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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

¡Al fin terminé este capítulo! :B Este es uno de esos capítulos que realmente no están planeados hasta que una vocecita dentro de mi cabeza dice "has las cosas más complicadas aún", y así es como termino demorándome u.u

-¿Qué rayos estoy comiendo?- Jaehwan miró la bandeja que la enfermera le había dejado minutos antes. Realmente nada le apetecía, así que tomó el pequeño pote de gelatina, observándolo desde diferentes ángulos.

-Es una gelatina, Ken. Si no te la vas a comer, lo haré yo.- Le arrebató el bote, quitando la tapa metálica.

-¡Oye!- Jaehwan se estiró, de la manera como pudo, para poder recuperar su gelatina. –Esto es lo único que no sabe feo.

-Naturalmente…

-Y dime, ¿qué ha sido de tu vida?- Sorbió directo del vaso de gelatina, puesto que no podía usar su otra mano para agarrar un cubierto y ayudarse a comer la gelatina.

-Trabajo, lo de siempre.- Se encogió de hombros. -Es interesante, de hecho, por cómo se encuentra la economía en este momento. Pero no hablamos de mí, ¡eres el centro de atención y cuidados de todos! Anda, dime ¿cómo te estás sintiendo?

-Terrible.- Jaehwan se quejó recargando su cabeza en la camilla. -Me han quitado ya los analgésicos, los malditos y...Ahora entiendo por qué las personas se vuelven adictos a ellos. Me duele todo, no puedo mover mi brazo derecho, si intento respirar estoy seguro que me volverá a sangrar todo por dentro, y ni se diga de reír...Al menos sé que mi querido Leo jamás me hará reír.

-Taekwoon no es exactamente el alma de la fiesta.- Rio. -Pero cuidará bien de ti.

-Por supuesto, es su deber.- A pesar de quejarse del dolor, rio.

Unos golpes en la puerta, y después ésta abriéndose.

-¡Ya llegamos!

Jaehwan miró hacia la puerta, sonriendo al par de hombres que se encontraban bajo el marco de la puerta.

-¿Tío Hakyeon?- Taesung preguntó emocionado al ver al hombre sentado junto a Jaehwan.

-¿Cha?- Taekwoon se veía igual de sorprendido que su hijo.

-Hola Sunggie.- Hakyeon sonrió, haciendo un gesto de saludo.

-¿Qué haces aquí?- Taekwoon se cruzó de brazos, entrando por completo a la habitación. -Creí que estabas en Ulsan.

-Me hicieron tomar mis vacaciones.- Se encogió de hombros. -Así que me estaba preguntando a qué lugar ir, cuando me enteré que tu novio había tenido un accidente.

-Ken no es mi novio.- Frunció los labios, haciendo un puchero molesto.

Taesung le miró, sorprendido por lo que había escuchado. Su padre jamás llamaba a Jaehwan “Ken”, ni de broma. Simplemente no era normal. Así que, diciéndolo de esa manera tan natural en la conversación era bastante bizarro.

-Por supuesto…- Hakyeon rodó los ojos. –Como decía: estaba decidiendo a qué lugar ir, cuando supe lo de Ken. Quise venir a ver como se encontraba. Además, tampoco he sabido de ustedes en un largo rato. Se supone que eres mi mejor amigo, al menos tengo que visitarte una vez al año.- Se quejó, cruzándose de brazos ofendido.

-¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Mi padrino se va a poner muy celoso cuando sepa que el tío Cha está aquí.- Taesung dio ligeros brinquitos sobre el lugar en el que estaba parado, aplaudiendo como niño pequeño. Sabía que la presencia de su tío haría las cosas muy divertidas, ahora que todo se encontraba tan sensible.

-Y entiendo por qué.- Jaehwan gimió, algo molesto. –Leo jamás me ha recibido tan bien a mí. Normalmente me gruñe, me pregunta que hago ahí, y antes de que pueda responder, me corre de dónde sea que sea.- Gimió molesto. –En cambio, a ti Hakyeon, hasta admite que te quiere.

-Sí, vaya que soy suertudo.- Sonrió, dirigiendo la mirada hacia su amigo. -Leo no debes de ser tan grosero con tu novio.

-¡Ken no es mi novio!- Rodó los ojos, fastidiado. -Y no me llames Leo.- Hakyeon era el único de sus amigos que de hecho usabas los tontos apodos que Jaehwan había dado.

