Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

[Reviews - 340]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este capítulo está tan cortado y reescrito. Perdí la inspiración en algún punto del camino, en donde me di cuenta que mi vida es un sube y baja de estres debido a la escuela, y el bachillerato que decidí tomar. 

Y antes de que empiece de nuevo con mis explicaciones de que todo tendrá sentido al final, no juzguen el capítulo, yo misma ya lo condené por falta de inspiración T.T 

 

-¿Te estás divirtiendo?- Minho miró al chico reír, casi podía jurar que aquel hombre joven no había ido muchas veces a una feria.

 

-Gracias por invitarme a venir…- Se calmó, retomando compostura. –Siempre estoy trabajando, y aunque es mi placer, a veces olvido que me gusta hacer otras cosas.

 

-Entonces me alegro de haberte invitado.- Le guiñó el ojo. Hacía rato que se había rendido, no quería acercarse más a ese chico, pero cuando menos se daba cuenta ya estaba a su lado, olvidando que existía un lado de su vida que dolía todo el tiempo.

 

-¿Puedo saber por qué me invitó?- Se veía curioso, pero sin quitar esa sonrisa. No, el chico jamás olvidaba esa bonita sonrisa en su boca.

 

-Agh…- Jadeó. –Dijiste que te alegrabas de conocerme, porque implicaba qué harías un nuevo amigo.- Inició. –Imaginé que deberías sentirte solo. No pude evitar sentirme responsable de eso, así que decidí invitarte a la feria.

 

-No fue mi intención hacerlo sentir responsable…- Trató de disculparse.

 

-Lo sé. Yo decidí cargar con esa responsabilidad.- Ahí estaba de nuevo, no podía detenerse, ni siquiera pensaba lo que decía. Internamente quiso golpearse la frente con la palma, por ser demasiado inconsciente de sí mismo.

 

-Usted es demasiado amable, Minho…- Murmuró, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.

 

-¿Cuándo dejarás de llamarme de usted?- Le sonrió, sabiendo que el chico reiría. Quizás, además de ser optimista, su sonrisa (y sobretodo su risa) se debían a un pequeño tic de nervios.

 

-Lo siento…Me es extraño. Siempre estuve rodeado de gente mayor, los llamo de usted.- Se encogió de hombros. –Supongo que también lo hago con personas de mi edad.- Y en efecto, sonrió hasta achicar los ojos.

 

Minho se quedó sin aliento. Esa sonrisa, era tan inocente, y le recordaba tantas cosas. Alejó su mirada, no podía seguir ahí…Pero sería descortés irse sin más. Exhaló, mirando sus manos.

 

-Lo estoy haciendo perder su tiempo, ¿no es así?- Hizo una mueca y después cruzó una pierna por sobre la otra. –Si desea, puede retirarse. Debe de ser un hombre ocupado.

 

El chico obviamente había notado su súbita incomodidad. Minho se sintió mal, primero le invitaba, para hacerle sentir cómodo en esa ciudad, y ahora le hacía entender que no quería seguir ahí. Era un pésimo anfitrión. Se había vuelto un viejo grosero con el paso del tiempo.

 

-No, tengo tiempo libre.- Insistió. –Yo también hacía tiempo que no salía y recordaba que me gustan hacer más cosas que trabajar.- Era cierto, su vida se había cerrado al mismo circulo de trabajo en el cual vivía.

 

-Es horrible este tipo de vida, ¿no?- Rio. –Existimos tanta gente así.

 

Minho le miró, era extraño que alguien le incluyera en algo. Luego estaba este chico, que fácilmente le incluyó, sin tener miedo a que fuera un desconocido. ¿Qué clase de locura padecía el pobrecito? Rio, le divertía bastante escucharle hablar así, era cuando ese joven dejaba ver la inconsciencia de su edad, aunque fuera alguien sumamente maduro.

 

-Minho, ¿le gustaría mañana desayunar conmigo?- Fue amable al preguntar, se notaba que había sido educado con mucha paciencia.

 

-Sigues hablándome de usted.- Dibujó una mueca de medio lado. –Por supuesto que te acompañaré mañana…Sospecho que quieres ir a un lugar en específico, y temes perderte.

