Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

[Reviews - 340]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Dentro de poco entraré de nuevo a clases D: Y supongo que con eso se regularizarán las actualizaciones ^.^ 

Espero que hayan tenido un lindo inicio de año, y pues, también espero que sigan leyendo mis historias C: Como autora, mentiría si dijera que no los quiero, y antes de dar todo un speech, solo quiero decir: gracias por leer Ojos Bonitos, y por apoyar la historia ♥

Taemin tamborileó sus dedos contra la paleta del banco donde solía sentarse. Hacía pocos días que las clases habían iniciado, y con ello había recordado esa vaga promesa que le había hecho a Kyungsoo, si por él hubiera sido, hubiera hablado con Kai el día de la boda, pero consideró de mal gusto tocar ese tema precisamente el día de una boda. Torció los labios, tenía que hallar el momento correcto para hacerle entender a su amigo que no valía la pena que le esperara, jamás llegaría a sentir esa clase de amor por él.

 

Otras personas empezaron a llegar al salón, mientras daban paso a que la siguiente clase iniciara. Taemin hizo de lado el tema por un rato. Tenía muy en claro que no podía seguir postergándolo por mucho tiempo.

 

Con forme pasó el tiempo, decidió que realmente ya no podía dejar pasar otro día. Y no pudo evitar ponerse a pensar en varias formas de decir las cosas, sin que fuera de manera ruda. Le parecía imposible, ¿cuántas veces en la vida le dices a uno de tus mejores amigos que jamás le vas a querer de manera romántica?

 

Gruñó, mientras caminaba por el pasillo, hacia su siguiente clase. El día casi se acababa, y aún no le había dicho a Kai necesitaba hablar con él. No podía evitar sentirse un poco culpable, pero conociendo a Jongin, tenía algo de esperanzas de que al final de todo, las cosas no cambiaran radicalmente, quería que aún fuera su amigo.

 

-¡Hey! Taemin ah.- Ravi brincó sorpresivamente. -Un poco más y te estampas contra el muro.

 

-Eres mi salvador, oh gran Wonshik.- Taemin rio.

 

-Sí, lo sé. Deberías de tener un altar en mi nombre y hacer sacrificios mensuales.- Bromeó, provocando que ambos estallaran en risas. -¿Qué tienes? Digo, es normal que te estampes contra la pared, pero hoy no te ves normal.

 

-Estoy algo pensativo...¿Me harías un favor?- Le miró con ese puchero de ruego que solía hacer.

 

-¿Si te digo que no, me golpeas?- Se protegió preventivamente.

 

-¡Ravi!- Le golpeó el hombro.

 

-¡Ves! ¡Lo ves!- Se burló. -¿Qué se te ofrece?

 

-Le podrías decir a Kai que necesito hablar con él...- Su mirada se ensombreció.

 

-Wow, esto suena a problemas...Le diré, pero por favor, no terminen mal

 

-Eso intentaré, Ravi, créeme.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-¿Me buscabas, Tae?- Kai le tomó por los hombros, encaminándole a la salida.

 

-Sí...debemos hablar.- Le miró serio, mientras decidía acortar el paso. Se quedó quieto. -Kai, yo...

 

-¿Qué es lo que pasa, Tae?- Le miró algo preocupado. -¿Te pasó algo? O...

 

Taemin le mandó a callar con un gesto, antes de que Kai empezara a imaginarse cosas que no eran. Era tan difícil hablar, sabiendo que podría lastimarle. No quería hacerlo, pero también entendía que si seguía ignorando el problema más tarde sería peor.

 

-Jongin, últimamente he hablado con Do Kyungsoo. Me ha dicho lo que pasó entre ustedes...

 

-No pasó nada entre nosotros, él siempre malentendió todo.- Se excusó. -Insistía en que yo le correspondía, pero la verdad es que jamás pretendí que el pensara que le correspondía.

 

-Él me ha dicho que tú jugaste con él.- Tenía la mirada sería.