-A mí me agrada. Gracias N hyung.- Jaehwan sonrió complacido.

-No hay problema Ken.- Le dio unas palmadas en la cabeza.

Taesung adoraba a su tío. Era, de muchas formas, lo opuesto a su padre. Siempre alegre, haciendo cosas estrafalarias, alebrestando a todos. Y también sabía cómo mantener todo tranquilo. Definitivamente la presencia de Hakyeon era lo que necesitaban por ahora.

-Me duele todo...- Jaehwan gimió de nuevo. -¿Por qué el conductor se lleva lo peor?- Lloró.

-En general, todos se llevan algo del impacto.- Taesung sólo habló por hablar, sin consolar a su amigo.

-Pero a Jin no le dejaron tanto tiempo en el hospital.- Jae resopló entre dientes.

-Él no estuvo del lado del impacto.- Taesung de limitó a responder.

-¿Y por qué razón iba Seokjin contigo?- Taekwoon se cruzó de brazos mientras interrogaba a su fastidioso vecino.

-Necesitaba que alguien le llevara.- Jaehwan no se encogió de hombros sólo porque le dolía todo. -Fui un buen amigo, así que le dije que viniera conmigo...Las cosas no resultaron muy bien...

-Por supuesto.- Taekwoon rodó los ojos. -Me voy a la oficina. Tengo trabajo que hacer.

-¿Te vas?- Jaehwan chilló. -Pero me darán el alta en un par de horas. Deberías de llevarme a casa, y organizarme una bienvenida.- Hizo un enorme puchero.

-No.- Fue seco, dirigiéndose a la puerta.

-¿Celoso?- Hakyeon rio, burlándose de su amigo. –No te preocupes Ken, yo estoy de vacaciones, así que puedo organizarte una bienvenida.

-¡Yo también!- Taesung alzó la mano, como si estuviera en el preescolar y quisiera compartir su opinión. –Quiero hacerle una fiesta de bienvenida a Jaehwan, y hacer un pastel enorme, y que muchas personas vengan.

-Así será Taesunggie.- Hakyeon rio. –Así que puedes irte, Leo. No requeriremos de ti hasta más tarde.

-Como digan.- Gruñó, rodando los ojos.

-Ah, papá, haremos la fiesta en tu casa.- Taesung comentó traviesamente, empujando a su padre fuera de la habitación y cerrando la puerta, liberando una risilla. –No creo que le moleste.

-Yo tampoco.- Hakyeon se encogió de hombros, riendo.

 

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Taesung mezclaba la masa para pastel mientras miraba con atención el libro de recetas. No podía permitirse brincarse algún paso, algún pequeño detalle, porque debía ser perfecto. Su tío y Jaehwan se encontraban en el comedor, adornando todo con bonitos listones y serpentinas, colgando globos de colores y regando confeti. Le gustaba esta situación, una pequeña y alegre calma, en la que podía olvidarse de todo, bloquearlo por completo. Se apartaba de sus problemas para poder celebrar que alguien seguía con vida. 

Estaba entretenido, y eso era algo que necesitaba con urgencia. Le hacía sentir paz. Hasta que su celular sonó, despertándole de sus alegres sueños. Soltó por un momento el batidor, dejándolo dentro de la mezcla, alcanzó el celular y sin mirar el identificador respondió la llamada, colocando el artefacto entre su hombro y su oído.

-Jung Taesung…- Se presentó, de nuevo batiendo la mezcla. Quería asegurarse de que no quedara ningún tipo de grumo en ella.

-Tae…

Era Minho. Taesung dejó de hacer movimiento alguno. No había pensado en que Minho le llamaría en algún momento. No es que no lo deseara…Tan sólo no quería llorar más por un buen rato. Se mantuvo callado, esperando a que la otra parte de la llamada hiciera algún comentario. Todo se mantuvo en silencio.

-Minho…- Jadeó, sintiendo como su corazón crepitaba.

-Quería saber cómo estás…¿Cómo salió todo por allá?- Escuchó a Minho exhalar. Probablemente él se encontraba igual de asustado en mantener esta conversación.

-Bien. Mi amigo, Jaehwan, fue dado de alta hoy…- Sonrió un poco, pensando en las cosas buenas. –Estamos preparando una fiesta de bienvenida y comeremos pastel…- Soltó con alegría.

