** A la mañana siguiente **
¡POM!
Se escucha el correr y azote de la puerta del salón de clases, dando entrada a un joven de aspecto desalineado, malhumorado y desvelado. Desplomándose estruendosamente en su banca.
-B-Buenos días- dice con una gota en la cabeza el peli castaño al ver a su amigo en aquél estado, temiendo preguntar el motivo de ello- Mala noche, ¿eh?-
-Resulto ser más garrapata que pulga… Maldita pulga- refunfuña por lo bajo Shizuo.
>Simplemente ¡¿qué rayos fue lo que pasó?!< pensaba mientras miraba sobre la ventana y sus ojos se iban cerrando lentamente.
-FLASHBACK-
Sin saber por qué, Izaya comenzó a temblar, contemplando que de aquellos quemantes y retadores ojos empezaba a emanar pequeñas gotas de agua salina.
Sin saber por qué, sus brazos rodearon a aquella frágil figura, acercándola hacia sí.
Paulatinamente los sollozos fueron parando hasta convertirse… en ¿risas?
-Jajajajaja… D-De, ¿de verdad creíste todo lo que dije? Jajaja- Orihara se aparta con estruendosas carcajadas- ¡Cielos! Sabía que eras idiota, mas no estúpido a éste grado. Jajajaja No hay forma de que yo dijera algo como eso.-
-Tú…- fuera de sí hala con brusquedad levantándolo, con su puño listo para golpearle, de no ser por un fuerte gruñido proveniente del estómago del menor.
-Ha. No hay remedio- menciona con resignación en lo que se pone en pie.- Aguarda aquí. No tardo-
Momentos después, Heiwajima vuelve a la habitación con una bandeja llena de comida para ambos.
-P-Por algún motivo esto parece… Como si fuéramos una pareja de recién casados.- menciona el mayor con algo de bochorno tras analizar la escena.
-Si pero en dado caso sería de una película de horror- espeta secamente el menor mientras jugaba con su porción.- En la cual Shizu-chan envenena la comida para luego tirar mi cuerpo sin vida en la primera cloaca que encuentre-hace una leve pausa-Además ¡¿Qué significa esto?!- Reclama con indignación al ver que sus cubiertos o mejor dicho su cubierto era una cuchara y era de plástico.
-Después del incidente de la cafetería ¿enserio pensaste que sería lo bastante idiota como para cometer el mismo error dos veces, dejándote cuchillos o algún objeto similar al alcance para que me mates?-lanza un gran suspiro- Sólo cállate y come.-
A regañadientes Izaya lo hace. Tras el primer bocado su cara hostil cambio a una de asombro.
-E-Esta bueno- llena su boca con una nueva porción- No pensé que Shizu-chan supiera cocinar-
-Cuando uno está solo, se hace lo que se puede para vivir- su rostro se tornó melancólico y sombrío.
Un silencio denso he incomodo les envuelve.
Tras acabar de comer y después de una refrescante ducha el pelirrubio estaba listo para dormir. Sólo que había un pequeño detalle, el peli negro aparentemente ya dormido ocupaba por completo la cama. Como pudo le mueve al lado opuesto de la misma y se cuela dentro de las sabanas.
Sin embargo no bien hubo entrado e inmediatamente es despedido al suelo.
-¡¿PERO QUÉ?!- se pone en pie y lo intenta nuevamente. Obteniendo el mismo resultado- ¡MALDITA PULGA!-
Pasada una hora sin lograr conseguir nada, resignado toma una almohada, cobijas y se dirige al sillón de la sala.
-¡Miserable pulga! ¡Esta me las pagará!- termina de gruñir para luego sumergirse en un profundo sueño.
***
Aún estaba oscuro cuando Shizuo es despertado de sus sueños por sonidos quedos pero constantes. Intrigado decide buscar su origen.
No le tomo mucho, pues aquellos misteriosos sonidos provenían del cuarto. Agudizando un poco el oído el pelirrubio se da cuenta de que aquellos sonidos eran en realidad sollozos. Tratando de hacer el menor ruido posible, abre lo suficiente la puerta para ver en su interior. Al hacerlo, grande fue su sorpresa al ver de cara a la pared, hecho un ovillo al morocho derramando grandes caudales de lágrimas.
-END FLASHBACK-
-Shizu-san- la voz de Shinra lo trae al presente.
-¿Mph?-
-¡¿Al menos estabas escuchando?!- lanza un suspiro.- De todos modos. No me explico por qué tomarte tantas molestias por Izaya-san. ¿No se supone que se odiaban a muerte?
En ello tenía algo de razón. ¿Por qué lo hacía? La respuesta era sencilla. Porque no estaba odiar en su naturaleza.
***
Al término de las clases Shizuo va directamente a casa. En el trayecto, tras subir la pronunciada pendiente, a dando la vuelta a la esquina para llegar a su apartamento. Shizuo se cruza con un individuo muy particular: Unos años mayor que él, porte elegante, de fuerte complexión, cabello oscuro y rebelde y una pronunciada cicatriz por encima de su ojo izquierdo, portaba un traje de marca y blanco.