 

-¿Y le vas a creer a él? ¡Yo soy tu mejor amigo!- Se exaltó. -Tae, por favor no creas en sus palabras. -Le tomó por las manos.

 

-Jongin...- Suspiró. -No se trata de eso...- Tenía que hacerlo, buscar coraje y rechazarlo por una buena vez. -No es que le crea a él, en vez de ti, sino que...Sabes que no me puedes engañar. Sabes que yo lo sé...Y...

 

-Taemin, me gustas.- Se confesó. -Ya no recuerdo cuando me empezaste a gustar, pero así ha sido desde hace tanto, que me sería imposible

 

-Kai…No, por favor no…- Suplicó para que no continuara.

 

-¡No! Escúchame. Sí, sé que lo sabes, y sé que temes que nuestra amistad termine mal; pero si tan solo me dieras la oportunidad de demostrarte que estaría bien que dejáramos atrás la amistad…Tae, por favor…- Rogó.

 

¿Qué decir ahora? Respiró hondo, buscando palabras para poder explicarle, que ya tenía a alguien a quien quería demasiado. Negó con la cabeza, porque simplemente las palabras jamás saldrían si no iniciaba por algún otro lado.

 

-Lo siento, no me gustas.- Declaró. –Y jamás me gustarás de ese modo.- Le soltó las manos. –Eres mi mejor amigo, te he visto como un hermano desde el día que nos conocimos. Jongin, estaré a tu lado siempre, pero simplemente no puedo quererte de ese modo…

 

-¿Por qué?- Se exaltó. De nuevo, le dedicaba una de esas miradas de reproche, que lograban hacer sentir mal a Taemin, sabiendo que sólo era un chantaje para sucumbir ante lo que él quería. –Siempre has salido con quien te lo pida, ¡siempre siendo complaciente! ¡Qué tienen todos ellos que no tenga yo! Te he querido por tanto tiempo, y aun así dices que jamás me querrás de esa manera. Eres cruel, Lee Tae Min.

 

-No, Kai, por favor…- Bajó el tono de su voz. Le había dolido eso último. –Te quiero y…

 

-¿Me quieres?- Repitió sarcástico. –No es cierto.- Fue tajante. –Si mi quisieras, me hubieses dado una oportunidad a pesar de no sentir lo mismo. Me hubieras dejado enamorarte.

 

Lo sabía, le estaba chantajeando, le quería hacer sentir mal, pero no se iba a dejar. Apartó la mirada, dolido. ¿Cómo rescatar la situación? Él estaba tan enojado, necesitaba darle tiempo para que se tranquilizara, pero no podía dejar las cosas así e irse, o todo sería peor.

 

-Yo amo a alguien más.- Secó sus palabras. –No espero que lo entiendas, porque estás enojado. Pero debes de saber, que no importa de quién este enamorado, tú siempre vas a ser mi mejor amigo, aunque no me quieras volver a hablar.- Entonces contuvo el aliento, esperando alguna reacción.

 

-Tienes razón, no quiero saber de ti nada.- Él también fue tajante, yéndose y llevándose con él toda esa amistad que tuvieron por tanto tiempo.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Minho escuchó el timbre, así que había corrido a abrir la puerta. Sabía quién era, Taemin últimamente le visitaba muy seguido. Pero, recibir uno de esos abrazos asfixiantes del menor, le hizo preguntarse qué había pasado. No lo vio después de la escuela, porque le había dicho que tenía algo que hacer. ¿De qué se trataba?

 

Regresó el abrazo, escondiendo al menor entre sus brazos. Taemin recostó su cabeza en el hombro del alto, sin soltarle. Parecían segundos, pero en realidad ya tenían algunos minutos en la misma posición.

 

-¿Qué tienes, cariño?- Se atrevió a preguntar, de manera suave, y cándida.

 

-Quiero abrazarte.- Murmuró contra el cuerpo del alto. –Minho, te quiero.

