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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Día 3, cita 2

Minho miró con algo de desilusión hacia quien atendía en la taquilla de entrada del museo. ¿Cómo era posible? No podían pasar con Yoogeun, aun cuando él no era exactamente un bebé de meses. Les habían dicho que en esa exposición los bebés y niños pequeños no entraban.

Taesung no iría a ningún lado sin Yoogeun, a pesar de que Minho sabía que el chico adoraría esa exposición. Y sí, estaba molesto, porque sabía que esa sería una perfecta cita…Si tan sólo permitieran dejarlos pasar.

-Vamos Min, no vale la pena que te molestes por algo así.- Taesung le tomó por el brazo, apartándole de la taquilla. -Él sólo sigue órdenes, no tienes por qué matarlo con la mirada.- Rio un poco, para aligerar el ambiente.

-No lo entiendes, Tae. Lo tenía planeado, yo…Yo…- Empezó a quejarse, callándose cuando Taesung le regaló un beso en la mejilla.

-Y probablemente lo hubiese amado, pero hay otros tantos lugares a los que podemos ir.- Explicó. -Además, aún le quedan un par de meses de duración.- Señaló hacia el cartel de la exposición que decía el autor y por cuánto tiempo estaría. -Podemos venir tú y yo luego.

Minho exhaló, sintiéndose un poco mejor. Taesung era comprensivo, además de demostrarle qué tan interesado estaba en rehacer esa relación al prometer aquella cita a solas. Sonrió, recargando su cabeza sobre la del chico.

-¡No!- Yoogeun se molestó, había visto a su padre darle un beso al otro hombre y eso no lo tenía nada contento. Se movió en los brazos de Taesung, hasta poder acercarse y separar a los adultos. -¡No!- Señaló seriamente hacia a Minho.

Minho rio, despeinándole el cabello juguetonamente.

-Lo siento pequeño, pero no evitaré que tu papá me bese, y tampoco dejaré de besarlo.-  Explicó, sabiendo que el bebé con el enorme puchero en su boca no podía entenderle.

Taesung se cubrió la boca, riendo por lo bajo. Besó la sien de Yoogeun, para que se le quitara lo enojado, después indicando que lo mejor sería ponerse nuevamente en marcha.

-Sé a dónde podemos ir, así que dejen de pelear.- Comentó traviesamente, señalando el camino.

 

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Día 8, cita 4

Taesung rio, dibujando pequeños corazones en la figurilla en la que estaba trabajando. Estaban en una de esas cafeterías con temática. El hacer manualidades era el objetivo, además de poder comprar comida y pasar la tarde. Lo mejor del lugar, es que tenía un área exclusivamente para niños, en donde podían hacer actividades manuales acorde a su edad, además de tener juegos donde pudiesen entretenerse.

-¿No te preocupa que siga ahí?- Minho en realidad no podía apartar la mirada de lo que Yoogeun hacía. El niño había entrado a la alberca de pelotas y no había querido salir de ahí en todo el rato que llevaban en la cafetería.

-En lo absoluto.- Taesung ni se inmutó, siguió colocando escarcha sobre el monito que decoraba. De vez en cuando alzaba la mirada para checar a su hijo, así que tenía la seguridad de saber que Yoogeun estaba bien. –Este lugar es realmente seguro.- Tras el silencio de Minho, le volteó a ver. –Oh Min, puedes ser un gruñón, pero estoy cien por ciento seguro que si tuvieras la oportunidad de entrar a una alberca de pelotas, tampoco saldrías de ahí.

Minho lo pensó duramente, cediendo ante la visión. Tal vez Taesung tenía razón, y eso le hizo reír.

-Es cierto.- Aceptó.

-Pero gracias por preocuparte.- El chico susurró, regalándole un beso rápido antes de que cierto chaperóncito los mirara desde el área de juegos y se molestara por las muestras de afecto entre los adultos, específicamente de su padre hacia alguien más que no fuera él.

Minho se sonrojó, concentrándose de nuevo en esa figurilla que había coloreado a medias, sin realmente saber qué hacer con ella. La llenaría de dibujos de balones, y tal vez dibujaría aun niño persiguiéndolos.

 

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Día 15, cita 7

El asombro en la mirada de Yoogeun hizo que Minho se sintiera orgullo de esta vez haber acertado y hecho las cosas bien. El acuario definitivamente era un buen lugar a dónde acudir a una cita. Taesung tenía esa enorme y hermosa sonrisa en el rostro, que indicaba que estaba tan feliz de estar ahí, y que estaba feliz de poder ver que su hijo también disfrutaba del lugar.

-Gracias por traernos aquí.- Taesung se giró para mirar al hombre que caminaba a su lado. –Es muy bonito.