-Siempre te han gustado los festejos.- Minho susurró. –Sé que harás lo mejor.

-Mmm…- Taesung asintió. Realmente era algo que no podía evitar, le gustaban mucho los festejos…¿Cuál había sido el último que había organizado? Ese, probablemente, fue el cumpleaños de Minho. Volvió a quedarse callado. No podía hacerlo, algo dentro de sí se aferraba al terrible enojo que sentía. No podía perdonar a Minho tan fácilmente.

-Tae, yo…

-Lo siento Minho, tengo muchas cosas por hacer…Te llamaré luego.- Se disculpó, colgando la llamada cuanto antes.

No estaba listo. No podía enfrentarse aún a un posible rompimiento. Y sabía que estaba mal posponer todo al huir de este modo, pero no podía afrontarlo aún. No quería alejarse de Minho, no quería alejarse de él, ni tener que olvidarle.

-Oye Sung...¿Qué ocurre Taesung?- Hakyeon entró a la cocina, mirando como el menor se frotaba el rostro con insistencia.

-No es nada...Creo que algo me entró al ojo...- Jadeó, dejando de lado la masa de pastel. -Iré al baño a sacarme los lentes de contacto.

Entonces escapó de ahí. Porque no quería que le vieran llorando, si alguien más lo hacía entonces no podrí fingir que no se sentí tan destrozado y temeroso. Tenía miedo de su primera decepción amorosa.

Se encerró en el baño, cubriéndose el rostro, tratando de calmarse. Tenía que ser positivo, pensar positivo. Minho le había dicho eso. Si era positivo, las cosas saldrían bien. Se limpió las lágrimas, y sorbió por su nariz. Dios, ¿por qué tenía que ser un gran desastre cada vez que lloraba? Lo odiaba, no solía llorar demasiado, era tan solo que ahora todo se había conjugado en su contra. Se quitó los lentes de contacto, sin tener mucho cuidado. Después de todo ese par ya estaba por expirar, así que lo tiró a la basura. Llorar hacía que le ardieran los ojos, no iba a poder seguir usándolos. Se lavó la cara, tratando de disimular su llanto. No podía hacer más; al menos tenía su maquillaje dentro de su bolso.

Salió del baño, concentrándose en las cosas que tenía absurdamente cerca para poder hacer su camino hacia su bolso y sacar sus gafas. Odiaba ser tan corto de vista, pero era mejor a haberla perdido por completo en aquel accidente. Suspiró, sentándose a la mesa, sacando la base con la cubría su cicatriz. Tenía que poner su mente en orden, no podía quebrarse ahora, tenía tanto por hacer. Además, se había decidido: sería positivo, trataría realmente en arreglar su relación con Minho.

Terminó de arreglarse, sólo para continuar trabajando en los preparativos de la fiesta. Para cuando todo estuvo terminado, y los invitados terminaron de llegar, Taesung había decidido pensar sólo en cosas buenas que podrían pasar. Tendría que verle lo bueno a todo, incluso buscar lo bueno en la posible situación donde terminaba con Minho. No quería llorar más, no se dejaría.

-¡Hay que tomarnos una foto!- Mandó todos sus problemas al fondo de sus pensamientos, arrinconándolos por completo, hasta dejarlos bien guardados en un baúl. Tenía que volver a ser ese que tanto le gustaba ser, vagando por todos lados, sin atarse a nada.

-Oh no, fotografías no.- Escuchó  a su padre quejarse.

-No seas amargado, Taekwoon, querido. Hay que aprovechar que Hakyeon-ssi está aquí, para tener una foto de él.- Incluso, escuchar a su madrina molestando a su padre le hizo notar que tenía todo lo que necesitaba, y podría vivir con ello sin importar el rumbo que tomaban las cosas.

-Si no hay remedio…

 

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Minho suspiró, dejando un par de libros sobre la mesa de su cubículo. No tenía deseos de revisar la clase del día siguiente. En general, no tenía deseos de nada. Taesung le había dicho que le llamaría luego, y de eso ya tres días. Sabía perfectamente que no lo haría, Taesung no le llamaría. Suspiró frustrado. Cuando el chico había vuelto, se había sentido tan aliviado,  a pesar de escucharle decir cuánto le odiaba. Entonces había ocurrido ese accidente, y el destino se había llevado a Taesung de su lado, dándole una oportunidad de no volver. Era como si las cosas no quisieran poner de su parte para que él y el menor pudieran arreglarse.

