Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La decisió+n correcta por SholeSuperKawaii

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Wooooolas! :DD kasdkjsd bueno pues, este one-shot habia querid escribirlo y publicarlo hace muuuuuuucho tiempo:cc pero al Bida *si, vida con B xDD* es muy mala y no habia dejado tiempo para hacerlo ;AAAA; asi que espero que les guste ^^ ya es que con todo mi love:v

 

Bien, bien~
Eshooo~!

Notas del capitulo:

Holi! holitas! :DD hace tiempo que no publicaba algo aqui(? kasjdkjasd pero igual:c apuesto a que ni siquiera me habian extrañado cierto? :'v kajdksad *ioram2*

Akajsdkad okas, no xDD

Bueno pues:3 aqui les vengo con otro one-shot de una de nuestras parejas favoritas:DD SouMako! *-* *lanza confeti* kajsdksd asi que espero que les guste, porque como dije, hace mucho tiempo que había querido escribirlo y publicarlo ^^ asi que viene con todo mi love <3

Para las personas que leen "Habitacion 54" el fic RinHaru y SouMako que tambien estoy publicando... pues, estoy en proceso de escribirlo:cc no he tenido mucho timepo y los problemas y tareas me sobre pasan ;-; asi que espero tenerles el capitulo esta semana ;---;

 

Bien! no les jodo mas!

 

Que disfruten~!

Sentía su mirada clavada en mi espalda. No quería, no podía mirarle a los ojos, no en esos momentos, no cuando estaba a solo un par de horas de terminar definitivamente un capítulo de mi vida, cerrarlo por fin, colocarle aquel punto final que todo este tiempo quise creer que era suspensivo.

Sabía que a ambos nos dolía, que no queríamos terminar esto, pero mi orgullo fue mucho más fuerte y no me permitió arreglar las cosas a su debido tiempo, me alejó de la persona que más amo en este mundo, pero a pesar de eso, no puedo hacer nada contra ello, no puedo arreglar lo que se rompió.

No puedo hacer nada.

– Dime que es mentira – escuché tu voz, lenta, pausada, tranquila, pero a la vez tan desesperada, esperando a que nada de lo que dije hace unos momentos sea verdad – dime que no lo harás – sí, tú fuiste y haz sido capaz de dejar todo de lado para seguir con un “nosotros”. En realidad la persona que está mal aquí soy yo.

– Por favor, no hagas las cosas más difíciles de lo que ya son – te hablé, aún sin mirarte. En serio, no puedo mirarte, si lo hago ciento que no podré seguir lidiando con este sentimiento, dejaré todo de lado y correré a tus brazos.

– Makoto – mi nombre, salió como un simple susurro de tus labios, y sin poder evitarlo, sentí tus brazos rodeándome, atrayéndome hacia ti. Y yo, yo no pude luchar con ese tacto que tanto extrañaba.

– Sousuke – mi voz sonó tal vez más necesitada de lo que pude haber querido. Pero, ¿Qué hacer ahora? Tomé la decisión más estúpida de mi vida, mis amigos y familiares me aconsejaron, me dijeron que lo pensara mejor, pero fui lo suficientemente necio como para no escucharlos, y en estos momentos la sola persona que sufrirá estas consecuencias seré yo.

Y él también.

– Dime que no lo harás… Por favor… Dime que todo esto es solo una mentira – a pesar de lo débil que sonaban aquellas palabras en tus labios, podía sentir en cada fibra de mi cuerpo la fuerza de ellas, la potencia de tus sentimientos.

Negué con la cabeza levemente.

– Lo siento… No puedo… Ya es demasiado tarde – intenté aterrizar, darme cuenta de la realidad, intenté darme cuenta de lo que en verdad quería hacer y de las consecuencias que esto contraería.

Debía mantenerme firme.

– Makoto – tus brazos me soltaron unos momentos, pero solo para tomarme de mis hombros y darme vuelta para que quedáramos frente a frente. Por inercia, y a la vez miedo, cerré mis ojos. Ver aquellas orbes color verde agua no haría nada más que hacerme cuestionar sobre mi decisión.

