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Sacrificios silenciosos por love_

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Notas del fanfic:

Bueno he venido aqui con este one-shot que lo escribi el año pasado XD hehehe no se porque no lo pulicaba pero ahora que veo la oportunidad lo hago. 

Pues si es corto XCpero espero les guste!! 

Notas del capitulo:

Bueno sin mas a leer 

Era invierno, por primera vez en 3 años veía de nuevo la nieve. Sentía que habían pasado siglos desde que no había visto nevar; sonreí al ver como pequeñas partículas de hielo se acumulaban en la acera de las calles. Camine a paso lento, guiándome por la dirección que me dio Chanyeol. Según el, KyungSoo estaba trabajando en una cafetería algo apartada del centro de la ciudad, me alegre mucho al saber que había podido continuar su vida,  después de todo esa fue mi meta desde el principio.

Me arregle un poco el abrigo ya que me estaba empezando hacer frio y no quería enfermarme. Alce mi vista y encontré un enorme letrero que decía “Aroma of coffee”. Sonreí al leer aquellas palabras, estaba cada vez más cerca de volverlo a ver.

Entre y sonó la alarma que indicaba que un cliente había llegado. Di una pequeña reverencia a la chica que estaba frente a mí, me indico una mesa y yo la seguí. Me senté para poder sacar de mi bolso un cuadernillo de dibujo. Regrese a ver a todos lados esperando encontrarlo pero al no hacerlo sentí una gran decepción en mi pecho. Tal vez hoy no vino.

Empecé a realizar pequeños trazos sobre el papel blanco, un hermoso árbol me había llamado la atención y empecé a dibujarlo. Primero un boceto simple para luego empezar hacer los detalles del frondoso árbol. Mis dedos se movían solos al realizar los dibujos; ya tenía casi realizado el árbol cuando el sonido de que alguien entro me llamo la atención.

Gire mi rostro para ver quién era y al hacerlo mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Por esa puerta de cristal estaba ingresando “mi pequeño”. Sonreí al verlo, se veía bien. Estaba con unos vaqueros de color gris y un buzo a rayas en tonalidades azules, blancas y grises. Llevaba una bufanda de color negro y un gorro del mismo color. Sonreía, eso fue lo que más me alegro. Ver de nuevo aquella sonrisa que en cierto momento pensé que nunca más la volvería a perlar su rostro.

Empezó a caminar con rumbo a la barra y en el transcurso ahí reía fuertemente con la chica que me había atendido antes. Los dos parecían llevarse muy bien y eso en cierto grado me lastimo pero no podía hacer nada esa fue mi decisión, y la volvería a tomar un millón de veces si tan solo al hacerlo puedo ver de nuevo esa sonrisa que me enamoro.

Regrese mi vista al dibujo y reanude mi trabajo. Seguí dándole los últimos toques a la imagen de ese árbol.

 

 

 

Todos alguna vez nos hemos preguntado de lo que seriamos capaces de hacer por las personas que amamos. Por ellos, seriamos capaces de hacer que las cosas imposibles se vuelvan posibles. Sacrificaríamos hasta nuestras vidas por ver felices a alguien que amamos. Puede ser nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos o hasta nuestras parejas. Por ellas; las personas que amamos, hacemos sacrificios impensables. Y yo por él, sacrifique nuestro amor.

 

 

::

 

 

Tendría 13 cuando fui arrebatado injustamente de mi familia. Recuerdo muy bien la última noche que vi a mi madre, que hable con mi padre y que pelee con mis hermana pequeñas. Recuerdo que mi madre me abrigo con las cobijas y me deseo una buena noche sin imaginarnos que esa sería la última noche juntos.

Después de eso solo recuerdo que llegue a un enorme edificio, parecía más un granero que un laboratorio. Cuando entre a las instalaciones sentí como los vellos de mi brazo se erizaban. Era un lugar horrible, por los pasillos había rastro de sangre, unas cosas pegajosas y blancas, algo que parecía brazos humanos y otras cosas que soy imposible recordar.

Camine hasta una enorme puerta de metal y allí me echaron dentro. Caí al suelo y sentí como algo viscoso se impregnaba en mis rodillas. Me levante de inmediato y camine hasta la esquina más cercana de aquel cuarto oscuro.

Los días fueron pasando y más niños eran traídos hasta esa habitación, unos se quedaba y otros se iban, no se ha dónde pero nunca más regresaban. Me sentía solo y un dolor en mi pecho me embargaba pero aun así no lloraba. No podía hacerlo porque si lo hacía estaba seguro que me desmoronaría.

Los días siguieron pasando y una mañana uno de los guardias que nos cuidaba, nos dio unas hojas y unos cuantos lápices para que dibujáramos. Nos mostraron unas fotos algo extrañas, no había mucho que rescatar de aquellas imágenes más que habían personas en distintas situaciones, no muy agradables por no decir espantosas pero aun así debíamos hacerlo porque si no nos golpearían. Yo mire una imagen en la cual había un niño corriendo hacia mí con lágrimas en los ojos, estaba extremadamente flaco y estaba sangrando. Mire más allá de la foto y había un árbol a lo lejos. Trate de imaginarlo y me lo puse a dibujar. Estaba a la mitad de mi dibujo cuando la puerta de nuevo se abrió dando paso a un niño. Este tenía marcas en los brazos y en su cuello estaba un collar al igual que en su mano derecha. Era muy flaco y blanco; lo dejaron y el pequeño niño empezó a ver a todos lados con sus enormes ojos, después de unos minutos se acercó a mí y se sentó a lado mío.