 

-Me atrapó.- Entonces rio, escondiendo su rostro tras sus manos. Era cierto, y no le importaba ocultarlo. Ese chico podía darse el lujo de ser sincero, sin ser grosero. Echó el rostro de lado, sonriendo, se veía tan joven de ese modo, disfrutando de una etapa de la vida que nunca vuelve.

 

-Malcriado…- Gruñó, haciéndole reír una vez más.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-¿Cuándo piensas volver?

 

-Papá, está alzando la voz otra vez.- Taesung rodó los ojos. Su padre no solía alzar la voz, pero cuando lo hacía, la tierra temblaba. Había aprendido a manejar esos momentos. –Está siendo un desesperado, de nuevo. Ya tengo el libro, sólo quiero ver si aún puedo conseguir que alguna otra librería busque de mi servicio.

 

-El mes acabó hace tres días.

 

-¿En serio me creyó cuando le dije que sería sólo un mes?- Era un grosero con su propio padre, merecía cualquier desgracia. Pero no podía evitarlo, ese hombre le había consentido toda su vida. –Prometo volver pronto, mientras tanto, cuide de Jaehwan seonsaengnim, por favor.

 

-Y ¿yo por qué tendría que cuidar de ese loco?- Se quejó amargamente. –Al único que tendría que cuidar es a ti, hijo.

 

-Pero ya no soy un bebé.- Se burló. –Sólo unos días, a lo mucho una semana más. ¿Está bien para usted?

 

-Ah~…Sunggie ah, siempre haces lo que quieres…Está bien. Pero no demores en volver a casa.

 

-Buenas noches, abeoji.- Terminó la llamada.

 

Aún era temprano, no tenía deseo de irse a dormir. Estaba el libro que había empezado a componer, pero se encontraba cansado de estar frente a él, procurando no romper sus hojas. Si seguía a este paso, terminaría por transcribirlo, en vez de arreglarlo. Se dejó caer en la cama, hundiéndose en las almohadas. Por eso amaba los hoteles, eran su placer culposo. Siempre odió hacer los quehaceres, como lavar ropa y tender la cama. En cambio, en un hotel él no tenía que preocuparse por ese tipo de cosas. Suspiró, era todo un mimado. Se giró, buscando una posición cómoda, tal vez si podría llegar a quedarse dormido.

 

No tenía deseos de levantarse temprano tampoco…Ah, cierto, le había pedido a aquel hombre que le acompañara a desayunar. Hizo una mueca. Choi Minho le agradaba, era un hombre amable, aunque tenía algo extraño, que le hacía querer hablarle más, hasta poder descubrir por qué su mirada se apagaba cada cierto tiempo. Quería saber qué secreto escondía, y tratar de hacerle sentir mejor…

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Minho se apoyó sobre la palma de su mano, observando la risa del chico. Había sido un chiste absurdo, no entendía por qué le había hecho reír…Aunque siempre hay gente absurda que gusta de chistes absurdos. Admitía que se sentía bien salir a desayunar con alguien. Hacía tiempo que no interactuaba tanto y tan amenamente con alguien. ¡Este chico debía ser un ángel! Siempre sonriendo y con tan buena vibra a su alrededor.

 

-Ejem…Minho…- Le llamó, sacándolo de sus pensamientos. -¿Le puedo decir algo?

 

-…Adelante.- Rodó los ojos, Taesung simplemente no iba a dejar de llamarle de usted, por más que se lo pidiera.

 

-Mañana me voy a ir de la ciudad.- Fue sincero y directo.

 

-…- Wow, eso le había dejado sin palabras. -¿…Ya te vas?- Exhaló.

 

-Sí, debo de volver en tres días, contando hoy. Y quiero llegar al pequeño pueblo que está antes de aquí, así que me iré mañana para poder tener tiempo.- Explicó, haciendo un puchero.

 

-Vaya, me acostumbré a ser tu chofer, será raro que ya no estés por aquí…- Trató de amenizar la noticia.

