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Una segunda oportunidad por elfasilveriana

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Notas del capitulo:

Estos personajes no me pertenecen, son originalmente de J.R.R. Tolkien 

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Les dejo el capitulo de hora, ya mañana abra clases TnT asi que pues como habia dicho anteriormente tratare de subir el capitulo los fines de semana. Hola de nuevo y espero que les guste :D

Los ojos del rey se abrieron de par en par sobre la pregunta que hizo Legolas, pensó que le gastaba una broma de mal gusto por lo de la noche aquella vez en el rio, pero la cara atemorizada de Legolas le dejaba claro que no era así, sin saber que decir estiro de nuevo su mano para rozar las cara del elfo pero este volvió a quitar su mano con un golpe que sonó en el pequeño espacio del bosque.

-¡Te eh dicho quién eres!- grito Legolas, tenía miedo, el rey jamás había visto terror en su bello rostro hasta ahora.

-Legolas, no tienes por qué tener miedo, soy yo, Aragorn- esta vez tomo la mano del elfo, pensó que simplemente Legolas aún no lo enfocaba a causa de la confusión.

-¡No te atrevas a tocarme!- Aragorn sentía el ardor en su mejilla, pues sin vacilar Legolas le planto una bofetada y se pegó lo más que pudo al tronco del enorme árbol, como alguien indefenso, asustado y confuso.-¿Dónde está mi Ada?- pregunto temeroso.

-“¿No me recuerda, porque?, ¿Es a causa del hechizo?”- se preguntó confuso esta vez el rey.

-¡Donde esta Ada!- elevo la voz y a causa de la desesperación las lágrimas cayeron sin control.

-¡Legolas!, condenado elfo, déjate de juegos- grito furioso el enano y enseguida Legolas volteo a dirección al enano. -¿Cómo ha de ser posible que no nos recuerdes?, ¡Tonterías! Deja de perder el tiempo fingiendo y larguémonos de aquí- Gimli se acercó al elfo y este solo retrocedió temeroso con ambas manos sobre el suelo.

- ¿Quién eres y como te has atrevido a hablarme de esa manera?- dijo Legolas que ya no podía retroceder pues una enorme raíz que se alzaba sobre el suelo se lo impedía.

- ¡Tu elfo, siempre te habéis creído mejor que un enano, pues no!, ahora como te lo eh dicho deja de perder el tiempo, ¡Mírate ahora, tú estás haciendo el ridículo! – Cuando Gimli se había acercado lo suficiente, estaba a punto de tomar por el brazo a Legolas aunque solo vio la desesperación en el rostro de Legolas por ser salvado.

-¡Alto Gimli!- el enano miro rápidamente a Aragorn, este ya se había acercado a Gimli y lo tomo del hombro. –No está fingiendo, ¿Acaso ves mentiras en su rostro?- Gimli miro a Legolas quien a simple se vista se podía notar que temblaba, tal vez por el miedo.

-Mi señor, no me había fijado en eso. Lo lamento mi buen amigo elfo- dijo Gimli mientras hacia una reverencia hacia Legolas, y esto le tranquilizo un poco. –El hecho saber que el sendero desapareció me hace pensar que nos encontramos atrapados-

-No lo pienses. Es obvio que nos encontramos atrapados- Glanhír había aparecido al lado de ambos, y su afirmación no fue de muchos ánimos.

-Ahora no hables hombre despreciable- dijo malhumorado el enano, antes de que Glanhír digiera algo más, el rey se arrodillo ante Legolas.

-Rey de los elfos, dígame ¿No tiene algún recuerdo de nosotros o de alguien más?-El elfo se mordía discretamente el labio, mientras que pegaba las piernas a su cuerpo como si de esa manera nadie le vería.

-No tengo recuerdos claros, le confieso usted hombre, pues veo que no tiene malas intenciones, e incluso no eh  de recordar cosas de mi niñez le informo para saber si usted podría ayudarme a saber dónde se encuentra mi Ada ahora.- Aragorn se alivió un poco ante  la repentina confianza de Legolas.

-Thranduil te has de referir, lo lamento pero él no se encuentra, hemos venido por ti para salvarte tras tu repentina desaparición-

-¿Mi desaparición?- pregunto confuso el elfo, el rey pudo mirar como las piernas le temblaban, y los sollozos se hacían presentes, estaba confuso, y Aragorn lo entendía, pues estar confuso  era un revoltijo en tu mente que terminabas por hartarte algunas veces, llorar.

