Capítulo tres. ¿Qué tal si salimos?
-No puedo.-Jinyoung le dice serio, arreglando su mochila para las clases en la universidad. Lo único que envidia del pelirrojo es que él ya está más que graduado mientras que a Jinyoung le faltan dos años.-Hoy saldré con Yugyeom.
-¿Eh?-Mark, por su parte, es lo único que puede pronunciar pensando en mil y un blasfemias contra el gigante de dos metros.-¿Y qué van a hacer?
-Vamos a ir al cine.-sin embargo, Jinyoung no está para hacerle caso, últimamente se la pasa corriendo de Mark desde el incidente de la cama. No quiere verle a la cara porque sabe que su rostro se pondrá más que caliente.
-¿Acaso es tu novio?
Jinyoung nota el enfado en la voz del otro, sonríe de lado y niega con la cabeza encontrándose con los ojos de Mark. Ambos sostienen la mirada mientras que Jinyoung aprovecha y se acerca un poco más a los labios contrarios.
-¿Y qué si es así?
Al llegar a la escuela con diez minutos de retraso, corre a su clase pasando entre algunos alumnos encontrándose entre ellos a BamBam quien parece tener la primera hora libre. Sin embargo, pese a que su amigo le llama unas cuantas veces, lo único que puede hacer es despedirse con la mano y caminar aún más rápido, bueno, eso y matar a Mark por vigésima vez en su mente.
-Si es así, pues que él te lleve al instituto.-repite las palabras del pelirrojo, burlándose en un tono ciertamente molesto.-Jódete, Tuan.
No era necesario dejarlo a mitad del trayecto y darle el dinero justo para llegar en el transporte. Aunque jura que por el metro hubiera sido un poco más rápido. Niega con la cabeza, ya sabría qué hacer para vengarse.
Llega al salón con el corazón latiendo rápido gracias a la carrera, el maestro le reprende en medio de la clase para al final no dejarle entrar. Pues que también se joda. Se sienta en una de las bancas fuera del salón y ve a BamBam caminar a lo lejos.
-¿Qué haces fuera del salón?-su amigo se acerca y le sonríe, trata de hacer lo mismo pero le hace falta el aire junto con las ganas de seguir vivo. Si su padre se entera que perdió una clase por una estúpida discusión…
-Mark me dejó a medio camino, íbamos discutiendo sobre Yugyeom y…
-Espera, ¿Yugyeom? Pensé que entre ustedes dos no había nada.-BamBam confundido se recarga más en la silla y le da paso a la explicación de Jinyoung, si es que tiene una.
-Créeme, todo es mejor que Mark, y, sinceramente, Yugyeom me gusta más que mi novio.
-¡Adulterio!-el menor se levanta tapando su boca con una mano y con la otra señalando a Jinyoung quien se hace chiquito por la vergüenza, y para ocultar ese sonrojo que nota BamBam, dejando una risa en el aire.-En serio, ¿cuándo fue la última vez que hablaron sin decirse idiota o sin empezar una discusión?
El pelinegro lo piensa unos cuantos segundos, recorre con su mente las tres semanas más exhaustas de su vida; si la escuela era algo ya de qué preocuparse, sumándole lo de Mark, lo peor que podría suceder sería que uno acabara asesinado y el otro en la cárcel.
-¿Ayer?-es inevitable no dejar salir ese tono de duda, pierde la vista entre los casilleros y sí nota los ojos inquisitorios de su amigo, sólo que espera que el otro no sepa cuán nervioso le pone eso.
-¿Me estás preguntando o me estás diciendo? ¿Qué pasó ayer?
-Es una historia muy divertida en realidad…-suelta una risita desanimada.
-Jin…
-No llegué a dormir al departamento.
Las clases pasan, entre los reclamos de su amigo mandándole mensajes, casi escuchando cada palabra en su oído. Aburrido, busca entre sus contactos el de Mark y se reprime las ganas de mandarle un mensaje, lo más seguro es que está ocupado haciendo algo importante como ignorarle por todo un día.
Y es que ayer fue un día caótico empezando por los proyectos finales, como hacía pareja con Hyuk no le quedaba más que ir a la casa de éste a terminar la maqueta, que en realidad nunca empezaron; le avisó a Mark. Obviamente que ese pelirrojo negó, aunque al final tuvo que aceptar ya que Hyuk tiene una casa bonita y, algo muy importante, ya tiene novio. Así que, prácticamente, Jinyoung no corría riesgo bajo su cuidado.
También el azabache negó varias veces cuando el mayor se ofreció a recogerlo y llevarlo al departamento, según el proyecto iba para largo, y sigue yendo. Así que para cuando dieron las dos de la madrugada, como cenicienta demasiado retrasada salió corriendo cogiendo todas sus cosas, a duras penas alcanzó a despedirse de su amigo y en el trayecto lo maldijo.
