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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Estoy realmente nerviosa, por culpa de la escuela >:I Así que decidí terminar el capítulo para distraerme con algo agradable. 

Minho es todo un asaltacunas xB Y Taemin un bebé que no nota como lo ve ese lobo xD

Minho alzó el teléfono, eran las tres de la mañana y no podía creer que alguien le estuviera llamando.

 

-¿Yuh-ba…- No terminó la frase para cuando fue interrumpido. –Seo, son las tres de la mañana… ¿No puedes dormir? ¡Dios! Cuenta ovejas, o qué se yo… ¿Tu solución fue llamarme? Estás loca, cariño… ¿A tu casa? ¿Ahora?... Aish, está bien. Espérame ahí.

 

Soltó el teléfono descuidadamente, tirándose de nuevo en la cama. ¿Quién dijo que debía tener una mejor amiga? No, ya no podía deslindarse de la obligación de estar ahí para ella, cuando lo necesite.

Se vistió a ciegas, porque se negaba a abrir los ojos –realmente no tenía idea como iba a manejar hasta la casa de Seohyun. Antes de salir decidió comer algo, o pronto empezaría a sentir taquicardia por haberse levantado tan rápido para contestar el teléfono. Condujo con un trozo de pan en la boca, mientras abría en demasía los ojos, para no dormirse. Ahí estaba, la casa de su amiga, la inmaculada y ahora odiada casa de su amiga. Hasta ahora se preguntó por qué era que Seohyun no podía dormir.

 

-Seo…- Dijo con voz aletargada. -¿Qué tienes?- Después de que entró a la casa de Seohyun, se tumbó en el sofá, donde Seohyun también se encontraba. –No es normal que llames a la gente a las tres de la mañana.

 

-Minho…- Se mordió los labios, mientras su rostro se volvía rojo. -¿Sabes que odio? Cuando pasas demasiado tiempo con alguien, y no puedes detenerte de, por más que lo evites, empezar a sentir sentimientos por esa persona.

 

-Seo, ¿qué pasa?- Minho se apoyó sobre sus codos. -¿No estarás hablando de…

 

-Sí…- Hizo una mueca. –No quiero, ¡no quiero!

 

Minho suspiró, mientras se acomodaba para poder abrazar a su amiga por los hombros. Seo acomodó su cabeza sobre el hombro de Minho, mientras suspiraba largamente.

 

-¿Era obvio? Te podría decir que todos lo sabíamos…Pero no diré “te lo dije”. No sería lo que un amigo haría.- Le reconfortó.

 

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El precioso día era iluminado por la luz naranja del otoño. Minho estaba hablando con Key, como siempre, sobre Taemin. Si Key escuchaba de nuevo el nombre de ese niño, juraba que sus oídos empezarían a sangrar. Puso los ojos en blanco cuando vio entrar a Donghae, y por consecuente a Taemin (al menos Minho se calló con respecto al chiquillo).

 

-Hyung, le traje la comida. Hoy en la mañana la olvido en la mesa…Creo que me olvidé de dársela.- En realidad Taemin era un amor, de cierto modo entendía por qué Minho decía estar enamorado de él, pero seguía teniendo la idea de que su amigo estaba terriblemente equivocado.

 

-Gracias pajarito,…- Donghae revolvió el cabello de su primo con la dulzura de un hermano mayor. –Por cierto, Chaerin y Dara nos dirán algo hoy. Será mejor que vayas de una vez a casa.

 

-¿Tengo que arreglarme?- Hizo un puchero. –No quiero.- Se encaprichó, a lo cual Donghae sólo alcanzó a reír.

 

-No, no dijeron nada de eso. Pero no quieren que llegues tarde, así que directo a casa, ¡anda!

 

Taemin salió brincando por la puerta, acto que hizo reír a Kibum. Se preguntó, entonces, sobre la relación de hermandad que tenía con Donghae. Siempre estaban peleando, y era muy raro verlos como hermanos… Tal vez, después de todo, no llegaban a eso por el simple hecho de que eran primos.

