La carretera estaba demasiado oscura y apenas la luz del auto lograba iluminar un poco. Sehun maldecía por la poca visión que las luces del auto lograban iluminar. Baek preparaba el arma que llevaba consigo, haciendo lo mismo con las de Sehun y Chanyeol.
— Terminaremos esta misión y seremos libres.
Afirmó Chanyeol mirando con intenso amor a su castaño que le devolvía la misma e intensa mirada. Sehun se quejó por la burbuja romántica de ese par.
— Dejen de hacer eso... hacen que extrañe a mi Luhannie — el tierno puchero se acentuó en sus rosados labios. Los tres rieron.
La lluvia no cesaba y con ellos los rayos se habían intensificado aún más, tanto que las piedras mezcladas con la tierra comenzaban a escurrir por el lado de la montaña. Chanyeol frunció el ceño ante algo que lo molestaba desde hacía mucho rato. Tomó la mano de Baekhyun dándole un significativo apretón.
— ¿Hoy te dije que te amo?
Baek sonrió
— Nop.
Chanyeol respondió con una sonrisa mirándolo con intensidad y amor.
— Te a...
— ¡Chanyeol cuidado!
El de cabello gris se alarmó ante el grito de Sehun. Volanteó provocando que la camioneta se saliera del camino. Chanyeol trató de tomar el control del auto pero una mala jugada y la camioneta se giró de lado, girando y girando hasta caer sobre la capota de manera brusca y feroz.
...
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero lo único que sentía era un inmenso dolor en todo el cuerpo y que la lluvia lo mojaba por completo. Baekhyun, con dolor agudo en todo su cuerpo, abrió los ojos lentamente, giró lentamente hasta quedar boca abajo.
La oscuridad del lugar era iluminada por las llamas que comenzaban a devorar la camioneta. Trató de levantarse pero el dolor se lo impedía. Busco a Sehun y Chanyeol por algún lado y al no verlos su corazón se aceleró.
— ¡Chanyeol...Sehun, ¿dónde están?! — sus ojos comenzaban a soltar lagrimas que se mezclaban con la lluvia, su corazón comenzaba a agonizar al no ver a su novio y a su amigo— ¡Chanyeol dónde estas, Sehun... respóndeme!
Los ojos de Baekhyun se clavaron en la camioneta y dentro de ella pudo ver alguien dentro moviéndose con lentitud tratando de salir. Con esfuerzo se arrastraba sobre el lodo para tratar de llegar y salvar a Chanyeol
— Channie...
El nombrado lo miró y sonrió aunque tuviera sangre en su frente y sobre las comisuras de sus labios, le regalo una cálida y tranquilizadora sonrisa. Pero el terror se apodero del rostro de Chanyeol al ver una avalancha de piedras del lado contrario de Baekhyun, soltando desde adentro del auto un grito terrorífico.
— ¡Baekhyun!
Baekhyun no pudo ni siquiera hipar cuando ya había sido arrastrado bruscamente por el mar de piedras y lo único que pudo escuchar; era como la camioneta explotaba. Dentro de ella su amado y mejor amigo.
***
Sus ojos comenzaban a abrirse lenta y dolorosamente, tratando de acostumbrarlos a la luz blanca de la habitación. Parpadeo varias veces hasta que sus ojos se acostumbraron al color blanco del lugar. Su garganta dolía. No sabía dónde estaba. No podía hablar, ni siquiera gritar. ¿Dónde estaba?
Sus ojos registraron la gran habitación y el sonido que sus oídos escuchaban, estaba en un hospital. Trató de levantarse pero una mano se posó en su hombro viendo que ahí estaba Luhan. Se veía más inexpresivo y serio de lo normal. Algo andaba mal, él no solía ser así.
Ese no era el Luhan expresivo que sonreía desde el primer momento de la mañana. El chico de cabellos rubios que llevaba kilos y kilos de azúcar en la sangre cuando de sus amigos se trataba. Ahora aprecia tener la misma expresión de póker que Sehun.
— Lu... — trató de hablar, su garganta estaba tan seca que ni eso podía hacer.
— No hables — ese tono tan vacío en la voz de Luhan no era típico de él. No era normal. Aunque su garganta doliera horrores tomo coraje logrando hablar
— ¿Dónde...es…tá, Se-Sehun...y Chanyeol...Luhan?
Los ojos del rubio se cristalizaron, llenándose de agua sus castaños ojos. Apretó sus labios tratando de contener el llanto y dolor atorado en su garganta. No podía seguir ocultando algo que nunca podría esconder.
Su mentón temblaba y pecho dolía como jamás lo hubiera sentido.
Su garganta parecía querer desgarrarse al ver que Baekhyun seguía mirándolo con una expresión tan perdida. Su amigo quería una explicación, los ojos alarmados de Baekhyun pedían una respuesta de donde estaban Chanyeol y Sehun.
