Los sollozos inundan la habitación mientras el pequeño Aoba de 6 años intenta escapar de los amarres dolorosos en sus muñecas, su mellizo, Sei, da gritos silenciados por la gran mano de su padre. Las estocadas eran fuertes contra la cavidad anal del chiquillo de cabellos negros.
Los ojos llorosos miraban a su hermano, quien ya había recibido e incluso peores tratos del hombre de cabello castaño.
Ken Galene era un empresario prodigio en Japón. Nacido y criado en los Estados Unidos de América a la edad de 16 años huyó de casa al otro lado del mundo, cambiando así su nombre. Los traumas de su niñez lo llevaron a casarse con una prostituta de los barrios más pobres y bajos de Tokyo, así procreando a dos gemelos. Al nacer no tenían pigmento, los médicos dijeron que no había de que preocuparse. La madre era portadora de un gen albino que había afectado a ambos pequeños.
Pero lo más extraño fue que tras un año y medio los dos niños empezaban a tener colores primeramente en sus pieles, Sei siendo el menos afectado. Por el contrario, Aoba tuvo el cambio más extraordinario; un bello cabello azul. Eso impresionó a los científicos que estudiaron a los mellizos. Era el primero en tener un cabello así. Afortunadamente su salud no se vio afectada en lo absoluto.
El mayor de ambos no tuvo el mismo caso y a la edad de 3 años su cabello era completamente negro el igual que sus iris.
La familia estaba feliz de estar unida. Ken y Hana eran felices con sus dos alegres hijos, pero a la muerte de la mujer, Ken empezó a tener pesadillas de su pasado. Pronto y sin darse cuenta, repitió los hechos con Aoba y Sei. Al caer la noche, llevaba sus pasos a la habitación infantil para abusar sexualmente de ambos de distintas formas. El más afectado fue el peliazul, quien desarrollo una doble personalidad quien Sei nombre Sly Blue. Al principio, solamente era tosca y grosera, sin embargo conforme Ken dañaba sus cuerpos, la nueva presencia se volvió agresiva hasta una noche dejar inconsciente y casi muerto al padre.
Huyendo de ahí, Sei y Aoba llegaron al aeropuerto donde el frío y el hambre eran sus acompañantes. La gente los miraba con desprecio por la poca ropa que llevaba y la suciedad de la sangre, polvo y diversas cosas les daba una imagen horrible, pero lograron quedarse dentro del lugar por un conserje que les ayudó. Aoba entendía lo que sucedía, pero nunca dijo una sola palabra. De hecho, había perdido la voz después de "despertar" y ver a la única persona responsable de ellos ensangrentada. Fue gracias a un joven de cabellos rojos que lograron llegar donde estaban, tomándolos como sus hijos adoptivos junto a su pareja. Este chico los subió a un avión consigo para llevarlos a Midorijima, un pueblo en una isla abandonada cerca de Japón.
Ahí conocieron a Tae Seragaki, una enfermera y suegra de aquel hombre que les extendió los brazos sin saber sus nombres ni historia. La mujer mayor tomó a los dos niños y los curó. Pero para mala suerte de ambos, ya tenían secuelas de las violaciones.
Según lo que la pelirosa había explicado, ambos niños habían desarrollado una especie de trauma donde su piel sentía el triple que una persona normal e incluso su cuero cabelludo había sido afectado, que generaba dolor con sólo tocar el cabello de ambos. Incluso atarlo y cortarlo les sería doloroso.
Con los cuidados necesarios, los dos pequeños a los dos años de haber llegado al pueblo podían jugar y sonreír como los demás críos de su edad.
También un aura familiar se presenciaba cuando estaban con sus padres adoptivos, Naine y Haruka. Todo parecía perfecto hasta que estos dos tuvieron que marcharse. Lo que generó un sentimiento de abandono en los mellizos, a pesar que Tae los cuidará.
Por la tristeza, Sei enfermó de gravedad años después y la anciana ya no tenía fuerzas para trabajar. Esto orilló a Aoba a buscar un empleo, únicamente encontrando pequeños y mal pagados, llegando a ser peligrosos. Y una vez más, fue salvado, ahora por una bella dama japonesa. Era madre soltera y se esmeraba mucho en su trabajo de artesanías. Ella fue la primera en darle un trabajo digno al niño de ojos ámbar.
Fue donde conoció a su mejor amigo, Koujaku, un joven mayor que Aoba por 4 años. Ya era un puberto cuando conoció al peliazul. Siempre la sonrisa de Koujaku animaba al pequeño Aoba.
Pero pronto el casi adolescente de ojos carmín se fue con su madre de la isla para ir con quien era su padre, un yakuza ex amante de la japonesa de ojos escarlata.
Y los problemas volvieron a surgir. Ahora, a falta de a quien ayudar, el Seragaki terminó por empezar a pelear por las apuestas—donde ganaba gracia a Sly Blue—. Era fuerte y a la edad de 15 años ya tenía el respeto de los más peligrosos en Midorijima, teniendo el equipo de Rib más fuerte. Su territorio era notoriamente amplio y de eso ganaba dinero, tomando parte de las ganancias de los locales en su región y algunas personas adineradas. También por "trabajos", normalmente pedido por yakuzas o delincuentes. La policía en el lugar también era controlada por Morphine, nombre del equipo del peliazul. Todo parecía perfecto, pero...
Al final, las desgracias siempre regresan como perros a sus dueños.