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HURT [BaekYeol] por GalaxyYeolli

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Notas del capitulo:

Hola hola!!!

Aqui les traigo el siguiente capi :)

Nos vemos abajo. A leer!!!!

HURT 6

 

Victoria observaba curiosamente a Chanyeol desde su cómodo sofá, como el hombre parecía estar pensado en algo que parecía molestarlo, también vio salir a Sehun algo pálido y agitado, lo único que le faltaba; dos gorilas hipertensos. Dejó su Tablet para ir y pararse a un lado del alto que parecía estar más pensativo que de costumbre.

 

— ¿Chanyeol?

 

Él se giró con una sonrisa que no llegó a los ojos de la chica.

 

— ¿Estas triste?

 

El negó. Ni el mismo sabía lo que le sucedía en esos momentos — No. Solo pensaba. ¿Quieres algo?

 

Ella negó también. Había algo en Chanyeol que llamaba su atención y no como hombre... Era como si el alto ocultara algo que gritaba desde adentro por ser descubierto y salir a la luz. Era la primera vez que tenía a un guarda espaldas que a través de sus ojos demostrara algo, que no era maldad.

 

— Vamos al cine — hizo puchero — estoy aburrida y el idiota de mi hermano se fue a quien sabe dónde.

 

El alto sonrió asintiendo. Había algo en Victoria que le recordaba a alguien ¿pero quién? Sus gestos y esa forma tan niña le eran familiares. Sacudió su cabeza alejando pensamientos innecesarios que solo lograban confundirlo más y darle dolor de cabeza.

 

— Iremos. Le diré a Lay que tenga lista la camioneta.

 

— ¡Yes!

 

Victoria festejó por tener una repuesta afirmativa y no estúpidos pretextos, al menos Chanyeol no se oponía a sus peticiones y estaba segura que al mayor le ayudaría para despejar su mente. Tal vez y podría encontrar buenos amigos en Chanyeol y Sehun, solo tal vez. Aún faltaba por conocerlos y saber más de ellos.

 

Chanyeol sonrió al ver a la chica encerrase en su habitación. Ella seguía recordándole a alguien con ese mismo ángel, pero por más que su dura cabeza trataba de recordar, algo le impedía recordar a ese alguien. Su cabeza comenzó a doler; y claramente pudo ver en sus memorias el rostro borroso de alguien que se avecinaba hacia el para abrazarlo. Pero de ello solo quedo la voz de aquella niña, que no era la de Victoria.

 

"¡Channie!"

 

Parpadeo varias veces, ese pedacito le había dejado a su paso punzadas de dolor queriendo taladrar algo dentro de su cabeza. Frunció los labios por el malestar, salió de la sala de estar en busca de Lay y de paso por alguna pastilla para el dolo de jaqueca.

 

 

Su respiración se había tranquilizado y el dolor en su pecho se disipó poco a poco. Eso había sido algo extraño, el jamás había sentido tanta desesperación dentro de su pecho y mucho menos dolor. No que el recordara. La sanción había sido tan abrumadora y desesperante que de no ser por la fuerza que había aplicado en sus manos por apretar el barandal, se hubiese tirado del edificio de la pura desesperación

 

Entrecerró los ojos al no escuchar ruido alguno dentro de la casa ¿tanto se había perdido en sus pensamientos? Tanto silencio lo puso en alerta, sacando su arma y acomodando el gatillo entró sigiloso buscando signos de Chanyeol o Victoria en la sala de estar. Pero nada. Camino lentamente por el largo pasillo que llevaba al balcón y ves cómo se ondeaba la cortina, sintió un escalofrió al no ver a su amigo y Victoria.

 

"Sehun"

 

Giró de inmediato al escuchar ese susurro muy cerca de su oído. Fue algo tan suave que el juraría que la persona estaba detrás de él. Bajó el arma al escuchar la música provenir del cuarto de la chica sintiéndose un poco más tranquilo y logrando relajar todos sus músculos.

 

Victoria estaba en la ducha.

