El hacerse el idiota es una cosa muy grave, pero el ser idiota de naturaleza era otra muy distinta, y Lloyd había nacido con ella, pero a pequeña escala.
El aceptar jugar a un juego del que no tenía la menor putifar idea era claro signo de idiotez, y más si juegas contra alguien que supero el mismísimo récord del que antes era el mejor jugador, es decir, Kai. Pero para Lloyd, Kai seguía siendo el mejor, no importaba el hecho de que Cole hubiera sacado cinco puntos más que el antiguo resultado -es consciente de que no eran sólo cinco puntos, pero todo sea por joder al rival-.
Y lo peor de una situación igual o similar a esta era lo siguiente: un punto. Perder por un maldito y asqueroso punto. Sólo un punto. No dos, no cuatro, no siete; uno. ¡Uno, maldita sea!
Lloyd estaba desesperado, y aunque con acciones no lo demostrará, su rostro si lo hacía. Gesto de disgusto, además de fruncido. Kai, frente a él, en una mesa al aire libre de una cafetería, mientras bebía una taza de café, veía al menor sonriente.
—Vamos, vamos, Lloyd. Es sólo un punto, no es para tanto. Ni siquiera yo me exasperaba tanto si perdía por esa cantidad.
—Nonono, eso es lo crítico. Fue sólo un punto, si hubiera sido más rápido...— se rascó la cabeza en un ataque de nervios.
—Para haber sido tu primera vez jugando lo hiciste excelente— dijo Kai, con tono animado. Lloyd lo miró y sonrió. El halago lo ayudo a reconfortarse un poco—. Conseguiste un gran récord, al igual que en la cama— añadió.
Vale. Perfecto. Todo perfecto. ¿Que acababa de decir qué? Giró sus ojos hacia todos los lados para ver si alguien ajeno no había escuchado aquello, pero nadie parecía haberse inmutado, maravilloso. Ahora podía sonrojarse agusto, y lo hizo. ¿En qué piensa Kai que se le hace buena idea soltar eso a plena luz del día y en un lugar público? Aunque, bueno. Saber que era bueno en la cama le hacía tener esperanzas extras con Kai...
—Y hablando de récords...— empezó otra vez Kai. Lloyd dejo sus pensamientos de lado y lo miró atento. Tenía un ligero semblante serio, que lo hacía lucir íncreiblemente guapo—. Lloyd, ¿aceptaste el competir con Cole por mí, no es así?
Se quedó anonadado ante la pregunta, ¿que quería decir con eso? ¿Podría ser que...?
—Según tengo entendido— continuó, moviendo su dedo índice en el borde de la taza, ahora vacía—, toda esa rivalidad que emana entre ustedes es por algo que no tiene nada que ver con el grado escolar, ni mucho menos. Jayn es... un poco despistado, pero no un alumno mentiroso. ¿Por qué una "guerrilla" por ver quién llega a "obtenerme"?
Como lo dijo, lo hacía parecer una completa y asquerosa mierda. Como algo malo -y lo era-, como si de un pecado se tratase. Ante todo esto Lloyd no pudo hacer más que sonrojarse levemente. Si lo veía de esa forma, de una forma terciaría, era mucho más que una estupidez todo aquello.
—Lloyd, tú mejor que nadie sabes que te amo, ¿no es así? Soy consciente de que todo esto de la rivalidad se origino antes de que tú y yo salieramos, pero en cuanto lo hicimos, ¿me equivoco al decir que todo debería haber encontrado su fin?
Trago saliva, se sentía a la vez bien y mal el ser reñido por Kai. Menudo complejo de sadomasoquista. Inhalo aire y lo soltó.
—Todo lo que dices es verdad, pero...— dijo Lloyd, nervioso. "Venga, hombre, ¿lo eres no? ¡Di la verdad, idiota!"—, pero simplemente me pone de malas, además de los celos, que alguien más intente algo contigo sabiendo que no lo conseguira nunca.
Todo fue fluido y natural, tanto sus palabras como el beso que recibió por parte de Kai en la mejilla, como la primera vez, donde Kai lo sorprendió y casi se moría de un infar-gasmo.
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Kai estaba tumbado en el suelo pulido de la entrada de la casa de Lloyd, con éste encima suyo, quitandose toda la ropa con ayuda del primero.
Se había puesto cachondo en el camino, pero no sabía el por qué. Sólo lo hizo y ya.
