Era extraño. Muy extraño. Pero a la vez era... emocionante, ya que si decía "excitante" se podría malpensar, ¿no? Tener a Kai-sensei en su casa, a las 10 de la mañana, frente a él, en su cuarto, vestido informalmente, dandole clases de matemáticas, siendo profesor de literatura, era... eso. Emocionante y, para qué negarlo, excitante, además de raro.
Cruzaba las piernas o ponía sus manos en su entrepierna para evitar una violación en si propia casa.
Pensaba en el día de ayer. En el beso que Kai-sensei le había dado en el descanso y en cómo podía actuar como si nada hubiera pasado. También en la forma en la cual le dijo que tenía un regalo para él, eso era más que malpensable. Y, sobre todo, hoy, allí parado dando una explicación sobre la suma de códigos binarios, vestido de una manera, por decirlo elegantemente, sexi. Sí. Eso. Sexi.
Playera roja, pantalones ajustados negros, unos zapatos nauticos también rojos y su cabello que parecía sin peinar. ¿Era paraoina de Lloyd o Kai estaba... seduciendolo?
"Haber si ya pones atención, Lloyd. O Kai-sensei te castigará. Aunque eso tal vez te gustaría, ¿no?", se dijo a sí mismo.
—¿Lloyd-kun? ¿Está prestando atención? Lo veo muy distraido...— dijo Kai, acercandosé al escritorio en dónde Lloyd se encontraba, luchando con él mismo sobre si Kai lo seducia o así era siempre.
—¡S-sí!— dijo, nervioso—. Lo hago.
—En ese caso, ¿qué se hace cuándo se suman dos unos en el código binario?
—Ahh... Se agrega un cero y en el siguiente espacio, a la izquierda, se agrega un uno...?— dijo, no muy convencido. Kai sonrió y soltó una risita.
—Me sorprende, ya que aún no he llegado a esa parte.
—¿Ehhhh?— "Menuda forma de engañar, eso me ha dolido", pensó.
—¿En qué estaba pensando que le impide prestar atención?— preguntó, curioso, acercándose más a Lloyd y poniendo nervioso a éste último.
—Ahhh... Yo... N-no es nada, Kai-sensei.
—No me mienta, dígame la verdad o tendré que castigarlo— dijo, sonriendó de lado.
"Hay vamos otra vez a malpensar las cosas, ¡para ya! O me harás tener una maldita erección aquí y ahora, mente mía", de regañó. No sabía que responder, y apostaba por tod el dinero del mundo, que tenía una cara de tarado en ese momento que daba toda la risa. Y tal vez, sólo suponiendo, era esa la razón de que Kai sonriera divertido.
—Al parecer no va a hablar, ¿o sí?— soltó, con un acento de irritación falso.
—N-no es eso... Sólo no sé cómo empezar...— vaciló. ¿Le decía y se arriesgaba a que todo saliera mal o se quedaba callado y recibía un "castigo" por parte de Kai? La segunda sonaba más tentadora, pero la primera menos peligrosa y menos malpensable.
—Por el punto clave, como siempre —animó Kai.
Lloyd suspiró y, tragando en seco, se llenó de valor.
—Es sobre lo que ocurrió ayer en el descanso... E-el... be-beso— dijo, tocándose lentamente la mejilla.
Kai lo miró por unos momentos sin alguna expresión aparente en su rostro, para luego cambiar a una expresión entre tristeza e ingenuidad.
—¿Le disgustó, Lloyd-kun?— preguntó, tomándo su brazo derecho con su mano izquierda. Y sí, si alguien preguntaba, era obvio, hasta China, que Kai intentaba, no otra cosa más, seducir, y con exito, a su alumno favorito, porque lo era, Lloyd.
Lloyd sintió como si un tractor hubiera pasado encima de su corazón porque lo sentía peor que adolorido, pero en una buena forma. El ver de esa manera, una manera algo infantil, a Kai era simplemente irresistible.
