasa algo, Taemin ah?- Le miró curioso. -¿Qué tienes?- Cuestionó.

 

-Estoy tan molesto.- Gruñó. -Y sé que si sigo así, terminaré desquitándome con todo el mundo.- Estuvo a nada de estrellar su cabeza sobre la mesa.

 

-¿Por qué, Taemin ah?- Parecía preocuparse por lo que estaba acongojando al adolescente. -Anda, dime.- Le sonrió de nuevo. -Ya sé, juguemos: Si me cuentas, yo te diré un secreto.

 

Taemin soltó un murmullo parecido a la risa contenida. Eso alivió a aquel hombre, Taemin en el fondo aún tenía ese humor bobo e infantil.

 

-Neh.- Asintió lentamente. -Está bien.

 

-Entonces tú primero.- Hizo ademán de que continuara hablando.

 

-Agh...Se trata de mi primo. Se va a casar con alguien que no me agrada. Y lo peor es que por más que le haya hecho malas pasadas a ese tipo, sé que no me desprecia. Y que si debo de estar enojado con alguien, es mi primo.- Gimió molesto. -No los soporto juntos, y se van a casar, y eso me está sacando de quicio.

 

El hombre evitó reírse, Taemin sonaba caprichudo, de hecho sonaba como si en una novela romántica, él fuera la hija que no acepta como madrastra a la protagonista de la historia. Si bien le parecía gracioso, también debía de verlo desde el punto de vista de Taemin. No sabía los motivos por el cual aquel personaje le desagradaba, así que no podía juzgarle. Sólo atinó a darle una palmada en la espalda, tratando de confortarle.

 

-Estoy seguro...que las cosas se acomodarán en su lugar; o en su defecto, te acostumbrarás.- Le hizo reír con eso.

 

-Ahora usted.- Taemin se sacudió para quitarse la mano de su amigo, después se giró de lado y volvió a apoyarse sobre su mano, mirándole.

 

-Ah cierto.- Rio, justo como Taemin haría. -Mi secreto es que...- Le indicó que se acercara, para poder susurrar. -Tú me agradas mucho.

 

Taemin se alejó, conteniendo la risa. Eso no era un secreto, el señor seriedad no lo había admitido, pero si iba a la heladería sólo por hacerle visitas. Taemin lo sabía.

 

-Me siento honrado.- Sonrió hasta achicar los ojos. -Usted a mí también me agrada.

 

-Ya te vez mejor.- Entonces regresó a su cara inexpresiva. -Eres demasiado bonito como para estar triste.

 

Taemin suspiró, recordaba cuando ese hombre le había contado de su novia y su arrogancia, comparándola con él. No volvió a saber más de esa historia, se maravillaba de si mismo por no haber vuelto a preguntar a pesar de estar tan interesado.

 

-¿En serio cree que soy bonito?- Cuestionó.

 

-Ya te lo dije, eres bonito.- Repitió, como si le cansara tener que hacerle ver al adolescente que lo estaba diciendo de manera sincera. -Tu cabello, a pesar de estar largo, creo que se ve bien así.- Empezó a enlistar.  -Tu nariz es curiosa, y ese lunar que tienes ahí.- Señaló, haciendo que el menor formara una mueca antes de reír. –La forma de tu rostro, en sí es bonita, y tu boca. Es pequeña, algo acorazonada, como si aún tuvieras pequeños rasgos de un niño menor.- Le picó la mejilla, como si tratara de hacer reír a un bebé.

 

En efecto, Taemin rio. El señor seriedad había dicho lo que ya varias personas le habían contado. Al fin de cuentas, realmente tenía que ser bonito. Pero, no había mencionado algo importante que usualmente todos ponían en primer lugar: sus ojos.

 

-Es curioso, la gente siempre menciona mis ojos…Usted aún no menciona mis ojos…

 

-Taemin, tus ojos es lo que menos me gusta de ti.- No lo dijo a manera de ofensa, en cambio su seriedad había dejado muy en claro, que esa cualidad del chico era indiferente para él.

 

-Omo…- Taemin sintió el color inundar sus mejillas. Nunca había conocido a alguien que le mirara a los ojos y no se sintiera atraído por ellos. Ese misterioso hombre lo había logrado, era tan diferente, tan serio. Había algo en él, pero no sabía qué.

 

Suspiró, tratando de descifrar ese misterio que había detrás de aquel hombre de sombra larga. 

 

-Taemin...- Le llamó. -¿Recuerdas que regresé por negocios?

 

El menor asintió frenéticamente, ¿a qué venía el cambio de tema? Ahora era aquel hombre el que no se veía tan alegre; aunque su seriedad lograra esconder muchas cosas, no todo es posible de camuflar.

 

-Lo cierto es que el trato fue un éxito. El negocio se ha cerrado.- Le miró directamente. Su mirada no era fría, sino una cálida y tierna hacia una persona como Taemin. –Después de esto me iré, y no pienso volver a la ciudad.

 

-¿Qué?- Parecía sorprendido por eso. -¿Se va a ir?- No quería, ese hombre le trataba de manera dulce y a la vez era raro, porque era muy serio. Una sensación muy extraña se formulaba dentro de Taemin, porque no quería que su amigo se fuera. -¿Cuándo?

 

-Estaré un par de días más…- Jadeó, puesto que había notado la mueca de decepción en el menor. –Vamos, Tae, ya estabas alegre. Regálame una sonrisa, sería un buen recuerdo que me puedo llevar.