-No tienes por qué presionarte por recordar ahora, entiendo que estas confuso- dijo el rey controlando el impulso de abrazarle, hacerlo significaba volver a alterar al elfo. 

-No es por interrumpir el lloriqueo del rey elfo pero si no encontramos el camino de regreso lo más pronto posible probablemente el hechizo se vuelva peor- dijo Glanhír quien escondía su rabia por tal escena que realizaba Legolas.

-Aun no, aunque parezca increíble Legolas aún está asustado- dijo Aragorn dirigiendo su mirada a Legolas que lloraba con el rostro escondido es sus piernas.

-Aun así no podemos retrasarnos tal vez……..- las palabras de Glanhír fueron interrumpidas por un enorme ruidos provenientes de los árboles, todos e inclusive el elfo voltearon a la dirección donde sorpresivamente apareció.

Un orco, el orco abrió la horrible boca.

-¡El elfo!, ¡Tienen a nuestro elfo, venid, venid……..!- su advertencia quedo incompleta pero era demasiado tarde cuando Glanhír había lanzado una flecha de su arco, mas gruñidos se escucharon a lo lejos del bosque. Orcos y se acercaban a su dirección.

-¡Ahora o nunca, tenemos que irnos!- grito Glanhír que ya estaba a punto de tomar la dirección de donde estaban los caballos, pero otro problema se presenciaba, los caballos ya no estaban.

-¡Por ahí no!- grito Aragorn que se colgaba su balanceada carga a los hombros. –De ahí vienen los orcos, tenemos que irnos sin los caballos debieron haber ruido tras el grito del orco- Glanhír se detuvo en seco. -¡Vayan por allá!- indico el rey, enseguida el enano y Glanhír ya habían echado a correr por donde les había indicado, Aragorn tomo a Legolas y lo colgó a uno de sus hombros.

-¡Espera hombre, te eh dicho antes que no tienes permitido tocarme!- Aragorn ignoro la advertencia de Legolas, se dirigió corriendo por donde su compañeros ya se habían dirigido, aquella parte tenía más árboles pero esquivarlos no fue tan difícil como espero. No tardo en alcanzar el paso de sus compañeros que corrían con toda la desesperación.

-¡Cargar al elfo!, Cielos jamás había visto algo como eso- se burló el enano que volteo por un instante sin detenerse.

-¡Cierra la boca, enano insoportable!- grito Legolas sin poder mirarle, Aragorn se detuvo un momento cuando, Legolas, de tanto retorcerse y patalear, una patada aterrizo en las costillas del rey.

-Escuche rey e hijo de Thranduil, si no deja de retorcerse yo mismo le dejare aquí  y usted tendrá que arreglárselas para salvar su preciada vida- cuando el elfo escucho aquello, se calmó de inmediato y su cuerpo se volvió más ligero al no presentar ninguna oposición. Aunque Aragorn, sin importar cuantas veces  se retorciera el elfo no sería capaz de dejarle.

Los gruñidos de los orcos ya se escuchaban cada vez más fuerte, Glanhír, Gimli y Aragorn, esquivaban los arboles casi coordinadamente.

-¡Legolas!- grito el rey mientras seguía corriendo.

-¡Que!- le respondió Legolas, al parecer enfadado.

-¡Con tus ojos de elfo, dime cuantos se acercan!- El elfo alzo la cabeza con los cabello estorbándole un poco.

-¡Señor, parece un ejército, los arboles fue un buen bloqueo pero……!- guardo silencio un momento. –Si mis ojos no han caído en un hechizo mayor de lo que le invade este bosque, los orcos vienen acompañados por trolls y……- la voz del elfo se quebró.

-¿Qué sucede?- pregunto Aragorn ante su repentino silencio.

-Están arrancando los árboles, ellos siguen vivos, susurran entre sí, los están arrancando, si seguimos a este paso ellos nos alcanzaran pronto- Gimli que había escuchado todo, había acelerado más el paso. Aunque Glanhír no había escuchado del todo, acelero el paso igualmente, Aragorn rodeaba con fuerza la cintura delgada del elfo, ya que empezaba a cansarse y el cuerpo de Legolas se le empezaba a resbalar del hombro.