 

Sonrió, Taemin, a pesar de todo lo que habían hecho, seguía siendo demasiado tierno e inocente. Le besó el cabello, mientras le arrastraba hasta el sofá, donde podrían estar más cómodos, a pesar de que Taemin se negaba a soltarle. Prácticamente quedó tumbado arriba de Minho, cuando llegaron al sofá, porque sus manos no iban a escapar del cómodo lugar que habían encontrado al aferrarse a Minho por el torso.

 

-Me quieres…- Rio suavemente. –Conejito, creí que ya habíamos superado la fase del te quiero, y estábamos en la del te amo.- Le tomó por el mentó, regalándole un suave beso en los labios.

 

-Neh…Te amo, pero también te quiero.- Se excusó, regresando a esconderse entre el hombro y el cuello del mayor.

 

-Me amas y me quieres…Eso suena gracioso, ¿a qué se debe?- Revolvió el cabello del chico.

 

-Quiero que lo sepas…- Se quedó callado rápidamente. –Minho…¿Soy cruel?

 

-¿De qué hablas, Tae? No lo eres.- Se preocupó, ¿qué le pasaba a su chico?

 

-Cuando te confesaste, y yo dije que quería que lo intentaras, ¿fue cruel? El que no haya aceptado tus sentimientos de inmediato, y que haya querido que tu hicieras todo, para saber si yo te correspondía…

 

-No, cariño…- Le consoló, hablándole en arrullos. –En ese entonces tú no tenías definidos tus sentimientos, y es normal querer saber si con los esfuerzos de alguien más, sientes algo por esa persona.- Le acarició el rostro. –Es inherente a la personalidad humana.

 

-¿Y si yo no te hubiese dado esa oportunidad?- Le miró, con ojos atentos. Minho juró inundarse con aquella imagen, amaba los ojos de Taemin.

 

-Entonces, hubiese sido porque no tenías sentimiento alguno por mí.- Explicó. –Probablemente hubiese insistido un rato más, pero después entendería que tú no aceptabas mis sentimientos.

 

Taemin dejó escapar un suspiro. Si tan solo Kai pudiese actuar como Minho hubiese actuado. Pero Minho era un hombre adulto, y su personalidad, en todo, era totalmente diferente a la de Kai. Volvió a esconderse, sabiendo que Minho siempre sería ese lugar feliz y seguro, sin importar nada. Esta vez le abrazó por los hombros, buscando sentarse sobre su regazo.

 

-Probablemente Kai no me vuelva a hablar en su vida, y eso me duele.- Gimió.

 

-¿Han discutido?- Entonces Minho tuvo que preguntar de manera neutral, no sabía el motivo por el que habían discutido, ni siquiera imaginaba que ellos dos pudiesen discutir.

 

-Neh...A-algo así...- Jadeó. -Le he dicho que nunca le amaré de manera romántica y se ha enojado...

 

-Oh, conejito...- Le abrazó de manera sobreprotectora. -El debió decirte algo horrible, ¿no es así?- Sintió como Taemin asentía, sin pronunciar palabra alguna. -Estaba enojado, te aseguro que lo que sea que te haya dicho, no lo decía enserio.- Trató de consolarle. De cierto modo entendía la reacción de Jongin, Taemin era alguien a quien se desea fácilmente. Pero también entendía que Taemin amaba esa amistad, y le dolía perderla.

 

-Por eso no había dicho nada antes, no quería que esto pasara...Pero él llegó al límite, jugó con alguien, y entonces tuve que decirle que no tuviera esperanzas en algo que nunca iba a pasar.- Explicó la situación.

 

-Tae, debes de darle tiempo para que entienda.- Le tomó por las mejillas. -Verás que pronto estarán bien.- Fue dulce. -No puedes pedirle que te deje de querer de la noche a la mañana, como tú no puedes empezar a amarle sólo porque él te lo pide.

 

Taemin asintió, vehementemente, mientras volvía a buscar una posición cómoda. Lo sabía, debía de darle tiempo...Pero odiaba las palabras que le había dicho. Se quedó ahí, entonces, en ese lugar seguro que había encontrado, bajo el calor del pecho de Minho, así podría sentirse algo mejor. Cerró los ojos, mientras respiraba al ritmo de los latidos del corazón de Minho. Nunca fue su intención quedarse dormido.

