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“Y el cuervo dijo: Nunca más…”
Dime cuervo ¿Recuerdas la última vez que tomaste un alma?
En aquella isla demoniaca solo esa criptica voz resonaba, le hacía compañía al demonio que estaba a punto de finalizar un contrato. El contratista del demonio, clavo sus heterocromos ojos en el negro cuervo que con atención observaba la escena
-¿El ave designada?- pregunta el que pronto dejara de ser el amo del demonio, este asiente con una ¿melancólica? sonrisa- No te preocupes el resto de mi alma es toda tuya- el cuervo solo ladea la cabeza mirando con sus vacíos ojos negros al demonio que lo ignora completamente
-Usted es muy amable joven amo- dice el demonio sonriendo levemente
-Solo ciel…- le pide suavemente al demonio que se arrodilla ante el
-Yo soy su mayordomo hasta el final, así que tomarme ese tipo de libertades no es propio de un mayordomo- algo parecido a una carcajada provino del cuervo, el demonio solo lo fulmino con la mirada callándolo de inmediato
-Entonces… Sebastián te ordeno que me digas Ciel- el ojo amatista del contratista del demonio brillo exponiendo aquel símbolo de su contrato. El demonio suspiro, ese era su amo, un joven realmente obstinado
-Yes my Lord- contesto como siempre solía hacerlo cada vez que Ciel le daba una orden. Este solo sonrió satisfecho
-¿Dolerá?- pregunta Ciel cubriendo su ojo amatista con la mano, Sebastián solo se encoge de hombros, entendía que para un humano el dolor causaba cierto miedo
- Un poco pero seré lo más cuidadoso posible- contesta a la pregunta de su amo como el buen mayordomo que es; el cuervo contiene las enormes ganas de reír a carcajadas pero sabe que si lo hace de seguro el demonio lo asesinara
-No, hazlo tan doloroso como sea posible…Grava el dolor de mi vida en mi alma - aquello sin duda toma por sorpresa al cuervo y al mayordomo que se sonríen entre sí con complicidad
-Yes my Lord- recita el mayordomo saboreando cada palabra, porque sabe que ya jamás volverá a decir aquella oración. Con lentitud el mayordomo se acerca a Ciel que tiene sus ojos clavados en aquellas lagunas rojas que posee el demonio, este le regala una caricia que lo hace estremecer- ¿Qué pasa Ciel?- pregunta juguetonamente aquello sonroja completamente a él joven que solo cierra los ojos
-Solo limítate a devorar mi alma- el mayordomo solo ríe con sutileza, ni en sus últimos momentos Ciel deja de ser orgulloso, como el Phantomhive que es. El cuervo solo grazna apresurando al demonio que pone los ojos en blanco. Los ojos escarlatas del demonio se trasforman en unos brillantes y felinos, con una sonrisa maliciosa se va acercando a su amo que ante su cercanía solo cierra con fuerza los ojos, sin pensarlo ni un segundo clava sus labios con aquellos finos e inexpertos labios que ante su contacto se sobresaltan pero poco a poco van cediendo al beso que tanto han deseado. Sebastián guía esos labios en un beso que culmina cuando el joven da su último aliento
-Oye Raum esto no es propio de ti- ante los ojos del demonio un joven de 17 años, cabello negro y ojos del mismo tono aparece
-Ha pasado tanto tiempo desde que alguien me llama así… Crow- dice fríamente el demonio ignorando la apelación de Crow
-Si ya lo note… Sebastián- expresa Crow con evidente burla, Sebastián solo lo fulmina con la mirada
-Esa no es manera de hablarle tu Rey y amo- el demonio se deja envolver en una lluvia de plumas, mostrando su verdadera forma… horrible forma
-Tiene razón, me disculpo por eso mi Rey - se disculpa Crow pero sin borrar su sonrisa burlona- Solo que la escena que dio me sorprendió bastante- confiesa acercándose al cuerpo inconsciente de Ciel- pero creo que este humano lo vale. Ha pasado tantos milenios desde que trajo un alma similar- sus dedos se pasearon por los azulinos cabellos de Ciel- Es precioso…
-Crow, deja de tocar mi comida- dice el mayordomo apartando con un empujón a Crow que simplemente suelta una leve carcajada
-Lo siento Mi rey…- de repente el rostro de Crow se enserio- ¿Qué piensa hacer?- pregunta ante la confusión del demonio
-¿Qué más? Voy a devorar su alma- contesta Sebastián con una sonrisa irónica. Crow solo enarca una ceja
-Raum… ¿O prefieres Sebastián?- la mirada que el mayordomo le dio le indico la respuesta- Mi rey, recuerde que yo soy su alma, a mí no me puede mentir…
-¿Qué más puedo hacer Crow?- pregunta Sebastián dejando escapar un leve suspiro de sus demoniacos labios, para el solo había una opción y esa era devorar su alma. Pero para Crow esa no era la única opción
-Mi rey ¿Usted se ha enamorado de este humano?- la pregunta toma por sorpresa a el mayordomo que deja escapar una sonora carcajada
-Como si eso fuera posible…- masculla sonriendo con malicia- Los demonios no sentimos y en todo caso que lo hiciéramos, el amor no sería precisamente nuestro sentimiento favorito…
-Como esperaba del Rey Infernal, un mentiroso de primera- una fuerza invisible lo golpeo lanzándolo contra una pared. Crow solo sonrió por la mirada molesta que Sebastián le dedicaba - Lo que quiero decir Mi rey que solo devorar el alma de este humano tan único es… un desperdicio. Podría sacarle más provecho
-¿Cómo cuál?- pregunto Sebastián ligeramente interesado
-Conviértalo en su amante- Sebastián solo arqueo una ceja- Puede formar parte de su harem, después de todo no es nada nuevo que convierta a un humano en su juguete sexual- una sonrisa macabra cruzo el rostro de Crow a la par de Sebastián
-Excelente idea, cuando me aburra de él simplemente lo devorare- Sebastián volvió a tomar su forma humana, para poder coger a Ciel en brazos. Crow dejó escapar una leve carcajada- ¿De qué te ríes Crow?
-De nada Raum… digo mi Rey, es hora de volver al inframundo- y con un tronar de dedos fueron envueltos en una lluvia de plumas negras- Realmente Sebastián eres un idiota si piensas que te vas aburrir de este humano, sin duda alguna ya quiero ver cómo termina esto- Crow sonrió mirando a su rey que parecía perdido en sus pensamientos
-Nunca más joven amo nos van a separar… porque usted es mío por toda la eternidad…- los ojos del demonio empezaron a brillar para sellar aquella promesa infernal…