Un par de libros pesados se azotaron contra su mesa, provocando que se exaltara y brincara, enderezándose en su silla.

-¡Basta!- Kibum le regañó. -Estás actuando como zombi desde hace días. Lo hiciste hace diez años, y lo vuelves a hacer ahora. No vas a quedarte sentado ahí, a lamentarte.- Ordenó. –Vas a llamarle.

-No va a funcionar…- Se quejó. –La última vez, me colgó. Y antes de eso ni siquiera respondía mis llamadas.

-Al menos ya te responde. ¡Anda! Eso es buena señal.- Se molestó más al ver la actitud derrotista de su amigo. –Llámale, necesitan arreglar lo que sea que esté pasando entre ustedes.

-Me odia…

-Cualquiera te odiaría con esa mala actitud.- Kibum frunció los labios, cruzándose de brazos. –Llámale, dile que lo extrañas, que lo amas. Que venga, que quieres arreglar todo. Si es necesario le envías una foto tuya de rodillas, rogándole, ¡pero has que venga para que se arreglen!- Fue serio, escudriñándole con la mirada. -¡Vamos Minho! No me iré de aquí hasta ver que le llamas. Asustas a todo el mundo cuando te pones de ese humor…Nadie quiere verte así de nuevo.

-Taesung…Realmente lo amo…- Jadeó. –Lo amo como antes, y de manera diferente. No podría seguir adelante si él no me perdona…- Miró la mesa, sin muchos ánimos.

-Bueno, la mejor forma de evitar eso es haciendo todo para que te perdone. Llámale, o será peor Choi.

Minho jadeó, tomando su celular. Sabía que lo que Key le decía era cierto, pero tenía algo de miedo de encontrarse con el hecho de que Taesung no le querría perdonar. Evitó usar el discado rápido, para así tener más segundos que le darían un poco más de valor. Tenía que hacerlo, era lo correcto, tenía que luchar por tenerle de regreso. Encontró su contacto, entre la lista, abriéndolo. La bonita foto que le había sacado, y que constaba como foto de contacto, le sonreía burlonamente ahora. Nunca se había sentido tan temeroso como ahora, ni siquiera cuando experimentaba de sus primeros amores. Pero esos amores no eran nada, comparados con lo que sentía por este chico. Taesung, Taemin, él realmente era el amor de su vida, a quien quería para siempre a su lado. Pulsó el botón de llamada, llevándose el celular a su oreja rápidamente para escuchar el timbre de llamada.

-¿Minho?

Su voz. La había extrañado tanto, que le era absurdo pensar en dejar de escucharle.

-Tenía que llamarte…- Exhaló. –Sé que dijiste que me llamarías luego, pero…Ha pasado demasiado y yo…Te necesito.- Fue sincero, rezando internamente por poder hacerle venir y tener cerca.

-Yo también te necesito…

A pesar de escuchar esas palabras, Minho notó la extraña ligereza en las palabras del menor. Había algo diferente. Tomó algo de aire, pensando en las palabras que diría.

-Necesito verte, quiero verte.- Cerró los ojos, concentrándose en el poco ruido que había al otro lado.

-Yo también quiero verte, pero estoy ocupado…

-¿O-ocupado?

-Sí. He estado trabajando en unos libros. Me pidieron que los arreglara, y la verdad es que están demasiado dañados…Han tenido días difíciles.- Explicó, sonando demasiado entusiasta de sus libros.

-Oh…Entiendo.- Hacía tanto que no le escuchaba así. Era como si de nuevo fuera ese chico desconocido que sólo pensaba en libros y viajar. Y no sabía si eso le alegraba o le preocupaba. –Tan sólo quería saber de ti y…

-¿Es insoportable?

Aquella pregunta que ya una vez le había hecho. Minho en ese entonces no había logrado comprender por completo aquella pregunta. Ahora lo hacía, y entendía que todo se debía a él. Exhaló, asintiendo ante la respuesta que ya había formulado en su cabeza.

-Sí. Muy insoportable.- Aceptó. –No podemos seguir así…Yo he hecho y dicho tanto, pero lo cierto es que nada de eso importa. No te quiero lejos de mí.

-¿Me quieres?

-Te quiero, te amo.- Dijo en voz alta. –No dejaré de hacerlo, nunca.

-¿Ni aunque no esté presente?