 

-Hae, ¿por qué lo llamas pajarito?- Preguntó en voz alta, sabiendo que Minho también se interesaría en ello.

 

-¿Huh? Pajarito…A Minnie no le gusta cantar, pero a mí me gusta oírlo.- Se encogió de hombros. –Soy la única persona que le gusta oírlo cantar, así que es mi pajarito… Sólo que él no sabe por qué lo llamo así.- Rio. –Es mejor, sino se aprovecharía de que le quiero.

 

-No me imagino como son en tu casa.- Kibum se apoyó sobre la palma de su mano. -¿Y Taemin? ¿Él tiene algo que le guste?

 

-¿Algo que le guste? ¿Te refieres a un hobby o bias?- Donghae pensó. –No realmente. Antes solía pintar, pero lo dejó, alegando que era un asco.- Dejó escapar un suspiro de decepción. –Supongo que eso fue por mi culpa…

 

Kibum se giró y miró a Minho, le acaba de dar armas muy poderosas para conquistar al menor, sólo esperaba que al fin se callara y le dejara estar en paz.

 

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Taemin jugaba con una liga, esperaba a que Donghae llegara a casa, porque ni su madre, ni Dara, hablarían hasta que el hombre llegara a casa. Resopló un mechón de cabello, estaba aburriéndose, y sabía que pronto se quedaría dormido. Suspiró, sí, se iría a dormir después de esto, y si tenía suerte, al día siguiente no iría a la escuela, por haberse quedado dormido. Rio, para sí mismo, por su plan –que muchas veces antes ya hubo fallido- que estaba seguro, esta vez sí le dejaría faltar a la escuela.

 

Bostezó, pero no fue regañado, porque su primo acababa de llegar. Donghae se sentó a su lado, quitándole la liga de inmediato. Taemin no pudo evitar quejarse, era su liga, había estado jugando con ella toda la tarde desde que le habían enviado a casa. Hizo una mueca, mientras iba a replicar (y quizás recurrir un poco a la violencia por su atesorada liga).

 

-¡Chicos!- Chaerin les llamó, haciendo que Taemin perdiera interés absoluto en su liga. –Dara y yo queremos decirles algo…

 

Taemin alzó la vista, su madre sonreía, por completo. Luego lo notó, ella y Dara sostenían sus manos, entrelazando dedos. No lo dudó, esas dos se amaban, a pesar de que Dara gustase de estar viajando todo el tiempo, y Chaerin fuera más de estar en casa, cuidando de los suyos.

 

-Hae, Minnie…- Dara prosiguió. –La verdadera razón por la que he venido esta vez…Y sobre todo, por la cual aún no me he ido…

 

-Es porque Dara vino a quedarse…- Chaerin sonrió como idiota.

 

-Más que eso. Chicos, Chaerin y yo…Nos vamos a casar.

 

Entonces los chicos se quedaron mudos, anonadados por la noticia. No era algo que pudiesen esperar, de hecho nunca lo esperarían. Dara era tan voluble, yendo de un lado a otro, porque en realidad no le agradaba sentirse atada a algo, nunca lo hizo, nunca tuvo esa familia que le daba el motivo para estarse en un solo lugar. Luego, se incluyó en la extraña familia de los Lee. Entonces sintió, por primera vez, lo que era pertenecer a algo, a alguien. Esa casa, esa ciudad es la única a la que ha ido más de una vez, porque en realidad había encontrado eso que tanto buscó y que no conocía.

 

Taemin brincó sobre su lugar, aplaudiendo, feliz de saber que su madre se casaría. Chaerin también tenía su historia, pero era algo que él, como su hijo, no conocía. Siempre habían sido Chaerin, Donghae y él, toda la vida. Dara se les unió tiempo después, y esa era su familia nuclear. Pero, no sabía más allá que eso. Su madre se había divorciado, algo que supo debido a unos papeles que encontró perdidos, aquella vez que le había encargado subir al ático a guardar los adornos navideños. Nunca preguntó, porque su madre era realmente reservada con los temas que trataran sobre sí misma. Así, que saber que su madre les había compartido esa felicidad, la felicidad de haber encontrado a alguien, era algo que hacía sumamente feliz a Taemin.

