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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

¡Hey! ¿Me extrañaron? .3. 

¿Quieren acercamiento 2min? Les digo, que en el siguiente capítulo, habrá 2min *w* De verdad. Esperen por él ♥

Taemin miraba por la ventana del camión, esperaba llegar a la feria. Esta vez iba él sólo, no le importaba estar acompañado o no, le gustaban las ferias, y le gustaba divertirse.

 

Eran ya pasadas las seis de la tarde, los juegos iniciaban sus luces color neón que brillan tanto en la noche. A Taemin le gusta la manera en que esos colores se mezclan con la oscuridad y el titilar de las estrellas.

 

Se subió a uno de esos carritos que van en línea, recorriendo todo el rededor de la feria, como una pequeña, y quizás algo insulsa, montaña rusa. A Taemin le gustaba el tiempo a solas. No necesitaba de nadie más…

 

Suspiró, extrañamente, sabía que se estaba mintiendo, que siempre lo hacía. Había notado que se mentía, desde hacía un par de años, pero seguido con su propia red de ideas que le alejaban de los demás.

 

Pero no estaba solo. Lo sabía, nunca se sentía sólo, aunque lo estuviera. Cerró los ojos, mientras la línea de carritos se acercaba al área más solitaria de la feria. No tenía miedo, pero entendía que de ser lo contrario, tal vez tendría un motivo. Quiso saber si ese par de ojos que le miraban, sólo eran su imaginación. Quería estar sólo, ¿por qué no podía estarlo?

 

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Minho sonrió, iba a ganar, lo sabía.

 

-Sabes, Minho, yo ganaré.- Suho lo dijo con desencanto. A Minho sólo le quedó alzar una ceja, mirándolo con un gran signo de interrogación en la frente, ¿qué él iba a ganar la apuesta? Su equipo era el peor de todos.

 

-Estás loco. Vamos 4 a 0, no hay posibilidad de que ganes la apuesta.

 

-De hecho, Minho ah, la apuesta fue si yo tenía razón, tu pagabas la pizza. Yo dije que tu equipo iba a ganar, por lo tanto, tengo la razón.

 

Minho rodó los ojos. Nunca le ganaría a Suho, eso era de ley. Después de haber pagado la pizza, y de haber terminado de ver el partido, los amigos seguían discutiendo sobre la lógica (casi inexistente) de Suho al momento de hacer apuestas.

 

-¡Pero no es justo!

 

-¿Quién dijo que la vida es justa?- Suho se burló. –Aunque…Usualmente me hubieras golpeado, esta vez no lo hiciste…- Le miró de soslayo. -¿Qué escondes, Minho ah?

 

-Yo no escondo nada.- Minho se encogió de hombros. -¿De qué hablas?

 

-De la sonrisa de estúpido que traes todo el tiempo.- Se mofó. –No creas que no he hablado con Seohyun, ella se ve como tú. Ambos, tienen ese brillo raro en el rostro.

 

-O tú te ves muy demacrado, amigo.

 

Y la discusión siguió…

 

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-¡Taemin!- Chaerin llamó a su hijo. –Baja, un segundo, ¿sí?

 

Taemin corrió escaleras abajo, casi tropezándose en el penúltimo peldaño. Logró hacer un aterrizaje perfecto, terminando en un ta-da con sonrisa incluida, para hacer reír a su madre.

 

-Casi no la cuentas.- La acarició el rostro, haciéndole un mohín. –Escucha, saldré a cenar con Dara, y Donghae, nadie sabe dónde está, no esperes a que llegue. ¿Puedes quedarte sólo?

 

Taemin asintió, con una sonrisa de niño bueno en los labios. No tenía planes, probablemente sólo miraría películas hasta las tres de la mañana.

 

La casa estaba callada, no había más ruido que el del televisor. Taemin solía manejar bien esa situación, no le daba miedo el silencio. Tal vez, y a causa de su gran preferencia por las películas de miedo, su imaginación le hacía ver alguien en la venta, o sólo su sombra, pero sabía después de todo, que lo que veía no existía.

 

Apagó el televisor, ya ni siquiera la película le provocaba seguir viéndola. Hizo una mueca, se estaba aburriendo. Decidió llamar a Ravi, probablemente estaría haciendo tarea, a pesar de ser viernes por la noche, pero conociéndolo, debía de tener tanta tarea atrasada, que por más que se tratara de ponerse al corriente, no lo lograría antes de vacaciones de invierno.

 

Sonrió malévolo, sí, le llamaría, para distraerle.

-¡Ravi!- Dijo alegremente, al auricular.

