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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Los quiero mucho, así que terminé el capítulo antes (además de que el primer review que recibí del capítulo anterior me pedía que no tardara en actualizar xD ). Además, tuve un día libre, y como tenía un ensayo de filosofía que entregar, me dediqué a escribir el capítulo. Si notan palabras que normalmente no usaría, o frases enteras, es culpa de ese ensayp.

Pondré una advertencia en este capítulo. No les diré más :P Lean.

 

Taemin azotó la puerta de su casa al entrar. No podía controlar sus acciones, puesto que realmente la máscara de frialdad y dolor se había impregnado a su rostro. Subió las escaleras en silencio, dirigiéndose a su habitación. No habló, ni siquiera para avisar que había llegado. No había sido necesario, todos en la casa ya lo sabían.

 

Chaerin y Donghae se giraron a ver a Dara, la única en la sala que parecía no entender lo que pasaba en la mente de los otros dos.

-Ve a hablar con él.- Chaerin rogó. –A mí no me lo va a querer contar.

 

-Y a mí ni me quiere ver.- Donghae agregó. –Por favor, Dara, pregúntale que tiene.

 

Eran su familia, conocían cada parte de él. Taemin no había llegado bien, y aunque ya antes se  había enojado, se podía notar la diferencia. Taemin parecía molesto, acongojado con lo que sea que le estuviese pasando.

 

-Pero, yo…

 

-Por favor, Sandara.- Donghae insistió. –Me dijiste que Taemin te dice todo lo que le molesta. Ve y pregunta qué le hizo estar así.

 

Dara asintió, era cierto. Suspiró, mientras se ponía de pie para acercarse a las escaleras. ¿Qué podía decir a Taemin para que le hiciera sentir mejor? Caminó con cautela mientras pensaba qué palabras exactas usar. Llamó a la puerta de esa habitación con cuidado, esperando que Taemin respondiera. No pasó, así que tuvo que abrirla, para encontrarse con su hijastro en un intento de sollozo bajo las sábanas de su cama.

 

-¿Tae?- Se acercó, sentándose a un lado del chico. -¿Estás bien?

 

Taemin negó con la cabeza, no lo estaba. Sentía que todas las palabras de amor que Minho le había dicho eran una mentira. No confió en él; no lo entendía, le había dicho a Minho que era su primer amor, le había dado su primera vez, ¿en serio eso no le bastaba para creer que le era total y absurdamente fiel? Lo que más le hacía rabiar, es que él  teniendo celos de alguien cercano a Minho, tenía que callar para poder estar a la altura de Minho, en cambio Minho no se contuvo e hizo toda una escena de celos. Odio ese momento. Odio a Minho.

 

-¿Quieres hablar?- Acarició el cabello del chico; volver a verle contestar que no hizo que su corazón flaqueara. –Entonces tendré que adivinar.- Le fue fácil entender que tenía que ver con aquella plática pendiente que habían dejado para después. Miró a su alrededor, buscando indicios. Lo único fuera de lugar era ese carrusel. -¿Tiene que ver con aquel juguete?

 

Taemin levantó la cabeza, observando el carrusel que Minho le había regalado. Parecía tanto tiempo de cuando eso había sucedido, pero en realidad no era más allá de unos cuantos meses. Cuando todavía no lograba entender porque quería estar pasando el tiempo con él, o por qué le molestaba no tener su absoluta atención. Asintió, indicándole a su noona que de hecho, si había acertado.

 

Dara se puso en pie y cogió el juguete. Era pequeño, cabía entre sus dos manos. Le dio cuerda, dejando que la juguetona música de un carrusel amenizara el ambiente.

-¿Han discutido?- Miró a Taemin, que parecía ya haber regularizado su respiración.

 

-…- Taemin se limpió los ojos. –Neh.

 

-¿Está todo bien, cariño?- Le habló con las palabras más maternales que hubo en su vocabulario.

 

-Él…el cree que yo le estaba engañando…- Suspiró al final, incluso sollozar le había dejado sin fuerzas.

 

Dara se sorprendió un poco, Taemin siempre estaba saliendo con diferentes personas, ahora eso le costaba más de lo que llegó a imaginar. Sonrió, cálidamente, acercándole el carrusel a su hijastro. Acarició su mejilla y se dispuso a hablar.

