29/ Agosto.
Zoro después de visitar a su tío y haberse perdido por un tiempo, llego por fin a su casa, eran pasadas de las 6 p.m. y él aun no había comido nada, Rayleigh le ofreció comida pero el chico se negó pues con todo lo que hablaron se le había ido el apetito. Tenía la perilla de su puerta agarrada con su mano diestra mas no la giro, llevo su mirada a la casa de a lado -no habrá comida, pero si la cena.- dejo de lado la acción de entrar a su casa para ir a la de su vecino. Toco a la puerta.
- ¿Quien será?- se dijo así mismo el rubio quien se levanto de su sofá, dejo su libro de historia sobre la mesa de centro y se dirigió a abrir a quien llamaba a la puerta. - Pensé que hoy no te vería. -dice en un tono de algo sorprendido por encontrar en la entrada al peli verde al momento que abrió.
- Ni yo, pero me desocupe antes- el chico entra en la casa después de que Sanji con un gesto y de forma silenciosa le decía que pasara al lugar.- ¿Que cenaremos?.
- Yo pensaba cenar una rebanada de pastel y té- el rubio vio la cara de cierto disgusto del peli verde, sabía que Zoro no era de los que amaran lo dulce -como te dije, no esperaba verte, pero aun quedo comida... te servire en un momento -se fue a la cocina para recalentar lo que tenía. El recién llegado hace caso y se sienta en la silla del comedor.
- Cejillas... ¿Que fue de tu familia? -dijo el moreno sin mucho tacto, escucho el suspiro del ajeno.
- Ya no vive, la perdí hace muchos años, y ¿De la tuya que fue?-tal vez era momento de saber de la vida de cada uno, ya no eran simples vecinos, eran amigos aun que tuvieran sus discusiones.
- Lo mismo, solo tengo a Rayleigh.
-Bien por ti, digo, por lo menos tienes a alguien- el cocinero deja un plato servido frente a su acompañante y una botella de sake, el ajeno detecta una triste sonrisa en el hombre que le estaba alimentando.
- Si, ¿Como fue que sucedió?.- preguntó con simpleza, no obviando su curiosidad.
- ¿Mnh? ¿Desde cuando te interesa tanto mi vida, marimo?- arqueo ligero sus cejas el rubio, aun que claro solo se podía ver una.
- No te obligare sino quieres- dijo a forma ofensiva y evasiva, Zoro tenía cierta curiosidad por la vida del cocinero principalmente por que tal vez podría hallar alguna pista sobre lo que comentaron en la reunión, estaba conciente que Sanji era un niño cuando todo paso, pero algo debió haber visto o sabido, como dicen "los borrachos y los niños siempre dicen la verdad" y eso te dice que los niños pueden observar cosas que piensas nunca notarían.
- Con una condición...-hizo una pausa como esperando respuesta, pero no la obtuvo- tu me hablaras de los tuyos.
- De acuerdo. -el peli verde comenzó a comer sin dejar de mirar al rubio quien para ese momento ya había tomado lugar enfrente suyo.
- Yo tenía 7 años cuando un día la casa empezó a quemarce. recuerdo que escuche ruidos en la sala, salí de mi habitación y había un sujeto tirando un liquido, lo escuche decir "El amo estará complacido", corrí al cuarto de mis padres, estaba muy asustado, pero al llegar e intentar despertarlos...-suspiro ligero, era como revivir el momento- ellos no despertaron, así que corrí a la siguiente habitación para despertar a mi nana, ella estaba semidormida, me decía cosas que yo no entendía, solo pude entender una sola palabra "huye" pero era un niño, no sabia que hacer. -se cubrió el rostro con las manos.
- Y ¿Viste como era aquel sujeto?- se aventuro el peli verde a preguntar, claro que estaba conciente de que no obtendría respuesta.
-No, el tipo estaba todo cubierto.-se destapo y prosiguió- comenzó a oler a quemado, jale a mi nana de la mano pero ella negaba, seguía diciendo "huye" creo que era lo único claro que podía decir, salí de la habitación para ver si el hombre seguía rondando, pero por obvio ya no estaba pues ya había iniciado todo y no necesitaba estar allí, después me salí como pude, llame a la policía por el celular que mi padre me había regalado, mientras desenredaba la marguera e intentar apagar el fuego, fue inútil, como si fuera poco...una bomba explotó, la onda de la explotación me alcanzo y quede inconciente en el pasto del patio. Rato mas tarde estaba en brazos de una oficial.
Ambos se miraron, Zoro se imagino lo pésimo que debió sentirse el cocinero por eso -No fue tu culpa- fue lo primero que se le vino a la mente y había dicho.
