#29
CAPTURA
Sus ojos se abrieron casi sin ganas, parpadeó rápido para que el sueño no volviera nuevamente a su cuerpo, la iluminación estaba apagada y sólo el tenue resplandor de la televisión mostrando el final de la transmisión del día iluminaba la estancia, lo único que mostraba la pantalla era un logo del canal y los horarios de los programas para ese mismo día. Saga supo que era más de medianoche y que se había quedado dormido viendo la película, perdiéndose aquel final que tanto había esperado y luchado para ver.
No podía moverse o más bien no sabía si hacerlo o no, su brazo estaba entumecido y además estaba demasiado cómodo junto al cuerpo de Aioria, el cuerpo del oto transmitía una calor agradable, escuchaba el respirar saliendo de la nariz del castaño y sonrió al notar que desde la boca del otro había un ligero rastro de baba que supuso había caído por somnolencia, no quería moverse y tampoco era que pudiese hacerlo con libre voluntad.
Su cuerpo estaba preso no por un sólo brazo si no que ambos brazos de leo se entrelazaban sobre su cuerpo capturándolo, apresándolo y sin oportunidad de mover ni si quiera un músculo. Aioria estaba apoyado entre el respaldo y posa brazo del sofá mientra que Saga descansaba su cabeza en su pecho, su pies sobre los cojines y palideció al notar en donde se encontraba una de sus manos.
Se paralizó al instante, sabía que era lo que estaba palpando y ya sabía en que condiciones se hallaba, se avergonzó por la escena en la que se encontraba y se lamentaba no poder salir de ahí, su mano aun descansaba en la abultada entrepierna de Aioria y Saga al saber esto no pudo evitar sentir como su propio cuerpo cedía a la excitación del momento.
Era una situación incomoda en el que el gemelo no sabía que decisión tomar, si sacar su mano o no hacerlo, si lo hacía existía la posibilidad de ser descubierto, además que muy en el fondo no quería retirar su mano porque quería/necesitaba seguir con aquel libidinoso y pervertido tacto.
Dió una gran bocanada de aire, se sintió descubierto, expuesto, avergonzado, la palma de del castaño estaba sobre el dorso de su mano mientras que las caderas de Aioria se mecían produciendo una mayor presión, era oficial Saga había sido capturado por el león, por la lujuria y aquel deseo interior que había comenzado a descubrir.
#20
INSULTO
Era una batalla, una guerra entre dos amantes, novios, amigos o como quisieran llamarlo o al menos Saga así lo sentía en ese momento, se había acostumbrado a las burlas de Aioria e incluso muchas veces las disfrutaba y jugaban a quien se devolvía el comentario más mordaz, pero lo que el castaño había dicho fue más que un comentario de burla para el gemelo, había sido la declaración de guerra.
“Trataré de ser amable contigo, Sagita” esas palabras aun seguían en su mente, el diminutivo, aquel exceso de confianza y la forma en que lo había rebajado había sido un golpe directo a su ego, un aberrante insulto y el mayor podría jurar por Atenea que Aioria se arrepentiría de sus palabras.
Ambos hombres estiraban sus cuerpos antes de la contienda, no era un simple entrenamiento entre dorados, no, para Saga era más que eso y al parecer todos podían notarlo ya que todas las miradas se clavaban sólo en ellos dos. Las reglas eran simples, existía un área delimitada y el que lograba sacar al otro primero era el ganador, sólo eso, pero no estaba en los planes del geminiano perder, usaría todas sus fuerzas e incluso su técnica de control mental si era necesario.
***º***
—Sigues molesto porque te gané— Aioria caminaba junto a Saga, feliz, contento y sonriendo victorioso mientras que por otro lado Saga era todo lo contrario al castaño, estaba ofuscado, molesto y la mueca de seria indiferencia no había querido abandonar su rostro después de haber salido del área delimitada, había perdido, había sido engañado y avergonzado en el mismo lugar al mismo tiempo, definitivamente el gemelo se sentía insultado.
—No me ganaste, hiciste trampa — Saga encaró al castaño con su cara teñida carmín de rabia y vergüenza, el león mordía el interior de sus labios intentando no reírse pero ver a Saga así significaba que su “arduo trabajo” de molestar al gemelo había dado resultado.
—Tú hiciste trampa primero, tú me sedujiste en medio de la batalla — Aioria clamó inocencia sin mirar directamente el rostro del geminiano, en un rápido movimiento y de improviso besó los labios Saga de la misma manera en que lo había hecho en medio de la batalla, dejando al otro vulnerable, sorprendido y consiguiendo así al victoria.
—Me besaste en medio de la pelea, enfrente de todos y ahora todos lo saben, eres un idiota— Saga seguía encrespado pero el castaño estaba más feliz que nunca, jamás había logrado en ninguna otra vida poder mostrar abiertamente su relación con Saga y esta era la primera vez que lo hacía. Era cierto se había dejado llevar por la pasión que desbordaba Saga durante la lucha y no había podido resistir frente al insistente estímulo de besarlo y demostrar de una vez por todas que ellos dos se amaban, se amaron y se amarán por siempre.