El timbre de su celular sonó, distrayendo a Minho de su trabajo. Apartó el montón de tareas, buscando el aparato entre todo el desastre que tenía. Era increíble el revoltijo de cosas que podía hacer cuando tenía tanto trabajo por revisar. Logró encontrar su celular al cuarto timbrazo, sorprendido que quien le estuviera llamando no hubiese cortado aún. Su corazón se brincó un latido al ver el nombre en la pantalla.
Jung Taesung.
Hacía cinco meses que no sabía nada de él. Mentira. Cada día en que su mente no estuviese distraía con trabajo, era tiempo libre en el que Minho no podía hacer otra cosa que pensar en Taesung, y por ende tal vez un par de veces había buscado en internet si había alguna noticia nueva sobre él y su empresa. Sólo hubo una, y hablaba sobre la absorción de otro pequeño negocio que había beneficiado a ambas partes.
-¿Hola?- Respondió la llamada, su voz se cortó un poco ante la idea de hablar de nuevo con él.
-Wawa no, Keunnie lala fitu doma no.
¿Qué?
Minho frunció el ceño ante el balbuceo. Claramente era la voz aguda de un niño pequeño, y la falta de sentido en las palabras que se estaban repitiendo al teléfono lo confirmaba.
-¿Yoogeun?- Preguntó, escuchando una risita infantil y después más platica sin sentido.
-Keunnie malalala…Pesi toto na boom. Esuni no no no, beoji si…
Minho rio, escuchando todo lo que el niño le decía, sin entender ni una sola palabra. No quería interrumpirlo, a decir verdad.
-Yoogeun, ¿eh? No tenía idea de que ya supieras hablar.
Otra risita del niño.
-¡No! Keunnie malalala.
¿Qué?
Oh…
Ya, lo captó.
-Lo lamento, Yoogeunnie. No tenía idea de que preferías que te llamaran así. ¿Tu papá está contigo?
-Beoji bye bye wawa no…
-¿Uh? No, pregunté si tú papá esta contigo. Papá Taesung. ¿Puedo hablar con tu papá?
Era claro que Yoogeun no lo entendía, porque siguió platicando aquella historia que relataba, en donde se repetían las mismas palabras. Minho suspiró, acomodándose en su lugar, mientras escuchaba con atención lo que el nene decía.
Al cabo de unos minutos se escuchó que alguien entró al cuarto seguido de un Yooguen no, el teléfono de papá no es para jugar. Entonces el ruido del movimiento cuando se cambia de portador el celular.
-Oh no, esta vez sí llamaste a alguien…- Se escuchó un poco susurrado y exhausto. -Sí, hola. ¿Me podría decir quién es? Mi hijo tomó mi celular mientras lo traía a su corral y no me di cuenta…
Así que esa era la explicación. Minho rio por lo bajo, extrañando ese lado despistado del chico, y al mismo tiempo sintiendo un enorme alivio en su pecho al poder escucharle. Era totalmente increíble que Yoogeun había sido quien los puso en contacto por segunda vez.
-Hola Taesung.- Exhaló.
-Minho…
Una exhalación, seguida de un silencio en el que probablemente ambos boquearon sin saber qué decir para llenar ese espacio.
-¿Cómo has estado Taesung ah?- Gruñó por lo bajo, sintiéndose satisfecho con sólo poder decir su nombre en voz alta.
-Oh cielos…- Un sutil jadeo. –Choi Minho, había olvidado lo profundo de tu voz.
Una lástima, porque Minho no había podido olvidarse de la voz de Taesung, de ningún detalle de hecho. Aún podía escucharle susurrarle por las mañanas, cuando le decía que tenía que salir a buscar cualquier cosa, y entonces le preguntaba si le acompañaría.
-Minho…
-¿Sí?- Pasó saliva, esperando con algo de ansiedad a que el chico hablara.
-¿Sabes que miento, no? No he podido olvidarme de tu voz.
Una enorme y profunda sonrisa se marcó en los labios del hombre alto.
-Yo tampoco he podido olvidarme de tu voz Taesung.
El silencio se volvió a extender entre ambos, esta vez un poco más ligero que antes. No había nada que lo confirmara, pero Minho estaba totalmente seguro que Taesung estaba sonriendo al otro lado de la línea. ¿Sería esta esa señal que necesitan para una segunda oportunidad?
-Así que…- Se atrevió a hablar tras unos segundos. –Yoogeun tomó tu celular nuevamente.