 

-Dara, Chae…- Donghae se puso de pie, con un rostro de confusión, aún. -¿En serio?- Sonrió. –Me alegro tanto por ustedes.

 

-¡Noona!¡Noona!- En cambio Taemin festejaba para sí mismo. -¡Le dije que mamá si le quería!

 

Dara rio, era cierto, Taemin siempre le hacía saber lo mucho que Chaerin le quiere.

-Sí, Taemin ah, Chaerin me quiere.

 

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Minho abrió el sobre de exámenes que tenía que revisar, sentía una gran flojera, pero si no lo hacía ahora, entonces lo postergaría por demasiado tiempo. Hizo un ruido con la boca, dándose ánimos. No sirvió, justo al momento, llegó Taemin con su usual estado de ánimo escandaloso. Suspiró, ese niño hacía que su corazón latiese a mil por hora, y eso sólo al verlo, cuando hablaba, había momentos en que ya ni le oía, porque se quedaba idiotizado con el movimiento de sus labios, y sabiendo que el sonido de su voz le hipnotizaba.

 

-Profesor, profesor, profesor…- Taemin se apoyó en el escritorio, agitando su mano frente a su profesor. Al parecer el adulto no le escuchaba. -¡Minho seonsaeng!

 

-¿Ah? ¿Mande?- Por fin Minho había regresado a la realidad.

 

-Escuché que me estaba buscando…- Sonrió. –Veo que se dio por vencido muy rápido, está revisando exámenes.- Hizo un puchero.

 

Minho rio, mientras comía con su mirada ese gesto que Taemin hacía con los labios, quiso detenerle, o se volvería loco por ese simple gesto.

-No me di por vencido…- Alcanzó a decir en un leve gemido. –Sabía que vendrías aquí, decidí esperar a que llegaras…

 

-Oh…- Entonces sonrió, haciendo que sus ojos se escondieran en medias lunas. -¿Para qué me buscaba?

 

-Verás, hace días estabas hablándome de esa exposición sobre objetos rudimentarios en otro tipo de civilizaciones.- Minho juntó sus manos, mientras explicaba el objeto de su conversación. –Hace días, mientras estaba con unos amigos, leí que había llegado una exposición sobre objetos que se utilizaban en el antiguo Egipto.

 

La mirada de Taemin se iluminó por completo, Minho sabía que eso debía sonar como campanas en los oídos del adolescente, y vaya que su rostro denotaba esa felicidad.

 

-Me preguntaba, Taemin ah, sí gustarías de ir conmigo a ver la exposición.

 

-¡Por supuesto!- Dio un brinco. –Quiero ver qué instrumentos usaban para hacer las protesis…- Taemin siguió hablando, era obvio que sólo había escuchado la mitad de la pregunta, no alcanzaba a entender lo que Minho le había dicho, pero ¿qué importaba? Él era feliz de ir al museo, y Minho sería feliz de estar con Taemin. -Seonsaeng…

 

-¿Sí, Taemin ah?- Minho le miró, como si algún día ya no pudiese verle más.

 

-¿Qué día iremos?- Volvió a hacer ese gesto con sus labios, haciéndolos piquito al momento de apretarlos.

 

-¿Qué día puedes…?

 

Taemin rio, esa era una pregunta absurda, él siempre estaba en la escuela, ¿por qué le preguntaba en qué día podía?

-Siempre puedo.- Se encogió de hombros.

-Oh, eso no es cierto…- Minho le desmintió con gracia. –Últimamente has salido mucho, ya no te veo por aquí.

 

-Cierto…He estado saliendo con Sulli…- Taemin se sentó en el escalón a pensar, se daba cuenta que había descuidado por completo esa amistad que estaba creando con su profesor.

 

-¿Es tu novia?- No, Minho no se pudo detener, sus palabras salieron, hirientes, molestas.

