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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

¡Hola! :D

No saben cuánto los he extrañado; así que para no hacerlo, les dejo un capítulo :B

Este capítulo iba a ser muy largo, pero mejor me doy tiempo de definir las cosas bien, y lo escribo en varios capítulos ^^

-¡Ya déjame en paz!- Taemin sonó alterado.

-¡A mí no me gritas!- Dara se encontraba peor.

-¡No te estoy gritando!- Y todo se volvía un cuento de nunca acabar.

Chaerin puso los ojos en blanco, ¡dios! Esto cada día se ponía peor.

-Chicos, chicos...- Les detuvo a tiempo. -No hay por qué discutir entre nosotros...

-Tienes razón, aquí sólo hay una persona de mal humor que nos hace estar así.- Dara se cruzó de brazos. Y es que, en esa casa tan pequeña, cuando alguien tenía problemas, todos los demás lo resentían por igual. -Hey, Hae, idiota.

Por su parte, Donghae miraba el televisor en la sala. Había estado ajeno a la disputa que se llevó en la cocina, pero claro, todos sabían que era su culpa. Al escucharse nombrado, no hizo más que ponerse de pie y acercarse al lugar en donde su familia le esperaba con ojos roñosos.

-¿Sí?- Era extraño verle actuar tranquilo, probablemente dentro de poco entraría en la etapa de furia extrema, o en su defecto: depresión.

Chaerin le tomó por los hombros y le llevó hasta la puerta, obligándolo a salir.

-Lo siento Hae, pero ya nadie te soporta.- Dijo desde el filo de la puerta. -Será mejor que arregles tus asuntos, y no vuelvas hasta que eso pase, o la casa se caerá de tanto griterío que se traen estos dos.- Señaló a su hijo y a su amante.

-¿Pero de qué estás hablando?- Donghae se alteró.

-Escúchame, pe-ce-ci-to, si vuelves por aquí y todavía no te arreglas con tu novio, ni sueñes que entrarás.- Dara le amenazó. -¡Mira que creerte el único ser en el mundo capaz de enojarte!

-P-pero...pero...¡Tae!- Pidió socorro, en cambio recibió la mirada de su primo, quien se había cruzado de brazos, negado a ayudarle. -¡Está bien! Iré con Eunhyuk, pero no esperen que las cosas se arreglen...No es así de sencillo.

-¡Pues hazlo sencillo!- Dara gritó antes de cerrar la puerta de un golpe, dejando a su amigo afuera.

                  

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Minho se levantó de la cama, sentándose al filo de esta. No, no había podido descansar, seguía dándole vueltas a ese asunto llamado Taemin. Se mordió el labio inferior, mientras recordaba el viernes pasado: Taemin, distraído, esperando por terminar la clase. No le había prestado ni un poco de atención; él esperaba poder salir e ir con esa niña, a quién sabe dónde, una escena que parecía repetirse los últimos viernes pasados.

¡No! Cerró los ojos, si no se conociera, diría que estaba sintiendo celos de una niña. Pero se conocía, y tampoco podía permitir negarse a esa muy posible verdad. Él, Choi Minho, estaba celoso de una niña, que bien podría ser simplemente una amiga de Taemin. Al menos eso deseaba, que Taemin no estuviese involucrado con alguien, que fuera simplemente él, sin ataduras a algo que probablemente sería efímero.

Pero entonces, ¿en realidad qué esperaba de eso? Sí, había pasado varios días preguntándose cuál era la razón por la que se sentía enamorado. Era esa actitud cambiante, que revelaba sus muchas formas de ser, la manera en que sonreía, el interés que le daba a las cosas (y sobre todo a las personas), y para qué mentir, si también se trataba del color de sus ojos. Sonrió, ese bonito par de ojos en realidad le había conquistado desde el primer momento.

Y ahora, se encontraba envuelto en ese lío desastroso. Estaba enamorado de Lee Taemin, su estudiante. Lo repetía una y otra vez dentro de su cabeza, temiendo que si volvía a decirlo en voz alta, el suelo le dejaría caer más allá del abismo. Lee Taemin. Lee Taemin. Lee Taemin. ¡Se estaba volviendo loco por ese nombre! Lee Taemin tan sólo tenía diecisiete años, y era su estudiante; sólo con mencionar estas dos cosas, se recordaba lo erróneo que estaba al tener esos sentimientos por el chiquillo. Mas, era esa sensación de estar haciendo lo incorrecto, que le causaba placer, y que no había sentido desde hacía mucho tiempo.

