Capítulo 4
Apenas escuchó el motor del auto, Kibum emprendió la carrera hacia el jardín delantero, y cuando lo vio bajarse del móvil se abalanzó sobre él con tremenda felicidad iluminándole el rostro. Kibum estaba muy emocionado y se moría por contarle la noticia a Jong, si no fuera porque notó enseguida que su esposo no le respondía con la misma efusividad que él, bueno, Jonghyun nunca había sido muy expresivo con sus emociones como él pero… hoy estaba intacto, inmóvil, como si estuviera abrazando el pilastrón que sostiene el techo de la casa. Iba a separarse y dio de hecho medio paso hacia atrás, cuando de repente fue jalado por Jonghyun, y abrazado como si la vida se le fuera del cuerpo. Lo rodeo completamente con sus brazos y sintió el peso de algo más que un cuerpo, el peso de la tristeza.
-Jong… ¿Qué pasa?...
-No van a hacerme socio hasta que el proyecto se realice.
-¡¿Qué?! –Kibum se separó de Jonghyun bruscamente y lo miró con los ojos grandes, incrédulos.
-Pe-e pero eso tardará meses, ¡Meses hasta que esté hecho! –volvió a hablar con la voz más alterada. Cualquier señal de felicidad que había tenido minutos antes se esfumó en seguida, se fue.
-¡Lo sé, lo sé! pero el Sr. Park dice que tiene que asegurarse de que la obra salga perfecta y los accionistas no desistan –la cara de Jonghyun era un retrato de la más pura decepción y cólera.
-No lo puedo creer, no lo puedo creer… -Kibum se revolvió el cabello de exasperación. No podía ser posible, cuando las cosas empezaban a marchar bien de pronto todo el castillo de naipes se desmoronaba. Ya ni abrió la boca para decir la buena noticia, hasta las ganas se le habían quitado ya, y tampoco era un buen momento para contarle a su esposo.
-Escucha amor, voy a hablar con Park…
-¿Vas a hablar con él? ¿Y qué vas a decirle?
-Que no puedo esperar tantos meses
-Aja ¿y crees que a estas alturas va a tomar en cuenta tu opinión?
-Es que qué más puedo hacer si no hablar con él… -Jong entró a la casa y se sentó el sillón con las mano puesta en la sien. Kibum se quedó parado esperando que le respondiera. Estaba a punto de hablar cuando apareció de pronto Taemin con Bonnie en las manos, aquella criatura era la tortuga que su abuela le había obsequiado la navidad pasada.
-Papá creo que Bonnie no está bien, ¿puedes llevarla al veterinario? –dijo Taemin con los ojos aguadados, las cejas rejuntadas y las manos en casquito, llevando a la pequeña tortuga en ellas.
-Taemin, ahora no, estoy hablando con mamá –dijo Jonghyun dando un suspiro cansado.
-Pero papá porf…
-He dicho que estoy hablando con tu madre, Taemin –dijo esta vez con la voz más gruesa.
-Cielo por favor, sube a tu habitación –Kibum se acercó a él y le dio palmaditas en la espalda animándolo a ir a su cuarto. Pero Taemin no se movió.
-Por favor cielo, prometo que llevaremos a Bonnie al veterinario, pero ve a tu habitación ahora –entonces Tae con los ojos aún más acuosos se fue caminando lento aún no del todo convencido, hasta encerrarse en uno de los cuartos con Yoogeun y Sandara que miraban la televisión.
-Bien Jonghyun, creo que ambos sabemos lo que sigue –dijo Kibum colocándose de nuevo frente a él.
-No voy a dejar la empresa… -contestó en seco, y tiró la espalda hacia el sillón.
-No puede seguir esto así.
-Tengo que seguir aguantando.
-No, no puedes seguir aguantando.
-Solo tengo que esperar.
-Nonono no puedes seguir esperando.
-Kibum…
-¡No podemos seguir esperando!
-Carajo Kibum, ¡No lo entiendes! ¡Estoy a un paso de que sea socio, de que sea jefe! –de un momento a otro ambos habían empezado a levantar la voz.
-¡No, tú eres el que no entiende! ¡Te están viendo la cara Jonghyun!
-Solo son unos meses, ¡Por Dios, tanto te afecta Kibum!
-¡Que si me afecta… no sólo soy yo Jonghyun!, eres tú también, sólo mírate, llevas ojeras, la cara demacrada, no duermes bien, no comes bien… ¡Y los niños!, te olvidas de los partidos de Sandara, no puedes asistir a las demostraciones de Taemin, Yoogeun me pide por las noches que le pongas siquiera el pijama, pero no puedes porque estás ocupado con los planos que Park necesita… -suelta finalmente, colérico, con la rabia subiéndole por el cuerpo.
Dara, que veía la televisión junto a Yoogeun, detuvo a Taemin cuando escuchó los gritos en la sala, sus padres tenían una discusión, la más fuerte que le había tocado escuchar. Antes, cuando vivian en Incheon sus padres peleaban muy poco y por cosas insignificantes que arreglaban en seguida, pero de unos meses hasta ahora las cosas habían cambiado mucho.
-Taemin, es mejor que no salgas, papá y mamá están discutiendo.
-Pero Bonnie, ya no se mueve, creo murió –dijo frotándose los pequeños ojos.
-Tae, en este momento lo menos que les importa es tu tortuga, déjala en su isla –contestó Dara, pero a Tae no le hizo caso, salió de la habitación de su hermana y fue corriendo hasta la sala. Yoogeun quiso salir también pero Dara se lo impidió.