-¡Tenéis que desviaros a la izquierda!- Grito Aragorn con un enorme esfuerzo. Pues el grito de los orcos era cada vez más cerca.

-¡Tenemos que pelear, no hemos de ser cobardes!- grito Glanhír que estaba a punto de parar.

-Si te matan, no será tan fácil defender a Legolas, quieren al elfo- le grito el enano, ya que Aragorn no podía hablar por el cansancio. Cuando Aragorn gasto su último aliento para hablar, grito con todas sus fuerzas.

-¡Ahora!-

Los tres se desviaron a tiempo antes de que el troll, que ya les había alcanzado, les pegara con el enorme garrote que aterrizaba con violencia en la tierra, causando un temblor, que los detuvo por un momento pero no tardaron en volver a correr.

-¡Aragorn!- grito Glanhír cuando vio que el rey cayó encima del elfo, y Legolas hacia intentos por quítaselo de encima. Un orco ya les había alcanzado y cuando se iba a abalanzar sobre el cuerpo del rey, Glanhír lanzo una flecha que aterrizo en su cráneo. -¡Rápido Aragorn!- Con las fuerzas que aun tenia, se levantó y cargo al elfo que por suerte era liviano, enseguida ya volvía a correr con Glanhír alado.

-¡Cuidado!- grito el enano que se había detenido después de esquivar el enorme tronco cortado, había una gran bajada pero parecía peligrosa de descender, Glanhír y Aragorn ya se encontraban detrás de Gimli.

-Tenemos que encontrar otro camino y rápido- indicó Aragorn, el cuerpo de Legolas se le resbalaba nuevamente y cuando Aragorn intento acomodar su mano en torno a su cintura, fallo, su mano accidentalmente se posó el trasero de este. El elfo lanzo un pequeño grito y lanzo una patada de nuevo a las costillas del rey, este por su parte perdió el equilibrio y cayó hacia adelante empujando al enano, Legolas intento hallar algo en donde agarrarse, pero solo encontró el cabello largo de Glanhír. Mala idea, Legolas intento aferrarse en el cabello de este, jalándole consigo y los demás.

Los cuatro cayeron por aquella bajada repleta de resbaladizo barro, lo peor, es que parecía no tener fin, cuando intentaban detenerse enterrando las uñas en el barro solo conseguían llenar más sus uñas de aquel despreciable barro, seguían rodando y el mareo ya se hacía presente, afortunadamente sus cuerpos por fin chocaron con la superficie plana del barro, Aragorn que había caído boca arriba al igual que todos, no se atrevía a moverse, pues la piernas le dolían horriblemente.

-Bueno, mirad el lado positivo, les hemos perdido- dijo Gimli, y como si todo volviera a ser como antes, todos e incluyendo Glanhír  y Legolas rieron por la divertida manera en que habían caído. Después de reír, se quedaron en silencio a la vez descansado del enorme recorrido que habian sido capaces de correr. Nadie se había dado cuenta en que momento la noche se había hecho presente, Aragorn a pesar de ser el más cansado se levantó primero, ahora más animado.

-¡Arriba!, no se queden dormidos tenemos que refugiarnos en algún lugar- Gracias a la luz de la luna, observo como el cabello dorado de Legolas estaba cubierto por barro, aunque no tanto al igual que sus ropas.

-¡Apestoso y despreciable barro!- se quejó, los cabellos del barba del enano se había hecho casi tiesos a causa de la misma razón y su armadura se encontraba igual, Aragorn se quitó el barro que cubría su cara al igual que Glanhír que trataba de quitarse el barro del largo cabello castaño.

-¿Puedes caminar?- dijo Aragorn mientras veía como Legolas intentaba ponerse a gatas.

-Si has de tocarme como lo has hecho hace un momento, yo eh de caminar solo- respondió el elfo que con todas sus fuerzas intentaba ponerse en pie. Sin poder evitarlo Aragorn soltó una repentina risa cuando Legolas cayó al instante. -¡Silencio!- grito ofendido.

-Si al rey elfo le molesto que hiciera eso, lo lamento, no sabía dónde colocaba mis manos, pero aun puedo cargarle en mi espalda- dijo el rey.