Al verlo, Shizuo sintió como su corazón se detuvo al igual que su respiración.
-¡Izaya!- Entra a toda velocidad a la estancia.- ¡¿Izaya dónde estás?!- para su sorpresa no encontró a la pulga por ninguna parte.
> ¿Dónde se habrá ido? ¿Se abra marchado?< pensó.
Su cuerpo fue víctima de un terror indescriptible, comenzó a moverse de un lado a otro de la habitación con tanto ímpetu y atemorizado que parecía un animal enjaulado. Estaba desconcertado.
-¿Qué?- Suena una voz queda he indiferente a sus espaldas.
Al volverse y ver frente suyo, como si nada a un ser tan molesto como era la pulga, al saber que aún estaba ahí con él, le revivió. Sin poder controlarlo ni evitarle le abraza posesivamente.
-¿Qué es lo que pasa?- pregunta un muy intrigado pelinegro- ¿A quién mataste ahora?- bromea un poco- Incluso para Shizu-chan beber a estas horas es…-
-Acabo de ver a Shiki-san- le interrumpe soltando al contrario.
El informante simplemente retrocede un poco y aparta la mirada de él.
-Dime Izaya…- empieza con voz monocorde- El causante de tu herida fue tu padre, ¿cierto?-
El silencio, que antes les dominaba, es fracturado al hablar el informante.
-¡Felicidades! Estoy sorprendido. Buen trabajo Shizu-baka Holmes- le dice con hostilidad, ovacionándole, reticentemente-Para alguien como tú demostrar éste tipo de aptitudes que va contra natura. Es de admirar… Ja ja ja sólo si fueras yo, sólo si fueras Dios.-
Al momento Orihara Izaya sale expulsado a gran velocidad al otro extremo de la habitación, chocando y haciendo una gran perforación en la pared, debido al golpe propinado por Heiwajima Shizuo.
-¡YA BASTA!- dice con un rugido bestial el pelirrubio.
-¿Qué ocurre? ¿No toleras las mentiras o será que no toleras la verdad? ¿Será que no soportas la idea de que haya alguien a quien aborrezca más que a ti?- De entre los escombros se incorpora lentamente- Así es Shizu-chan. Mi, “adorado padre” me hizo esto- con cólera apunta a su costado- Como veras mi familia no es el típico estereotipo de una gran familia feliz- Agacha la cabeza- Nunca lo fue. Ni nunca lo será-.
-Pero aún tienes una familia…- con voz monocorde le espeta Heiwajima.
-¡Oh, vamos! ¿¡En serio?!- Le reta- Me vas a dar el típico sermón esperando que abra los ojos y me dé cuenta de lo imbécil que soy por no saber apreciar lo que tengo, ¿esperando que cambie?- Con sorna se ríe ante tal idea- Ésta es la vida real, Shizu-chan, no un cuento de hadas.-
Después de un lapso el rubio decide hablar.
-Considero que tener una familia, sea como sea es lo importante.- Hace una leve pausa- Aún tienes una familia.-
-Y sigues…-
-¡Tienes una familia!- Finalmente estalla y pequeñas lagrimas empezando a surgir- ¡Maldita sea, tienes una familia! No sabes lo que yo daría por una… Sobre todo por Kasuka.- El peli negro iba a replicar pero Shizuo le vuelve a ganar la palabra- Al menos tú has crecido rodeado de cuidados, atenciones, amor y lujos. En mi caso tuve que andar (la mayor parte del tiempo) deambulando por las calles, comiendo lo que pudiera y donde pudiera. Sin el calor de un hogar, una familia…Nadie que me diera su apoyo, su amor… Estábamos solos, pues… ¿Quién vería a por dos niños huérfanos? ¡Sé que esta es la realidad! Ruin, dura… Pero también sé que hay algo mejor. Así que la próxima vez que quieras recriminarme sobre lo despiadada que puede ser la vida, todo lo malo que te ha pasado piensa primero y considera que yo ya pasé por eso y sobreviví.-
Sin lograr contenerse un minuto más, Shizuo, da la vuelta y sale corriendo a gran velocidad de ahí. Tanto que al bajar las escaleras no reparó en Shinra, quien le llamaba. Así pues desapareció de su vista.
Al llegar al segundo nivel, Kishitani quedó pasmado al ver el caos frente suyo. Una vez dentro de lo que quedaba del apartamento, el peli castaño se apresura a ayudar a Izaya que estaba al borde del colapso.
-¡¿Qué fue lo que paso?!- sostiene a su amigo y le obliga a sentarse- Estas sangrando.-
La verdad era que Izaya apenas notaba la calidez de su sangre emanando al costado suyo. No percibía dolor, y todo a su alrededor perdió nitidez. Tornándose en sombras y oscuridad.