 

-Taemin ah, tienes idea de qué hora es.- En Efecto, Ravi sonaba atareado.

 

-Tarde, lo sé. Estoy sólo y aburrido. Juguemos a las veinte preguntas.- Dijo todo en un tirón, logrando hacer que su voz sonara más rápida de lo que realmente había sido.

 

-¿En serio? Taeminnie, no es hora de jugar, los niños buenos ya se deben de ir a dormir.

 

-Pero, tú sigues despierto.- Hizo un mohín. –Anda, juega conmigo.

 

-…-Suspiró. -¿Es un objeto?

 

-No.- Rio, Ravi siempre terminaba jugando.

 

-¿Entonces, es un animal?

 

-Técnicamente, pero no.- Se tiró en el sofá mientras mordía la cutícula de sus uñas.

 

-Daré por hecho que es un humano. Entonces…¿quién podrá ser?

 

-Yah, esa no cuenta como pregunta.- Se quejó. –Vamos, te quedan dieciocho preguntas, puedes adivinar.

 

-¿Tienes una profunda admiración por él o ella?

 

-Neh…

 

-Taemin, no es justo, cambias de artista favorito cada semana. No pienso seguir jugando, tengo cosas por hacer.

 

-Yah, no me dejes morir de aburrimiento.- Gimió enojado.

 

-¿Sabes? Te diría que molestaras a Kai, pero sé que no está en la ciudad. Supongo que tendré que seguir al teléfono.

 

-¡Oye! Lo dices como si sufrieras al hablar conmigo.- Se quejó. –Ahora tengo hambre, y ¿si vienes a mi casa?

 

-Eso suena a que quieres que lleve comida, o en su defecto, dinero.- Lo dijo monótono, haciendo que Taemin riera por ello.

 

-No…Tal vez, sí, quiero pizza.- Volvió a aflojar los labios. -¿Uh? Espera, creo que hay alguien en la puerta, deja voy y atiendo.

 

-Taemin, ¿de nuevo has estado viendo películas de horror?

 

-No era nadie…Sólo vi una, o dos…tal vez tres.- Rio. –Ugh, en realidad tengo hambre.

 

-Yo no pensaría en comida, estaría huyendo a tu habitación. Pero claro, primero tienes que revisar si no hay algún asesino dentro del closet.

-No es divertido…¿Sí va a traer pizza?

 

-Taemin, olvídalo. Ve a dormir, tú no tienes deberes por hacer, aprovecha esa libertad.

 

-Bah, que aburrido.- Resopló. –Buenas noches, Wonshik.

 

-Buenas noches, Tae.

 

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Minho se había levantado temprano. Realmente no tenía mucho que hacer, simplemente estaba matando tiempo. ¿Cuántas horas perdió ante el televisor? Varias, seguramente, pero no las contó. En cambio, sólo esperaba a que fuera el momento indicado para salir, y poder ir a ver a Taemin a la heladería.

 

Le hacía feliz ir a ver a Taemin, aunque sólo fuera eso: verlo. Sonrió al llegar, el lugar era adorable, desde antes de Taemin. Pero Taemin le hacía ver con un toque extra de esplendor. En realidad moría por verlo.

 

Entró a la tienda, pero no le gustó lo que vio. Era ese chico, con el que Taemin había salido, estaba ahí, hablándole tan cerca. Taemin le jaló por el cuello, acercándolo a su rostro. No podía ver bien, por la posición en la que se encontraban esos dos. Para nada disimulado, bufó, en lo que buscaba una mesa para sentarse, una con mejor visión de lo que esos dos hacían. No, apenas soportaba a la chica, no aceptaba que de nuevo, tuviera más competencia.

 

Casi le dio un paro, cuando observó que ese pretendiente le besaba en la mejilla para despedirse, si no hubiese sido porque Taemin le gritó un “ya vete” de mal humor, Minho hubiera arremetido contra el idiota ese.

 

Se había enfadado, Taemin era cada vez, algo más lejano. No podía evitar imaginarlo como suyo, y después darse cuenta, que su estudiante, no le pertenecía en nada. Pero, la sonrisa del niño, la que sólo le dedicaba a él, le hacía sentir mejor.

 

 

 

 

-¡Taemin!- Onew insistió. –Deja de verme así.

 

-¿Cómo quieres que lo haga, entonces?- Le volvió a gritar. –No debiste haber besado a Jonghyun-hyung. ¿Por qué lo hiciste?- Le exigió.

 

-Dijiste que le gustaba, así que me fijé en él. Le gusto, no entiendo por qué empezó a salir con Baekhyun.- Se frustró.