-¿Me queda de otra acaso?- Aragorn negó con la cabeza divertido y se dio vuelta para ponerse de cunclillas.  Legolas se acercó a la espalda del rey y se agarró con fuerza de su cuello, con cuidado de no asfixiarle, Aragorn se levantó lentamente hasta que Legolas enrollo las piernas en su cintura.

La primera vez que cargo a Legolas de esta manera había sido cuando fueron enviados a limpiar las tierras, cuando era de noche y habían salido victoriosos del primer combate,  Legolas simplemente había bromeado con que no sería capaz de cargarlo del campo de batalla hasta el campamento, Aragorn por su parte había accedido y lo había cargado, cuando sus hombres le miraban y preguntaban porque cargaba al joven elfo, el rey respondía.

-“Le encontré dormido en el campo así que lo eh traído”- aquellos que sabían que los elfos no dormían, o solamente nadie habían visto a uno dormir. Preferían dejar el tema y que el rey continuara con su camino.

-“No era verdad cuando dije que me llevaras en tu espalda”- aclaro cuando habían llegado a la tienda. –“Aunque todavía no puedo creer que lo hayas echo”-

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Cuando bajo a Legolas con delicadeza de su espalda, ya habían llegado a otra zona del bosque, había rocas de diferentes tamaños,  una lo suficiente enorme como para refugiarse debajo de esta.

-Pronto amanecerá, tenemos que descansar un rato- agrego Glanhír –Estoy seguro que si Legolas se queda despierto lo único que podrá hacer es gritar, eso servirá para despertarnos- empezó a recostarse sobre la tierra aun cubierto de barro en su cabello y armadura.

-No creo que aparezcan, por ahora- dijo Gimli que también se recostó sobre la tierra.

-Escucha - El rey que ya se había recostado  sobre la tierra, hizo un esfuerzo por prestarle atención al elfo. –Gracias por llevarme cargando, seguramente estaré mejor en un rato- dijo Legolas mientras le sonreía -¿Cuál es tu nombre?-

-Aragorn- dijo en un susurro pues sus ojos ya se habían cerrado, el cansancio lo empezaba a invadir.

-Un gusto- dijo el elfo y fue lo último que escucho antes de que la oscuridad lo invadiera totalmente.

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Uno de los guerreros de Aragorn, enviado de parte de Faramir cruzo a toda prisa montado en su caballo las enormes calles del reino de la Ciudadela de Mina Tirith.  Cruzo un gran tramo hasta llegar a las puertas del castillo, donde fue recibido por los guardias que enseguida le abrieron las puertas tras ver que era uno de los guerreros enviados por Aragorn.

Arwen no tardo en cruzar el largo pasillo para acercársele.

-¿Cuál es la causa por la que has venido?- pregunto la bella Arwen.

-Vengo por parte de Aragorn pero enviado al mando de Faramir, pero mi señora, necesito entregar un mensaje para su padre Elrond- Arwen miraba al hombre que seguía arrodillado frente a ella.

-Mi padre está de visita ¿Podría saber la razón por la cual han de interrumpir su tranquilidad?- dijo con curiosidad la reina.

-Lo siento, pero me han pedido que se lo dé directamente a su padre-

-Soy su esposa y también como reina, creo que tengo a derecho a saber qué es lo que sucede- el hombre levanto la mirada a Arwen y luego saco de la enorme capa que lo cubría, un pequeño sobre que Arwen recibió con delicadeza, ella lo abrió y luego de esto saco el papel doblado, los distendió y leyó cada palabra atentamente. No le agradeció, pues en avisos como esos tenía que leerse de inmediato, levanto el vestido como puedo mientras corría, el papel se movía  arrugado en su mano y entre el vestido.

-¡Ada!-  Arwen subió al balcón donde hace un momento había estado con su padre pacíficamente antes de ver el caballo que se dirigía con toda prisa al pasillo. Elrond volteo enseguida para ponerle atención a su hija.

-¿Qué sucede Arwen?-  dijo Elrond viendo la preocupación en los ojos de su hija.

-Lee esto- dijo la reina tendiéndole la carta algo arrugada a su Ada. El elfo lo tomo y leyó con calma, aunque mientras seguía leyendo, frunció el ceño aún más.

-Arwen-

-¿Si Ada? –

-Envíale un aviso a Thranduil, como has de haber leído, Legolas ha desaparecido-

Notas finales:

Gracias por leer, Adios =D


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