-No. Te extrañaré más y más, y…

-Iré a verte, Minho.- Se escuchó a susurros. –Estaré ahí en una semana.

-¿Vendrás…por mí?

-Te necesito, Minho. Más de lo que puedes imaginarlo. No perderé esta oportunidad.

Entonces lo entendió, Taesung estaba dando lo mejor de sí por dejar los problemas de lado, por volver a ese momento en el que todo era perfecto, y sin complicaciones. También lo deseaba, volver a aquellos tiempos en donde todo era más sencillo.

 

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Taesung cerró el libro que tenía entre manos, asegurándose de dejarle lo suficientemente apretado para que las hojas se secaran en su lugar y no volvieran a desprenderse. Se levantó de la pequeña mesa que había en esa habitación de hotel, parándose frente el gran espejo que había en la cómoda. Arregló su ropa, mirándose una vez más, provocando que se pasara los dedos por el cabello para arreglarlo y ponerlo en su lugar. Minho le había dicho que estaría ahí después de la escuela, y ya eran las tres y diez. Eso significaba que él podría llegar en cualquier momento. No se debería sentir así de nervioso, pero lo hacía. Se retorcía los dedos y mordía su labio inferior, esperando a que Minho llegara.

Bufó, sentándose en la cama, apretando una almohada. Era fastidioso estar en esta situación, lo detestaba absolutamente. Pero quería hacer todo para que su relación con el mayor se salvara. Minho le había dicho que le necesitaba, y eso era algo que deseaba tanto. Saberse necesitado por él. Quería volverse tan necesario como fuera, incluso imprescindible.

Escuchó golpes que llamaban a su puerta. Suspiró, poniéndose en pie y yendo a abrir. Sonrió, vertiendo sólo sus sentimientos alegres en la sonrisa que le mostraría. Tenía que ser fuerte, y sonreír, poner sólo lo mejor de sí, aun cuando todo se derrumbe a su rededor. Sólo así lograría sobrevivir.

-Taesung…

Se sorprendió al sentirse sofocado en aquel abrazo. Era algo que le gustaba, y se sentía bien. Le regresó el abrazo. Era a quien más quería; había experimentado todo tipo de emoción por él, que no podía imaginarse la vida sin hacerle compañía ya. Eso le dio un poco de impulso, alzando el rostro y robando los labios de Minho. Él era suyo, tenía que serlo, no podía concebir en su mente un mundo donde ese no fuera el caso. Devoró con desespero la boca ajena, siendo demandante y desesperado. Le engatusaría si era necesario, todo con tal de mantenerle a su lado.

-...Es absurdo.- Jadeó al separarse. -Lo mucho que te quiero.

Y del mismo modo descarado en que tomó labios ajenos, ahora era su boca asaltada. Cerró los ojos, dejándose llevar, llegando a imaginar que los sentimientos de Minho realmente eran como los suyos.

Porque todo podía ser perdonado si los sentimientos son mutuos. Suspiró, colocando su mano en el pecho del alto, logrando apartarse sólo un poco. Pero no podía engañarse, tal vez sólo estaba pensando idílicamente. Miró el suelo, conteniendo la risa por el absurdo juego que jugaban. Era un estira y afloja, en el que ninguno de los dos quería perder, pero tampoco podían ganar.

-Tae…- Minho le tomó por el mentón, haciendo que subiera la mirada.

-Quisiera que alguna vez dijeras mi nombre completo…- Exhaló, soltándose.

-…Taesung.

-¿Me amas, Minho?- Jadeó, subiendo su mano hasta poder acariciar los labios que habían pronunciado su nombre de manera tan suave.

-Sí. Te amo.- Fue firme al decirlo. Quería hacerle entender al menor que sus sentimientos eran reales, que no podía vivir sin él.

-A veces siento que te resistes demasiado a hacerlo…- Dijo lo que tenía en mente, y que había tenido por ya un largo tiempo.

-¿Cómo podría resistirme a ti?- Minho le sonrió, pasando su pulgar sobre la mejilla del menor. –Eres irresistible, tu sola presencia hace que todos te miren. Y cuando te vas, yo…Me siento morir.

-¿Mueres por mí?- Alcanzó a exhalar una risa. Ciertamente, escuchar eso le hacía sentirse más tranquilo y esperanzado. Tal vez todo sí tenía arreglo.