 

-Me hará sentir mal…Ya le dije que no era mi intención eso.- Frunció los labios, tratando de verse molesto.

 

-Te creo…- Rio suavemente. –Al menos sé que tendrás que volver en tres meses.- Sí, el chico había hecho el compromiso de volver. Era extraño, pero quería seguir viéndolo. –Cuando estés de regreso, me gustaría que avisaras.

 

-¿En serio?- Se veía incrédulo de eso.

 

-¿Por qué el tono?

 

-Es descortés responder a una pregunta con otra pregunta.- Era como un pequeño niño adorable enojado. Minho quería jalarle de las mejillas, como cualquier adulto haría con un bebé. –Sé que lo ha dicho varias veces, pero sigo sintiendo que le hago perder el tiempo.

 

-Créeme que no es así.- Admitió. –Hacía tiempo que no me divertía tanto.- Era cierto, ese chico era divertido. –Es por eso que cuando vuelvas quisiera saberlo. Seamos amigos, joven Jung.

 

-No me diga así…- Arrugó la nariz, haciendo una cara graciosa.

 

-Deja de llamarme de usted.- Le señaló, condicionando: una cosa por otra.

 

-Ajum…Será difícil…Pero está bien, Minho.- Hizo un movimiento de cabeza. –Cuando regrese…te llamaré.

 

-…Gracias…- Evitó exhalar, pero realmente le alegraba poder ser amigo de ese chico bonito.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-Me alegro que hayas vuelto.- El padre de Taesung terminó de servir la cena y tomó asiento. Estaba más serio de lo normal y con el gesto fruncido.

 

-Vaya, me está hablando así porque está enojado.- Taesung hizo un puchero en forma de burla, cruzándose de brazos, después tomando su lugar en la mesa. –Pero se alegra de saber que su hijo favorito ha vuelto a casa.

 

-Eres mi único hijo, Sunggie ah.- Aclaró. –Siempre me alegraré de saber que no te has matado en las carreteras que sueles tomar para hacer tus viajes.

 

-¡Ahora me reclamará sobre mi trabajo!- Rodó los ojos. –Le traje un regalo, y no se contenta con eso.- Fingió sentirse ofendido. –Para eso mejor le hubiese traído un presente a Hongbin daebu.

 

-Siempre lo has querido más a él, que a mí que soy tu padre.- Hizo una mueca, ignorando el intento de su hijo por ponerle celoso.

 

-Él es mi padrino, también tiene responsabilidades conmigo.- Le sacó la lengua descarado. –Además, no le traje nada a Dasom, no podría regalarle algo a Hongbin daebu sin darle algo a Dasommie.

 

-La estás malcriando.- Rodó los ojos. –Aún recuerdo cuando se conocieron, ustedes dos se odiaban.

 

-Ya no somos niños, appa…- Hizo una mueca. –Sabe, tal vez mañana vaya a la empresa…

 

-No sé si alegrarme por ello, o temer por que vuelvas a hacer algún desastre.- Se burló. –Hijo, entiendo si no quieres ir, nunca te ha gustado estar en una oficina y…

 

-Tarde que temprano me haré responsable de ella, ¿no?- Hizo una cara de entiendo perfectamente mi lugar en esta vida, provocando que su padre riera. –Ya no sé cómo darle gusto, usted siempre se queja de todo lo que le diga.

 

-Aún no lo entiendes, Sunggie ah.- Entonces sonrió, dejando de lado su carácter fuerte y siendo ese padre consentidor que siempre mimó al joven Taesung. –Cuando crezcas, las cosas serán diferentes.

 

-¿Cómo puede seguir diciendo eso?- Rodó los ojos. –He llegado a creer que…- El dolor le hizo quedarse rígido. Rápidamente se cubrió los ojos para evitar que la luz le siguiera calando de ese modo, mientras se encogía sobre sí mismo.

 

-Hijo, cariño ¿estás bien?- Se levantó de golpe, acercándose al muchacho que obviamente se retorcía de dolor.