Sus fuertes dedos viajaron hasta mi barbilla, levantándola levemente. Subí mi rostro un par de centímetro y abrí los ojos, lentamente. Pasó lo que no debía pasar; me encontré con tus ojos, mirándome de una forma especial, de aquella forma tan conocida para mí, de aquella forma en la que siempre me has mirado, transmitiéndome con solo ello todo tu amor dirigido hacia mí.

¿Qué es lo que he hecho?

Ambos sabíamos lo que estaba por pasar, lo que estábamos a punto de hacer, pero por solo ese momento me olvidé del mundo, me olvidé de las consecuencias que esto podría traer, de las heridas que podría provocar, de lo mal que nos haríamos con esto. Me olvidé de todo. Tan solo éramos tú y yo, solo tú y yo en nuestro propio mundo de un solo color, de una sola tonalidad, de un solo sentimiento.

Nuestros labios rozándose lentamente, pero a la vez tan necesitadas; nuestras respiraciones agitadas, subiendo y bajando, al compás con la otra; nuestras manos, recorriendo cada centímetro del cuerpo opuesto, reconociendo cada lugar que habíamos creído olvidadas.

Me hubiera gustado que las cosas fueran de otra manera, que en realidad nada de lo que estamos viviendo fuera en verdad lo que estamos viviendo. Me hubiera gustado tener otro final contigo, o simplemente, nunca tener uno.

Intentamos alargar lo más que pudimos aquel momento, deseábamos con todas nuestras fuerzas detener el tiempo. Así es, me di cuenta de eso, como también sé que lo descubriste en mí, nos conocíamos lo suficiente para saber cada cosa del otro.

Deseábamos que la noche fuera eterna, no importaba que fuera solo oscuridad, pero era a tu lado, el “nosotros” aun perduraría. Pero los rayos del Sol no tuvieron compasión y salieron más pronto de lo que hubiéramos querido, y ambos supimos que nuestra historia, nuestro libro, había sido por fin cerrada.

 

 

Se supone que el día que te vas a casar, tiene que ser el día más feliz de tu vida. El día en que esperas con alegría y entusiasmo. Se supone que ese día te levantarías temprano, hablarías con la persona que amas y que deseas pasar toda tu vida junto a ella, conversarían un par de cosas, reirían y besarían, luego de ello se despedirían y quedarían de verse en la ceremonia. Se supone que ese día estarías nervioso toda la jornada, tus amigos te molestarían y tú solo te enojarías un poco por no ser “considerados” con tu estado. Se supone que ese día añorarías decir por fin aquel “Sí, acepto” y todos tus familiares, amigos y personas que asistirían a la ceremonia aplaudirían. Se supone que ese día, todo sería perfecto, todo sería de ensueño.

Se suponía.

Si todo eso debía pasar así, ¿Por qué en esos momentos se sentía la peor persona del mundo? ¿Por qué sentía que no debía estar allí? ¿Que no encajaba? Pero era algo realmente estúpido. Era el novio, por supuesto que si encajaba, por supuesto que debía estar ahí. Era una decisión que había tomado él solo, era una respuesta que había proporcionado solo él. Pero a pesar de todo eso, quería salir corriendo, quería dejar todo esto atrás, olvidarse de lo que debía hacer y de lo que se había autoimpuesto, dejar todo atrás y correr hacia la persona que amaba, hacia la persona que estaba seguro le aceptaría con los brazos abiertos, ya que, el sentimiento de ambos seguía aun intacto, aun irrompible.