- Tal vez... Pero pude haber echo más- Sanji apreto fuerte sus puños, se mordió ella labio inferior.
-¿Dieron con el culpable?.- pregunto con curiosidad, aun que ya sabia que fue un cómplice de Doflamingo, por obvio eso no se lo diría al rubio.
-No, nadie consiguió pistas y dejaron el caso, fue lo que me dijeron, lo mismo sucedió con mi tío, fue con él con quien viví después de perder a mis padres, estuve con él dos años hasta que lo mataron, nadie sabe como sucedió.- saco una cajetilla de su camisa azul y su encendedor, prendió un cigarro para conservar la calma.- después Shanks, un policía, me llevó a un orfanatorio, ya no tenía a nadie. -dio una calada a su cigarro, después dejo salir el humo- tu turno marimo.
-Bien... -antes de hablar, el peli verde tomo de la bebida que antes le había dejado en la mesa el rubio.- era un niño cuando los perdí, un día regresaba de clases, mi madre estaba sirviendo la comida, yo corrí a saludarla, después de lavarme las manos me sente a comer y ella me dijo "hoy tu padre y yo saldremos, por desgracia no podremos llevarte, pero tu tío vendrá a cuidarte, se un buen niño" no me quedo mas que aceptar. Toda la tarde la pase con él hasta que su celular sono, puso una cara de sorprendido y no entendía el por que, hasta que me miro de frente y me dijo directo "Saldremos, quiero que seas un niño valiente, aun que lo eres, tus padres están en el hospital" me sorprendí, comprendí la reacción de mi tío. Al llegar al hospital le dijeron que habían tenido un accidente de automóvil pero que mi padre murió al instante, mi madre estaba hospitalizada debatiendoce entre la vida y la muerte, pero no sobrevivió. -volvió a tomar de la botella. Después ambos se miraron de nuevo.
-Amabas mucho a tus padres por lo que he notado, y...¿En realidad fue un accidente? Digo, pudo ser por el clima o un borracho que lo provocó.- aclaro Sanji para que no se interpretara que fue culpa del padre de Zoro por ir en mal estado o distraído.
-Fue un borracho que no supo controlar su carro con el clima lluvioso y termino estrellado contra el carro de mis padres- era una mentira y verdad, eso fue lo que les hicieron creer a Roronoa y a Rayleigh, de echo había sido un "accidente" provocado por ordenes de Doflamingo, Zoro lo supo años después de una ardua investigación por el dúo de policías, descubrió que Donquixote era un ser ruin y de poco corazón pues mataba sin piedad y nadie lo atrapaba, siempre mandaba a alguien a hacer su trabajo sucio y en algunos casos (como este) sus cómplices terminaban muertos para no dejar pistas evidentes, ¿Quien sería tan cabeza hueca como para seguir a alguien tan despreciable?, no lo entendía.
- Lo lamento- expreso el rubio sus condolencias.
-Igual yo.-se bebio su sake.
- Es extraño...-miro la reacción del verdoso que decía "¿El que?"- siempre peleamos y jamás pensé contarte sobre mi familia.
- Somos amigos, no veo el por que no contar el uno del otro, además siempre es bueno saber mas uno del otro.
-¿Como para que?...bueno, como sea, algún dia lo ibas a saber, te la pasas metido en mi casa-dice con fastidio, aun que solo era por molestar al contrario.
- ¿Hah? Te recuerdo que fue tu idea que comiéramos aquí, si tanto te molesta ya no vendre- torció el gesto molesto.
- Eres un idiota -soltó una risilla- además, si tuvieras mas utensilios podríamos ir de vez en cuando a la tuya, hasta parece que vives aquí.
-maldito cejillas- medito un segundo lo que decía el rubio- no sería mala idea, así pagaríamos menos y evitamos desperdiciar una casa, todo sería mas sencillo.
-Espera... ¿Hablas en serio?, sería una maldita tortura vivir contigo- el ajeno chasqueó la lengua- pero si lo pones de esa manera, mis gastos se reducirían y tal vez hasta mas pronto pueda juntar lo necesario de la universidad.
-¿En serio nunca lo pensaste?, solo es una idea -se encogió de hombros el peli verde- no me agrada la idea del todo pero tiene su ventaja.
- ¡Maldito musgo! ¡¿Si no te agrada para que la suguieres?!- el cocinero estampó las manos en la mesa exaltado.
- ¡Simplemente se me ocurrió!, joder, si no quieres no importa- desvío la mirada a la ventana de la sala. De echo a Zoro si le agradaba la idea y la había pensado durante el día pero no sabía como lo tomaría el cocinero y menos como decircelo sin que lo tomara mal.