 

-No…- Taemin rio con suma alegría. –Me gusta salir con ella, pero no es mi novia.

 

-Y el chico que te hacía siempre compañía, ¿es tu novio?- No era un acosador, pero tenía que saber, o moriría de incertidumbre.

 

-Eobbseo.- Negó con la cabeza. –Quería saber que se sentía salir con él específicamente...- Suspiró.- Lo malo de la gente, es que cuando te saben bisexual, creen que es más fácil conquistarte. Piensan que por invitarte a salir, no importa quién sean, dirás que sí. Soy lo que ellos creen que soy, hasta que me aburro, entonces dejo de jugar y les dejo.- Se encogió de hombros.

 

Minho le miró con cuidado, ¿por qué hablaba así? Taemin era dulce, pero a veces era frío, sumamente frío, como el día en que le conoció. Quería conocerle a fondo, cada centímetro de ese ser, que se dejaba desenvolver tan fácilmente en su presencia.

 

-¿Por qué me cuentas esto?- No quiso sonar rudo, pero quería saber que Taemin no lo había dicho por accidente.

 

-Me siento cómodo con usted.- Se encogió de hombros, sonriéndole a ese profesor que le escuchaba y le prestaba atención.

 

-Taemin…Yo…- Ahora, después de saber esto, Minho sentía la obligación de dar algo a cambio de esa información valiosa que tenía. Adoraba a Taemin, y esperaba acercarse a él, siendo lo que era. -¿Recuerdas el día que me preguntaste si tenía novia?

 

Taemin giró su rostro rápidamente para ver a su profesor, claro que lo recordaba, era el día en que hablaba con su amiga esa. No le gustaba que fuera así, podría sonar muy caprichudo, pero le gustaba tener la atención de Minho, porque él no hacía de lado su opinión, y no se sentía feliz de compartir la atención de su profesor con alguien más.

 

-Verás, si te dije que no tengo novia, es porque no me gustan las mujeres. Soy homosexual.- Explicó con paciencia, observando el rostro de Taemin. Fue bastante gracioso verle.

 

Lo sentía, su rostro estaba rojo, pero ¿cómo no estarlo? Se sentía la persona más imprudente del mundo. Taemin quiso desaparecer por un rato, ahora entendía porque el profesor Choi había estado en tantas escuelas, y durado tan poco, siendo tan buen maestro. Lo más probable es que le despidieran al saber su orientación sexual.

 

-Lo siento…- Agachó el rostro. –Aquella vez fui un impertinente…- Susurró.

 

-No es tu culpa, no sabías, no tenías modo de saberlo.- Le sonrió, tranquilizándole. –Pero, ahora será nuestro secreto, ¿sí?

 

-Neh…- Y con esa bella sonrisa, pactaron lo que sería el primer acercamiento de su vida.

 

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Sulli volvía a entrelazar su brazo con el de Taemin, caminaban por la banqueta, esperando protegerse del sol con los techos de los edificios.

 

-Oppa, ¿entonces cuándo será?- Sulli acababa de enterarse de la boda de Chaerin y Dara, otra persona que se había emocionado con la noticia.

 

-No tengo idea…Creo que esas dos dieron la noticia antes de haber planeado otra cosa.- Taemin rio.

 

Ambos se detuvieron al llegar a la tienda de videojuegos. Iban a molestar a Jonghyun, algo que solían hacer desde tiempo atrás, pero que con el tiempo, se hacía más divertido. Taemin abrió la puerta, haciendo que Sulli pasara primero, después entró él.

 

Vaya sorpresa que se dieron. Jonghyun era asediado, acosado, por el chico bonito de la otra vez. Prácticamente le estaba robando un beso, o bueno, lograron llegar a tiempo para evitar que las cosas pasaran a mayores. El silencio era sepulcral, hasta que Sulli empezó a reírse de la situación, el chico bonito no parecía feliz de haber sido interrumpido.

 

-Oppa, ¿ya tiene mi pedido?- Sulli era realmente descarada, o no le importaba saber que estaba interrumpiendo algo.