Cuando Lloyd y Kai quedaron más que desnudos, se unieron en un humedo beso, que fue descendiendo desde el cuello, en donde seguía la marca de dientes, pasando por su pecho y quedandose ahí durante unos segundos jugando con los rosados y erectos pezones del mayor, hasta llegar a la entrepierna del susodicho.
Kai gimió al sentir como su miembro era introducido en la boca de Lloyd, se sentía en la gloria, como siempre.
Tomó los rubios cabellos de Lloyd y los apretó fuerte, mientras que se retorcía bajo éste de placer.
—¡Lloyd! ¡Ah! Haa... ¡Mgh! Por favor... Ahhh... Dejame hacerlo...
El menor entendió lo que quería decir sin ningún problema. Sacó el miembro erecto de Kai de su boca y se puso de rodillas, mientras que Kai se acercaba a gatas a él.
Con ambas mano, Kai tomó el miembro semi-erecto de Lloyd y sopló contra él. Lloyd jadeó ante esto.
Kai comenzó dando lenguetazos y lamiendo cada parte de toda la extensión, incluso mordiendo algunas partes en donde sabía que causarían placer al contrario.
Al final, el mayor introdujó el falo a su boca, sacandole un gemido seco a Lloyd, hasta el fondo. Empezó a moverse lentamente, y con el pasar de los minutos, aceleró el ritmo a uno extremadamente placentero tanto para Lloyd como para él, que estaba haciendo sexo oral. Saliva caía por la comisura de lo labios de Kai, combinado, probablemente, con el pre-semen del menor.
—Haa... Kai, me... voy a venir...— jadeo Lloyd. En respuesta, el mencionado hizo más fuerte y más rápido todo, hasta que, por fin, Lloyd se corrió en la boca de Kai. Éste trago todo el espeso esperma y limpio su boca, no quería dejar nada.
Para Lloyd esa escena era extremadamente erótica. Una vez que Kai había terminado de lamer sus dedos, de una forma sexi, Lloyd lo atrajó hacía el para propiciarle un beso con sabor a saliva combinada y a su propio semen.
—Lloyd... Rápido... Hazme tuyo una vez más...— susurró Kai al oido contrario, una vez que había roto el beso. El mencionado no necesito otra invitasión y, enseguida, sentó a Kai sobre él, sosteniéndo sus caderas encima de su miembro. Separó las nalgas de éste para tener una mejor entrada, y ésta, por cierto, estaba más que dilata. ¿Acaso Kai lo había hecho mientras le hacía sexo oral? Podría ser. Estaba tan ocupado jadeando y cerrando los ojos ante el placer que no notó nada de eso. Pero imaginarse a Kai haciendo aquello, dilatando su ano, era una escena que valía la pena tener siempre en la cabeza, lamentablemente no lo había visto, sin embargo podía imaginarlo, y su imaginación haría que todo fuera más erótico y sexoso de lo que en verdad podía ser.
Al final, Lloyd metió de una estocada su miembro en la entrada de Kai, quien gimió y arañó la espalda del primero. Por suerte era en la espalda, aún tenía las marcas de la vez anterior.
No de fue con rodeos y empezó las embestidas de una manera salvaje y rápida, levantando las caderas de Kai una y otra vez, mientras éste se retorcia, gemia, jadeaba y pedía más.
Lloyd pensó en todo lo que había pasado desde que comenzaron a salir hasta este momento, en donde una vez más se volvían uno, fundiéndose en un extremo calor corporal, y se preguntó: ¿Qué pasaría si descubren que Kai, un respetado profesor, salé con un alumno? Lo despidirían, seguro. Lloyd no quería eso, pero sabía que Kai también había pensado en las consecuencias de tener un amorio "prohibido" con un estudiante y se atenía a ellas.
—¡Lloyd! ¡Más...! ¡Ahhh! ¡Haa..! ¡Kaa! ¡Más rápi...! ¡Me...! ¡Me vengo!
—Yo... también...
Ambos llegaron al momento, gimiendo el nombre del otro. Cayeron en el frío piso, que fue un contacto agradable.
Después de relajarse y regular sus respiraciones, recuperar sus fuerzas, Lloyd llevó cargando a Kai hasta su cuarto y lo deposito en la cama.
Lloyd también se acostó, justo a su lado, y cuando se disponía a dormir, Kai, abrazandolo por detrás, susurrando a su oído, dijo:
—¿Te parece otro round?
El menor sonrió y tomó a Kai por los hombros.