No había más que pensar, le gustaba ese niño. Y ahora, estaba decidido a demostrarle sus sentimientos, porque sabía que eso es algo que simplemente no se puede esconder. Convencerle de estar a su lado, y llevarle por ese sendero de locura y desastre en el que Minho se había aventurado al aceptar que se encontraba enamorado de su estudiante estrella, era algo que venía aunado a eso.

Se dejó caer en la cama, con una sonrisa de oreja a oreja, parecida a la del gato de Alicia en el País de las Maravillas, iba a conseguir el amor de Taemin, costara lo que costara, sin importar nada.

         

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Había llegado una tormenta de otoño, poco a poco, los estudiantes -que de por sí ya estaban hartos de la lluvia- empezaban a darse por vencidos y aceptar que la lluvia no se iría del lugar por un largo rato.

Las clases habían terminado, y Taemin regresaba al salón, esperando encontrar a su profesor. En realidad le parecía que hacía mucho que no le ayudaba con algo. Hizo una mueca antes de entrar, ojalá que Minho no se encontrara enojado por ello...Aunque no tendría por qué, si le ayudaba o no después de clases, era porque el profesor le agradaba, y no porque fuera su obligación. De cualquier modo no podía evitar desearlo, esperaba saber que Minho en realidad no se encontraba molesto.

Pasó al aula, ganándose la mirada de su profesor. Él parecía estar ocupado, pero la seriedad en sus ojos ganó sobre cualquier otra emoción que pudo haber demostrado. A Taemin le recorrió un escalofrío por la espalda. No sólo era que su profesor le miraba con seriedad, había algo más allá en ello, ¿determinación? Era extraño, esa sensación que sintió recorrerle la espalda, hasta tocar su nuca, ahora se arremolinaba en su estómago, creando una explosión de sensaciones. Inspiró fuertemente, para poder soltar una sonrisa, mientras terminaba de pasar su cuerpo por la puerta. 

 

             

Minho miró a Taemin, le sonreía, esa sonrisa natural, ¿había vuelto ese Taemin lindo que no se aburre de él? Eso esperaba, porque una vez que le tuviera, ya no le dejaría irse. Le observó, con ojos ávidos, tratando de descifrar que tantas cosas le gustaba de Taemin mientras le veía. Si tan solo el niño supiera de lo que sentía. Algún día lo haría, de eso estaba seguro, algún día Taemin le correspondería. Le sonrió de regreso, haciendo un movimiento con la cabeza que le indicaba que tomase asiento. Taemin no lo dudo, pero no se sentó a su lado. No, él se sentó en su asiento usual, dejando un gran espacio entre ambos.

De esta manera, podía verlo, Taemin se veía tan pequeño, tan lejano, del otro lado de esa línea que sabía no debía cruzar para alcanzarle. Era su estudiante, su bello estudiante, y eso le motivaba más en querer tocarle, saber que Taemin era tan real como sus sentimientos, y que a pesar del espacio entre ellos, podría algún día tenerle.

-Maestro...- Esa voz le sacó de sus cavilaciones. -¿Ha estado muy ocupado?- Y por un momento, el chico tuvo algo de color en sus mejillas. Minho hizo la cabeza de lado, observando ese color, ¿acaso sentía vergüenza de no haber estado? Sonrió, alegre, Taemin tal vez no lo había hecho apropósito; y si lo hizo, ahora se sentía arrepentido.

-Algo...- Dejó escapar el aliento, fingiendo cansancio. -Pero no es nada que no he hecho antes.

Taemin agachó el rostro, no sabía que decir, y se notaba desde lejos. Minho sonrió, una sonrisa que se había escapado sin querer. Pudo ver como, para distraerse, Taemin buscó entre sus cosas, tomar su tarea y empezar a hacerla. Deseó, en realidad, haberle reprochado algo, cualquier cosa, para ahora tenerle cerca (pidiendo disculpas, pero cerca).