 

-Jin Ri…- Jonghyun rio nerviosamente. –No, lo siento, no ha llegado.

 

-¡Te lo dije!- Taemin se burló, en ambos sentidos, sabía que Sulli no tendría su videojuego, y…Le había dicho a Jonghyun que ese chico le pretendía. Sonrió descaradamente, mientras jalaba a Sulli hacia la salida, no sin antes dedicarle una sonrisa burlona a Jonghyun.

 

Al salir, ambos se volvieron a reír, jamás habían visto a Jonghyun tan sonrojado, y tan nervioso. Rápidamente empezaron a hacer apuestas sobre lo que sucedería después de que ellos se fueron. Jonghyun era uno de esos idiotas tiernos y románticos, que probablemente ahora estaría metido en varios líos.

 

-Taemin ah…- Sulli picó su mejilla. –Vayamos a tomar café, ¿sí?

 

-Creí que no te gustaba el café.- Él frunció el ceño, meditando la petición de la chico.

 

-Para nada.- Rio. –Es tan sólo qué…- Volvió a reír. –A ti te gusta; siempre hacemos cosas que a mí me gustan, ahora hagamos algo que sea de tu agrado.

 

-Jin Ri…- Taemin le sonrió, mientras la tomaba de la mano. –Te quiero, pero…

 

-Ver a ese chico, que se veía desesperado por Jonghyung-oppa, me hizo pensar, él debe de ser de las personas que hacen todo por los que quieren. Como tú. Quería regresar el sentimiento.- Hizo la cabeza de lado, con una linda sonrisa.

 

Taemin la observó detenidamente, sí, tantas veces la había visto, esa sonrisa que podría decir sabía de memoria. No era realmente muy diferente a las demás, a pesar de saber que era especial, por ser de Sulli. No le hacía sentir nada. Pero la quería, era Sulli, ¿cómo no quererla?

 

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Minho apretó entre sus dedos los pases para ir a ver la exposición. ¿Tenía nervios? Sí, de cierto modo, saber que iba a salir con un adolescente, no le hacía estar tan confiado. Pero, tampoco podían decir mucho, era su estudiante, e iban a una exposición de Egipto. Al carajo con todo eso, sólo lo había hecho para poder salir con Taemin, aunque fuese en esa relación maestro-estudiante, en donde el menor jamás le observaría con otros ojos.

 

No quería impacientarse, pero había llegado media hora antes, y la espera se le hacía una eternidad. Se preguntaba, ¿qué iba a hacer con Taemin todo el día a su lado? Dios, se ponía mal de imaginarse ya no ser capaz de auto controlarse. Pero no quería dejar ir esta oportunidad.

 

A lo lejos vio esa figura conocida. Lo veía todos los días saltar de un lado a otro, con sus amigos, o sólo. Conocía muy bien ese andar, algo atrabancado a veces, o precavido, dependiendo de la situación. Esa silueta se acercó, hasta convertirse en una imagen perfectamente reconocible. Taemin se veía tan bonito, llevaba consigo una cámara profesional colgando de su cuello. Parecía que iba a tomar muchas fotos, o que venía de trabajar como camarógrafo en alguna boda. Pudo ver como Tae le saludó desde la distancia. No quiso evitarlo, le sonrió y contestó a su gesto.

 

-¡Hey! Taemin ah.- Minho se acercó antes de que Taemin pudiese acercarse. –Bonita cámara.

 

-¿Sí?- Sonrió. –Me la regaló la novia de mi mamá. Estoy seguro que es para que le guarde un secreto…Pero no recuerdo cuál es.- Hizo un puchero, denotando que no pensaba devolver el regalo.

 

-Que mimado, jovencito.- Le regañó en tono de burla. -¿Listo?

 

-Neh, profesor…- Al decirlo, el mismo Taemin hizo un gesto raro. Era simplemente extraño, estaba yendo con su profesor a un museo, fuera de horario de clases. No se acostumbraba a esa idea, cosa que Minho lo notó.