Se paró de un salto de la silla, sorprendiendo a Kai, y lo tomó por los hombros, acercándolo, sólo un poco, si acaso dos centimetros y ya era mucho, a él.
—¡No! P-para nada. No me disgusto en nada— soltó, rápidamente—. Es sólo que me sorprendí al ver que usted hiciera algo así... y sentirlo— habló rápido y de manera susurrante, casi ni se podía entender lo que había dicho. Pero por suerte la habitación estaba lo suficientemente vacía y Kai era muy bueno escuchando, así que captó todo.
—Ya veo... Me estaba preocupando a decir verdad... Que mis sentimientos no sean correspondidos...— dijo, mirando hacía sus pies. Lloyd pudó apreciar esa sensación de como tu corazón sale disparado fuera de tí.
—¿K-Kai-sensei... Usted...?
—Sí... Lloyd-kun... Tu me gustas...
Bien. Eso era todo lo que quería saber y nada más. Ya podía morir feliz, y vaya felicidad.
Abrazó a Kai y éste devolvió el gesto. Lloyd, acercando su rostro al oído de Kai, susurró:
—Lo amo, sensei.
Kai se estremeció notoriamente, se podía observar como temblaba, y no se inmutó al sacar un audible gemido al sentir como Lloyd mordía su oreja.
—¡Ah! L-Lloyd-kun...
—Kai-sensei...— separarón sus cuerpos para unir sus labios y sus bocas en un tierno y apasionado beso.
Lloyd pidió permiso para meter su lengua en la boca ajena. El permiso le fue concedido inmediatamente. Ambas lenguas se buscaban mutuamente, y una vez que se encontraron, hicieron el beso humedo y sonoro. Kai gemia entre el beso.
Cuando el aire se estaba acabando tuvieron que separarse y romper el beso.
—Kai-sensei...— susurró.
—Lloyd-kun...— Kai estaba a punto de volver a unir sus labios cuando una voz, y bien conocida por ambos, los interrumpió.
—¡Lloyd!— era Jayn— ¡Lloyd, abre la puerta!— tocaba molestamente el timbre de la casa, produciendo un sonido mata-oídos— ¡Sé que estás ahí! ¡Lloyd~! ¡Abreeeeeeeee~!
Lloyd soltó a Kai y, molesto, fue hasta la puerta de entrada, en el primer piso, para echar a esa persona que había interrumpido algo muy, y bastante, importante. Había interrumpido el inicio de un bello acto de amor.
Abrió la puerta, furioso. Dejando ver una cara de fastidio que casi nunca se podía preciar en él.
—¿Qué COÑO quieres, Jayn?— preguntó, enojado.
—¡Así que si estabas en casa!— dijo, feliz, dando saltitos cual niño idiota— ¡Venga! ¡Vamos a jugar!
—No. Largo— respondió, a punto de cerrarle la puerta en la cara a su "amigo".
—¿Ehhhh? ¿Por quéeeee?
—Estoy ocupado, Jayn.
—¿Haciendo qué?— preguntó, en tono burlón.
—Lloyd-kun— llamó Kai, quien bajaba por las escaleras. Lloyd se volteó inmediatamente y Jayn miró por encima de éste.
—¡Ah! ¡Kai-sensei!— saludó.
—Jayn-kun. ¿Puedo saber por qué no asistió ayer?— se cruzó de brazos. Jayn rió nerviosamente, rascándose la cabeza.
—B-bueno... Me quedé dormido y...
—Buena tajada. Espero que no falte hoy o tendré que reportarlo— dijo seriamente.
—¡Vale! En ese caso... Ya descubrí que hacías Lloyd— susurró—. ¡Hasta luego!
Salió corriendo del marco de la puerta. Lloyd suspiró y Kai sonrió.
—Será mejor que sigamos con la clase, Lloyd-kun. Vamos.
—¡S-sí!
Subieron las escaleras hasta al cuarto de Lloyd. "Hoy no, campeón. Tal vez mañana", se dijo a sí mismo.