Entonces el silencio se volvió cómodo, Minho disfrutaba verle trabajar, Taemin era como un muñequito de cuerda, hacía los mismos movimientos una y otra vez, pero no se cansaba de verle. La lluvia afuera, sólo era un incentivo para querer estar cerca de Taemin, provocaba esa sensación, de dejar todo de lado, y confesar lo que sentía ahí mismo; pero Minho era más fuerte que un simple impulso. Sonrió, sin que Taemin le viera, fascinado ante la idea de saber que tenía a Taemin de nuevo ahí.

Y pasó. La tormenta hizo de las suyas. La oscuridad les rodeó abrazando a cada uno por separado, y a la vez, envolviendo a ambos en una situación más íntima de lo que debiese ser.


-¿Qué?- Taemin soltó la pregunta, en un gesto de miedo, no esperaba quedar a oscuras, menos con el escándalo que hacían las gotas al repiquetear contra el techo, las ventanas y el suelo.

Minho no lo pensó, se puso de pie, brincando el escalón que le separaba de Taemin, acercándose en la oscuridad. Lo había escuchado, en su tono de voz, no sólo Taemin se encontraba consternado por la falta de luz, se había puesto inquieto nervioso. Increíble, a pesar de saber dónde se encontraba, la oscuridad no le dejaba llegar a él. Entonces todo se iluminó, con luz blanca, seguida por ese ruido que asemejaba al rugir de varios leones. Minho escuchó como Taemin dejó escapar un gritillo, ahogándolo con sus propias manos, o al menos eso sospechó al no terminar de oírlo.

-Tae, ¿estás bien?- Preguntó, mientras se acercaba a donde fuera que estuviese.

-¿Sí...?- Taemin se atrevió a cuestionar su propia respuesta.

Minho sonrió, escuchaba los pasos de Taemin, él también se acercaba. Estiró su brazo, esperando encontrarse con el chico. La sala volvió a ser iluminada por la luz de los rayos que caían. Pudo verlo, Taemin había dado un gran brinco y mientras la luz volvía disiparse dejando que el ruido que los dioses hacían mientras jugaban a crear un diluvio, Taemin se agarró del brazo de su profesor, buscando abrazarse de él. Para Minho, primero fue sorpresivo, después le encanto sentir a Taemin buscándole en la oscuridad. Pasó su mano por la cintura del menor, tomándole firmemente.

-¿Minho?- Era la voz de Taemin, pidiendo consuelo. Minho no pudo encontrar eso el hecho más tierno que jamás hubiese presenciado en Taemin.

-Es sólo una tormenta, volverá pronto la luz.- Le cubrió con el otro brazo, pegando al menor contra su cuerpo. Taemin le abrazó, aferrándose a él como aquella lejana vez en donde por una travesura, había buscado esconderse en su regazo.

-No es la luz lo que me preocupa...- Entonces debían ser los rayos y truenos. Que dulce, Minho sonrió, apoyando su barbilla en la cabeza del menor, mientras buscaba transmitirle la sensación de que todo estaría bien. Lentamente, Taemin dejó de estar asustado, los sonidos de la lluvia quedaron de lado, sólo estaban ellos dos, abrazados, sin importar nada.

                 

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Taemin subió las escaleras, sabía bien que no era el único en su casa. Tocó la puerta de la habitación de su primo, para después pasar sin siquiera haber esperado por la respuesta del contrario. En realidad no esperaba una respuesta.

-¿Hae? ¿Está despierto?- Se sentó a lado de donde estaba Donghae durmiendo, o al menos eso era lo que Taemin pensaba.

-Lo estoy.- El mayor se incorporó de inmediato, provocando un susto en el menor. -¿Qué se te ofrece pajarito?

-Yo...Lo siento...- Se disculpó. -Hace días, en realidad estábamos molestos con usted y...

-Lo entiendo, pero no pensé que me traicionaras así.- Se hizo el ofendido. Era cierto que siempre discutían, pero así era su manera de llevarse, discutir entre sí, para defenderse a capa y espada cuando alguno de los dos lo necesitara.