¿Por qué se había adelantado tanto a los hechos? ¿Por qué no había reaccionado antes? ¿Antes de que todo esto avanzara más de lo que debía, más de lo que podría remediar? Se había dado cuenta, lo sabía, había tomado una decisión demasiado rápida, demasiado apresurada, y antes de haberse dado cuenta, se encontraba en una salita de la Iglesia, esperando a que la ceremonia comenzara, esperando a comenzar una nueva historia junto a otra persona, a una persona que no amaba, pero que aun así había aceptado su propuesta aquella noche en la que todos estábamos cenando en mí casa, con mis padres y amigos. Todos no dudaron en colocar un rostro de sorpresa, al igual que yo en aceptar aquello. Claro, no había mostrado duda en ello porque ni siquiera lo había pensado, ni siquiera me había detenido a pensar en lo que en verdad estaba haciendo, tampoco lo hice en los meses que siguieron, tampoco lo hice hasta el día de ayer. No había dudado en todo este tiempo, pero había bastado solo una palabra, una caricia, una mirada, un roce por parte de Sousuke, para hacerme cuestionar hasta el por qué había comenzado a salir con Kisumi. Claro, no había que ir muy lejos para llegar a esa respuesta.

– Makoto – escuché la voz de mi mejor amigo luego de verlo entrar por la puerta de la sala.

Me di la media vuelta, sonriéndole lo mejor que podía. Me reprimí internamente a mí mismo al hacer eso. ¿Cómo podía sonreír en momentos como este?

– Haru – le nombré. Creo que se dio cuenta de cómo estoy en verdad, porque solo se limitó a examinarme por unos segundos, sin decir nada. Ladeé mi mirada hacia otro punto del salón, no me gustaba cuando hacía aquello, porque sabía que se daría cuenta de lo que en verdad estoy sintiendo y me obligará prácticamente a dejar todo esto de lado.

Al ver mi reacción le escuché soltar un solo suspiro y supuse que se había “dado por vencido”

– La ceremonia está por comenzar – le escuché decir – Kisumi te estará esperando frente al altar – lo vi darse la media vuelta y sin más, salir.

No lo culpaba por aquella actitud, sabía que desde siempre había estado en contra de que hiciera esto, al igual que Rin, pero me había cegado completamente y no los había escuchado.

Miré por la ventana que estaba tras de mí, sentía la brisa contra mi rostro y cabello, me acomodé un poco el traje y me vi por última vez en el espejo. Lucía realmente impecable.

Solté un realmente audible suspiro.

A mi mente llegaron recuerdos, los momentos que pasé junto a Sousuke, la vez que nos conocimos, cuando sonreímos, cuando nos tomamos, cuando nos saludamos, cuando hablamos y cuando quedamos. Cuando salimos, cuando compartimos, cuando lo sentimos, cuando nos unimos y cuando fue, cuando lo besé, cuando me besó, cuando lo amé. Recordé cada detalle, como si hubiera sido ayer, desde el olor de su pelo hasta el color de su piel, lo recordé todo, las memorias del ayer siguen latente en cada célula de mi corazón, al igual que aquel sentimiento.            

Una opresión se formó en mi pecho y las lágrimas amenazaron con salirse de mis ojos. Respiré hondamente un par de segundos, intentando que el nudo que se había formado en mi garganta se disipara.

Caminé un par de centímetros, alejándome del espejo y de la ventana. Llegué hasta la puerta. Tomé el pomo entre mis dedos, di mi última exhalación.

– Lo siento… Sousuke – dije en un susurro que se lo llevó el viento y salí, intentando dejar en aquella habitación mi antiguo yo, intentando dejar ahí una historia que llegó a su fin.

 

 

Todos mis amigos, familiares y personas importantes se encontraban repartidas por lo largo de toda la Iglesia, cada una paradas junto a las bancas del lugar, cada una en su puesto. Miré hacia otro lado, ahí se encontraban los padres y familiares de Kisumi. Sus rostros podrían mostrar más alegría de lo que yo mismo estoy sintiendo en estos momentos.

Miré hacia un lado mío, ahí se encontraba mi madre. Sonreía de oreja a oreja, pero sabía perfectamente que no era sincera; ella lo sabía, Haru lo sabía, Nagisa lo sabía y yo lo sabía. Esto era un error, un error que no tendría vuelta atrás.