 

¿Dónde estaba el orejón de su amigo?

 

— ¿Que estás haciendo, Sehun? — lo miró el recién llegado con el ceño fruncido al verlo con el arma en mano y en posición de ataque

 

La voz de un chico le hizo girarse y mirarlo ceñudo ante su tonito mandón de voz. El otro lo veía como si fuera la cosa más rara del mundo. Entro de lleno a la sala dejando en una de las mesillas de cristal un maletín negro de tamaño algo especial. Sehun  frunció el ceño al ver que ese maletín tenia candado electrónico y estaba seguro que no traía dulces dentro de él.

 

— ¿Y eso? — preguntó al ver la caja ser dejada en la mesilla.

 

El chico de cabellos purpura lanzó una rápida mirada en su dirección; tecleó con rapidez alguna clave escuchándose el chasquido de los seguros abrirse. Continuo, sacando del maletín negro nuevas armas. Más clasificadas y mejoradas. Por no decir, más peligrosas.

 

— Las manda Xiumin — extendió su mano hacia Sehun pidiéndole con sus dedos que colocara el arma que sostenía Sehun en su mano — vamos Sehun, que no tengo todo el día.

 

El otro gruñó y de mala gana puso el arma en la palma del chico. A veces se preguntaba qué edad tendría ese enano engreído para tener el puesto que tenía. Se escuchó el chasquido de un gatillo y algo rechinar.

 

— Son silenciadores; Xiumin las llama Nigthmare — Antes que Sehun preguntara, el chico le respondió enseguida — y no me preguntes el por qué. Solo me dijo; dáselas que ellos sabrán lo que hacen.

 

Otro chasquido.

 

Sehun observaba con demasiada atención como ese “niño” acomodaba las armas de una manera tan habilidosa que no parecía ser humano. Tanta era su habilidad que se preguntaba si en vez de jugar con carritos y muñecos, jugó con esas cosas en su niñez. Pero no es como si le importara, lo único que quería era que se largara de ahí de una vez.

 

— ¡Otra vez TU aquí! — dijo con voz cargada de furia en cuanto entro a su sala y ver a su enemigo — ¡Sabes que tienes prohibido venir a mi casa Zelo!

 

— ¡Hola Viky!

 

Sehun observó a Victoria acercarse a ellos a paso decidido y muy furiosa. Ella realmente odiaba que usaran su casa como su arsenal personal. Esa era SU casa donde se mantenía lejos de los negocios de su hermano y sus juguetitos sucios. A sí es. Ella más que enterada a lo que se dedicaba su hermano, podría tener el cuerpo de una chiquilla estúpida, pero no la mente.

 

— Nada de "hola viky" ¡lárgate de mi casa o seré la primera en vaciarte esa arma en tu hueca cabeza! — espetó con furia. El otro solo sonrió relamiéndose los labios con diversión acomodando otra arma, la cual sería para Chanyeol.

 

— Calma, solo vine a entregar esto que me...

 

La chica lo interrumpió importándole poco — Me vale una mierda. Lárgate de mi casa. Sabes que odio que la usen como arsenal — su voz fue demandante y gélida.

 

Chanyeol y Lay entraron a la sala al escuchar los gritos de la chica. Zelo la miró mal haciendo una mueca de asco ante su tono de voz, podía aguantar los “insultos” de sus superiores, pero de ella no. La odiaba desde que tenía uso de razón y no soportaba que lo tratara de rebajar solo porque ella era la hermana del jefe.

 

— Te odio, Victoria.

 

Ella se rió con ganas — El sentimiento es mutuo. Ahora lárgate de mi casa — señaló hacia la puerta.

 

Zelo la miró con ira contenida y casi pudo ver algo rojo pasar sobre sus ojos, odiaba a Victoria tanto que quería descargarle una de las armas nuevas en su lindo rostro y verla ahogándose en su propia sangre.

 

— Algún día te matare, ¿sabes? — los ojos de Victoria se achicaron ante la amenaza de Zelo. Sabía que las palabras del chico no eran un simple juego, eran una verdad, tanto como ella también deseaba matarlo.

