Chaerin abrió la puerta, sorprendiéndose sólo un poco al ver que Taesung estaba ahí. Le quedaba claro que eso sólo podía significar una cosa: había regresado con Minho. O al menos eso esperaba, porque ciertamente ambos se veían deshechos cada vez que se separaba o peleaban.
-Hey Taesung ah, ¿qué haces por aquí?- Saludó, indicándole que entrara. -¿Cómo ha estado el pequeño Yoogeun?- Apretó la mejilla del niño que Taesung traía en brazos, haciéndole reír.
Taesung bajó al niño, dejando que jugara con el peluche de jirafa que traía consigo en el centro de la habitación.
-Quise pasar a saludarte, a decir verdad.- Exhaló, sentándose en uno de los sillones que había en la sala. Chaerin se sentó prácticamente a su lado, haciéndole sentir tan cómodo como en casa. –La última vez que platicamos, me ayudaste mucho, y todavía no sé cómo agradecértelo.- Admitió.
-Oh querido, no tienes qué. Yo sólo te di mi opinión, fue tu decisión tomarla.- Le tranquilizó. –Y, por lo que puedo ver, estás de regreso…¿Acaso tú y Minho?
-Nos estamos dando otra oportunidad.- Asintió. –No somos novios, aún. Sólo estuvimos de acuerdo en tener un par de citas, para saber si esta nueva dinámica funcionará. Ambos queremos que funcione.- Suspiró, sonriendo un poco por lo bajo.
-Estoy segura de que será así.- Chaerin estuvo de acuerdo; Taesung se veía tan enamorado, a pesar de todo lo que había pasado. Y Minho no era diferente. Ambos, a pesar del tiempo, seguían tan enamorados el uno del otro, que no había otra opción más que creer que estaban destinados a estar juntos a pesar de todo lo que tuviesen que sufrir en el camino. O ambos eran demasiado estúpidos como para dejar el corazón guardado en casa y seguir adelante.
-En realidad, además de saludarte, vine para preguntarte si de casualidad conoces algún servicio de niñeras.- El chico mordió su labio inferior, tratando de no sonar demasiado grosero.
-¿Ah? ¿Un servicio de niñeras?- Tomó bastante desprevenida a Chaerin esa petición.
-Minho se ha esforzado mucho en incluir a Yoogeun en nuestras citas, él verdaderamente ha intentado en acostumbrarse a mi hijo, y que será parte de esto si retomamos nuestra relación.- Explicó rápidamente. –Incluso, creo que ya le empieza a tomar cariño.- Una pequeña sonrisa emocionada y alegre se mostró en su boca. –Pero sé que también necesitamos nuestro tiempo a solas…Ese fue uno de los muchos detalles que hicieron que termináramos en primer lugar.- Masculló. –Le prometí que tendríamos una cita, solos, y quiero tenerla. Pero, me aterra dejar a Yoogeun a cargo de cualquier desconocido.
-Ya veo…- Claro que entendía la situación de Taesung. –Así que quieres contratar a alguien de un lugar seguro.
-Sí, y cielos, yo sé que probablemente no conozcas ninguno. Después de todo, no tienes ningún niño pequeño pero…- La miró, exhalando. –Me provocas esas sensación…de que eres como mi mamá, y que puedo venir a contarte todo, y de pedir ayuda.- Cerró los ojos, haciendo una mueca. –Probablemente esté extralimitándome, y sé que es grosero, pero…
-Yo también me siento maternal contigo, Taesung ah.- Le interrumpió, asegurándole que su sentir estaba bien.
-¿De verdad?
La sorpresa en su rostro, su alivio, todo era un poquito del retrato que Chaerin estaba armando dentro de su mente para conservarle por siempre. Su hijo le recordaba; a su propia y particular manera, pero lo hacía. Y eso apretaba su corazón con una dolorosa alegría. Sostuvo la respiración, controlando las emociones que empezaban a precipitarse hasta casi convertirse en lágrimas, necesitaba serenarse.
-Sí. Eres un gran chico, ¿lo sabes?- Exhaló. –Tu madre estaría muy orgullosa de ti en este momento.
-Gracias.- El sonrojo y su sonrisa le hicieron lucir mucho menor, y sin darse cuenta replicaba uno de los muchos momentos que Chaerin había estado añorando por años.
-Bien, no conozco ningún servicio de niñeras.- Admitió. –Pero, yo podría cuidar de Yoogeun para que puedan salir a su cita.
-Oh no, eso sería demasiado abusivo de mi parte.- Taesung se negó rápidamente. –Puedo buscar en internet y ver los comentarios para saber si son de fiar o…
Chaerin colocó su mano sobre el hombro del joven.
-Estarías preocupándote todo el tiempo, ¿no?
-Yo…sí…- Exhaló. -¿Segura que quieres cuidar de Yoogeun?- La miró, sin darse cuenta que hacía un puchero esperando por la respuesta.
-Por supuesto que sí.- Sería fantástico si pudiera, prácticamente pasar tiempo con su nieto. Nieto. –Una nunca olvida cómo cuidar a un bebé, además, Dara estará de regreso en la ciudad mañana, y seguro que ella querrá jugar con el pequeño Yoogeun también.
Taesung rio, asintiendo.
-¿Cómo está ella?
-Trabajando, como siempre.- Chaerin rio. –Es un poco más adicta al trabajo que yo.
-Oh, entiendo ese sentimiento.- Él estuvo de acuerdo. –Me gustaría pasar a saludarla pronto.
-¿Qué día será tu cita? Ella probablemente estará metida todo el día aquí, esperando poder ver a Yoogeun.- Aseguró.
-El sábado. Minho y yo iremos a ver una exposición de museo, y no lo sé, tal vez cenemos…- Volvió a sonrojarse, provocando que Chaerin riera.
-No tienes que decirme lo que harán en su cita.- Comentó burlonamente.
-Prometo que volveremos temprano, y…- Rápidamente agregó, tratando de desviar el tema.
-Taesung ah, no te preocupes por ello ¿sí? Cuidaré de Yoogeun toda la noche si es necesario, está bien. Ustedes necesitan tener su tiempo a solas, y no tengo problema alguno en cuidar de Yoogeunnie.
-¡Ahh!- Yoogeun gateó hasta ellos, curioso por haber escuchado su nombre. Alzó los brazos, siendo levantado por Chaerin.
-¿No lo crees Yoogeunnie? Tu appa y Minho deben de tener una cita y divertirse.
Taesung rio, cubriéndose la boca.
-No creo que Yoogeun esté muy de acuerdo en que Minho y yo salgamos a solas. No es partidario de que le muestre mi afecto a Minho.- Picó la nariz del niño. –Es un celoso.
-Pequeño celoso, que adorable.
-Lo es, mucho.