 

-Estoy segura que es un malentendido, ¿no?- Taemin asintió ante tal pregunta. –Él se dará cuenta. Tú también tienes que hacer lo posible por explicar. Deben de hablar.- Aconsejó. –Se nota que le quieres mucho, él debe de darse cuenta de eso. Y, viendo este regalo.- Señaló el carrusel que ahora Taemin observaba. –Puedo ver que él también te quiere mucho.

 

-Noona…- Taemin la miró acongojado. -¿Puede asegurarlo? ¿Qué estaremos bien? Yo no quiero que piense mal de mí, y no quiero que esto se termine.

 

Dara sonrió. Taemin era tan inexperto, y estaba asustado debido a esta primer pelea. Le sacudió el cabello.

-No puedo asegurarlo, Minnie.- Explicó. –Pero, puedo asegurarte que sería realmente un idiota si te deja ir por una tontería como esta.

 

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Minho golpeó la pared, Taemin no respondía a sus llamadas ni mensajes. ¿Qué podía hacer ahora? Estaba dispuesto a ir a su casa, a buscarlo, pero era lo menos conveniente. No quería perder a Taemin. ¡Si tan sólo le hubiese dejado explicarse! Tal vez se hubiese podido calmar, y no hubiera dicho lo que dijo. ¿En serio creía al menor capaz de engañarle? No, no lo hacía, Taemin le había confesado que no se quería alejar de él, ¿para qué lo haría si no hubiese sido cierto? Podía verlo en los ojos del menor, estaba enamorado. Ambos lo estaban.

 

Volvió a marcar, esperando realmente escuchar la voz del menor. Tenía miedo de escuchar aquella voz rota. Lo sabía, le había hecho llorar, lo único que jamás quiso hacerle. Odiaba tanto eso, que aquellos ojos que brillaban en distintos colores se apagaran bajo una capa de opacas lágrimas. El tono de llamada se apagó, Taemin no había contestado de nuevo. ¿Cuántas veces eran ya? Quizás quince llamadas, o tal vez más.

 

Tenía que hablar con él, rogarle por perdón hacia aquellas palabras que dijo. Moría por besarle y decirle lo mucho que le ama y necesita. Encontraría una manera de hacerle ver que sólo había sido un accidente, que no le quería –mucho menos pensaba- perder por algo así. Era un idiota, vaya que lo era. Apenas se estaba dando cuenta.

 

Marcó una vez más, sin tener éxito alguno. No, Taemin no le pensaba contestar. Jadeó, aquel adolescente era lo único que necesitaba para seguir siendo lo que era, era parte de su existencia. Dejó que el buzón de voz entrara, tenía que decir algo.

 

-Conejito…Taemin, yo…- Suspiró. –Lo siento, te dije cosas que no debí, y me di cuenta demasiado tarde…Probablemente ni siquiera estés escuchando esto en este momento, pero…En realidad lamento lo que pasó… Debí haber dejado que te explicaras, debí haberte escuchado.- ¿Qué más podía decir? Simplemente no se sentía bien tratar esto en un simple mensaje de voz. Necesitaba verle. -…Te amo.- No pudo más, finalizó el mensaje de ese modo, esperando que Taemin realmente creyera eso.

 

Recordó sus palabras, sin ser reproche –como él hizo- Taemin dejó en claro que había dejado de creer en sus palabras de amor. Ciertamente, todo lo que había dicho con respecto a su amor por el niño era la verdad más cierta que podría llegar a existir. Sólo esperaba que Taemin realmente no hubiese sentido eso, que sólo lo hubiera dicho por lastimarlo; perder la confianza y el amor del chico era lo que menos pretendía llegar a hacer en su vida.

 

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Ravi miró por el rabillo del ojo a Taemin. Era curioso que el chico hubiese llegado a tiempo a la escuela, pero eso no era lo más raro. Estaba algo silencioso, incluso como para contestar a las malas bromas de Kai. Ahora, se dirigían a la primera clase, pero el menor no se veía muy alegre –como usualmente- de ir a la clase de Historia. Se detuvo, obligando a sus amigos a detenerse, y cuestionarle con la mirada.

 

-Eh…- Parecía entrar en pánico. –Yo…no iré a la clase.- Una sonrisa de medio lado, que mentía, fue suficiente gesto. –Donghae hyung me requiere, para algo de su doctorado…Estaré con él.