 

Victoria tomó la nueva arma que había dejado para Chanyeol y sin temor alguno le apunto directamente a la cabeza. Sin atisbos de broma o miedo por sostener un arma de fuego  frente a la cabeza, Victoria quitó el seguro al arma. Ella iba muy enserio. Tanto Chanyeol como Sehun palidecieron al ver a la chica tan alterada, jamás se hubieran imaginado que tendría tal carácter.

 

— Victoria, baja el arma... — pidió Chanyeol, no quería que se cargara al chico.

 

Ignorando las palabras de su mayor siguió apuntando a la cabeza de Zelo que no le quitaba la mirada de encima. Sin pensarlo, el de cabellos purpura saco también un arma de quien sabe dónde de sus ropas negras, apuntando igualmente a la cabeza de la chica.

 

— Vamos, dispara niña. Quiero ver que tan grandes son tus agallas.

 

Victoria apretaba tanto el mango del arma que su dedo anular temblaba por descargarle el arma a Zelo en la cabeza — No me tientes, Zelo —  La tención era tanta que casi se cortaba con un cuchillo.

 

Sehun y Chanyeol apuntaron a la cabeza de Zelo sin mostrar nada en sus rostros, su prioridad era proteger a la hermana del jefe y no dejarían que uno de su equipo la dañara.

 

— Aleja tu arma de Victoria y vivirás.

 

Zelo miró el rostro de Sehun, leyendo en su mirada que no estaba bromeando para nada.

 

— ¡Ya basta! Maldición, Zelo. Te mando a dejar un encargo y tú haces otra cosa.

 

Espetó un Jongdae frustrado y tenso al ver tantas armas y peor tantito la hermana del jefe en medio de ese circo. Excelente. Su día no podía empezar mejor. Sehun y Chanyeol alejaron sus armas, pero tanto Victoria como Zelo aun seguían en la misma posición sin querer alejar las armas el uno de otro.

 

— Zelo, aleja el arma de Victoria.

 

El chico no dudo en obedecer a su jefe en cuanto escucho voz, guardo su arma igual a como la saco, con tal agilidad que no supieron donde la metió.

 

— Vámonos. Y ustedes dos, no deberían dejar que una niña use un juguete como ese.

 

Victoria lo miró sin diversión. No como había sido la voz de su mayor que se la había pasado viendo todo el show con cierta diversión.

 

— Xiumin; sabes que odio esta clase de cosas. No lo quiero de nuevo en mi casa.

 

Asintió ante la petición de la chica — Lo lamento, Viky. No volverá a pasar — se acercó a ella, sacando de su gabardina negra una paleta de caramelo. Sabía que le encantaría ese gesto.

 

Victoria sonrió relajándose aún más y mejor a un que su hermano Xiumin estaba ahí para tranquilizarla. Xiumin le quitó el arma de las manos, esa cosa era demasiada peligros y Victoria aun no sabía cómo usarla, pero estaba de más enseñarle; pues ella siempre encontraba la manera de hacer funcionar las armas.  

 

Zelo vio todo con ojos furicos. Estaba seguro de dos cosas; la mataría y acabaría con esa estúpida sonrisa arrogante. Con ese odio y sus pensamientos malévolos dejó el apartamento de la chica.

 

Victoria habló hacia Xiumin — No lo quiero de nuevo en mi casa, Xiumin. Te lo advierto, o ese subordinado purpura idiota que tienes; terminara en tu escritorio con una bala en la cabeza.

 

Xiumin sonrió con ganas — Vale, vale. No vendrá de nuevo a tu casa. Ahora me voy.

 

Ella asintió satisfecha con las mejillas rosaditas y llenas de vida que tanto amaba Xiumin de esa pequeña. Tanto como amaba la mirada de Jongdae. Esos eran los tesoros mayores de Xiumin y cualquiera que se atreviera a herirlos o rasguñarlos, los mataría sin pensarlo.

