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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Momento de realizaciones. 

Chaerin abrió la puerta, preguntándose por qué Minho le había mandado un mensaje diciendo que era urgente que la viera. Ella le había preguntado qué era lo que estaba mal, pero Minho se había limitado a responder que iría a su casa a hablar. Dara también estaba requerida.

-Minho, ¿pasó algo malo?- Cuestionó al hombre, tras ver el su gesto de preocupación.

-Se fue. Taemin.- Minho entró, deteniéndose en la sala donde estaba Dara esperando. –Ayer discutimos, me pidió que me fuera. Y ya no está se fue.

-¿Qué?- Ambas soltaron al mismo tiempo.

Minho suspiró, frotándose el rostro con ambas manos. Había sido tan estúpido…

Había esperado al menos hasta al medio día, antes de salir de casa para dirigirse al lugar donde Taesung había estado habitando. Todo estaba simplemente tranquilo. En las otras casitas no parecía haber mucha actividad, pero Minho trató de no fijarse en ello. Se paró frente a la puerta, inhalando aire fuertemente. Sabía que Taesung estaba enojado, por dios, conocía su mirada molesta. El chico no perdonaba fácilmente, así que tenía que disculparse cuanto antes. Era tan sólo que todavía no tenía muy en claro qué decir para reparar su error.

Se armó de valor, llamando a la puerta. Nada, sólo silencio tras el eco de sus golpeteos. Mordió su labio inferior, tratando una vez más. La puerta no se abrió. Se fijó por la ventana, descubriendo que el lugar estaba limpio. Literalmente limpio, vacío de cualquier cosa que pudiese pertenecer al hombre menor…o al bebé. ¿Se habría ido?

Un súbito terror empezó a carcomer las entrañas de Minho. Buscó en su bolsillo hasta sacar su celular, marcando rápidamente a Taesung. Mientras sonaba el timbre en la bocina, corrió hacia el edificio de recepción, urgiendo al chico que estaba atendiendo.

-Disculpe, la 221, ¿ya la entregaron?- Jadeó, evitando maldecir cuando escuchó que el tono de llamada se cortaba, siendo reemplazado por una máquina diciendo que el número estaba fuera de cobertura o en su defecto apagado.

-No puedo revelar esa información señor.

Esta vez sí maldijo entre dientes.

-Por favor, necesito saber.- Rogó. –Ese chico es mi pareja. Sólo quiero saber si se fue.

Una mujer, que probablemente era la gerente del lugar, al salir de su oficina escuchó el problema de Minho. Se acercó al escritorio, haciendo un gesto de asentimiento hacia el otro empleado.

-El chico y su bebé, ¿cierto?- Cuestionó, recibiendo a cambio un asentir de cabeza por parte de Minho. –Yo lo atendí, se fue temprano. Ocho de la mañana, desocupó la habitación e hizo entrega de la llave.

-¡Maldición!- Gruñó, intentando llamar una vez más. Esta vez, la llamada ni siquiera entró. –Por favor bebé, por favor…

Relató rápidamente lo sucedido, sentado en el sofá, con la cabeza hundida entre sus manos. Todo estaba tan mal. Todo se había echado a perder tan rápido. No lo podía creer aún; había querido salvar su relación, y terminó arruinándola.

-No lo entiendo, ¿por qué discutieron? ¿Qué fue lo que le dijiste?- Chaerin se cruzó de brazos, claramente preocupada. No quería ver a su hijo perdido una vez más.

-Yo…Estaba molesto, ¿sí?- Suspiró, admitiendo con dificultad el error que había cometido. –Estoy cansado, de que no vea la realidad, que no quiera escuchar. Me molesté al ver que corre tras lo que dice su padre sin cuestionarlo ni un poco. ¿Por qué confía en él, pero no en mí? Le dije que esa no era su vida. Yo…le grité, le cuestioné su vida. Es tan sólo que…

La bofetada que Dara le dio le hizo callar. Sentía el escozor en su rostro, pero no fue capaz de moverse un centímetro. Lo merecía.  

-Siempre se trata de ti, ¿lo sabes?- Ella habló rudamente. –Por tu culpa fue que perdimos a Taemin la primera vez. Ahora que volvió, él no fue capaz de regresar a nosotras porque tú estabas en medio. Y es por ti que se ha vuelto a ir. ¡Te das cuenta!- Gritó. -¡Hazte responsable! Nunca debiste haberte acercado a él, pero lo hiciste, y desde entonces sólo arruinas las cosas una y otra vez, sin detenerte a mirar tus errores. ¿Cómo te atreves? Él era nuestro niño, él estaba bien aquí, con su familia. Y ya no lo está, ya no lo somos.- Entre más hablaba, más se notaba lo rota que estaba. Dara solía ser la más dulce de las dos, pero también la que juzgaba de manera mucho más estricta y firme. –Tienes que buscarlo, traerlo de regreso, tienes que disculparte, arreglar las cosas. Sé un mejor hombre.

-Lo siento, no puedo…- Jadeó. –No sé dónde, a dónde fue.- Negó vehemente. –No sé donde vive.

-¿Qué fue lo que hiciste todo este tiempo, Minho?- Chaerin le cuestionó, arrastrando sus palabras de manera silenciosa.

-Yo…

-¿Qué tipo de novio eres Choi?- Dara escupió, de mala gana.

Uno terrible. Se había esforzado tanto por revivir el tiempo con Taemin, tratando de hacerle ver a Taesung que él era ese chico que se había perdido. Que no logró ver su presente. No se dio cuenta de cómo había llevado las cosas hacia su inminente final, sin siquiera conocer al chico. Podía hablar acerca de Taesung, pero ahora se daba cuenta que eran datos vacíos, datos que no le permitían saber por qué de la noche a la mañana había decidido empezar una familia por sí mismo; o por qué terminar su relación de esa cruel manera.  No había mirado más allá de su propio dolor, y por eso ahora, Taesung se había ido.

Notas finales:

¿Se dan cuenta como Minho no hace una diferencia entre Taemin y Taesung, llamándolos por igual? Ese, después de todo, fue el problema. 


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