 

Ravi escudriñó a su amigo, ¡estaba mintiendo! Por lo que fuera que reinara el universo, Taemin mentía para excusarse de no entrar a la clase. No pudo desmentirlo ahí, ¿qué clase de amigo sería si lo hace? Asintió levemente, jalando a Kai para que dejara a Taemin estar a solas por un momento.

 

La clase fue normal, a su parecer. El profesor Choi no mostró cambio alguno. Pero, para las cosas que sabía, él sí debía saber cómo esconder sus emociones, excepto por ese constante y repetido movimiento para revisar si alguien cruzaba la puerta. Le estaba esperando, esperaba a que Taemin entrara a la clase.

 

Lo comprendió rápido, el silencio de Taemin. Estuvo llorando.

 

La clase terminó, y él esperó a que todos se fueran. Tuvo que darle una excusa tonta a Kai, para que también se retirara. Realmente no sabía cómo terminaría reaccionando, pero aquel profesor había roto su promesa, había hecho llorar a Taemin. Eso le indignaba.

 

-¿Qué hizo?- Su voz sonó fuerte en aquel salón vacío. Minho le miró, ahora, sin tener que aparentar; se veía tan cansado. –Taemin dijo que estaría con Donghae hyung, cuando no ha hablado con él en semanas. ¿Por qué me mintió?

 

Minho suspiró, sabía que esto pasaría, Wonshik era demasiado protector con Taemin, aunque eso el mismo chico ya lo había explicado antes.

-Hemos discutido.

 

-¿Discutieron?- Sonó sarcástico. –Taemin ha estado callado, sólo está así cuando ha llorado. ¿Le hizo llorar?

 

Minho abrió la boca, pero no tuvo palabras para explicarse. ¿En serio había hecho llorar a Taemin? Aún no terminaba de asimilar ese hecho. Podía recordar cómo sus ojos se habían llenado en lágrimas. Ahora, más que nunca necesitaba hablar con Taemin, pedirle que tan sólo le diera un momento para poder decir todo lo que necesitaba decirle.

 

-Tsch…- Ravi chasqueó. –Usted dijo que no le haría llorar…Mintió.

 

-Jamás fue mi intención, es tan sólo que…

 

-¡Arréglelo!- Demandó. –Taemin no debe de estar triste.- No, no debía. Los momentos tristes de Taemin eran demasiado profundos como para simplemente dejarlo pasar.

 

-¡Lo sé!- Se frustró, Wonshik realmente se estaba comportando como un hermano mayor con Taemin. –Pero es Taemin quien no me quiere hablar, y yo…

 

-Busque otra forma.- Volvió a interrumpirle. –O entonces usted no hablaba en serio cuando dijo que quería a Taemin.

 

-No…Yo en realidad amo a Taemin…- Jadeó. –Sé que debo arreglar las cosas, y que Taemin no me quiere hablar ahora. Sé que cometí una gran estupidez, pero saber eso no me sirve de nada si no dejo que Taemin se tranquilice primero.- Explicó. –No le quiero perder, y no le pienso perder.

 

-¿Entonces?- Le juzgó fríamente con la mirada. –Sólo espero que no le haga más daño a Taemin, si no tendré que decir lo que pasó entre usted y Taemin.

 

¿Eso había sido una amenaza? No, Minho sabía que Wonshik quería demasiado a Taemin como para hacerle eso. Sólo había sido una advertencia, para que no perdiera tiempo. Lo sabía, debía ser realmente cuidadoso con lo que ahora haría para arreglar esta situación con el chico. ¡Tan sólo necesitaba pensar claramente!

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Quién le creían que era? Por supuesto que había sido sospechoso que Taemin no entrara a la clase, pero que después Ravi le dijera que tenía que quedarse para buscar sus apuntes, cuando él no tomaba apuntes. Kai no se creyó nada de eso. Algo estaba pasando, Taemin estaba callado como pocas veces, Ravi se veía molesto, y nadie parecía decirle nada. Se sentía mal por ello, Taemin no le había contado lo que le estaba causando daño.