 

Jongdae fue detrás de Xiumin y una vez que estuvieron lejos de la sala no se detuvo a preguntar.

 

— ¿Por qué dejas que la niña te tutee? Si fuera otro le hubieras dado un balazo en la cabeza por no respetarte.

 

Xiumin se volvió hacia él y mirarlo con terneza — ¿Y por qué te dejo a ti tutearme? — miró por unos segundos los labios de Jongdae, pero sabía que sería mala idea después de todo — Esa chica… y tú, son lo único que atan mi cordura a la razón.

 

Jongdae trago saliva sintiendo su garganta seca por las repentinas palabras de Xiumin y esa mirada no era la misma que siempre mostraba ante los demás. Realmente, Xiumin lo confundía con su actitud y actos. Hecho un desastre sus pensamientos, siguió al pelinaranja que ya había desaparecido por el pasillo.

 

 

— ¿Dónde aprendiste a usar armas?

 

Pregunto Chanyeol a Victoria que lamia y saboreaba su deliciosa paleta de cereza. Sonrió traviesa con las mejillas rosas, fingiendo pensar las cosas que saldrían de su boca.

 

— Humm, bueno; mi hermano Joomyeon, el idiota mayor... nunca estuvo conmigo desde que tenía cinco. El trabajo y los negocios siempre lo mantenían ocupado — mohíno — Cuando cumplí los siete caminaba directo a casa; unos niños quisieron abusar de mí y de la nada, Xiumin apareció.

 

Chanyeol y Sehun se miraron con misterio. Victoria continúo.

 

— Desde ese día me apegue a él como el hermano que jamás tuve y que siempre desee — encogió los hombros — Xiumin es mi hermano, así lo veo yo y el me ve a mi como una hermana — dio una feliz lamida a su paleta — al cumplir los diez, me enseño a manejar armas; primero armas blancas y después las fuego, son geniales — elevó divertida ambas cejas.

 

— ¿Y tus amigos de la escuela?

 

La chica se carcajeo bajo con sarcasmo — No tengo amigos en la escuela — dijo con sencillez — Xiumin y Jongdae son mi únicos amigos, no necesito más. Ahh~ y ahora ustedes — en sus labios resalto una sincera sonrisa — la gente puede decirme que estoy sola y que necesito amigos y esas cosa. Yo no las necesito; con Xiumin, Jongdae y ustedes dos me basta.

 

Ambos hombres sonrieron al ver la reluciente sonrisa de la chica. Para ser una simple infante ya tenía la mentalidad de un apersona de veinte años. Sabía entender demasiadas cosas y algunas que hasta debían estar fuera de su nivel y alcance. Los tres no hablar más de ese tema, se arreglaron y salieron rumbo al cine para divertirse a lo grande y de eso se encargaría Victoria.

 

 

 

Doce horas después. Barcelona 6:00 am.

 

Doce horas de viaje no eran cosa fácil. Desde que bajaron del helicóptero subieron a un jet privado que los había llevado hasta Barcelona donde se encontrarían con el amigo de Chanyeol. Eran las seis de la mañana y sus cansados cuerpos ya sentían los síntomas del cansancio, pidiendo a gritos por un descanso.

 

En cuanto bajaron del avión, el frio los golpeó calándoles hasta los huesos. No era temporada de invierno pero el frio era insoportable a esas horas de la mañana en aquel país. Baekhyun se abrazó a si mismo tratando de darse calor, pero era imposible… le hacía falta aquel que le brindaba de su calor.

 

Ante su campo de visión un auto negro se aparcó a escasos dos metros de ellos bajando de él; un chico de cabellos negros de porte rudo y rostro gélido. Mientras que el otro no se quedó atrás. De su rostro resaltaban ojeras marcadas debajo de sus ojos rasgados y su frialdad... los dejos helados.

 

Hara retrocedió por instinto ante semejantes hombres, estarían perdidos si esos dos eran enemigos, pero ver a JongIn acercarse a ellos y saludar con entusiasmo al alto pelinegro todo miedo se esfumo. Eran amigos.