-Ah, estabas muy irritable, y nos cansamos de que estuvieras así...- Empezó a explicar, pero se detuvo, subiendo su mirada y escudriñando al mayor. -¿Cómo te fue?

Donghae suspiró, volviendo a recostarse, escondiéndose entre las sábanas. Taemin empezó a brincar en la cama, tratando de sacar a su primo del escondite que se había creado.

-¡Vamos!¡Dime!¡ !¡Dime!- Le llamó, hasta que logró quitarle la almohada con la cual se cubría el rostro.

-No entiendes Minnie, el amor es totalmente difícil.- Empezó. -Estoy enojado con él, a pesar de saber que no debo de estarlo...Simplemente no me guste que esté con ella, son demasiado cercanos y me provocan celos.

Taemin hizo una mueca, no le gustaba en nada la situación de su primo, le gustaba verlo feliz. Se podría decir que Donghae era su modelo a seguir, gracias a él había aprendido muchas cosas de la vida, e incluso había lentamente empezado a aborrecer estar en una relación; todo iniciando cuando Donghae conoció a Eunhyuk, cambiándolo por completo. Taemin odió a Eunhyuk, con la misma fuerza en que Eunhyuk trató de ganarse el cariño de Taemin. No entendía la relación de hermandad que había entre Donghae y Taemin ;y Taemin nunca le dio la oportunidad de darse a conocer.

Ahora, que Eunhyuk había cometido un ligero error, Taemin se regocijaba en él; su querido primo volvería a ser el de antes, sencillo, sin complejos enredos de estar yendo y viniendo a todos. Tendría más tiempo de pasar con él. Pero a la vez, odiaba que con este error, Donghae también estuviera sufriendo. Suspiró, frustrado, no, no le agradaba Eunhyuk, pero si debía pensar primero en Donghae, entonces le animaría a arreglar las cosas entre él y su estúpido novio.

-Hae...Sé que no soy nadie para decir algo, pero...- Le picó el hombro. -Eunhyuk te quiere mucho, no te veías tan feliz antes de él, y él no parece ser el tipo de personas que tiene dos relaciones a la vez...

Donghae le miró, y le sonrió. No, no quería que Taemin creciera, le quería inocente, ingenuo, tierno, por siempre. Taemin era el hermano que nunca tuvo, y sabía que si Taemin decía esto, era porque Tae consideraba que era lo que debía escuchar.


-Gracias, pajarito...- Le sacudió el cabello. -Sé que no te agrada, así que significa mucho que digas esto. 

                  

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Taemin leía una revista, mientras esperaba a que Jonghyun terminara de hacer cuentas en la caja. Iban a ir a ver una película, que involucraba ninjas y monstruos acuáticos gigantes. No tenía idea por qué estaba emocionado, pero tenía dos meses esperando a que la tonta película llegara a cartelera.

La campana de la puerta sonó. Ambos, Jonghyun y Taemin, alzaron la vista, dispuestos a decir que el lugar estaba a punto de cerrar, pero no pasó. En cambio, Jonghyun sonrió.

-¡Hey, Baek!- Le saludó con un ligero movimiento de cabeza. -¿Qué haces por aquí?

-Hola...- Esa voz sonó dulce, el tipo de dulce empalagoso que sólo se tiene cuando se está cerca de quien se gusta. -Vine a preguntar cuándo pensábamos hacer, ya sabes, el proyecto de sistemas.

Taemin pasó la mirada desde su amigo, hasta al chico bonito. ¿Se estaba volviendo loco, o ese chico le coqueteaba a Jonghyun? Se quedó mudo, nunca pensó que alguien gustara de Jonghyun a tal grado de ir a su trabajo y coquetearle. Con una mirada perpleja, totalmente incrédulo, carraspeó la garganta para hacerse notar en el lugar.

-Lo siento, Baek, hoy ya tengo planes.- Jonghyun fue amable al tener que dar la negatoria. -Mi amigo y yo estábamos a punto de salir.

-No, fue mi error, por no haber avisado que vendría.- Hizo una mueca, mientras agachaba la mirada. -No te quitaré más tiempo, me voy.- Hizo una reverencia y se acercó a la puerta.

-Baekhyun, ¡espera!- Jjong le detuvo. -Mañana...No podemos retrasarlo mucho, ¿mañana está bien?