 

Gruñó, no se iba a mover de donde estaba hasta saber lo que estaba pasando. Pasando la puerta, pegado a la pared podía saber qué estaba sucediendo, sin que los parlantes se dieran cuenta de que él estaba afuera escuchándoles. Escuchó claramente a Ravi reclamarle algo al profesor Choi. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué mencionaban a Taemin? Le estaba culpando de haberle hecho llorar. ¿El profesor y Taemin habían discutido? No entendía de qué estaban hablando, ¿qué había pasado entre Taemin y ese profesor? Sus ojos se abrieron por completo cuando después de no entender, aquellas palabras fueron dichas por el profesor.

 

-…Yo en realidad amo a Taemin.

 

¿Qué? Indignación fue lo primero que sintió. Aquel profesor había osado enamorarse de Taemin, y por cómo se estaban dando las cosas en esa conversación, no sólo Taemin le había correspondido, incluso ahora habían tenido una pelea. Además, Ravi estaba consciente de esa relación, incluso parecía aprobarla.

 

Odio a aquel profesor, ¿cómo había enamorado a Taemin? En ese instante lo único que podía decir a ciencia cierta, era que no iba a permitir que estuvieran juntos. Era una relación prohibida, aquel profesor, demasiado mayor para salir con su Taemin. ¡Era su profesor! Los tenía que separar, fuera lo que fuera. No iba a permitir que esa relación siguiera adelante.

 

Se movió de ese lugar antes de que su amigo saliera. JongIn sabía exactamente qué hacer.

 

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Taemin miró por la ventana del salón, ahí estaba Minho. Sus miradas se cruzaron. No pudo sostener esa mirada, no quería hacerlo. Giró hacia el otro lado. Afuera, los estudiantes se retiraban a sus casas. Tampoco quería irse…

 

Alcanzó a ver por la ventana, Kyungsoo pasó justo en el momento indicado. Recordó que aquel chico le había pedido hablar a solas. Había sido el día en que él y Minho…Suspiró, por tan solo un momento no quería pensar en Minho.

 

Sí, iría con Kyungsoo, para saber qué quería hablar en ese entonces, y así no tener que pensar en Minho. Suspiró, mientras caminaba por el corredor. Odiaba como se sentía en este momento, pero el temor a algo peor le hacía no querer enfrentarse a su novio.

 

-¿Pajarito?- Donghae le vio pasar por la sala de maestros, su mirada tan perdida y triste lograba llamar la atención de cualquiera. -¿A dónde vas?

 

Taemin subió la mirada, no tenía ánimos de discutir.

-Iré con Do Kyungsoo, creo que pasaré la tarde con él.- Habló a media voz, para después girarse y continuar con su camino.

 

 

 

 

 

-Kyungsoo.- Taemin alcanzó a tocar su hombro. -¿Querías hablar conmigo?

 

-Ah, Taemin ah.- El chico hizo algo parecido a una sonrisa; claramente era una formalidad para saludarse. –Sí, necesito hablar contigo.

 

-¿Puedo saber de qué?- Miró sobre su hombro, alcanzó a notar la sombra de Minho. Suspiró, no, quería olvidar todo por un rato. Empezó a caminar, mientras Kyungsoo inició su historia.

 

-Taemin…- Respiró profundo. –Necesito tu ayuda.- Le miró seriamente, porque sabía que lo mejor en este caso era hacer sufrir a Kai a través de lo que más quería. –Necesito tu ayuda para que JongIn sienta lo mismo que yo sentí.

 

Taemin se sentía desconcertado, ¿a qué se refería Kyungsoo con eso? Se alejaron lo suficiente de la escuela, como para tener el volumen de voz decente.

 

-No te comprendo, Kyung…

 

-Taemin, sabes bien que JongIn gusta de ti.- Dejó en claro. –Tienes que decírselo, que jamás le querrás de esa manera.

 

-¿P-por qué?- Parpadeó, perdido en el hilo de la conversación.

 

-Jugó conmigo.- La mueca que dibujó fue lo suficientemente tétrica como para no asustar a Taemin. –Sólo para que después se acordara de ti, y me dejara.

 

-Kyung…Yo no tenía idea…- Cubrió su boca, ¿es por eso que Kai se encontraba tan cercano últimamente?

 

-No…Lo sé…- Le miró sinceramente. –Por eso quiero que le digas que no. Que le hagas sufrir.

 

-¿Estás seguro que quieres eso?

 

-Taemin, los sentimientos son complicados.- Él lo sabía, como sabía que Taemin también estaba al tanto de eso. –Es muy difícil apegarte a ellos, sobretodo cuando las líneas entre unos y otros son tan delgadas. El amor no es más que odio. Y en estos momentos odio a JongIn.