 

Minho se acomodó, para recostarse en el sofá, con el menor encima de su cuerpo. Se veía cansado, así que no quiso despertarle. En cambio, le acarició la mejilla y le observó dormir por un rato, durmiéndose después.

 

Al cabo de un rato, Taemin se despertó, sintiendo como se sonrojaba. Se habían quedado dormidos. Le besó en los labios, despertando al mayor. Minho le sonrió, enredando una de sus manos en el cabello del menor. Se incorporó, junto con Taemin, agarrándole por la cintura.

 

-¿Ya estás mejor?- Minho le acarició el labio inferior.

 

-Si...algo...- Hizo un puchero. -Dios mío, es tarde...- Miró al reloj de la pared. -Debo de irme.

 

-No, quédate un poco más, conejo.- Le agarró con una mano por la nuca. -Me harías feliz si cenas conmigo.

 

-Lo sé...- Taemin rio de manera tonta. -Pero, últimamente en mi casa preguntan de dónde vengo y a dónde voy...han aumentado las preguntas.- Tembló. -Y ahora, que mi madre y noona están de luna de miel, Donghae hyung cree que está acargo.

 

-Ya entiendo, primo celoso ¿no?- Preguntó, para después reír. -Está bien, será luego, conejito.

 

-Gracias...- Sonrió, siendo sincero. -Te amo.

 

Minho rio, le encantaba la personalidad del menor. Le besó de nuevo, y por última vez en los labios, como despedida. Entonces le acompañó hasta la puerta, donde definitivamente se tendría que despedir. Le acarició el puente de la nariz, provocándole un gesto gracioso.

 

-Yo también te amo.- Le sonrió. -Hasta mañana, conejito.

 

-Hasta mañana, Minho.- Se despidió, mientras caminaba cada vez más apartado de la casa del mayor.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Donghae  bajó el libro que leía. No era hora de perder el tiempo, los estudiantes ya se habían ido, y hasta Taemin se había marchado a sus clases de piano.

 

Estaba preocupado por Taemin, primero por lo que le había dicho Kai, y ahora estaba el hecho de que Sandara también estaba preocupada por el menor, debido a que no estaba actuando como un adolescente normal con respecto a su novio. ¿Quién podría ser ese novio? Decidió dividir los problemas, primero le ordenaría Choi Minho que se alejara de Taemin, después se concentraría en lograr hacer que Taemin le dijera con quién salía.

 

Dejó sus cosas, mientras se puso a buscar a aquel profesor que había estado ocupando a Taemin por tanto tiempo. No le fue difícil hallarle.

 

-Choi Minho.- Carraspeó su garganta, llamándole.- ¿Podemos hablar?

 

-Por supuesto.- Minho se veía algo consternado. Sin embargo no se detuvo, y se acercó a su superior.

 

-Sé que Taemin te ayuda después de la escuela.

 

-Sí, es muy amable y servicial…- Minho se calló cuando vio el rostro de Donghae.

 

-Taemin es así con todos. Tanto, que no diría nada si alguien le lastima. –Se cruzó de brazos. –Taemin está ocupado, entre sus clases de piano y las solicitudes de universidad por las que debe estudiar.

 

-…Minho asintió, no entendía muy bien qué significaba todo esto, así que decidió indagar un poco más. –Últimamente ya no lo veo mucho por aquí.

 

-Más perfecto.- Sonrió ácido. –Ya no quiero que Taemin se quede a ayudarte. Sé que al principio era para entretenerte, pero Taemin ya no puede perder tiempo en ayudar a cualquiera.

 

-No entiendo, él no se ve…

 

-Escucha, Choi Minho, no me agrada que Taemin se quede a ayudarte. No quiero que sigas interactuando con mi primo, a excepción de lo estrictamente obligatorio.- Dejó en claro. –Él se va a ir pronto, y no quiero que nada lo distraiga, o lo dañe.