 

— Creí que llegarían mañana — dijo el pelinegro estrechando la mano con su amigo. El rostro de JongIn dejo de sonreír.

 

— Nos tendieron una emboscada... vengan, les presentare a alguien.

 

El pelinegro extendió la mano hacia el chico de ojeras con una deslumbrante sonrisa. El otro de cabellos dorados sonrió entrelazando sus dedos regresándole la misma sonrisa, solo que un poco más tímida.

 

Ambos se acercaron a los recién llegados.

 

— Kris; ellos son Baekhyun, Luhan y Hara... hermana de Chanyeol.

 

Kris reconoció enseguida a la chica; la conocía por medio de una fotografía que alguna vez le mostro Chanyeol. Esa pequeña de seis años, de cabellos negros, ojos brillantes y sonrisa deslumbrante... ahora que la veía, sus ojos opacos, cansados, tristes, sin ninguna sonrisa que adornara su labios.

 

Jamás se imaginó conocerla en esa situación. Su rostro ya no resplandecia como en aquella fotografía. Lo único que reflejaba era la tristeza, el odio, la rabia... sobre todo, deseos de venganza.

 

¿Cómo lo sabía? Él lo sintió alguna vez y podía ver a través de los ojos cristalinos como el agua de esa niña. Era apenas una jovencita y su vida había cambiado de la peor manera. No era la única chica que perdía un hermano pero, dolía ver su sufrimiento.

 

— Soy Tao — tuvo que intervenir al ver que su pareja se había quedado ido con la niña — y sean bienvenidos. Entren al auto o se congelaran — sonrió amablemente. Ya habría tiempo para más presentación y bienvenida.

 

Los recién llegados se adentraron al cálido auto. En cuanto la pareja estuvo a solas Tao reprendió al pelinegro.

 

— Kris, ¿qué te sucedió? Te quedaste ido... — colocó una mano sobre la mejilla del pelinegro.

 

Suspiró algo irritado, frustrado — No sé qué sucedió en China... pero lo voy averiguar.

 

Tao abrió los ojos, sabia a donde iba el rumbo de la conversación — No. No voy a dejar que regreses y menos ahora que tienes por quien ver — lo regaño en voz baja — Kris... no quiero que nuestra familia se destruya... — negó, mostrándose algo desesperado. El solo hecho de pensar que su pelinegro regresara a lo que trabajaba antes... no, no lo dejaría.

 

— Tengo que saber lo sucedido. Tenemos que saber — tomo sus manos con cariño — debemos ayudarlos... recuerda; que si Chanyeol y Sehun no se hubieran arriesgado, no estaríamos aquí, juntos... les debo mucho a los que fueron mis amigos. Tao, ellos nos necesitan.

 

Tao medito por unos segundos las palabras de Kris y tenía razón. De no ser por Chanyeol y Sehun él hubiera muerto en las garras de la mafia japonesa y no estaría sosteniendo sus manos.

 

Gracias a ese dúo de locos, lograron su felicidad.

 

— Esta bien...

 

Kris rodeo le rodeó la cintura de Tao con cariño apegándolo mas a él, dando un beso en su cuello — Todo estará bien, panda. — Tomo las mejillas del panda, plantando un casto beso sobre sus labios. Lo abrazo de nuevo, dándole esa confianza que tanto buscaba.

 

Baekhyun subió la ventana del auto, sonrió con tristeza al recordar que alguna vez estuvo así en los brazos de Chanyeol.

 

Cerró los ojos tratando de dormir y soñar con Chanyeol.

 

Solo así podía estar junto a él.

 

Solo así, podía sentir que Chanyeol estaba vivo.

Notas finales:

Disculpen mi demora para mis preciadas lectoras, pero ultimamente no me he sentido con ganas, me he sentido triste y eso me bloquea en extremo, pero eso no significa que balla a dejar mis historias. NONO.

Ojala le haya gustado este capi y espero ver sus rw. Nos vemos en la siguiente actu. Las Kiero con todo mi kokoro <3 :D 


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