Capítulo dos. Entre pretendientes y pervertidos.
Habían terminado por compartir el nuevo departamento, cortesía del padre de Mark. Sin embargo, nunca llegarían a compartir habitación, cortesía de Jinyoung. Ante eso, Mark sólo pudo suspirar, y cansado por la mudanza de un día para otro, se fue a su habitación que quedaba enfrente de la puerta de su azabache.
Dos semanas después, Mark se declara como loco. No había día en que Jinyoung le hablara con indiferencia. Hubo una ocasión especial en donde le hizo saber mientras le llevaba a su escuela, que saldría con su ex, una rubia de L.A.
Mentira.
-Interesante.-fue lo único que dijo Jinyoung sin verle realmente. Al ver esa señal débil, decidió continuar con lo que era su cita de esa tarde.
-Iremos a un motel.-inventó con la mirada fija en el semáforo que marcaba rojo, sólo escuchó el resoplido de cansancio que le había dedicado su esposo. El plan no estaba yendo como quería.-Tal vez nos reconciliemos en la cama.
-Lo que vayan a hacer en la cama es un asunto que no me interesa. Por mí puedes follártela toda la noche y llegar al día siguiente al departamento.
Qué carácter y qué boquita tiene su marido.
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Esa noche están invitados a la cena que el padre de Mark ofrecerá por la unión con la compañía de su suegro.
Al llegar al salón de eventos, Jinyoung lo jala prácticamente del saco y lo lleva a una de las mesas con una pareja.
-¡Jinyoung, tiempo sin verte!-exclama un pelinegro con una mirada extraña mientras que a su lado está un rubio bastante tranquilo.-No sabía que tenías novio.
Mark fuerza una sonrisa y se aplasta en la silla de al lado, el saludo va para rato.
Entre las tantas cosas que odia Mark, vienen incluidas la música que ensordece, las fiestas familiares sin sentido y la sonrisa de Jinyoung hacia otra persona que no es él. En esa noche está teniendo un fatality por parte del destino, como una conspiración contra su felicidad.
De a ratos sonríe a las personas que pasan, saludando a su azabache, no puede sentir sus mejillas aún más entumecidas que antes. Hasta que llega Yugyeom, o lo que entiende cuando Jinyoung chilla su nombre en cuanto lo ve.
-Yo que tú, protejo lo que es mío.-el que reconoce como Jaebum, le dice con una media sonrisa, con los labios entre la copa medio llena de vino.
-¿Qué dices?-Mark pregunta con todas las interrogantes en su rostro, ve a Jaebum reírse junto con su pareja, Youngjae; entrecerrando los ojos se pregunta mentalmente si necesitan atención psicológica inmediata.
-Yugyeom. 18 años. Niño rico, pero humilde. Ojo: pretendiente de Jinyoung desde hace más de un año.-Youngjae le recalca y no hace más que pararse de inmediato para ir con los otros dos que hablan tan animados.
Como si Jinyoung no estuviera casado.
-¿Y ya tienes novio?-Yugyeom pregunta entusiasmado, aún con el corazón rondando por el pelinegro que tiene delante, ve cómo Jinyoung se sonroja y rueda los ojos, esa acción la reconoce inmediatamente, Jinyoung está nervioso; lo único que no reconoce es al pelirrojo que camina hacia ellos con un aire superior.
Extraño, nunca lo había visto.
-No se podría decir que es mi novio…-Jinyoung explica jugando con la pulsera que lleva en su muñeca izquierda, porque en realidad se la regaló Mark el día que le dijo lo del motel con su ex, y en realidad no sabe si quiere deshacerse de ella.
Su loquesea llega robándole la palabra de la boca.
-Mark Yi En Tuan, soy el esposo de Jinyoung, un gusto…-Mark dice y Jinyoung rueda los ojos. ¿De cuándo acá Mark utiliza su nombre completo para presentarse? Si con Jaebum y Youngjae sólo había dicho ‘Mark’ de forma maquinal.
-Qué vanidoso…-susurra Jinyoung fingiendo una sonrisa cuando siente las manos del pelirrojo posarse en su cintura, acercándolo más a él y sintiendo algo extraño en el estómago. Tal vez, también, con un sonrojo en su rostro por escuchar esa voz tan gruesa que siempre le hace estremecer.-Idiota…-vuelve a susurrar.
Nota la mirada confundida de Yugyeom, separa las manos de Mark y abraza al gigante que tiene adelante. Su bebé ha crecido bastante.
-¿Esposo? ¿Tú y tú?-entierra su rostro más en el pecho contrario y aspira la colonia que trae el otro. Está decidido, va a ser una larga noche.-Pensé que te guardarían para mí.-se separa avergonzado y mira la sonrisa que tiene Yugyeom.
-Bebé, sabes que me hubiera encantado, pero estoy condenado.-posa dramáticamente con los brazos extendidos al cielo y sólo siente los brazos del gigante abrazarlo y cargarle.
-Que estás, ¿qué?-Mark pregunta e invade sus oídos, Yugyeom lo baja y encara a Mark con la mirada dura, pero éste le observa aún más serio. Están otra vez esas miradas en las que se profesan el odio que se tienen.