 

Minho asintió, accediendo a lo que Donghae había dicho en tono desdeñoso. Tendría que hablar con Taemin sobre esto, porque era obvio que su primo podría estar sospechando algo, y tendrían que ser aún más precavidos.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

En cuanto le explicó lo sucedido a su pequeño novio, Taemin se escondió en su cuello. Tal parecía que deberían de dejar de verse después de las clases, al menos en la escuela.

 

-No quiero dejar de verte.- Sollozó en el cuello del mayor. –No ahora, que nos queda poco tiempo juntos.

 

-Entonces, tendremos que buscar otro lugar…- Le acarició el cabello. –Me temo que en la escuela, estaremos vigilados por tu primo. Sé que sospecha algo, lo pude notar por su forma de hablar, pero no estoy tan seguro de qué es lo que sabe, o sospecha.- Explicó.

 

-Minho, yo quiero estar contigo.- Frunció los labios. –Y perderemos mucho tiempo si nos escondemos, y no nos veremos, y…

 

-Tranquilo, cariño.- Le besó en la nariz para que se calmara. –El lugar más seguro para vernos, es aquí en mi casa.- Le dejó en claro. –Podemos vernos después de que termines tus clases de piano, podría pasar por ti.

 

Taemin asintió frenéticamente. No quería perder el tiempo, últimamente le había entrado ese miedo a separarse de Minho debido a la distancia; quería disfrutar al máximo cada segundo con él, y terminar de memorizarse la voz y el perfume del mayor, para tener algo en qué pensar cuando este fuera.

 

-Incluso, no es que esté de acuerdo, pero podrías recurrir a alguna de tus mentirillas, cuando salgamos en alguna cita.- Le picó la mejilla, haciéndole sonreír.

 

-No las aprueba, pero disfruta cuando yo miento por usted.- Taemin mencionó de manera traviesa. –Entonces, ¿no nos dejaremos de ver?

 

-No…- Se rio de manera calmada. –No voy a renunciar a ti.

 

-Mmh…- Asintió. –Yo tampoco quiero renunciar a usted.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-¿Puedo ir con usted, hyung?

 

Donghae se vio desconcertado al escuchar a Taemin preguntarle si le podía acompañar. No había sido tanto la pregunta, sino el tono de voz que usó. Había sido dulce, como era antes Taemin, antes de que él y Eunhyuk se comprometieran. Suspiró, tal vez después de todo, Taemin había terminado de digerir la noticia.

 

-¿Para qué quieres ir a la escuela en un sábado?

 

Taemin sabía que los maestros iban a tener una junta. La única razón para ir, era que Minho le había pedido que fuera. Y no lograba terminar de comprenderlo, no les podían ver juntos, así que no se hablarían, pero ¿para qué le había dicho que fuera? Tampoco lo dudó mucho, si Minho se lo pedía, entonces iría, debía de haber una razón.

 

-Hyung, es sábado, y estaré solo. ¿Cree que me quiero quedar solo un sábado por la mañana? ¿Ya miró el cielo? Es gris, va a haber una tormenta, y si hay truenos y se va la luz…- Empezó a actuar como niño pequeño, aterrado de quedarse solo en la oscuridad.

 

-Ya, está bien. ¡Está bien!- Le mandó a callar. –Caramba, no sé por qué insistes, si siempre haces lo que quieras.- Escuchó la menor reírse. –Pero, te vas a aburrir. Sabes que no puedes entrar a la junta, y…

 

-No importa, hyung. Quiero acompañarle.- Sonrió enormemente, iluminando su rostro.

 

No tardaron en llegar, a pesar de que el clima pareciera algo siniestro. Sabían que no duraría mucho así, no era época de tormentas. Mientras Donghae se dirigía a la junta, Taemin empezó a pasear por los jardines del instituto. No tardó en darse cuenta del jardinero. Se acercó, curioso de lo que hacía.

 

-¿Qué hace?- Preguntó curioso.