-Quería que todos pudiéramos disfrutar de esta salida.- Admitió.

La sonrisa en Taesung se ensanchó más, acercándose para regalarle un beso al hombre alto. Esta vez no fueron amonestados por cierto bebé caprichudo, Yoogeun estaba demasiado entretenido observando los peces moverse de un lado a otro; e incluso se podía admitir que el niño estaba empezando a acostumbrase a verlos dándose cortos besos.

Fue cuando estaban caminando bajo el gran pasillo de cristal, que permitía ver a los peces pasar sobre sus cabezas, que se notó lo mucho que Yoogeun se estaba acostumbrando a la continua presencia de Minho.

-¡Ahh!- Yoogeun señaló el techo, donde un enorme pez luna nadaba tranquilamente. A Taesung le sorprendió un poco que el niño en vez de asustarse, quería que lo acercara para poder verlo mejor, así que lo subió sobre sus hombros.

Pero Yoogeun quería estar más cerca, hasta casi tocarlo. Así que sin dudarlo se giró hacia Minho, pidiéndole con ambos brazos extendidos que le cargara. Eso tomó por sorpresa a Minho, al grado en que se congeló sin saber qué hacer. Cuando Yoogeun empezó a gimotear, disconforme con la falta de acción del hombre alto, Minho entró en modo automático. Cargó a Yoogeun, sentándolo sobre sus hombros para que pudiera estar cerca del techo de cristal.

Yoogeun rio, satisfecho, al poder ver a los peces de tan cerca. Él no tenía idea lo que su confianza en Minho había hecho por la relación que se estaba volviendo a formar entre los dos adultos.

 

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Día 16, cita 8

-Entonces el conejo saltó la barda, escapando de la travesura que le había hecho al señor McGregor…- Taesung le leía un cuento a Yoogeun, dando pequeñas miradas de tanto en tanto hacia Minho, que se encontraba sentado frente a ellos, en otro sillón, leyendo un libro de geografía.

La biblioteca de hecho era un lugar que Minho no consideró jamás para tener una cita. Pero, mientras habían estado paseando, había visto el edificio a lo lejos, y sin pensarlo le sugirió al chico que fueran ahí. Taesung era un amante de los libros, después de todo, su mirada se había iluminado por completo, y en su caminar había un pequeño rebote que le hacía un poco más aprisa.

Así que ahora, mientras Taesung le leía un cuento a su hijo, un pequeño público se había reunido a su alrededor, todos tan embelesados como Yoogeun con el cuento infantil que Taesung relataba. Minho le observaba, sin poder quitarse la sonrisa del rostro. Era adorable, Taesung rodeado de tantos niños, sólo por un cuento; y francamente, era una imagen que no quería olvidar jamás.

 

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Día 20, cita 10

-Fue muy entretenido, gracias por llevarnos.- Taesung exhaló, parándose en el marco de la puerta de la posada. La noche cubría el cielo con algunas estrellas, mostrando lo tarde que se estaba haciendo. –A Yoogeun le gustó mucho, no dejó de aplaudir.

Minho asintió, sonriendo. Les había invitado a ir a una presentación en una plaza pública, donde había personas haciendo bailando y cantando. Era de hecho una exposición de una compañía de teatro enfocado en musicales. No pensó que fuera a ser tan entretenido, o que Yoogeun pudiera disfrutarlo tanto. Pero había sido agradable ver que la tarde fue amena. Cuando la exposición cayó, buscaron comida en esos puestos callejeros, dando una caminata como paseo. Se dieron cuenta que tal vez era hora de volver y terminar con la cita, cuando Yoogeun bostezó, recargándose sobre el hombro de Taesung y llevándose el dedo a la boca.

-Me alegro que lo hayan disfrutado.- Suspiró.

-Buenas noches Minho…- Entonces se paró de puntillas, alcanzándole para un beso.

Lento, y dulce, se fundieron en ese beso de buenas noches, aunque durara apenas un momento. La sonrisa sincera en el rostro de Taesung era lo único que necesitaba, y entonces se dio cuenta…

-¿Me permites?- Exhaló suavemente, pidiendo permiso antes de acercarse al somnoliento bebé y darle un beso en la frente. –Buenas noches Yoogeun.- Le deseó al pequeño, después enfocándose en el adulto. –Buenas noches Tae.- Acarició la mejilla del hombre joven, sintiéndose completamente feliz de estar ahí.

Notas finales:

Yoogeun está en la edad en que empieza a verse como "yo", y todo es suyo, eso incluye el afecto de su padre. Por eso les echa tanto la bronca >u<  Pero poco a poco lo superará.

Minho tiene todas las de ganar, ¿creen que esto pueda arruinarse? e.e


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