Lo vi por un momento y luego seguí realizando mi dibujo, no era por presumir pero tenía habilidades para dibujar por eso de grande quería ser un artista. Sonreí al ver terminado mi trabajo y lo alce. Estaba admirando mi dibujo cuando una voz me interrumpió.

—Le falta sombra al árbol además que si lo ves desde mi ángulo esta algo torcido — regrese a ver al dueño de esa voz y me quede callado. Ese niño era realmente hermoso y su punto de vista estaba en lo correcto pero no lo admitiría.

—¡Esta bien para mí! — hable con un tono infantil.

—Un artista debe aprender a apreciar el punto de vista sus fanáticos para así arreglar sus pequeños errores y ser una GRAN ARTISTA — sonrió y yo también lo hice.

Desde ese día, el día que hable con el niño de ojos grandes mi vida cambio. Nos volvimos inseparables, hasta el punto que debían sedarme a mí para poder sacar a KyungSoo para los experimentos.

En esos años que pase junto a él aprendí muchas cosas como: la amistad, el compañerismo, la curiosidad y el amor. Porque si me enamore del niño de ojos grandes y él se enamoró de mí.

Pero en esos años también aprendí lo que es la crueldad humana, lo que es ser un objeto de experimentos. En esos años nos torturaron de maneras inimaginables hasta tal punto de hacer que KyungSoo tratara de suicidarse antes de que le realizasen un experimento más en él. Y al verlo en aquel estado fue que tome la decisión de sacrificarme, de sacrificar nuestro amor. Tome la decisión de hacer que KyungSoo saliera de ese horrible lugar.

Lo planee muy bien, no por nada en estos años ellos nos mantuvieron con vida, éramos los niños que más nos adaptamos a los experimentos por nuestro alto coeficiente y resistencia. Me memorice cada pasillo, cada atajo, cada rincón del laboratorio, como así mismo busque ayuda afuera a través de métodos algo antiguos.

El día llego, las alarmas sonaron, una intensa luz roja nos seguía. Yo tomaba la mano de KyungSoo mientras corríamos por esas enormes instalaciones. Unos chicos que se ofrecieron ayudarnos nos esperaban en medio de los maizales. Seguíamos corriendo con los perros a pocos metros de nosotros. En una mano sostenía la de KyungSoo y en la otra golpeaba las hojas de los maíces que se nos atravesaban. Al final vi la luz que me avisaba que ellos ya estaban aquí y corrí más rápido.

Al llegar donde ellos tome a KyungSoo y le puse frente a mí. Saque de uno de los bolsillos de mi pantalón los tres frascos de pastillas que logre sacar del laboratorio. Sabía muy bien para que servían, era lo único bueno que lograron hacer esos buenos para nada de “científicos” Mire a KyungSoo y se los ofrecí.

—¡Debes tomar una pastilla todos los días! — hable mientras él me miraba con incredulidad.

—¡KyungSoo me entendiste! Una pastilla todos los días.

— ¿Qué son?

—Te ayudaran a tener una vida normal. Te ayudaran a ser feliz — hable mientras le abrazaba fuertemente.

—JongIn…tú vienes…conmigo…. ¿Verdad?

—No Dodo, debo distraerlos para que tú puedas salir.

—¡No! ¡Yo no me voy sin ti!

—Debes hacerlo.

—¡¡NO!! Sin ti NO

—KyungSoo esto es lo que querías debes hacerlo. Estaré bien, no te preocupes por mí. — hable mientras unas lágrimas empezaban a escapar de mis ojos.

—¡Por favor! No me hagas esto. — seque sus lágrimas y me acerque lentamente hasta el para poder rozar mis labios con los suyos. Sentí como mi corazón se rompería pero no me importaba si KyungSoo era feliz yo también lo seria. Después de separarnos les di señales a los chicos para que tomen a KyungSoo y se marcharan.

Al principio fue difícil porque KyungSoo se aferraba a mí y golpeaba a los otros chicos. Lloraba, pataleaba y gritaba pero al final lo lograron meter en el auto. Desde afuera le sonreí y le dedique una sonrisa. Observe como el auto arranco y yo caí al suelo.

Esas pastillas, eran un nuevo medicamento el cual hacía que las personas que lo tomaran fueran borrando poco a poco los recuerdos dolorosos por los que pasaron. Y como tal a las personas de esos momentos los cuales me incluían a mí. Al final KyungSoo me iba a olvidar pero no me importaría porque él iba hacer feliz.

Ese fue mi sacrificio por la persona que más amo en el mundo. Después de que el fuera libre yo estuve tres años más en ese infierno pero después logre escapar. Y hoy vuelvo para ver que este bien.

No me importaba que él no me recordara, sé que él sería feliz y eso basta.

 

::

 

 

De nuevo termine el dibujo del árbol poniendo mi firma al final y luego lo contemple maravillado porque me había salido perfecto, estaba hundido en mis pensamientos cuando una voz me saco de ellos.

—Le falta sombra al árbol además que si lo ves desde mi ángulo esta algo torcido.

Alce mi vista y me topé con KyungSoo que sonreía muy ampliamente mientras me observaba. Me quede un momento en silencio y él se sentó en la silla del frente.

—¿Cómo quieres ser un gran artista después de todo….JongIn?

 

...

Notas finales:

Declaimer: El medicamento presentado en la obra leída, en verdad existe.  Es conocido como INHIBIDOR HDC2, un medicamento que se usa para tratar el cáncer pero que con ayuda de otro compuesto se ha logrado conseguir una formula capaz de borrar los recuerdos dolorosos a corto plazo. Aún está en procesos de investigación pero en esta obra se lo ha mostrado como si ya hubiera sido perfeccionado.

 

Bueno espero les haya gustado!!! C: 


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