 

-Riego las plantas…- Contestó paciente, sin quitar la mirada de las plantas.

 

-Pero hay pinta de que lloverá.- Replicó.

 

-No lloverá…- Contestó, igual de concentrado.

 

-¿Le gustan las plantas?- Preguntó, sin darse cuenta que empezaba a sonar como un niño pequeño.

 

-Así es, joven.- Se giró a verle. -¿De casualidad usted se apellida Lee?

 

Taemin le miró perplejo. Asintió, mientras se preguntaba por qué el jardinero le había preguntado acerca de su apellido, y sobretodo, por qué había acertado.

 

-Ojos de diferente color, y apellido Lee. Así dijo. No se vaya joven Lee.- Le obligó a quedarse en su lugar, en lo iba a su carreta donde llevaba sus herramientas. –Un profesor me dijo que le diera esta flor. Dijo que usted sabía para quién era.- Le tendió una flor blanca.

 

Taemin evitó sonrojarse. Aceptó la flor, antes de agradecer formalmente con una reverencia. Así que para eso Minho le había pedido que fuera. Le regaló una flor. Quería gritar, pero no podía ponerse en vergüenza en frente del jardinero, mucho menos porque iba a levantar sospechas. Sonrió como idiota, mientras empezaba a balancearse de un pie a otro para tratar de contener la emoción que sentía.

 

Debía correr a casa, gritar de la emoción, brincar como el adolescente que era, de emoción. No pudo contenerse, y regresó a su casa, más rápido de lo como lo hubiera hecho un día normal. Durante el camino se acordó de escribirle un mensaje a su primo, donde se excusó, diciendo que se había aburrido, así que regresaba a casa.

 

Se tiró en su cama, suspirando con ese tono en que todos los enamorados hacen. No perdió tiempo, se incorporó, tomando la laptop de su mesa. Conocía a Minho, no era cualquier flor, y debía de tener un significado. Pasó minutos tratando de descifrar cual era, ya que nunca había sido alguien de flores, no sabía absolutamente nada.

 

Leer las palabras de su significado le hicieron quedarse sin aliento. No podía seguir gritando como loco, necesitaba hablarlo con alguien. No dudó en llamar a Jonghyun, ya era hora de volver a molestarle, y en realidad necesitaba contarle esto. Esperó pacientemente, mientras internamente estaba brincando por toda la casa.

 

-¿Bueno?- Jonghyun contestó con voz ronca, como si hubiese estado durmiendo.

 

-¡Hyung!- Le gritó para despertarlo. –No tiene idea lo feliz que soy.

 

-¿Taemin ah? ¿P-por qué gritas?- Le mandó a callar. -¿Qué es lo que pasa?

 

-¡Hyung! Minho me ha regalado una flor.- Se dejó caer en la cama, con la laptop entre las manos, y la flor delicadamente acomodada en su escritorio.

 

-¿Me llamaste sólo por eso?- Se quejó. –Taemin, es una flor.

 

-No es solo eso.- Hablaba tan excitado. –Me ha regalado un tulipán.- Gimió. –De los que hay en Holanda.- Ahogó un grito. –Es hermoso.

 

-Taemin, nunca he sido de flores, ¿a mí qué con que sea un Tulipán?

 

-Yah, una flor es una flor. No conozco a nadie que no le agrade que le regalen una flor.- Rio. –Pero, se trata del significado de la flor. Es un tulipán blanco.- Dejó la laptop de lado y giró en la cama, ahogando la emoción en su garganta. –Un tulipán blanco significa que su amor por mí es extremo.

 

-Felicidades…- Parecía seguir adormilado. –Taemin, es algo obvio, si sale contigo, a pesar de los impedimentos, solo puede estar loco, o exageradamente enamorado de ti.- Le calmó. -¿Ya pusiste el tulipán en agua? ¿O lo dejarás morir?

 

-Yah, no me molestes.- Se quejó. –Lo pondré en agua.

 

-Y ahora, hablemos de tus modales, ¿le agradeciste por la flor?