-No tienes idea cuánto. Ahora que has estado lejos, ha sido todo tan agotador. Eres el sol de mi vida.- Apoyó su cabeza en el hombro del menor, suspirando. –Es horrible que me haya dado cuenta hasta ahora, y a pesar de todos los planes que hemos hecho, que jamás te he dicho de manera correcta lo mucho que eres para mí. Que sin ti, realmente las cosas no podrían seguir adelante de ninguna manera. Te amo, como jamás lo he hecho.

Taesung exhaló ante eso, ¿estaría mal dejar que su corazón se adueñara de esas palabras? Rodeó con sus brazos el torso del mayor, decidiendo que no podía ser tan idiota ya. Estaba enamorado, y ese sentimiento era cruel.

-Minho…Si descubro que esto no tiene futuro, me iré…- Jadeó, dejando que esas palabras sellaran este reencuentro.

-No te vayas nunca.

-Haré lo que pueda hacer.

 

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El día había comenzado tan tranquilo, que Taesung batalló para abrir los ojos. Había estado hasta tarde revisando un libro, y un poco antes había mantenido una larga conversación con Minho; que si bien, ahora lo pensaba, no había sido demasiado sustanciosa, sino que les había hecho sentirse parte de eso qué tenían.

Ahora no quería levantarse, ni siquiera había comido algo. ¿Qué hora era? Se giró, buscando el reloj que siempre hay en las recámaras de hotel. Dos y media, ¡era tan tarde! Volvió a girarse, alzando las sábanas para poder incorporarse. Necesitaba darse un baño, y pensar en algún plan. Bostezó, revolviéndose el cabello desinteresadamente. Preferiría seguir durmiendo, pero Minho salía de la escuela a las tres, y quería salir a comer con él. Refunfuñando se levantó, dirigiéndose al baño. Tendría que apurarse, si quería alcanzar a Minho en la escuela.

Tras bañarse, y arreglarse, condujo por las calles que Minho le había enseñado que servían como atajo, para poder ahorrarse unos minutos y llegar a tiempo. Así que estacionó el auto frente a la oficina principal de la escuela y usó esa entrada, encontrándose con la recepcionista. Ya una vez había ido a la escuela, buscando a Minho, así que sabía que esa señorita era muy amable. Le sonrió, apoyándose en el mostrador.

-Disculpe, ¿podría llamar al profesor Choi Min Ho?- Hizo una linda mueca, inflando sus mejillas. Sabía que ella no podía negarse, las clases ya habían terminado, así que no estaba siendo grosero.

-Ah, sí. Veré si puede venir…¿Quién le digo que lo está buscando?- Ella se puso de pie, dejando los papeles en los que trabajaba de lado.

-Jung Taesung.- Sonrió, asegurándose de no hablar de más.

-Vuelvo en un momento.

Taesung exhaló, mirando con impaciencia el reloj que adornaba la pared. Podía pensar en lo que tenía planeado para hacer en la tarde, tal vez dejarse llevar un poco en sus ensoñaciones. No escuchó que la puerta de la oficina se volvía a abrir, y que alguien más entraba.

-¿Sung?- Le llamaron.

-¿Ah?- Taesung regresó sus pensamientos a la tierra. Rápidamente miró a quien le había llamado. -¿Tío Hakyeon? ¿Qué hace aquí?

 La secretaria regresó, buscando algunos papeles entre las carpetas que llevaba consigo, y después entre el montón de archivos que había estado manejando hacía rato.

-Lo siento, pero los profesores van a iniciar una junta de imprevisto.- Se dirigió a Taesung, informándole que Minho no estaba por salir aún. Taesung simplemente asintió, haciendo un puchero. No había contemplado eso. -¿Qué se le ofrece?- Ella ahora se dirigió hacía Hakyeon.

-Yo también venía buscando a un profesor.- Exhaló. –Supongo que llamaré a Kibum más tarde.- Se encogió de hombros. –De cualquier modo, gracias.

-Si…Disculpen.- La señorita tomó lo necesario y salió de ahí; probablemente le habían pedido algunas cuentas que ella manejaba para que fueran expuestas en la junta.

-Entonces, hijo, ya que ninguno de los dos tiene planes. ¿Comemos juntos?- Hakyeon le ofreció a su sobrino.