 

-Porque él, es una buena persona.- Espetó. –Escucha, Jinki, jamás te fijaste en Jonghyun, ni una sola vez mientras estudiaban en el instituto…Supongo que Jonghyun se ha cansado. Entonces te digo que le gustas, y ahora decides asediarlo. Eso no suena congruente. No sé qué pretendes.

 

-Que no salga con alguien a quien no quiere.

 

-¿Y a ti? ¿Te gusta él?- Taemin le confrontó con una mirada severa.

 

-…Tal vez…- Onew se encogió de hombros. –No lo sé.

 

Taemin puso los ojos en blanco, no, no terminaba de creer que sus amigos eran unos idiotas totales. Jaló al mayor por el cuello de la camisa, acercándolo a su rostro furioso.

 

-Escucha, si le haces mal a mi Jonghyun, entonces desearás no haberlo hecho.- Le miró rudo, siempre defendería a su perro idiota, significaba mucho en su vida.

 

Onew rio, Taemin, a veces, podía parecer un joven gánster.

-¿Sabes? Me tengo que ir, te llamo luego.- Le besó la mejilla como beso de despedida y logró soltarse de las manos del menor.

 

-¡Ya vete!- Le gritó. Le había llamado para aclarar las cosas sobre Jonghyun, pero habían quedado igual, primero Onew le rogó por ayuda, y después se empezó a quejar de porqué Jonghyun salía con Baekhyun. Siguieron discutiendo, hasta que Taemin tocó ese pequeño punto en la conversación, tal vez a Onew le empezaba a gustar Jonghyun.

 

Se cubrió el rostro, frustrado. Sus amigos eran tan, ¡ahg! Respiró profundo, antes de alzar la vista. No se había fijado que alguien había entrado a la heladería. Era Minho. Le sonrió, era bastante confortador saber que su maestro se encontraba ahí.

 

 

 

 

Minho se acercó al niño, se veía adorable, particularmente el día de hoy. Le sonrió una vez más, quería hablar, pero ¿cómo empezar?

 

-Buenos días, Taemin ah.- Fue lo primero en lo que pensó. -¿Has estado ocupado?- Preguntó, con respecto a quien antes estaba parado ahí.

 

-De hecho, no.- Hizo una mueca linda. –No ha venido mucha gente, he estado perdiendo mi tiempo.- Empezó a jugar con la envoltura de un sorbete que tenía cerca. -¿Qué hace aquí?- Se giró a mirarle.

 

-Siempre andas diciendo que lo único que hago es trabajar.- Minho se apoyó en el aparador. –Vine a probarte que no es cierto. ¿A qué hora sales, Taemin ah?

 

 

 

 

Taemin hizo un puchero, pensando. No tenía idea de la hora, había perdido el tiempo discutiendo con Jinki. Miró disimuladamente su reloj. Vaya, el tiempo había corrido.

-En media hora.- Sonrió.

 

-Vayamos al cine.- Minho le preguntó. ¿En serio? El cine, quiso brincar de alegría, tenía muchas ganas de ver una película que precisamente ahora se encontraba en cartelera. Que mejor momento.

 

-Sí, por favor. Quiero ir.- Lo dijo, tal vez, algo infantil, pero no lo pudo evitar quería ir.

 

 

 

 

Minho se sintió hinchado de felicidad. Taemin había dicho que sí. Juraba que si volvía a comportarse tiernamente, le besaría sin pensar en las consecuencias. Pero debía detenerse, no aún, si quería ganarse al adolescente, debía hacerlo lentamente, de manera sutil, para no asustarle con sus sentimientos.

 

 

El cine estaba lleno de mucha gente, eso no detuvo a Taemin de correr directo al afiche de la película que quería ver. Minho le siguió, le era divertido ver las reacciones de Taemin. Compraron boletos y dulces, era maravillosa la cantidad de azúcar que Taemin podía llegar a comer.

 

Era una película tonta, pero Taemin parecía disfrutarla. Lentamente, Minho también quedó atrapado en la trama de esa película. Estaba cómodo, y Taemin también lo estaba. Le miró unos momentos, era realmente bonito, su perfil se veía a la perfección debido a la luz que la pantalla proyectaba. ¿Cuándo podría acercarse desde otro punto? Quería, tan siquiera soñaba, en poder tomarle de la mano, y confesarse, mientras que el menor sonreía, aceptaba feliz sus sentimientos. Dio un largo suspiro, Taemin le hizo una cara graciosa, obligándole a salir de sus ensoñaciones. Le sonrió, planeando algo más dentro de su cabeza, para no dejarle ir tan fácilmente.