 

Taemin rio, Jonghyun no podía hablar de modales, él no era el experto en tema exactamente. Sin embargo, decidió responder sin decir nada grosero a cambio.

 

-No pude, pero le veré más al rato…De hecho, hyung, necesito un favor…- Mordió su labio inferior.

 

-¿Qué es lo ocupas, manzanita?

 

-Hyung, si por algún motivo Donghae hyung le llama, ¿puede decirle que cenaré en su casa?- Guardó silencio, esperando por una respuesta de su amigo.

 

-¿Qué?- Sonó silencio. -…Está bien.- Jadeó. –Supongo que si quieres ver a tu novio, y tienen que esconderse, yo podría ayudarte…Pero, Tae, tarde que temprano un día serán descubiertos…

 

-Lo sé…- Suspiró. –Tan solo espero a yo ser mayor de edad, para poder decidir sobre mi vida…

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Minho jaló delicadamente el cabello del menor, obligándole a echar la cabeza hacia atrás. Besaba sus labios desesperadamente, escuchándole gemir ante tal posición para un beso. Habían cenado juntos, y no encontraron mejor postre que comerse a besos. Tan solo ahora, dominaba esa boca color rosa, con un beso demasiado profundo, profanándole con su lengua, provocándole. Taemin se encontraba sentado sobre sus piernas, sosteniéndole por los hombros. Minho encontraba aquella posición cómoda tan erótica, cuando Taemin gemía por la forma en que su boca era dominada por la contraria. Minho volvió a jalarle del cabello, escuchándole gemir ante eso. Corrió sus manos a la camisa del chico, adoraba cuando Taemin se ponía camisas de vestir, así podía desabotonarlas lentamente, haciéndole sufrir poco a poco.

 

Así mismo, le desabrochó el primer botón con una mano, mientras Taemin trataba de defenderse fallidamente de ser desnudado. Siguió con los demás botones, cuando Taemin dejó de pelear. Bajó su boca, deslizándola por el cuello del menor, soltando mordidas entre los besos. Le gustaba escuchar como Taemin se quejaba por lo que estaba sintiendo. Se entretuvo al llegar a las clavículas, delineándolas con sus dientes. Soltó el cabello del menor, sabiendo que Taemin ya no cambiara de posición. Estaba consiente que no podía dejarle marcas, pero tampoco quería detenerse. Bajó su boca, mordiéndole un pezón, logrando que gritara.

 

-¡Minho!- Le pidió que se detuviera. -Agh...Minho.- Rogó.

 

-Me encanta escucharte gemir, conejito.- Le acarició el labio inferior.

 

-Y a mi que me beses.- Taemin se sonrojó. -Pero no podemos entretenernos más de la cuenta.- Fue maduro, y decidió detenerse antes de que terminaran haciendo el amor.

 

-No quieres jugar, ¿eh?- Se burló. -No te escaparás por mucho, CO-NE-JO.

 

-No quiero escaparme.- Admitió. -Pero hoy seré la Cenicienta, debo de irme al toque de queda.

 

Minho rio, mientras abrochaba de nuevo la camisa del chico. Le besó la frente, mientras le escuchaba reír de esa manera tan fresca.

 

-La Cenicienta perdió su zapatilla hasta la tercera noche, eso te obliga a venir mañana.- Le molestó.

 

-Está bien.- Se acercó a besarle en los labios. -Pero, no sé por cuánto tiempo aceptaré ser la Cenicienta.

 

-Eres demasiado travieso, conejito.- Minho se burló. -Así no te dejaré ir ahora. Te retendré a mi lado.

 

-Estarías haciendo algo ilegal.- Se rio. -Minho, yo sé que jamás harías algo así.

 

-Tienes razón.- Le hizo cosquillas. –Aunque, por ti haría cualquier cosa.

Notas finales:

Tal vez antes de la siguiente actualización suba un one-shot, espero que lo lean y sea de su agrado n.n 

Esperaré que me dejen algún review con todo su amor, o aunque sea con un poquito de él :P Hasta luego, ¡besos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).