 

Taemin boqueó, ¿al menos le debía de regalar eso? Podía ser egoísta, actuar como niño pequeño y abnegarse a esa noticia. Cruzarse de brazos y no volver a dirigirle la palabra, después de todo ya no le vería de nuevo. Pero aquel hombre no lo merecía. Taemin asintió, dándose cuenta que no podía darse el lujo de hacer un reproche, al menos que él se llevara un buen recuerdo. Suspiró, sentía de nuevo esa sensación de ser abandonado. Lo acaba de descubrir, al final todos se iban ¿no? Él mismo dentro se iría dentro de poco.

 

Sonrió, para alegrarle la travesía que había tenido. Pero, aun así, algo le seguí oprimiendo el pecho.

 

-No te ves muy alegre…- Le acarició la mejilla, sin querer provocando que Taemin riera amargamente con lo que había dicho.

 

-¿Cómo quiere que lo esté, si ya me había acostumbrado a usted?- Gimió. –Ahora lo tendré que extrañar.

 

-A veces así son las cosas.- Suspiró. –Yo también te extrañaré, Taemin ah.

 

Entonces el menor dejó de estar enfadado. Siempre viendo todo desde su punto de vista, tan sólo era un humano. Pero, ahora lo había entendido, porque él se lo había dicho, las otras personas también pueden sentirse tristes, enojadas, felices...

 

Jadeó, era tan consiente que para su edad era alguien sumamente infantil. A veces desearía ser más maduro, justo como ese hombre que malamente había apodado señor seriedad. Le sonrió, agradeciéndole, por esa corta lección que le había enseñado. Le estaba tan agradecido.

 

-¡Taemin!

 

Esa voz hizo que el menor girara rápidamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Taemin!- Eso era lo que Minho había gritado furioso. Sentía que su pequeño novio le estaba engañando, y sólo por haberle regalado una de sus bellas sonrisas a alguien más. Además, Taemin se había visto tan deprimido en la semana, y aquel tipo le había hecho sonreír. ¿Cómo no sentirse engañado, defraudado?

 

-¿Minho?- Taemin preguntó asustado, jamás había escuchado eso en el tono de voz del mayor. No había sido el grito, sino la furia, que se embargaba de toda la dulzura con la que usualmente le hablaba. -¿Q-qué…

 

-¿Qué está pasando aquí?- Le interrumpió, mirando desafiantemente a aquel hombre que parecía inmutado por la situación. -¿Qué estás haciendo?

 

Taemin se puso de pie de inmediato. ¿Acaso Minho había insinuado… No quiso creerlo. Trató de acercarse a su novio, para tranquilizarlo. Se veía tan alterado, que Taemin en efecto temió, no por él, sino por su amigo.

 

-¿Quién es él, Taemin ah?- Le demandó contestar.

 

-Discúlpame, Tae.- Aquel hombre se puso en pie. –No quise causarte problemas, será mejor que me vaya.

 

-¡No!- Giró a medias su cuerpo para rogarle que no se fuera, no quería que él se fuera. –Por favor, quédate, déjame aclarar esto…

 

-¡Taemin!- Minho reclamó. -¿Por qué le das explicaciones a él?

 

-¿Qué es lo que pasa, Minho? ¿Por qué me hablas así?- Sintió que su pecho se oprimía de nuevo. Jamás pensó que Minho le fuera hablar con ese tal grado de enojo.

 

-¿Qué pasa? ¿Te parece poco que entre vea a mi novio coquetear con alguien?- Acusó.

 

-Yo no estaba coqueteando, ¡por dios!- Se quejó. -¿Qué te hace creer eso?

 

-No lo sé, tal vez que estabas exageradamente cerca de él.- Subió el tono de su voz. –¿O es que tratas así a todos tus clientes?

 

Taemin abrió los ojos por completo, Minho le creía capaz de engañarlo. No lo pensó subió la mano y alcanzó a asestar una bofetada al mayor. ¿Cómo se atrevía? Minho sabía perfectamente que él era su primer amor de verdad, y aun así le creía capaz de engañarlo. Taemin pudo sentir el sonido de algo romperse.

 

-Ni siquiera sé su nombre.- Dijo con calma, porque ya no se iba a rebajar lo suficiente como para seguir gritando en medio de la tienda. Se alegraba de que no hubiese ningún cliente…Miró de reojo a la mesa en la que antes estuvo sentado. Él ya se había ido…

 

Minho lo notó, como los ojos de Taemin se llenaron de lágrimas. La realidad le calló como un balde de agua fría. Se había puesto celoso, había desconfiado del menor, cuando realmente en su relación no había ninguna prueba para estarlo. Le había dicho algo horrible; además de que Taemin no tenía la obligación de ir con él siempre que se sintiera triste.

 

-No, Tae, no quise…Conejito, yo…

 

-Váyase.- De nuevo la voz calmada del menor, eso hizo que Minho sintiera como si una nueva barrera (además de la edad, y su posición maestro-estudiante) se hubiese formado entre ellos. –Si es capaz de creer que le voy a engañar en cualquier momento, entonces ya no sé qué pensar de las promesas de amor que me ha hecho.- Giró la mirada hacia la puerta. –Váyase.

 

-Cariño, escucha, lo siento, no fue mi intención.

 

-¡Váyase, profesor Choi!- No gritó, sólo fue autoritario, dejando que su máscara de dolor fuera lo que castigara al mayor.

 

Minho no pudo decir más, tenía que dejarle, o Taemin realmente no le volvería a escuchar. Tenía que arreglar esto, aunque el menor no le quisiera ver por el momento.  

Notas finales:

Probablemente ahora me odien, por haberme tardado, o por el capítulo. Me temo que esta etapa en la vida de ambos no va a terminar como muchas personas creen, o quieren. 

Van a pasar muchas cosas, así que sean libres de preguntar qué cosas haré con esta parejita. 

Hasta pronto, besos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).