 

Hacer sufrir a quien amas…

Taemin echó el rostro de lado. Kyungsoo tenía el corazón roto, tanto como para querer que JongIn también lo tuviera. ¿Eso era amor? Taemin se espantó. ¿Todos los amores terminan así? Últimamente había descubierto tantas cosas, ya no quería saber más, prefería seguir viviendo en la ignorancia de la inexperiencia.

 

-No puedo ayudarte, si es que quieres que le haga sufrir…- Se disculpó, no quería ser parte de una sarta de tonterías complicadas que él no quería verse inmiscuido con. –Pero…JongIn ha sido realmente grosero contigo…- Sus palabras eran infantiles, como sus propios sentimientos. –Lo apropiado es que le diga que no puedo aceptar sus sentimientos, para que no repita este comportamiento.

 

Kyungsoo sonrió, Taemin era un ser tan puro, que incluso para hacer maldades, buscaba notas en infantiles y bondadosas en sus acciones.

-Gracias, Taemin ah.- Le abrazó realmente agradecido, porque aunque no fuera lo que había buscado, tendría una pequeña victoria. –En realidad eres el sueño de cualquiera.

 

Taemin jadeó con eso…¿Lo era? Pensó en Minho, ¿era su sueño? Sentía su corazón encogerse cada vez que recordaba a Minho. Le necesitaba tanto, pero no quería volver a escuchar su voz, no al menos hasta que dejara de recordar ese tono de furia con el que le habló. Lo admitía, tenía miedo de que el amor entre él y Minho fuera tan frugal como los otros, no quería terminar odiándolo como Kyungsoo hacía con JongIn, menos que Minho fuera el que odiara.

 

-¿Qué es lo que pasa, Taemin ah?- Do le miró curioso.

 

-No – no, es nada.- Tartamudeó su respuesta. –Sólo estaba pensando.

 

-¿Tuviste problemas?- Acertó, directo en el blanco.

 

-Neh…- Asintió levemente.

 

-No te preocupes.- Le sonrió. –Vi cómo te abrazó aquella vez. No van a terminar odiándose.- Le dio un poco de sanación a esos pensamientos que le estaban acechando.

 

-Tú…sí nos viste…- Susurró. No podía creerlo, Kyungsoo en realidad había guardado silencio, sin obtener nada a cambio. No lo dudaba, él era una buena persona, una buena persona con el corazón realmente roto.

 

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-Seonsaeng.- Kai llamó a Donghae desde la puerta de sala de maestros. –Me permite hablar con usted.

 

-¿Qué quieres, Kai?- Puso los ojos en blanco. –Nunca me hablas así.

 

-Es que siempre ha sido hyung, para mí.

 

-Me temo que tu amista con Taemin ha sido más larga que mis años dándote clases.- Le señaló con la pluma que estaba usando. -¿Qué se te ofrece, Kai?

 

-De hecho…Se trata de Taemin…- Hizo una mueca, apegándose a su papel. Debía verse más que preocupado.

 

-¿Qué es lo que pasa con mi primo?- Que estuvieran peleados no significaba que Donghae no se preocupara por Taemin, de hecho, estaba más preocupado que nunca. Por supuesto que había notado los cambios en la actitud de su primo, y Dara había hablado. Les había contado que Taemin tenía problemas con el novio que tenía.

 

-Bueno...Es que él ha estado extraño.- Empezó. -Ya no sale ni conmigo, ni con Ravi.- Hizo una mueca de lado. –Está todo el tiempo aquí, en la escuela…

 

-Bueno, Taemin a veces se queda a ayudar a Minho.- Trató de darle explicación a lo que Kai le contaba.

 

-Hyung, eso es a lo que temo. No me agrada la manera en que el profesor Choi mira a Taemin.- Se veía tan sincero, que le era fácil convencer al primo de su amigo. –Sabemos que Taemin es una buena persona, y que siempre quiere ayudar, pero…¿Sería capaz de no decir nada, aun cuando está en peligro?- Hizo ese pequeño gesto de nerviosismo con las manos, que lograba terminar de convencer. –Por favor, usted sabe cuánto quiero a Taemin, y no me gustaría que nada malo le pase.