 

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El otoño terminó, dando paso al invierno. Todos en la escuela, había dado ese gran respiro que se da, sabiendo que las vacaciones están cerca. Casi a diario, Taemin estaba haciéndole compañía a Minho, puesto que también había tomado vacaciones de la heladería.

 

-Minho…- Aventó un avión de papel, probablemente hecho con algún examen de alguien más. -¿Saldrá de vacaciones?- Suspiró, estaba aburrido, pero no quería irse.

 

-He pasado mucho tiempo fuera de aquí, no quisiera volver a irme.- Le quitó el resto de los exámenes, antes de que empezara a recortarlos en monitos y figuritas de papel. –Me quedaré, mis padres van a venir, y quisiera pasarla con ellos, y mis amigos.

 

-Vaya…- Hizo un puchero. –No creo que yo pueda querer tanto un lugar, como usted lo hace.- Empezó a jugar con un lapicero.

 

-Piensas irte, ¿no es así?- Recordó que Taemin había hablado de irse a terminar sus estudios en otro lado. Le quitó el lapicero, antes de que lo rompiera, remplazándolo por una barra de plastilina, debía mantenerle distraído.

 

-Neh, mi noona siempre está de viaje; no me di cuenta, pero terminé enamorándome de esa idea. Viajar, por todo el mundo,…- Le daba forma al bloque, ahora amorfo, de plastilina color azul. -…conociendo gente, buscando algo especial…

Minho le miró, Taemin hablaba de una manera muy extraña, casi como un adulto. Pero, había escuchado las palabras del menor, entendía, que Taemin se había adueñado del sueño de alguien, que debe ser mayor. Le sonrió, usando el lapicero, para deshacer lo que fuera que estuviese creando.

 

-Mire, profesor…- Después de reconstruir su figura, se la mostró. –Es usted.- Y se rio.

 

Minho alzó una ceja. El niño era brillante, tenía talento para la escultura, y para el dibujo (debido a los bocetos que le había visto hacer para la clase de arte), probablemente, también para otro tipo de arte. Pero, su imaginación, y sobre todo, su picardía, le llevaban a hacer travesuras, y bromas. Como ahora, que había hecho una escultura en forma de rana.

 

-¿Cómo puede ser yo?- Minho la sostuvo, observándola.

 

-Tiene sus ojos…- Se rio. –Y su boca…- Hizo un mohín. –Además, usted no dijo nada cuando se me escapó aquella ranita, en el corredor, e hizo escándalo por una semana.

 

-Lo recuerdo, Taemin ah.- El mayor rodó los ojos, para después reírse. -¿Así que soy yo? ¿Me veo así?

 

-No, usted se ve mejor.- Taemin le quitó la figurilla. –Pero es un acercado, bastante realista.- Dio una pequeña risilla, siendo infantil.

 

-Taemin ah, ¿tú que harás estas vacaciones?- Minho regresó al tema original. El menor había empezado a hacer otra cosa con la plastilina.

 

-Iré con Donghae-hyung a Japón.- Dijo, como si fuera algo de todos los días. –Mamá y noona irán después. Pasaremos navidad en Osaka.- Se mordió el labio inferior, dándole detalles a lo que parecía ser el prototipo de un dragón.

 

-¿Saldrás del país?- Buscó la mirada del menor. –Espero que vuelvas sano y salvó. –Le obligó a mirarle.

 

-Minho, antes de irme…- Taemin hizo un mohín, buscando cómo decir lo siguiente. -¿Le gustaría ir a patinar conmigo?

 

Minho se quedó callado, no creía lo que había escuchado, y de cualquier modo, no sabía cómo responder a eso. Taemin le había invitado a salir, el niño le había pedido que salieron a algún lugar. Ahora, oficialmente, no cabía de felicidad, Taemin tal vez no se daba cuenta, pero había hecho algo hermoso, al pronunciar esas palabras.

 

-Me encantaría…

 

-¡Genial!- Sonrió. –Sería triste si me hubiese dicho que no.- Hizo un puchero. –Sé que mis amigos no estarán, y si le digo a hyung, sé que llevará a su novio, y no quiero eso.- Frunció el ceño. –Sabía que usted me acompañaría.

 

Minho rio, Taemin, súbitamente, había empezado a hablar mucho.

-Tae…- Le calló. –Si yo te acompaño a patinar, ¿tú vendrías conmigo a escoger los regalos de navidad, para mi familia?