— Baek... fuiste el único que lograron encontrar con vida...
— ¿Qué? — su voz fue un susurro doloroso. Luhan carraspeó su garganta tratando de aclárala al igual que sus pensamientos nublados por el dolor.
— Sehun... — le dolía el sólo mencionar su nombre — y Chanyeol, no pudieron salir de la camioneta... ellos murieron dentro de ella al explotar.
Baekhyun sintió algo estallar dentro de él. Tanto era el dolor que sus ojos automáticamente ya derramaban gruesas lágrimas de dolor.
Se botó en la cama, dura y fría, mirando el techo de un color neutro, vacío. Sus lágrimas se agruparon en sus ojos mientras trataba de contenerlas, el nudo en su garganta dolió como si estuviera tragando mil clavos a la misma vez. Con ojos brillosos y con la vista borrosa, se volvió a levantar para mirar a Luhan.
— ¡No...! — Baekhyun negó — ¡No, No Luhan, dime que ellos están en este hospital, que ellos están vivos! ¡Dímelo!
El llanto desgarrador de Baekhyun alarmo a los médicos.
Luhan lo tomó en sus brazos, estrechándolo en ellos. Los medico se retiraron al ver a ambos llorando. Baekhyun se aferró a la camisa del rubio, sollozaba, gritaba con voz ahogada sobre el pecho de Luhan el nombre Chanyeol y Sehun.
— ¡Los mate...los mate Luhan! ¡Fue mi culpa que ambos murieran! — Baekhyun lloró con más fuerza — ¡Los mate!
Luhan lo atrajo más hacia él. Había tratado mantenerse fuerte cuando los oficiales le dieron la noticia; ya no volvería a ver a su Sehunnie. Extrañaría sus besos, sus pucheros, sus caricias, sus brillantes ojos y su bella sonrisa.
Sehun se había ido. Al igual que Chanyeol.
Baekhyun salió del hospital una semana después en una silla de ruedas. El médico le dijo que había sido afortunado ya que volvería a caminar. Baekhyun no le respondió con el mismo entusiasmo: “¿Cuál es mi fortuna?”
El doctor había quedado mudo por unos momentos al ver la mirada apagada de Baekhyun, mientras sus manos apretaban su camisa blanca. Luhan sólo le había sonreído de forma decaída por mera educación. El medico se sintió mal por ambos chicos, en toda la estadía de Baekhyun no les vio soltar una sola sonrisa genuina.
Los días corrieron como una bala: Baek había vuelto a caminar con ayuda de Luhan y Hara, hermana de Chanyeol. Había días que Luhan se desparecía, mientras que Baekhyun se encerraba en su habitación, nada más para liberar el dolor de su pecho.
La casa era grande y se sentía aún más sin los gritos de Chanyeol o la risa extraña de Sehun. Parado en lo alto de las escaleras, con una de sus manos puestas sobre el barandal de vidrio, y una expresión de vacío; los ojos de Baekhyun revivían como una cinta de película trágica los momentos vividos con su novio y amigo.
"Sehun jugando con él a los video juegos, tratando de ganarle"
"Chanyeol sonriéndole desde el sofá"
Las lágrimas se agruparon en sus rasgados ojos.
"Sehun comiendo y dejando las envolturas en el suelo mientras él lo persigue"
Una sonrisa rota se formó en sus labios. Su pecho dolió al verse a él mismo.
"Leyendo con Chanyeol en el sofá. Ambos muy cómodos en el sofá, leyendo y leyendo por horas"
Jamás volvería a sentir la calidez de su pecho contra su espalda. Por último, la cocina.
"Sehun besando a Luhan con pasión. Chanyeol hizo lo mismo por no quererse quedar atrás..."
De sólo pensar que no lo volvería a besar la desesperación lo desgarraba con intensidad. Unos delgados, delicados y finos brazos lo rodearon por detrás aferrándose a su pecho con ambas manos hecha moñito. Baekhyun sonrió entre lágrimas al sentir los cálidos brazos de Hara.
— No llores más, Baekkie... a mi oppa, no le gustaría.
Baek intentó hablar, pero las palabras de la tierna niña lo detuvieron.
— Deja de decir que es tu culpa, porque no lo es — afirmó la chica — los tres superaremos esto... debemos seguir.
Baekhyun se giró, estrechando a la dulce Hara en sus brazos. Por ella es que superaría la perdida, no la dejaría sola por nada del mundo. La pequeña de quince años se aferró al cuerpo del chico soltándose a llorar como nunca.
Ella también extrañaría a sus hermanos y lo único que la consolaba era el tener a Baekhyun a su lado. Chanyeol se había ido pero le había dejado una parte de él.