Estúpidos chistes sin sentido.
Milagrosamente, cuando llegó al departamento, no había rastro de alma viva y agradeció internamente a los mil dioses. Fue a su cuarto encontrándose con una nota sobre la cama sabiendo o suponiendo lo que hay en el interior de ella.
No pienso discutir sobre esto cuando amanezca.
Si bien, Mark lo cumplió, por la mañana no tocaron el tema hasta que, claro, su pelirrojo le preguntó si quería salir, saliendo lo de Yugyeom como tema y terminando él en medio del camino esperando el autobús. Si bien lo piensa, es él quien tiene la culpa, pero ¿quién le manda a Mark pedirle acerca de una cita cuando está ocupado?
Cuando sus clases acaban, se da cuenta que el loquesea no está ahí esperándole como los días anteriores. Susurra por lo bajo otro idiota antes de sentir unos labios en su mejilla, cerca de la comisura de su boca. Sonríe porque sabe a quién le pertenece esa acción.
-¡Gyeom!-se permite exclamar contento con una sonrisa en su rostro, abraza al más alto mientras que éste le dedica el mismo gesto.
-¿Te llevo a tu casa?
El pelinegro se dedica a pensarlo por un par de minutos, si llega lo más seguro es que Mark le va a reclamar por qué va con Yugyeom y no está con ganas de inventar excusas.
-Vamos a la tuya.
En un punto del día se siente culpable sólo que no se lo demuestra al gigante que tiene a su lado, lo menos que quiere es meterlo más a la relación extraña que comparte con el pelirrojo.
De pronto, su celular se enciende recibiendo una llamada, lo busca en el bolsillo de su pantalón y reconoce el nombre en la pantalla. Se disculpa del menor alejándose un poco para poder contestar más tranquilo, sin embargo, Yugyeom no se la deja tan fácil.
-¿En dónde estás?-aunque sabe que Mark no quiere sonar impaciente y sobre todo, demandante, termina por contestarle igual de cortante que los otros días.
-No te importa.
Entonces, son los gemidos fingidos de Yugyeom quien le advierten a Mark de algo al igual que a Jinyoung, a pesar de que éste último aguanta las ganas de reír escandalosamente.
-¡¿Dónde jodidos estás?!
-Adivina, Mark Yi En Tuan.-contesta simple cortando la llamada en medio de los gritos del otro lado del teléfono. Regresa con Yugyeom quien ha terminado de hacer tal espectáculo cerca del celular.-Tu broma me va a costar, idiota.-suelta una risa recordando lo ocurrido, el menor hace lo mismo pensando lo hermoso que se ve Jinyoung feliz.
Sólo que al recordar a Mark, su sonrisa se borra automáticamente.
Jinyoung recoge su mochila y su uniforme lo guarda, Yugyeom le ha prestado algo de ropa así que le promete que a la próxima que se vean, se lo dará.
El departamento se siente tenso a pesar de que no se encuentra a Mark por ninguna parte, sonríe cansado pensando que es mejor dejarlo así. Pero al momento de pensarlo bien, Jinyoung se siente de nuevo culpable porque Mark no le ha hecho nada y, admitiéndolo abiertamente, si al pelirrojo se le ocurriera hacer una de las tantas cosas a las que está acostumbrado él hacer, desde hace mucho tiempo el contrato hubiera desaparecido.
Suspira llegando al cuarto del principio de su problema.
-¿Qué quieres?-la hostilidad de Mark no le advierte, en realidad y por más extraño que suene, le seduce y se encamina más con ese sentimiento en el estómago.
-Voy a dormir contigo.
-Está bien.-Mark se mueve un poco dándole espacio a su azabache, siente la cama hundirse un poco a su lado y antes de pasar un brazo por la cintura del otro, cuestiona lo que tiene en mente y no le ha dejado pasar una tarde amena.-Jinyoung… ¿ya lo…?
-¿Ya lo qué?-sin embargo, Jinyoung está con una sonrisa plasmada en el rostro, casi divertido pero más que nada contento esperando por la pregunta completa.
-Ya sabes… ¿tú y el tipo del otro día… ya… ustedes…?
-Mark, habla bien, tengo sueño.
-¿Ustedes lo hicieron?
Claro que Jinyoung no esperaba que Mark tomara el valor para decirlo de una manera casi directa.
-Mañana te digo.-sólo que mañana no tendrá el mismo el coraje de admitir ciertas sensaciones hacia su esposo.
-Sólo es decir sí o no.
Se voltea para quedar cara a cara con el pelirrojo, sonríe de medio lado y niega con la cabeza.
-¿Y si quiero decir que quiero hacerlo contigo?