Mi madre me abrazó por el brazo derecho, le sonreí levemente, Podía ver en  su mirada la inquietud y preocupación. En verdad no quería verla así, pero no sabía cómo detener aquello. Ambos miramos hacia adelante y pude divisar a Kisumi, vestido con aquel traje de color negro. Sonreí levemente y recibí lo mismo por su parte. Sí, en su rostro se veía la auténtica felicidad, y eso me hizo sentir la persona más insignificante del mundo, merecía recibir el mayor de los castigos por jugar de esa manera con los sentimientos de una persona como él, quien nunca me había hecho nada malo, quien nunca me había hecho sufrir, quien siempre había velado por mi bienestar. Pero nada de eso había sido suficiente como para sentir algo tan fuerte como lo que siento por Sousuke.

La música comenzó y con mi madre comenzamos a avanzar lentamente, bajo la atenta de todas las miradas de las personas que habían asistido a la ceremonia.

Al momento en el que llegué hasta Kisumi, mi madre me entregó, un poco recelosa, pero tratamos de disimular aquello, soltó un simple “por favor, cuídamelo” y le sonrió levemente. La respuesta de Kisumi me dolió mucho más de lo que tal vez algún día pude haber imaginado.

– No se preocupe – había soltado él – le prometo que intentaré hacerlo la persona más feliz de este mundo – seguido de eso, me miró, me miró de una forma que hizo que todo mi ser se estremeciera.

Le sonreí en respuesta.

Nos tomamos de las manos y mi madre se fue hasta su puesto, junto a mi padre y mis hermanos menores.

Miré de reojo a Kisumi. Solté un suspiro y llegamos frente al altar.

Espero poder algún día enamorarme de Kisumi, poder llegar a amarlo con la misma intensidad que con Sousuke, poder sacarme de la mente a aquella persona que amé desde la juventud y darle el espacio en mi corazón que se merece, que se ha ganado después de todo este tiempo.

La música terminó y el sacerdote llegó enfrente de nosotros.

Saludó a todos y la ceremonia comenzó oficialmente.

– Lo siento Sousuke – pensé levantando un poco la mirada – pero nuestra historia terminó… Nuestra historia llegó a su final…

 

 

El momento menos deseado de toda la celebración llegó por fin. Ambos frente a frente, mirándonos a los ojos, Ren a un lado de nosotros con los pequeños almohadones y ambas argollas sobre ellas, colocadas delicadamente.

Kisumi tomó el anillo que me pertenecía, lo miró delicadamente y luego tomó mi mano, sonriéndome. Su pulgar rozó mis dedos, suavemente, reconociendo mi superficie. Lo miré directo a su rostro, tenía un pequeño sonrojo en sus mejillas y sus ojos un brillo especial. Me mordí levemente el labio inferior.

El momento había llegado.

– Makoto Tachibana, yo Kisumi Shigino, prometo aquí, frente a nuestros familiares y amigos que te amaré siempre, te respetaré, te cuidaré, velaré por ti, estaré a tu lado, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe – terminó de decir eso y colocó aquel anillo en mi dedo. Lo volvió a rozar con su pulgar y se llevó mi mano hasta sus labios, un leve tacto, un suave beso. Volvió a alejarla y me volvió a sonreír.

Yo solo me limité a devolverle el gesto.

Era mi turno ahora.

Tomé el anillo único que quedaba sobre la almohadita blanca con encajes del mismo color en ella y agarré la mano de Kisumi.

Al momento de ver hacia él, vi de reojo a Haru, volteándose rápidamente y a Rin corriendo hacia la puerta de la Iglesia. Traté simplemente de Ignorar aquello.

Solté un suspiro y volví a centrar mi mirada en Kisumi, quien no se había percatado de lo que acababa de ver.

– Kisumi Shigino, yo Makoto Tachibana, prometo estar junto a ti, respetarte, cuidarte, velar por ti, estar a tu lado en la salud y en la enfermedad… – sentí un pequeño escalofrío recorrer mi espina. Estaba a solo unas palabras de decir la mentira más grande de mi vida, la mentira más destructiva que alguna vez diré, la palabra más bella ante los oídos de él. Una mentira que sabía le haría feliz – prometo ama…

– ¡Makoto! – escuché una exclamación, resonando en  toda la Iglesia. Mi corazón latió de forma desbocada al reconocer aquella voz y la sorpresa en Kisumi no se hizo esperar.