-Sí, claro…- Suspiró. ¿Qué más podía hacer? Probablemente Minho no saldría hasta muy tarde. –Conozco un restaurante al que podríamos ir…

-Oh, joven.- La atareada secretaria regresó, tomando una libreta de anotaciones de su lugar. –El profesor Choi se dirige hacia acá, tal vez le gustaría esperarlo.- Fue amable de informarle.

-Gracias.- Taesung alcanzó a decir alegremente, antes de que la chica desapareciera de nuevo tras la puerta. Ella sí que estaba atareada. Unos cuantos segundos después escuchó los pasos de Minho acercarse.

-¡Tae!- Minho atravesó rápidamente el umbral de la puerta rápidamente. -¿Qué haces aquí?

-Venía a invitarte a comer.- Hizo un mohín, siendo perfectamente consciente de ello. –Pero ya me dijeron que estarás ocupado.

-Lo lamento, Tae. Fue algo que el director acaba de comandar.- Se excusó.

-No te preocupes, lo entiendo.- Le quitó importancia. –Además, me encontré con…- Se giró, para señalar a su tío, encontrándose con que estaba solo en la recepción. -¿A dónde fue?

-¿Bebé?- Minho le cuestionó. Él no había visto a nadie al llegar a la recepción.

-Es un amigo de la familia, como un tío para mí.- Taesung explicó rápidamente. –Iremos a comer, así que no te preocupes por mí.

-De acuerdo, si estás bien con eso…- Minho torció los labios. –Tengo que irme, no puedo perderme mucho de la junta.

-Hmm.- Asintió.

-Por cierto, Tae. Quiero que vengas a mi casa, esta noche. Para cenar.- Le importó poco el mostrador que les separaba, se apoyó en él y se acercó para robarle un beso de despedida.

-…Ahí estaré.- Sonrió, batiendo su mano en un corto adiós mientras observaba a Minho irse corriendo. Realmente se veían atareados con esta junta.

Exhaló, quitándose la decepción de los hombros. Al menos había quedado con Minho para algo. Salió de las oficinas, encontrándose con que su tío se encontraba en una llamada telefónica. Tal vez por eso se había ido de la recepción, debía contestar y no quería importunar. Esperó hasta que él terminara la llamada, para poder indicarle hacia dónde se encontraba el restaurante al que irían.

No se demoraron en llegar, y el lugar no estaba demasiado lleno, por lo tanto recibieron una mesa casi de inmediato. El garzón les dejó la carta y les presentó al mesero que les estaría atendiendo. Después de eso se despidió y dejó que ellos continuaran revisando el menú.

-Entonces qué haces por aquí, cariño.- Hakyeon bajó su menú, preguntando con cierta diversión en su mirada. -¿Saliste huyendo de casa?

-No es así, exactamente.- Frunció los labios. -Prometa no decirle a papá, por favor.

-¿Qué cosa cariño?- Hakyeon hizo una mueca, cambiando su expresión.

-Pues...Es que aquí...vive mi novio.- Sonrió por lo bajo.

-¿Tienes novio?- Eso sorprendió a Hakyeon, haciendo que se interesara.

-Sí…Es algo complicado, de hecho…- Masculló. –Trabaja en la escuela…Su nombre es Choi Minho.

-Pero, ¿él es mayor?

-Neh…Aunque no tenemos muchos problemas por la brecha de edad, él ha vivido muchas cosas que yo ni cerca he estado de vivir…Eso nos ha causado problemas.

-Eso no suena bien, cariño.

Taesung subió la mirada, sin demostrar emoción alguna. Hakyeon había pronunciado aquel apodo del mismo modo en que su padre y Jaehwan lo harían cuando no estaban de acuerdo. No tuvo deseos de seguir hablando acerca del tema, no necesitaba que alguien más quisiera ayudarle, con Jaehwan le bastaba más que suficiente. Hojeó el menú, pensando que lo mejor sería cambiar de tema.

-Tío, ¿qué hace usted aquí?- Preguntó, sin alzar la mirada del menú.

-Yo también estoy de vacaciones, Sung.- Hakyeon rio. –Tengo un amigo aquí en la ciudad, y trabaja en la misma escuela.- Lo dijo como si no tuviese importancia. –Solíamos ir a la misma universidad.

-Usted conoce a muchas personas.- Exhaló, bajando su menú. –Le envidio.

-No me envidies, Sunggie ah.- Rio. –Muchas de las personas que conozco son en realidad contactos, no amigos. Tú tienes suerte de saber hacer amigos.