En el abrazo también se unió Luhan que había visto y escuchado las sabias palabras de la niña. Aun que dos ya no estuvieran, eso no significaba que ya no fueran una familia.
Dos meses después.
Con frecuencia en las tardes, los tres jugaban en la inmensa casa con tal de no dejar a la chica sola. Durante las mañanas Baek se encargaba de llevarla a la escuela, mientras que Luhan se iba al trabajo.
Ambos trabajaban en un taller mecánico de alto prestigio donde solamente se reparaban autos de marcas reconocidas. Para Baekhyun y Luhan la paga era excelente, los dos se hacían cargo de los gastos de la casa y lo que le hiciera falta a pequeña Hara.
Luhan que arreglaba esa tarde un Mustang último modelo, lo dejó de lado al ver el rostro pálido de su amigo. Se reincorporo mejor y pudo ver a un hombre de traje de alto porte.
— Byun Baekhyun.
El nombrado lo miró fríamente elevando su mentón con altivez, mientras que Luhan apretaba la llave que traía en su mano derecha. El hombre observo a ambos quedando a una distancia prudente.
— Ah, pasado tiempo, Baekhyun.
— ¿Que hace aquí?
— Baekhyun; necesitamos que regreses al polígono, te necesitamos. En el corto tiempo que te has ausentado, las cosas han empeorado.
La mandíbula del bajo se apretó tanto que sus dientes rechinaron. El idiota le pedía regresar cuando a ellos les importo menos la muerte de Chanyeol y Sehun.
— Por mi pueden pudrirse. No iré a ningún lado, para ustedes estoy muerto al igual que Chanyeol y Sehun — soltó con amargura y dolor. Aun le dolía la perdida de ambos. Alejándose rápidamente de ahí Baekhyun no avanzó mucho cuando la voz de ese hombre lo detuvo, provocando la ira del chico.
— Baekhyun, ellos ya no volverán. Debes superarlo.
El nombrado se giró y a paso decidido amenazante quedó cerca de aquel tipo.
— Intenta superar la muerte de alguien a quien amas y me puedes decir si ya los olvidaste en dos días, imbécil — espetó con furia alejándose de ahí.
Luhan fulminó con la sola mirada al hombre, su rostro inexpresivo dejó helado al hombre de porte adinerado. Luhan dio el alcance a un Baekhyun furioso.
— Baek... ¿que fue todo eso?
Soltó un suspiro entrecortado. Tenía que decirle todo a Luhan.
— En casa te digo todo.
Luhan asintió, ambos regresaron a su trabajo algo tensos. La jornada del día termino por ese día, una vez que estuvieron en casa igual que todos los días jugaron con Hara cenaron y ambos chicos quedaron en el comedor.
Baekhyun no esperó, habló el primero
— Cuando decidiste retirarte; Sehun, Chanyeol y yo... ascendimos a ser integrantes del polígono chino, es como la CIA. Pero aquí en china es la ley suprema.
— ¿Qué clase de ascenso?
Baekhyun dudó un poco pero aun así respondió
— Éramos agentes en cubierto, informantes. Convivíamos con el enemigo, la mafia, asesinos, psicópatas... todo. Nos dieron el caso más difícil... Sehun era mayordomo, Chanyeol la mano derecha del jefe y yo... — Baekhyun jugó nervioso con los dedos de sus manos.
— ¿Tú que, Baek?
Soltó un suspiro pesaroso — Yo era el amante del jefe.
Los ojos de Luhan querían salirse de sus cuencas. Sabía lo celoso, sobreprotector y posesivo que era Chanyeol con su amigo, apenas y dejaba que ellos lo tocaran. Tomó las manos delicadas de Baekhyun dándoles un cariñoso apretón.
— Supongo que Chanyeol pegó el grito en el cielo.
Ambos sonrieron. Los ojos de Baekhyun se enrojecieron por las lágrimas que ya querían salir. Los ojos de Luhan también se cristalizaron.
— La tarde que le dije a Chanyeol — sonrió con tristeza — jamás me imagine ver sus ojos tan grandes... me cargó y llevó a la habitación... esa tarde y toda la noche... lo hicimos hasta que estuvimos cansados — su voz se quebró ante los recuerdos vividos — esa fue la última noche que estuvimos juntos... fue como nuestra despedida.
Ambos guardaron silencio dejando que sus ligeros sollozos llenaran el vacío en la gran casa. Luhan secó con el dorso de su mano sus lágrimas, tratando de recomponerse.
— Baek... lo mejor será, que dejemos china. Esta casa — lo observó — tiene demasiados recuerdos que nos lastima y este país, nos arrebató lo que amábamos.
Baekhyun sabía que Luhan tenía razón, esa casa que los cuatro habían comprado era como un baúl de recuerdos dulces, que se convirtieron en amargo.