 

Donghae meditó esas palabras. Taemin, siendo acosado…No lo había sospechado. Claro que tampoco lo podía empezar a sospechar ahora, necesitaba pruebas. Necesitaba prestarle más atención, ¿cuándo había dejado de hacerlo?

 

-No te preocupes, JongIn, sabes bien que no dejaría que algo malo le pasara a Taemin. Más que ser mi primo, es como mi hermanito.

 

-Gracias por escuchar, hyung.- Hizo una reverencia, para después retirarse.

 

Una vez afuera de la sala pudo sonreír. Parecía que había hecho nada, pero conocía demasiado bien a Donghae, y su manera de sobre reaccionar ante tales cosas. No tardaría en que la bomba explotara, sólo necesitaba que alguien prendiera la mecha. Y si no lo hacía cualquiera (o ambos) de ese par de tórtolos, él mismo lo haría.

 

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Se sentía solo. Así se sentía Taemin. Estaba afuera de su casa, sentado en la acera. No quería entrar y levantar sospechas… Necesitaba hablar con alguien, pero ¿quién? No quería mortificar más a Dara, su madre y Donghae no eran opción. Con gusto llamaría a Jonghyun, pero…él sería capaz de ir a golpear a Minho, y tampoco quería eso. Hundió su rostro entre sus rodillas. Pronto se echaría a llorar. Se estaba ahogando en un vaso de agua, lo sabía, pero su temor le provocaba no saber cómo nadar.

 

-¿Taemin?- Le llamaron. Alzó el rostro, Wonshik le miraba preocupado. -¿Estás bien?

 

-No…- Admitió con un hilo de voz, realmente ya no podía. –No, no lo estoy.

 

Ravi soltó un gran suspiro. Él, y varios más sabían que fácilmente Taemin podía caer en depresión. Siempre había sido así, y por eso siempre el chico lo quería recompensar con sus ganas de ser servicial y sus enormes sonrisas. Se sentó a su lado, abrazándolo por los hombros.

 

-Puedes decírmelo, si quieres.- Le reconfortó. –No te juzgaré, sólo voy a escucharte.

 

-Tu siempre lo sabes todo sobre mí.- Taemin se limpió el rostro para poder ver a su amigo. -¿Lo sabes no es así?- Le obligó a asentir. -¿Cómo supiste?

 

-Siempre hablabas de él, y se te iluminaban los ojos, como nunca lo hicieron con nadie.- Le picó la mejilla. –También fui y hablé con él.

 

Los ojos enormemente abiertos de Taemin le miraron con sorpresa.

 

-¿Qué te dijo?

 

-Que te ama.- Le sonrió. –Aún ahora, sigue diciendo que te ama.

 

-¿V-volviste a hablar con él? ¿Le recriminaste?- Jadeó. –Por favor, Wonshik, ¡habla!

 

Ravi no pudo evitar reírse. Taemin estaba absurdamente enamorado.

-Sólo quería saber qué te había hecho.- Admitió. –Y créeme que él está peor que tú. Realmente lo siente.

 

Taemin suspiró…¿Minho lo sentía? No se atrevía a acercarse a él aún. Además, no sólo era que dejaran en claro lo que había pasado, era todo lo que implicaba. Minho no confiaba en él, y eso era algo que no estaba tan seguro de superar. Ahora sólo se repetía que no quería odiarlo, quería seguir amándolo como lo había estado haciendo antes. Sólo quería las cosas regresaran a su lugar.

 

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Minho suspiró frustrado. ¿Cuántos días habían pasado? Se iba a volver loco, Taemin no iba a sus clases, no se quedaba en las tardes, ni siquiera le miraba. Y cuando lo hacía…No sabría describir que veía, una mezcla de tristeza y dolor que nunca llegó a imaginar que podía ver en alguien. ¿Qué había hecho?

 

Tenía que recuperar a Taemin, costara lo que le costara. Debía hablar con él, ahora, o realmente sentiría que esa enorme brecha entre ambos sería más grande de lo imaginable. ¿Dónde estaba? Le seguiría a donde fuera, con tal de poder hablarle. Si fuera necesario, le obligaría a escuchar, para tener tan solo esa oportunidad, en un breve momento, y poder interactuar con el menor. Si entonces, Taemin ya no le aceptaba, habría perdido. Perdido lo que más quiso alguna vez en toda su vida.