 

-Sí, es esa…estúpida…migraña…- Jadeó. –Ah~ creo que…debo de descansar…

 

-No puedes volver a tu casa así.- Se cruzó de brazos, con una expresión sumamente seria. -¿Dónde pusiste tus pastillas? Yo te llevaré a casa.

 

-Está bien, papá, puedo hacerlo…- Fingió que el dolor se había calmado, pero las pulsaciones se sentían como un taladro directo en esa área debajo de la sien. –Mi bolso, están en mi bolso.- Se rindió, no podría manejar de ese modo, ni siquiera podía abrir los ojos sin sentir dolor.

 

Aquel hombre rudo buscó en la mochila que su hijo cargaba a todos lados, encontrándose con los analgésicos que Taesung solía tomar en estos casos. Suspiró, ¿qué tipo de vida de le había dado a su hijo? Le dio la dosis exacta al adolorido y le obligó a terminar su comida para evitar en su mayoría los efectos adversos. El chico sonrió, aunque era un obvio intento de ser amable ante la situación, le conocía bien, sabía que le dolía, puesto que su umbral de dolor solía ser bastante alto.

 

-Tienes que poner una cita con el doctor…- Le habló como padre, de esa manera tierna con la que conseguía hacer que su hijo hiciera las cosas.

 

-¿Para qué? Ya sé lo que me va a decir, no tiene sentido…- Se quejó, apoyándose sobre los codos. –En todo caso, me subirá la dosis.

 

-Es por tu bien. ¿Qué haré si te pasa algo?- Se alarmó. –Eres mi único hijo, me asusta no saber cómo puedo ayudarte.

 

-Papá…- Colocó su mano sobre el brazo de su padre. –Estaré bien.- Entonces sonrió. Siempre sonreír, sin importar qué, había aprendido a siempre sonreír.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-¿Bueno?- Minho alcanzó a contestar la llamada, era la segunda y no pensaba volver a perderla. ¡Todo por olvidar dónde había dejado su maldito celular!

 

-Oh, Minho ah, creí que estabas ocupado, ya iba a colgar.- Chaerin sonaba extrañamente alegre.

 

-Fue un descuido, olvidé dónde dejé esta cosa.- Se quejó. -¿Qué es lo que ocurre?

 

-Siento no haberte llamado antes, pero Dara me contó que fuiste a buscarme.- Explicó. -También me contó lo demás.

 

-Eso no me sorprende.- Minho reacomodó todo lo que desordenó mientras buscaba su celular. -Dara se emocionó.

 

-Ella suele ser...algo entusiasta.- Parecía que pensaba cuidadosamente lo que iba a decir. -¿Es cierto?

 

-Sí...conocí a alguien... - Jadeó.

 

-¿Quién es? ¿Cómo es él?

 

Minho alzó una ceja, Chaerin también era demasiado entusiasta. Exhaló, se sentía dándole cuentas a su madre. No quería hacerle creer a Chaerin que estaba siguiendo con su vida, cuando realmente sólo había conocido a alguien nuevo y le llamaba un poco la atención. No era para más.

 

-Es un chico, de otra ciudad.- Comentó. -Siempre está perdido, supongo que es demasiado distraído como para su bien. Además sólo piensa en el trabajo.

 

-¿Cómo se llama, Minho ah?- Insistió.

 

-Jung Taesung.- Nombró. –Un chico con un físico que estoy seguro si le conoces, te sorprenderá.- Advirtió de su descubrimiento.

-Patrañas. Minho, Dara ha hecho mucho énfasis en que te causa curiosidad.

 

-Algo así, tiene ese don natural que hace que te fijes en él y…

 

-¿Será que te gusta?

 

-Imposible.- Fue cortante. –No podría enamorarme de él nunca.- No, si no se trataba de Taemin, no podría llegar a querer a alguien más.

 

-Minho…¿De nuevo con eso? Debes de…

 

-Suficiente Chaerin. Gracias por tu consejo, pero yo decido.- Fue conciso. –No sentiré algún sentimiento romántico por alguien que no sea tu hijo…Lo siento…Yo…

 

-Algún día tendrás que superarlo. Será doloroso, tarde que temprano…Está bien. Minho, tengo que colgar, después hablamos, ¿está bien?