 

-Puedes llamarme Minho, si así deseas.- Trató de hacerle sentir cómodo. Taemin se sonrojó, agachando el rostro. –Si no quieres…

 

-No es eso…¿No sería raro? ¿Qué le llamara por su nombre, siendo usted mi profesor?

 

-Vamos, Tae, no estamos en la escuela.- Le animó. –Además, no somos perfectos desconocidos, como para que me llames por mi apellido, ¿cierto?- Preguntó, recibiendo como respuesta una gran sonrisa por parte del menor. –Ok, ¡let’s go!

 

Taemin perdía la concentración fácilmente, no podían caminar en línea recta, porque este salía corriendo de un lado a otro, observando todo –aunque sólo fuera cuestión de uno o dos minutos, antes de encontrar atractivo otro artefacto. Minho le seguía, riendo ante la actitud del chico, era como ver a cualquier animalito del bosque, yendo por aquí y por allí. Taemin hablaba, haciendo notar su conocimiento sobre el tema, mientras que Minho le escuchaba, observando ese par de labios rosas que no dejaba de mostrar esa pequeña sonrisa de emoción.

 

Estuvieron fácilmente tres horas recorriendo el museo, la exhibición parecía no tener fin. Esto era mejor para Minho, pasaría más tiempo con Taemin, ya habían hablado de varias cosas, y sentía que conocía mejor a ese niño. Se volvía loco, pero ahora se sentía más atraído, más enamorado de él.

 

-Minho…- Taemin le llamó, haciendo una de esas caras graciosas. –Tengo hambre.

 

Minho revisó su reloj, en realidad era tarde.

-Vayamos a comer al restaurante del museo, ¿sí?- Ofreció.

 

Taemin simplemente asintió con la cabeza, haciendo que su cabello se despeinara más de lo normal. El lugar (restaurante) parecía que si se deseaba rentar para alguna ceremonia importante, era el lugar perfecto. Todo tan inmaculado, tan brillante. A Taemin le dio miedo tocar los cubiertos, por temor de romperlos. No fue hasta que Minho le hizo reír, que se decidió a actuar como si fuera un restaurante normal. Incluso la comida tenía nombres extraños.

 

Pero no la pasaron mal, al menos Taemin no se daba cuenta de lo mucho que disfrutaba pasar el día con Minho. Minho, él estaba idiotizado por el menor. Al terminar, salieron por la puerta que les llevaba al exterior, pensaban acceder al museo por otra puerta lateral, retomando el punto en el que habían dejado la exhibición.

 

Sin embargo, Taemin se distrajo. Había mucha gente a lo lejos, cosas metálicas, maquinaria. No sólo eran juegos mecánicos, también robots, y tecnología. Quiso correr, acercarse, lo que su curiosidad le indicaba. No notó el par de manos que le tomaba por la cintura, frenando su absurdo intento de acercarse. Al darse cuenta, trató de quitar esas manos de su cintura, pero se rindió, dejando sus manos sobre aquellas un par de segundos. Entonces sus pies se posaron firmemente sobre el suelo, se giró, para ver a su profesor.

 

-Lo siento, Tae, pero en serio quiero terminar de ver la exposición.- Se mordió los labios, no quería desperdiciar ni un solo segundo de estar con el niño. (De por sí, se había tenido que envalentonar para poder tomarle por la cintura y no cometer una locura.)

 

Taemin hizo un mohín, haciendo que sus labios se juntaran en un piquito. No estaba molesto, no serio, pero quería ver que hacían a lo lejos, con toda la mecánica que llevaban.

-¿Después podríamos venir a ver qué están haciendo?

 

Minho sonrió, mientras saliera con Taemin, no importaría a dónde fuera, estaría encantado de acompañarle.

Notas finales:

Bueno, ¿qué dicen? Las cosas ya están tomando un poco más de forma entre Taemin y Minho. Pronto empezarán a salir, no como maestro y estudiante, sino como algo más :V Y ya no diré nada, porque pasan otras cosas e.e 

¡Esperen el siguiente capítulo! Besos n.n


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