-Papá, mamá, creo que Bonnie murió, no se mueve… -dijo Tae con voz quedita dejando salir las lágrimas que ya llevaba aguantándose.
-Taemin, por favor regresa a tu cuarto –contesto Jonghyun más cabreado que nunca. Kibum tampoco estaba de humor para consolar al niño, sentía que en cualquier momento iba a explotar.
-Ve a tu cuarto, iré en un momento, y checaremos a Bonnie –dijo Kibum. Taemin entendió, y se fue enseguida a su habitación, herido, porque nadie le hacía caso y nadie notaba que Boonie realmente había muerto.
-Estás haciendo un drama Kibum, como cuando éramos unos críos y te enojabas porque me olvidaba de los meses que llevábamos juntos –continuo Jonghyun.
-Santo cielo, estoy tratando de que te des cuenta que estás cambiando a tú familia por un puesto en el trabajo que al parecer Park no te piensa dar –se quedaron en silencio viéndose fijamente. Jonghyun abrió la boca para decir algo pero el celular sonó, era su jefe. Kibum pudo notar desde donde estaba de quien se trataba y la rabia lo inundó aún más, ni siquiera una discusión podían tener en paz. Antes de que contestará el celular, Kibum se acercó.
-Jonghyun, eres un hombre con libertad de decidir tus prioridades…
Jonghyun lo dudó un segundo, pero el celular no dejaba de vibrar en su mano, así que al final lo cogió.
-Vale, ya entendí –pronunció Kibum y se fue a la cocina. Jong lo vio irse y dio un suspiro amargo, luego contestó la llamada.
Terminó de cortar los vegetales y los echo a la cacerola, luego revisó el arroz; se puso a cocinar porque los niños en unos minutos más pedirían la comida, sobre todo Yoogeun que no perdonaba la cena. Mientras lo hacía trataba de calmarse y de bajarse el enfado, pero no podía. Sólo bastaba recordar como Jonghyun había contestado el celular definiendo así su prioridad. Ya no sabía que más hacer para hacerle entender a ese hombre que estaba perdiendo a su familia por algo que no iba a darle más que ésta. Kibum sabía que el sr. Park sólo estaba utilizando a su esposo pero él no quería verlo, se aferraba a la posibilidad de que lo convirtieran en socio, pero eso lo veía ya muy lejos. Jonghyun, era muy bueno como arquitecto y había recibido buenas ofertas de trabajo pero de todas había escogido la peor, y nadie lo culpaba de haberlo hecho, pues nunca se sabe con lo que uno se va topar cuando encuentra algo nuevo. Pero venga, que ya eran muchas que le hacían a Jong y él no dejaba la empresa.
Casi veinte minutos después, se paró Jonghyun en la entrada de la cocina guardando el celular en el bolsillo.
-Lo siento.
-¿Por qué? ¿Por haber cogido el celular o por priorizar tu trabajo antes que tu familia?
- Venga Kibum, que ya hable con Park, me ha prometido que una vez hecho el proyecto…
-¡No seas tonto Jonghyun! Sólo te está dando esperanzas, para que sigas trabajando para él, lleva diciéndote lo mismo ya varios años.
-Esta vez sí, sólo tengo que encargarme de supervisar el proyecto y asegurarme que no haya ningún fallo.
-Aja ¿y crees que así al menos podrás llegar temprano a casa? –Jonghyun no contestó, Kibum ya sabía la respuesta.
-¡Eres el perro de Park! ¡Joder! –gritó más colérico que nunca. Luego se arrepintió, pero ya había salido y no podía hacer nada por regresar esas palabras a su boca. Jonghyun se cabreó aún más, impotente de no poder hacerle entender a su esposo, alzo el puño y tiro un golpe a la pared. Soltó un bufido y Kibum se asustó un poco, no de que Joghyun pudiera hacerle algo, era incapaz y lo sabía bien, sino de que en su molestia el otro se hiciera más daño.
-Tenía que decirlo –soltó sin más.
-Bien –contestó el otro. Ambos sin poder mirarse a los ojos.
-Iré a ver a los niños –dijo Kibum huyendo de la cocina lo más rápido que pudo. El moreno asintió, se acercó a la pared de la cocina, apoyo la espalda y tiró la cabeza hacia atrás.
Yoogeun que finalmente había logrado escapar de Dara, estaba detrás de una de las paredes laterales de la cocina escuchando la discusión de sus papás, sin poder entender una sola palabra. Cuando vio que su mamá se fue asecho hacia dentro y vio a su papá con los ojos tristones, indeciso de si salir de su escondite o no. En ese momento, Jonghyun bajo la mirada y lo vio ahí, asomando la cabeza.
-Yoogeun, ¿qué haces ahí?, ven –le dijo y se agacho para recibirlo.
-Papi… ¿mamá y tú se van a divorciar? –preguntó con voz temblorosa, ingenuo, mientras Jonghyun lo cargaba y él enrollaba sus piernas a la cintura de su papá. El hombre se entristeció terriblemente, y comprendió que incluso sus hijos empezaban a darse cuenta de las brechas en su matrimonio.
-No campeón, lo qu…
-¡Jonghyun! –escucho la voz de Kibum y miro hacia el pasillo que conducía a las habitaciones, ahí estaba Kibum pálido, inmóvil, con los ojos dilatados, y una hoja en la mano.
-Taemin no está.
-¿Qué?
-¡Taemin no está! –gritó mostrándole a Jonghyun las palabras escritas en la hoja. Era una nota. Una nota de Taemin:
“Las familias felices no existen”
Continuara...