 

-Adió Chae…

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Taesung estiró sus brazos. ¡Benditas sean las siestas! Maldición, si tan sólo sus siestas jamás implicaran levantarse después del atardecer. Bostezó, terminando de despertarse. Ahora no podría dormir hasta entrada la madruga. Bueno, al menos así tendría tiempo de hacer la investigación de ese libro que le habían pedido. Realmente estaba atrasado con ello, y había dado un plazo de tres meses. Tenía que ser rápido.

 

Se levantó de la cama y corrió a su cambiador. Se había quedado dormido con su ropa del diario. Buscó algo más cómodo, se quitó el anillo que siempre usaba, y se dirigió a su estudio. Encendió el computador, buscando primeramente abrir el correo, sólo para asegurarse si alguna de sus fuentes ya le había respondido. Entró en el buscador el nombre del autor que buscaba y comenzó con su investigación.

 

-¡Bingo!- Se alzó de su lugar. Había hallado la localización del libro gracias a uno de sus conocidos, que le había redirecionado a la ciudad de publicación original.

 

Sintió ganas de brincar por todos lados. Llamaría a Moonnie, o a su padre. Incluso, tenía deseos de llamar a su daebu. ¡Debía empacar! Tenía que ir por el libro cuanto antes...Tal vez sería mejor llamar primero a su padre.

 

Corrió a su recámara, cogiendo el teléfono. Marcó a su padre, mientras buscaba su maleta. Ropa para una semana, no pensaba perder mucho tiempo, no quería que el plazo de los tres meses llegara a su fin.

 

-¿Bueno?- Su padre atendió a la llamada.

 

-¡Papá! Soy Sung, tengo que irme, saldré mañana. Vuelvo en una semana, así que tendrá que...

 

-¡Yah! Habla más despacio.- Le ordenó. 

 

-Encontré un libro, está cerca, sólo me iré por una semana. Esta vez prometo que sí será una semana.- Explicó. -Por favor, no haga un berrinche.

 

-¿A quién crees que le hablas de ese modo, muchachito?- Se enfadó.

 

-Lo siento papá...- Rio por lo bajo. -Sólo quería avisarle, no se preocupe por mí.

 

-Ah~ Está bien. Vuelve con bien, ¿de acuerdo?- A fin de cuentas, era su padre, se preocupaba por él.

 

-Sí papá, te amo, adiós.- Colgó.

 

Suspiró. Lamentaba sólo haberle contado de este viaje.Técnicamente no había mentido, en realidad iba a volver después de conseguir el libro...Sólo que tendría que irse de inmediato. De los tres meses sólo le quedaban unas cuantas semanas...Eso no le gustaría a su padre, no por las fechas que se avecinaban.

 

Jadeó, siempre le era más sencillo pedir perdón a pedir permiso, así que ya estaba decidido. Terminó de preparar la maleta y comenzó a enlistar sus prioridades, uno de los muchos defectos que tenía –y de los cuales estaba consciente- era que no sabía poner prioridades si no las escribía primero. Debería de dormir temprano, o no sería capaz de levantarse a tiempo para ahorrar un par de horas con luz de día. Jadeó, la vida que llevaba le cansaba, pero jamás le aburría.

 

 

 

 

Ya en la mañana, salió rumbo a la pequeña librería donde se encontraba su siguiente adquisición. Tendría que revisar en qué estados se encontraba el libro, si tendría que hacerle algún tipo de reparación y si esto implicar poner en más riesgo de daño el ejemplar.

Notas finales:

¿Se nota mucho que está incompleto, no? Procuraré completar la idea en el siguiente capítulo, la verdad es que no supe dónde hacer el corte entre capítulos. 

Por cierto, cambiando de tema, ¿qué piensan del nuevo drama de Minho? Yo, en lo particular, tengo miedo de verlo y querar cambiar mi concepto que tengo de él en la historia El Consorte Real, porque la ambienté en una época parecida. Cuando lo empiece a subir ya ustedes juzgarán. 

Supongo que esto es todo por ahora, nos leemos luego. ¡Besos! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).