-Acepto, pero tendremos que acordar como nos dividiremos los deberes, no vas a estar de un maldito flojo.- a Sanji al principio no le agrado la idea, pero si lo analizaba tenia que aceptar que el musgo tenía razón y debía aprovechar las cosas, además si ya comían juntos y preparaba comida para dos ¿Que tan lejos estaban de ser conciderados de vivir juntos si ya lo parecían?, aún que no era lo mismo pero debían intentarlo.
1/ Septiembre.
Aquel día Zoro había terminado de llevar lo necesario a casa del rubio quien el cual no estaba, tenía trabajo, el peli verde no trabajaba por estar becado y tener un apoyo de su tío quien le pidió dejara la idea de trabajar y solo se concentrara en la escuela y las prácticas, Zoro había replicado pero al final se dio por vencido. Varios de sus muebles los vendió al notar que no cabían en la casa que ahora compartiria con Sanji, además para él solo era necesario sus katanas y su ropa, no tenía muchas cosas que apreciera o necesitara.
Al terminar, se fue a dormir, comenzó a soñar, lo cual era raro en él.
"Sálvame" escucho una voz a lo lejos, intento dar con ella, corrió en la dirección de donde creyó provenía "Sálvame" de nuevo esa voz pero ahora mas clara «Cejillas» dijo al reconocer la voz «¿Donde estas?». Después de tanto correr por fin dio con Sanji "fufu, ¿buscabas esto?" frente de él estaba Doflamingo, el cual conocía por una foto que le había mostrado Shanks hace unos años, quien sostenía a Sanji por el cuello "¡Suéltalo imbécil" expreso Zoro con furia, por suerte tenía su katana consigo y estaba dispuesto a matar al desgraciado "¿Por qué te importa, mocoso?" pregunto Doflamingo con despresio "¡Eso no te importa!" Joker (como era conocido en el bajo mundo) puso una cara de total desagrado por esa respuesta y mas por el tono, con la libre saco de su abrigo una pistola y sin previo aviso ni titubear le disparo al cocinero en la cabeza...
- ¡Sanji!... -grito mientras despertaba del sueño, su respiración estaba acelerada y sudaba frío.
- ¿Sucede algo? -pregunto el rubio quien estaba a lado del peli verde. Zoro nunca lo sintio, fue lenta por un momento su reacción y para cuando vio estaba apretando fuerte la mano del ajeno, de inmediato lo soltó.
- Solo un sueño... ¿Que hora es? -hablo algo ronco por haber estado dormido, se sobo el puente de su nariz para disipar todo el resto del sueño.
- Las 8 p.m., dime ¿Que fue lo que soñaste?, espero nada indebido maldito musgo por que yo estaba allí o eso su-supongo, despertaste gritando mi nombre -un ligero rubor se asomo en sus mejillas, jamás el musgo le había llamado por su nombre.
- ¿Y eso en que te molesta? -sonrio ligero con un tono burlón, quería evadir narrar su sueño.
- ¡Eres un maldito pervertido! ¡No soy tu objeto de fantasías! -grita colérico, aun que mas bien era de vergüenza.
- Eres un idiota, no eres dueño de mis sueños ni siquiera yo, simplemente soñé y ya lo olvide, quiero cenar.-miro a otro lado, ¿Por qué mierdas había soñado algo así? ¿Por que no pudo salvarlo?, una jodida impotencia fue lo que sintio y aun sentía esa sensación.
- No te creo, ¿¡Por qué mierdas no me quieres decir!?, ¿¡Tan malo fue!?.- Sanji temia que algo grave le estuviera ocultando Zoro.
- ¡No!, ¡Deja ya eso cejillas!... No tiene caso- No quería hablar del tema asi que de levanto de la cama sin mirar a Sanji.
-¿¡Por qué!? ¿¡Que es lo que ocultas!? ¡Maldición Zoro! -sin darse cuenta le había llamado por su nombre- ¡Todo contigo es un maldito misterio!.- sus ojos se cristalizaron, tenía unas malditas ganas de llorar, odiaba le guardaran secretos.
Y sin previo aviso, Zoro callo al cocinero con un beso. Sanji abrió los ojos totalmente sorprendido.
Sin saber en que momento, pero Zoro había terminado enamorado del cocinero, pero tenía sus dudas de si sería correspondido.
"Somos almas rotas por un mismo ser, tal vez sea el destino quien te trajo a mi, tal vez sea el destino que nos dice que somos mas que perfectos para curarnos muatuamente nuestras heridas".