-¡Perfecto!- Y con una enorme sonrisa salió de la tienda.

Jonghyun rio y siguió haciendo cuentas en la registradora, en cambio, Taemin le miraba con ojos enormes. ¡No lo creía! Jonghyun no se había dado cuenta, y de eso estaba seguro, su amigo era tan, pero tan sencillo, que no se daría cuenta de alguien coqueteándole a pesar de que este esté encima de él.

-Oye, Jjong.- Le lanzó la revista. -¿Quién es él?

-¿Baekhyun? Tomamos las mismas clases...- Le quitó importancia.

-¿Todas?- Se sentó al filo del banquillo.

-Si, ¿por?- Preguntó desinteresadamente, continuando con su trabajo.

-Ese chico te miraba con unos ojos, que...- Fingió un escalofrío. -Si no se derretía en frente de ti, probablemente sería por vergüenza.

-¿Qué? ¿Baekhyun? Estás loco, Taemin ah, él es sólo un amigo.- Se encogió de hombros. -Además, él sabe que me gusta Jinki, ¿no sería...

-¿Idiota de su parte?- Taemin alzó el rostro, con aires de grandeza. -Tan idiota, como no querer confesarse, a pesar de que el chico contrario ya lo sabe.

-No, no le gusto a Baekhyun. Y si, por el momento, no quiero estar ni a tres metros cerca de Onew, me da pánico y vergüenza. Posiblemente sea idiota, pero así son las cosas.

-Wow...Qué lío...- Taemin se encogió de hombros, tal vez ya no debía insistirle a Jonghyun sobre el tema. 

                 

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-Minho, en realidad creo que has perdido la cabeza.- Suho miró a su amigo, lo recordaba algo ocurrente, pero olvidaba que podía ser extremista.

-O tú eres muy cerrado de mente.- Él se encogió de hombros. -Vaya, hacía mucho que no tenía una conversación así.- Rio. -Cuando te mudas, extrañas muchas cosas sin darte cuenta.

-Es por eso que no volverás a irte, ¿o sí?- Le preguntó inquisitivo.

-No.- Se encogió de hombros. -Extrañé este lugar, y ahora...Ya no me quiero ir.

Dijo una verdad a medias; sí, había extrañado esa ciudad, porque ahí había vivido de pequeño. Pero, en realidad, tenía otro gran motivo para no querer volver a irse: Taemin.

Suspiró, quisiera poder decirle a todo el mundo que estaba enamorado, pero sabía que debía ser discreto, al menos por ahora. Aunque, estaba seguro, confiado, de que, algún día después de que Taemin le aceptara, el mundo entero se enteraría de esa extraña, tonta sensación, emoción, que tenía por ese chiquillo.

-¡Hey! ¡Hey! Tierra llamando a Minho.- Suho había hecho con sus manos un megáfono, buscando regresar a Minho a la realidad. -¡Hey!

-...¿Mande?- Y después de tanto cavilar, regresó.

-Vaya, tú sí que estás perdido. ¿Qué escondes?- Le picó en el pecho, preguntándole de manera retadora, pero no pasando de una broma. -Anda, habla.

-¿Y yo soy el que dice tonterías?- Evadió la pregunta, quitándose la mano de su amigo del frente.

-Como quiera, pero algún día tendrás que hablar.- Entrecerró los ojos. -Ya verás...

Minho resopló, Suho ya estaba empezando a exagerar. No hizo más que reírse, por ahora, tendría que dejar las cosas en paz.

                     

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Taemin bufó, dejando que ese resoplido le agitara un mechón de cabello que le caía por la frente. Era un horrible día, sentía el calor, mientras su cabello se pegaba a su cuello, y su camisa a su espalda. El sol de afuera podría matar, sin duda, pero en una gran exageración. Casi quiso odiar al clima por ser tan cambiante y poco estable, hasta hacía días había estado lloviendo a cántaros.

Sus mejillas ganaron color al recordar aquel día. ¿No pudo haberse visto más patético ante Minho? Había gritado, había actuado como un niño pequeño, buscando consuelo de una tormenta. Agitó la cabeza, no podía dejar de estar ruborizado, la vergüenza que sentía era gigante.