 

Se puso en pie, corrió por toda la escuela, buscando encontrarle antes de que se fuera. No estaba Taemin, ya se había ido…¡Debía hallarle! Detenerle, mover cualquier cosa o lugar que le impidiera estar con él con tal de poder recuperarle.

 

Atravesó la escuela lo más rápido que pudo. Desesperación, era lo que sentía. Cada pasillo que daba directo al exterior, cada ventana. Nada. Minho llegó a la sala de maestros, recurriría a lo último que podía hacer.

 

-Sumbae…¿Sabe dónde está Taemin?- Preguntarle a Donghae había sido su última opción, pero en serio necesitaba llegar a Taemin.

 

-Él se ha ido a su clase de piano.- Le miró rudamente. Donghae claramente no iba a decir más. -¿Por qué lo buscas?

 

Minho tuvo que maquilar una idea rápido para responder a eso. No debía arruinar las cosas, no más de lo que ya estaban echadas a perder. Trató de tranquilizarse, poder actuar fríamente para no levantar sospechas. La idea de perder a Taemin era lo suficientemente peor como para poder ser objetivo.

 

-Él me estaba ayudando con unos exámenes…- Algo fácil de decir. –Se los ha llevado…

 

-Qué lástima.- Donghae hizo una mueca. –Yo le diré cuando vaya a casa, que te los devuelva mañana.- Después de eso, no dijo más. Obviamente no quería ya que Minho siguiera interactuando con su primo, no después de que Kai le hubiese contado esa sospecha. No podía fiarse de ese testimonio, pero hasta no saber si era cierto o no, no quería exponer a su primo.

 

Minho asintió, no podía seguir insistiendo con él. Pasó sus manos entre su cabello, necesitaba pensar. Seguiría a Taemin, él le había dicho dónde eran esas clases…¡Recuerda, Minho! ¡Recuerda! El nombre de ese lugar, siendo susurrado por el menor. ¡Ok! Sí, tenía que llegar ahí, tenía pedir aunque fuera sólo un segundo…

 

Salió de la escuela en su auto, mientras pensaba en qué palabras exactas usar. ¿Taemin le escucharía? Eso deseaba, Taemin era así de dulce como para aceptarle de regreso…Pero lo había lastimado, y no contaba con cuál sería su forma de reaccionar de ahora en adelante. Jadeó, el semáforo estaba en rojo. Se impacientaba, odiaba perder tiempo. Repicó sus dedos contra el volante, con un único pensamiento en mente. Taemin.

 

Cambió a verde, y Minho avanzó. Apenas logró aumentar un poco la velocidad, cuando logró ver a Taemin sentado en lo que era la parada del autobús. ¿Qué hacía ahí? Si quería llegar a tiempo, debió haber tomado el pasado. Se detuvo, sabiendo que Taemin le miró. Fue ese cruel momento en donde conectaron miradas, en el que supo que Taemin realmente sufría.

 

-Taemin ah…- Se bajó, acercándose lentamente. -¿No…no irás a tus clases?

 

-Sí…Perdí el autobús…- Hizo una mueca, agachando la mirada. -…Voy a llegar tarde…- Susurró. Ese pequeño movimiento, había mordido sus labios.

 

-Perfecto.- Se acercó lo suficiente como para a penas decir eso y saber que el menor le había escuchado. –Taemin, por favor, déjame hablar contigo.

 

-¡Shiro!- Fue un grito que no se gritó. La mirada de Taemin demostraba un terror que Minho no supo describir. –Yo…no quiero hablar con usted…

 

-Taemin, por favor, déjame hablar contigo, déjame disculparme. Dije cosas que jamás sentí realmente…

 

-Llegaré tarde si no me voy ahora.- Se puso de pie, dispuesto a irse.

 

-Yo te llevo…Sólo dame un momento, por favor.- Le detuvo, cogiéndole por la muñeca. –Sólo quiero conversar contigo. Si después de esto…- Suspiró. –Si después de esto, aún no crees en mis palabras de amor, entonces no volveré a molestarte.

 

Taemin le miró. ¿Qué? No, no quería apartarse de Minho. Sólo que le dolía, escucharle hablar le dolía. ¿Qué dolor debía soportar? Se arriesgaría, aceptaría hablar con Minho ahora. No podía seguir temiendo que su relación ya no tuviera arreglo. Asintió, sintiendo como el mayor soltaba suavemente su muñeca. Ni siquiera había detallado eso, Minho no le había soltado, y no le pensaba soltar hasta que dijera que sí.