-Oh sí…Él siempre lo hace…- El sonrojo en su voz era tan palpable, y Minho quería poder estar ahí para besarle hasta hacerle lucir aún más rojos de lo que probablemente ya estaba. –Ni siquiera sé cómo lo toma, a veces simplemente no hallo mi celular hasta que voy a revisar a Yoogeun en su corral y él lo tiene…Siendo sincero, esta vez sí fue mi culpa. Lo traía en el bolsillo de mi camisa, fui muy absurdo al no darme cuenta que lo tomaría.
Minho rio, imaginándose la escena.
-Supongo que él te ve usando el celular mucho, y por eso lo toma.- Exhaló.
-¡Por supuesto que no!- Entonces un largo suspiro. –A quién engaño, claro que uso mucho mi celular. La cosa es que, le compré uno de juguete, y Yoogeun sigue buscando el mío. Prefiere usar el mío para imitar mis llamadas…Esta es la primera vez en que de hecho logra hacer una llamada.
-¿Debería sentirme privilegiado por eso?- Rio, alegrándose de escuchar la risa de Taesung ahí donde estaba.
-Oh sí, fuiste la primera llamada por junta de negocios de Jung Yoogeun.- Exhaló. –Supondré entonces que quieres ser un aliado del corporativo Jung.
Minho rio, encontrando tontamente hilarante esta conversación.
-Bueno, entonces tengo tiempo de crear una pequeña empresa, porque sólo pienso hacer tratos con Yoogeun ya que él me contactó primero.- Siguió el juego.
-Por supuesto, lo entiendo.- Taesung rio de esa manera única en él.
-Leí que tu empresa hizo un buen negocio…- Cortó su frase, al darse cuenta que estaba exponiendo que lo había buscado para saber de él.
-¿Eh? Oh si, salió en las noticias de varios periódicos.- Murmulló, como si estuviera recordando los encabezados. –Muchos de ellos nos llamaron monstruos por englobar una pequeña empresa, pero no se tomaron la molestia de acercarse a preguntar cómo estuvieron las negociaciones. Ellos fueron los que nos pidieron la asociación, porque tenían problemas para mantenerse en pie...
-Ya veo…Aún así, deben de tener cuidado acerca del monopolio. Por lo que entendí en la nota, tu empresa está abriéndose a nuevos campos y abarcando más de lo que originalmente fue creada para hacer.
-El monopolio sólo es malo si no eres el dueño.- Se burló. –Por supuesto que lo sabemos, además, hay cosas que me gustan de la competencia. Debo decir que mi cafetera es lo mejor que tengo, y oh cielos, espero que la junta nunca se entere que prefiero los electrodomésticos de la competencia, porque entonces pedirían mi abdicación a la presidencia.
No pudo evitar reír fuerte, Taesung hablaba de tal manera en que era obvio que nada de lo que decía era serio. No ansiaba el poder de un monopolio, y sí, disfrutaba un poco de comprar los productos de la competencia, no para examinarlos, sino porque le gustaban.
-Realmente eres único en tu tipo.
Escuchar la risa de Taesung era refrescante, era volver a esos dulces momentos que habían vivido. Pero, la cosa era clara, ya no era el pasado; y si podían compartir una risa en este momento, a Minho le despertaba la esperanza que mantuvo con él todo este tiempo.
-Hey Minho…
-¿Sí?
-¿Aún sientes algo por mí?
-Sí.
-Yo también aún siento algo por ti.
¡Sí! Eso era, ahí estaba. Sin importar qué, sin importar el tiempo, los buenos sentimientos lograban sobrevivir sobre todo lo demás.
-No tienes idea de lo feliz que me hace oír eso.- Exhaló, sintiéndose muy optimista ante la situación.
-Minho…
-¿Sí?
-¿Quisieras volver a intentarlo?
La subyacente ansiedad en la voz de Taesung le indicó al mayor que el chico estaba tan emocionado de preguntar eso, como aterrado de tener una negativa. Minho sostuvo el aliento, tratando de pensar por un momento, y no sólo seguir su corazón ciegamente. ¡Esto era lo que quería! Pero, si las cosas no resultaban bien, tal vez debería de empezar a considerar esta como su última oportunidad.
No importaba nada de eso ahora, tenía una oportunidad y la tomaría.
-Sí Taesung ah, quiero volver a intentarlo, volver a enamorarte…Quiero que tengamos algo juntos.