Todos los presentes voltearon hacia la entrada, y junto con ellos, mi mirada también se desvió hacia allí.

– Sousuke… – susurré su nombre, sin podérmelo creer. Estabas ahí, parado, a solo unos metros de mí, usando la misma ropa que hace unas horas, la última vez que nos vimos.

– ¡Makoto, por favor no lo hagas! – Gritaste casi desesperado – ¡Por favor!

No sabía cómo reaccionar. Sentí como si un gran cubo de hielo caía desde mi cabeza y me congelaba todo el cuerpo.

Estabas allí, impidiendo que hiciera la cosa más estúpida que podré hacer en mi vida, impidiendo que lo nuestro terminara. Estabas ahí, demostrando que no querías que lo nuestro se acabara.

Lo siguiente que pasó no lo había visto venir. Corriste como si tu vida dependiera de ello, te acercaste a mí, me tomaste de la mano y tiraste de ella, haciendo que ambos corriéramos fuera de la Iglesia.

Lo último que pude escuchar fue a Kisumi llamándome por mi nombre, a Nagisa saltando de alegría y casi aplaudiendo por ello, a Haruka sonriendo levemente y Rin respirando dificultoso.

¿Se puede saber qué estupidez acaba de ocurrir?

Llegamos hasta un lugar donde sabíamos que nadie llegaría, donde sabíamos que nadie nos encontraría. En ese momento reaccioné y solté lentamente su mano. No, no, no. ¿Qué acababa de hacer?

– Sousuke – te llamé para que te dieras la media vuelta mientras soltaba tu mano – lo siento, yo… yo tengo que volver… no, no, no… debo estar con Kisumi… yo…

– No vayas – me pediste, abrazándome casi instantáneamente – no vayas, quédate conmigo.

Las lágrimas que había estado conteniendo todo este tiempo amenazaban con salirse de mis ojos.

– Sousuke, yo… – no pude seguir con la oración. El nudo en mi garganta me impidió el habla.

– Makoto – colocaste tu cabeza sobre mi hombro mientras me abrazabas por la cintura – Makoto, te amo…

Solo eso bastó para que aquellas gotas saladas salieran por fin. ¿Cómo habíamos llegado hasta esto? Nosotros, que éramos muy felices, que todo este tiempo habíamos estado juntos, que nos habíamos prometido amarnos siempre. No puedo seguir con esta mentira, no puedo seguir negando algo que es más que real.

– Sousuke – gimoteé su nombre, mi voz temblaba y mis manos estaban empuñadas sobre su pecho. Sentí una gran felicidad, a pesar de saber que le haría una gran herida a alguien inocente, a pesar de saber que muchas personas me odiarán por hacer esto, a pesar de saber que el camino que escogimos era el más difícil, pero a la vez el más hermoso y deseado por ambos.

Ya nada me importaba, ya nada me iba a hacer retractarme de la decisión que ahora había tomado, la  decisión por fin correcta. Sé que vendrán cosas muy difíciles de ahora en adelante, pero ya nada me importará. Nada, ahora que estoy junto a Sousuke, ahora que por fin volví a los brazos de la persona que amo, ahora que volví al lugar donde de verdad pertenezco, donde ambos pertenecemos.

Notas finales:

Y bien? que les parecio? :33 

Estare esperando sus reviews! recuerden que eso hace a una escritora feliz y asi tienen mas oneshots e historias de nuestras OTP's favoritas:'DD

No olviden tambien pasarse a mi pagina de Facebook ^^

http://www.facebook.com/SholeSuperKawaii

 

Bien~ sin mas que decir~ los dejo:33

Adeoh!

*se va cantando Kitto Wasurenai~ y comiendo carne*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).