-Sí…- Sonrió por lo bajo. -¿Y cuánto tiempo estará aquí?

-No lo suficiente, Sung. Quisiera hacer un par de viajes más antes de regresar a Ulsan, así que tengo que estarme moviendo continuamente.

-Entiendo.- Asintió.

-Aún así, trataré de estar cerca de ustedes por más tiempo que antes.

 

 

 

 

 

 

Taesung se acomodó sobre el hombro de Minho. Veían el televisor tranquilamente, tras la cena que habían tenido. Tenían que volver a acostumbrarse a poder sentirse tranquilos estando juntos. Porque el amor estaba ahí, era sólo que las inseguridades podían llegar a sobreponerse, cuando lo mejor era estar quietos, abrazados.

-¿Cómo estuvo tu junta?- Taesung aprovechó un corte comercial, tratando de hacer un poco de conversación cariñosa.

-Larga, aburrrida, muy tediosa~.- Minho exhaló, dirigiendo la mirada a su novio. –Hubiese preferido, por mucho, ir a comer contigo.

-El trabajo es primero, Minho ah~.- Taesung rio, picándole en la mejilla.

-Temía que dijeras eso.- Suspiró. –Te gusta demasiado trabajar.

-¿En qué más podría tener mi cabeza metida todo el día?- Murmulló, quitándole la mirada de encima sólo para ponerla de nuevo en el televisor.

-Tal vez en alguien…- Le susurró al oído, deleitándose con el escalofrío que le provocó. –Al menos sé que pasaste una agradable tarde. ¿Con quién dijiste que fuiste a comer?

-Con mi tío.- Dejó de prestarle atención al programa que veía. –Fue agradable, pero realmente quería haber ido a comer contigo.

-¿Cómo es que tu tío llegó hasta aquí?- Minho le interrogó.

-Dijo que tenía un amigo.- Se encogió de hombros. –Está de vacaciones, y le gustan demasiado los aeropuertos, pronto estará en un nuevo lugar. Al menos me pudo hacer compañía mientras tú no pudiste acompañarme a comer.

-Aigo, lo dices como si fuera mi culpa.- Le pellizcó la nariz juguetonamente. –Ya te dije que fue una decisión del director.

-Lo sé…- Frunció los labios en un puchero.

-No deberías tentarme con esos gestos tan lindos.- Minho jadeó, tomándole del rostro y plantándole un gran beso en los labios. –Me dan ganas de devorarte.

-Sólo pasará si te dejo.- Soltó altanero, burlándose.

 

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Taekwoon cerró la puerta de su despacho, dejando que Hakyeon se sentara en uno de los sofás que había a los costados de la sala. Le hizo compañía, sentándose en el que se encontraba justo en frente.

-No sabía que habías vuelto tan pronto.

-Regresé anoche. Me queda algo de tiempo antes de volver a mis deberes, así que decidí pasarla aquí con ustedes.- Sonrió, demostrando que había ido para hablar algo más que su itinerario.

-Sabes que eres bienvenido siempre, pero quisiera que dijeras ya eso que tienes en mente.

-Sabes Taekwoon ah, ahora que he podido ver a tu familia, sobretodo a Taesung, y ver lo mucho que ha crecido, me he dado cuenta lo bien que le has criado.- Soltó.

-¿Por qué no habría de ser así?- Cambió su expresión, poniéndose más que serio ante el rumbo que había tomado la plática.

-Siempre me pregunté por qué me buscaste a mí, en vez de a Hongbin, en los momentos difíciles…- Miró a la nada, recordando aquella época. –Después de todo, él es el padrino de tu hijo.

-Hakyeon…

-Ahora lo entiendo. Porqué no recurriste a él…- Suspiró, volviendo a la realidad. -¿Sabes que amo a tu hijo, no?

-Por supuesto que lo sé.

-Él también es como un hijo para mí. Después de todo este tiempo, sería inevitable.- Jadeó. –Y siempre cuidaré de él.- Se movió al filo del sillón. –Sé que ahora es un adulto, pero no creo que debas de dejar de prestarle atención…No ahora.

-¿De qué estás hablando?- Entonces se calló, entendiendo. –No, no es posible.

-Lo es. 

Notas finales:

Rápido recordatorio, lo siguiente que actualizaré es Alarm Clock, así que tengan un poquito más de paciencia con la siguiente actualización de Ojos Bonitos por favor♥ ^^ 


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