 

Taemin se sonrojó, escondiendo su rostro. Asintió, frenéticamente, sin poder contestar, le parecía divertido ayudar a su profesor a escoger regalos. Sonrió, abiertamente, concentrándose de nuevo en su dragón de plastilina.

 

 

 

 

Y entonces, el día de ir a patinar llegó. Habían sido unas semanas después la suspensión de clases, Minho moría por ver de nuevo a ese niño de ojos de diferentes colores. Esa mirada, seguía tan presente en sus sueños, como en su pensar. Le vio llegar, era adorable con la ropa que usaba. Parecía haber escapado de un congelador, o del mismo polo norte.

 

-¡Minho!- Taemin corrió, para acercarse, y hacer una reverencia de saludo. –Si vino.

 

-Por supuesto que sí, pequeño Tae.- Le revolvió el cabello. –Espero que recuerdes nuestro trato, ¿cierto?

 

-Neh…- El menor le sonrió. –Primero a patinar.- Aflojó su labio inferior.

 

Minho le sonrió, y casi tentando su suerte, se dispuso a tomarle de la mano, con la excusa, de darle rapidez a sus pasos, para poder tener más tiempo. Taemin no dijo nada, incluso, en algún punto, le dio firmeza a ese agarre. Ya no le parecía extraño que su profesor le tomara de la mano, incluso, le agradaba la sensación, como si supiera, que podría confiar en él.

 

Les llevó toda la tarde, poder darle una vuelta a la pista, sin caerse, sobre todo, porque Taemin siempre buscaba agarrarse del mayor, para mantener la estabilidad. Se reían, se ayudaban a ponerse en pie el uno al otro, y continuaban con su intento de patinaje. Sólo se detuvieron, cuando al menor le dio demasiado frío, como para continuar. Entonces decidieron ir a tomar algo, caliente, para que Taemin no se resfriara. A Minho le gustaba ver cómo Taemin hacía caras de felicidad al sentir el chocolate bajar por su garganta.

 

Una vez terminaron, fueron a comprar los regalos de Minho, o al menos, a ver los que el mayor consideraría como regalos. Taemin le decía que no a todo, como si no supiera escoger algo bueno. Si compraron algo, algunas cosas, Minho en realidad quería comprar algo, que fuera acorde a la opinión del menor, era absurdo que buscara su aprobación, pero lo necesitaba.

 

-¡Minho!- Taemin le llamó. -¡Mire!- Señaló, en un aparador de una tienda de objetos antiguos, un pequeño carrusel, de cuerda. -¿Acaso no es bello?-

 

El mayor se acercó, observando el juguete que había atrapado la atención de Taemin. No sabía que al niño le podía gustar ese tipo de cosas. Sonrió, tomándole por los hombros, y apoyando su barbilla sobre la cabeza del menor.

 

-Es muy bonito.- Volvió a tentar su suerte, buscando cerrar sus brazos sobre el menor, en un abrazo. -¿Te gusta?

 

-Neh, algún día lo compraré.- Dijo con seguridad, sin darle mucha importancia a que su profesor le tuviera abrazado, con tanta confianza. No se sentía incómodo, así que no lo había notado. Estaba feliz de que su relación con el mayor fuera realmente cercana.

Notas finales:

¿Les gustó? :D

Una pequeña nota acerca del incesto que estoy escribiendo:

1. Se llamará Hermanito.

2. Estos son algunos pequeños avances de lo que llevo escrito de él:

  • -¿Quién es Taemin?- Jinki preguntó, mientras terminaba de sorber su jugo, no comprendía la felicidad que Minho estaba sintiendo.

    -Taemin, es el hermano menor de Minho.- Explicó Jonghyun.

    -No sabía que Minho tenía un hermano…- Meditó la cuestión.
  • La quijada de Minho se trabó en su lugar. No pudo respirar. Ese no era su hermano, y si lo era…Le costó recuperar el aliento; siempre consideró a Taemin como el niño más bonito del universo (debido a sus sentimientos), pero, viéndolo ahora, podía decir que Taemin había sido un patito feo, y ahora regresaba siendo un cisne. No, se volvería loco si le observaba así todos los días de ahora en adelante, teniéndolo tan cerca. 

     

  • -¿Son novios?- La señorita preguntó, sin saber que esa era la peor pregunta que podía hacer. Minho de inmediato quitó el rostro, mirando hacia otro lado, Taemin simplemente rio.

    -No, hyung es mi hermano.- Contestó risueño.


Ya saben, espero comentarios, regaños, sugerencias, unicornios voladores que vomitan arcoíris ♥ Sobre todo los unicornios, pero estoy bien con un review ^-^ ¡Besos!


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