Suspiró, para liberar ese aire caliente que había estado conteniendo, y que probablemente era el causante de sus mejillas rojas. Sí, pronto se olvidaría de eso, tan sólo era cuestión de distraerse. Hoy era un buen día para eso. Sulli y él pensaban ir a comer, ya habían terminado las clases, y mientras él se encontraba en la banca de la entrada, Sulli terminaba de dejar sus cosas en su casillero. Al cabo de unos minutos, la vio llegar. Sulli realmente era bonita, tenía una cara dulce, y siempre llevaba su cabello trenzado, cayendo por los hombros en forma de dos coletas. A Taemin en realidad le gustaba Sulli, la podía ver por horas y no encontrar alguna imperfección en su ser. Habían sido amigos ya por algo más de cinco años, así que había sido bastante tiempo de conocerse. Le sonrió, mientras se ponía de pie y le ofrecía el brazo para que ella lo entrelazara con el propio.

-Gracias por esperar, espero no haberte molestado.- Ella sonrió.

-Sabes que no, tonta.- Le mostró la lengua, jugando. -Ahora, señorita, ¿a dónde desea ir?

-Estas siendo tonto de nuevo.- Hizo un mohín antes de reírse. -Vayamos a ese lugar en donde comimos esa cosa rara sabor limón.

-¿El bizcocho ese?- Taemin tildó la cabeza de lado. -Está bien.

Entonces ambos salieron de la escuela, pegados, debido a sus brazos entrelazados, caminando como un par de novios cualquiera haría.

  
   
    
    
        
Si tan sólo esa vista fuese perfecta. Pero la odiaba, la repudiaba. Minho no entendía por qué esa niña seguía pegada a Taemin. Había pasado por el pasillo que daba hacia esa banca, deteniéndose a tiempo para ver a Taemin, esperando. Sus mejillas ardían en rubor, probablemente de vergüenza. Le vio negar con la cabeza y respirar hondamente para desaparecer el color rojo de su rostro. Entonces, la vio llegar. Sulli, maldita sea, ella había estado pegada a Taemin los últimos días. ¿Acaso Taemin se había sonrojado por Sulli? La odió, como odió esa situación. Minho se negaba a lo que veía.

- Minho, te estaba buscando...- Key, que le había visto desde algunos metros atrás se acercó, justo para ver cómo Minho torcía el gesto en uno desagradable. -¿Qué pasa?

Minho bufó, indicándole con la mirada lo que sucedía.

-Oh...Ya veo...- No tenía que ser genio, a Key le bastó con alzar la mirada para saber que diantres le sucedía a Minho. -Taeminnie tiene una pequeña novia.- Quiso reír, pero no era el momento adecuado, Minho parecía querer asesinar a alguien. -Estás celoso, ¿no es así?- Se cruzó de brazos, esperando la respuesta obvia.

-Lo estoy, por completo, y enfermamente, celoso.- Se quejó.

-Creo que no deberías estarlo.- Le regañó. -Recalco, algo que pareces olvidar en exceso, es tú estudiante menor que tú.- Enfatizo fuertemente el tú, para que se diese cuenta ese idilio que imaginaba con Taemin no era más que un sueño utópico.

-Pero, yo sé que podría...

-Minho, eres mayor que él...- alzó un dedo, -no sabes si te correspondería...-alzó un segundo dedo, -y recalco, eres mucho mayor que él.- terminó por levantar un tercer dedo, para demostrar tres buenas razones por las cuales el argumento, que no le dejó terminar, era idiota (a pesar de que él mismo repitió una razón, dando por ende dos razones, en vez de tres).

-No importa lo que me digas...- Suspiró. -No me rendiré, algo me dice que no lo haga, así que seguiré mi instinto.

Notas finales:

Y bueno... Pensaba, en estas próximas vacaciones, revisar las historias que tengo iniciadas, y sin subir, para ver qué tanto podría compartirles... Hay varias que considero debería rescribirlas, entonces las compartiría con ustedes :D Espero que todas esas historias pronto salgan a la luz.

¿Qué les parecerió el ? Ñaaa x3 Estaré esperando sus rw's

¡Besos! n.n


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