Yugyeom ante eso sólo ríe nervioso, casi en medio del infierno, que piensa, desatan aquellos dos. Aunque de igual forma, es bueno ver que se llevan tan mal, el matrimonio no durará mucho y menos con el temperamento que tiene Jinyoung, pues sabe que ni él se aguanta cuando se enoja, una de las tantas cosas que también ama de él.
-Que estoy condenado.
-¿Y tú crees que yo estoy en un paraíso cuando vivo con semejante demonio?
-¡No me hables de esa manera!
-¡Entonces deja de ser la víctima!
-¡TE ODIO!
-¡YA TE DIJE QUE EL SENTIMIENTO ES MUTUO!
Apartado 3 roto.
3.1. Tenerse respeto y tolerancia.
En la noche, después de que Mark da un portazo avisando que no quiere ver a Jinyoung, éste va al suyo y hace lo mismo, avisando que está harto de todo. Sólo han estado viviendo juntos por dos semanas y esta es su primera pelea oficial. Las otras son discusiones que acabaron en silencios incómodos.
Pero Jinyoung siente algo en su conciencia y reconoce el remordimiento carcomer su mente.
-Jaebum y yo también nos odiábamos al iniciar. Dale una oportunidad a Mark, pídele dormir juntos; es la mejor manera en la que su convivencia pueda mejorar.
Recuerda las palabras de Youngjae y suspira tomando el celular, marca el teléfono más conocido y escucha una voz adormilada del otro lado de la línea.
-¿Arriesgarse es bueno?-pregunta sin importarle las altas horas en las que le está hablando a BamBam, éste sólo pregunta un ‘¿eh?’ y vuelve a repetir con impaciencia, decidiendo por cuenta propia si debería ir al cuarto de Mark y dormir con él o no.
-No lo sé… Jinyoung, es muy tarde y…
-Sólo dime sí o no.
-Si no tienes nada que perder…-cuelga antes de saber la respuesta completa del tailandés, aunque se da una idea.
¿Qué tiene que puede perder? Hay una larga lista de cosas, de eso está seguro, de entre las que resaltan su orgullo y vanidad.
Con la cabeza en alto, ya cuando está todo en silencio en el departamento, abre su puerta y toca en la habitación de Mark.
-¿Qué quieres?-escucha del otro lado y abre dándose cuenta de que la puerta se haya sin seguro, muy poco le importa que el pelirrojo le habla de manera tajante y que está más que convencido de que no lo quiere ver ni en pintura.
Aún así se arriesga a caminar a ciegas por toda la habitación, topándose con ropa tirada y zapatos regados, hasta llegar a la cama del otro, encontrándoselo bajo todas las mantas hecho bola. Y sí, bola, porque bolita es para personas más tiernas, y Mark no es tierno.
-Voy a dormir contigo, hazme espacio.-dice con la voz temblando, pero con una mirada que está seguro que puede ver debajo de la sábana en la que está refugiado su loquesea.
-No.
-Lo bueno es que no te estoy preguntando.
Apartado 5 roto.
5.1. No acciones forzadas.
Entre quejas por parte del pelirrojo, Jinyoung logra acostarse a un lado dándole la espalda a su problema mayor dentro de todo el departamento. Es tan exhausto hasta para él ser así de frío con su novio. Pero por eso desde un principio aclaró que él iba a ser el de los ‘pantalones’.
Aunque desde la perspectiva de Mark, Jinyoung se vería más lindo usando falda.
-Abrázame.-dice sin emoción alguna. Al poco rato siente una mano pasarse por su cintura y apegarse un cuerpo al suyo, sintiendo un calor irreconocible pero agradable. Lo justo. Lo exacto.
Y con eso en mente, cierra sus ojos soñando con arcoíris y unicornios vomitando sobre papel. Tal vez es así como nació el contrato. Sin embargo, ya no está tan seguro de querer anularlo.
Por la mañana, Jinyoung siente algo más que ese calor acogedor, se mueve un poco sin querer abrir los ojos, es sábado de flojera. Cuando está más lúcido, siente algo extraño tocar su trasero, y no son las manos de Mark.
-¡Dios mío!-se levanta de la cama cuando reconoce ese bulto crecer detrás de él. Ve a Mark abrir los ojos con miedo, el grito sí ha sido algo fuerte.
Ambos se vuelven a ver sorprendidos, Jinyoung con un sonrojo y Mark con una mano en su pecho tratando de regular su respiración.
-¡Eres un maldito pervertido!-Jinyoung señala a su loquesea en el que ahora tiene miedo de que se convierta en su todo, es la primera vez que le sucede eso y sale del cuarto aún con las mejillas teñidas de carmín.
-¡No es mi culpa que seas tan sensual y estés tan bueno!-Mark grita desde la habitación y él al escuchar eso, se deja caer en el sillón sin creer en lo que acaba de suceder. Aún así frunce el ceño y patalea en frustración.
-¡QUIERO EL DIVORCIO!
Ambos ríen simultáneamente, uno apenas levantándose de la cama y el otro desparramado en toda su extensión de la palabra.
Mark sabe que Jinyoung no habla en serio.
¿O sí?