 

Entrar al auto de Minho se sintió extraño, el silencio era algo que nunca había sido. La comodidad ya no estaba presente. Taemin alcanzó a suspirar, recargándose en la ventana. ¿Cómo empezar esa conversación que había estado evitando desde hacía ya varios días?

 

-Taem...- Murmuró. –Me porté muy mal contigo.- Le miró, el niño apenas y quitaba la vista del camino. Le escuchó suspirar, perdiendo ese aliento junto con muchos más que jamás recuperaría. –Te dije algo que horrible.

 

-Dijiste que te estaba engañando.- Susurró. –Pensaste que te estaba engañando…

 

-No, Tae…Yo jamás…

 

-¿Por qué? ¿Hice algo para que pensara que le estaba engañando?- Por fin se volteó a verle. Sus ojos estaban llenos de lágrimas que se negaban a desaparecer.

 

-No, Tae, no hiciste nada.- Detuvo el auto en frente del lugar, para así poder tomar al menor por el rostro. Quería besar cada una de esas lágrimas y hacerle sentir bien de nuevo. –Fui un idiota al creer que me engañabas, pero…

 

-El hombre…- Le interrumpió. –En la cafetería. No es lo que pensabas.- Le miró de manera dura. –Él solía ir a la cafetería para platicar conmigo.- No pensaba mentir, ni excusarse. Diría las cosas tal y como eran. –Una vez me llevó a mi casa, porque hacía frío y estaba lejos. Así lo conocí. Me gusta.- Minho se asustó al escuchar esas palabras. Sabía que debía de mantener la calma, esta vez lo haría. –Él me gusta, sobretodo su personalidad. Me recuerda a mi padre. De igual modo…No pude conocer ni su nombre…

 

Taemin logró zafarse de las manos del mayor, mirándole serio. Eso era lo único que pensaba decir, esa era la explicación que no dejó darle en aquella vez. Minho ahora tendría que hablar, lograr rescatar eso que había entre ambos.

 

-Perdóname.- Hundió su rostro en el pecho del menor. No tenía ni idea que Taemin tuviera recuerdos de su padre. Realmente sabía poco de aquel hombre, sólo que Taemin tuvo un padre hasta los tres años. Después de eso no hubo más. Taemin le sonreía a aquel hombre, como le hubiese sonreído a su padre. –Tenía miedo, me llené de celos y hablé sin pensar. No quiero perderte, sé que cometí un gran error, cuando tú sólo estabas siendo tú.- Subió la mirada. –Eso es lo que más me gusta de ti, y aun así…No podría soportar que te enamoraras de alguien más.

 

-¿De quién podría enamorarme, Minho?- Le retó. –Yo sólo he querido estar con usted. No he querido a nadie más en mi vida, no como lo quiero a usted.

 

-Lo sé.- ¿Qué había hecho? Era tan estúpido como para haber desconfiado de él, su Taemin. –Lo sé, conejito…Es tan solo que, temo que alguien más pueda llegar a conocerte a fondo. Que le gustes tanto como me gustas a mí. Así podría convencerte de que le ames y yo…

 

-Yo sólo quiero amarlo a usted.- Sonaba tan seca su voz, tan lejana a lo que estaba pasando.

 

-¿Aún quieres amarme?

 

-No puedo dejar de hacerlo.

 

Minho jadeó. Taemin realmente tenía tantas faces de sí mismo. No le soltaría, no lo haría. Taemin era más que hermoso como ser, quería ser egoísta y quedárselo para sí mismo. Le abrazó, tratando de envolverlo con sus sentimientos. Esperaba no haber causado algo peor que ese daño en la relación que tienen. No lo soportaría.

 

-Minho, tengo que irme.- Se soltó. –Llegaré realmente tarde si no me deja ir ahora.- Acercó la mano a el seguro de la puerta, para abrirla. Se quedó quieto un segundo. Regresar, besar al mayor en la boca, un beso desesperado, corto, rápido, antes de irse, era la prueba de que esa conversación aún no había terminado.

Notas finales:

No se preocupen, el 2min no se separará aún. Teman de otras personas ê.e 

Ya saben, espero sus reviews con mucho amor, sugerencias, holas, o lo que quieran decirme ^-^ ¡Besos!


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