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Demasiado tarde. por ArumaDTrafalgar

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Notas del capitulo:

Hola, ¿Que tal?, se que estoy atrasada, mil disculpas, espero no hacer esto de nuevo, sin mas comentarios, espero lo disfruten.

 

Me disculpo si hay algún error ortográfico o incoherencia narrativa.

 

Disclaimer: Los personajes son propiedad del gran Eiichiro Oda.

30/Julio.

 

Hace dos días que Sanji había conocido a su vecino, no fue la mejor presentación, de echo fue empezar con el pie izquierdo, apenas hablaron y empezaron a discutir.

 

Flashback

 

- Yo...- saludo de forma informal el peliverde, alzando la mano diestra al aire, mas no obtuvo respuesta, aquel rubio solo le miraba, así que bajo la mano, enarco una ceja inquisitivo - ¿Acaso eres mudo?.

 

Segundos después había reaccionado Sanji - No, solo que no te había visto... Ni siquiera sabía que tenía vecino -encogió los hombros, no quería empezar mal ni nada por el estilo, pero bueno, si de un chico se trataba, al rubio no le era relevante, si fuera una chica...otro cantar sería.

 

- ¿ah?, llevas una semana aquí y ¿jamás te diste cuenta?- rodo los ojos, sonaba como a algo imposible, pues él si había notado al rubio desde el primer día.

 

- Disculpe usted Señor musgo, soy una persona muy ocupada, además... - iba a proseguir pero un gruñido del contrario le hizo cortar lo que diría.

 

- ¡¿Que diablos acabas de decir?!, tengo un nombre, maldito cejas de caracol... -fruncio el ceño, estaba molesto por el apodo.

 

- ¡¿Como mierdas te atreves a decirme así?!, estúpido, en ningún momento me dijiste tu nombre, Señor marimo, yo también tengo un nombre y es Sanji -le miro mas de cercas, Sanji no era de los que se dejaran, así que le lanzo una mirada llena de ira.

 

- ¡Maldición!, ¡no soy ningún señor!, y mi nombre es Zoro... tch- chasqueó la lengua, Zoro no era un hombre que se intimidara, al notar la mirada que le lanzaba su nuevo vecino, le miro de cercas y con la misma intensidad -gusto en conocerte... Cejillas -sonrío ligero.

 

- Maldito imbécil...-dijo entre dientes, a Sanji esto le olia a problemas, no creía que se llevaría bien con su vecino, y aun que quería llevar la fiesta en paz, no se quiso quedar atrás - lo mismo digo... Marimo -le devolvió el gesto.

 

Después de eso, se dijeron de mas sobrenombres y uno que otro insulto, armaron un gran lío, que por suerte no llego a los golpes, pues sus demás vecinos se habían quejado del alboroto, así que solo les quedo dejar eso de lado, cada uno se tuvo que meter a su casa.

 

Fin Flashback.

 

Pobre Sanji, tenía que arreglar las cosas o podría meterse en mas problemas, se supone se cambio de casa para comenzar una nueva vida y olvidar su pasado, aun que no parecía tan grave la situación, era solo su vecino ¿cierto?,bueno, uno nunca sabe, así que por ello mismo, el rubio decidió ir a visitar a su vecino, tal vez si llegaban a un acuerdo o podían llegar a hablar de una forma mas civilizada, todo sería paz y armonía.

 

Llevo algo de comer, como si fuera un símbolo de paz, se paro frente a la puerta, toco dos veces el timbre, espero por un momento, pero...zoro no salía, así que Sanji volvió a tocar y volvió a espera un rato, pero igual, el peliverde no abría; estuvo dispuesto a irse e intentarlo otro día, pero justo cuando dio la vuelta, fue cuando se abrió la puerta.

 

- mnh?... Cejillas, ¿Que haces aquí? - Zoro le nombro por un sobrenombre a Sanji como si fuera de lo mas normal del mundo, como si fueran amigos de años, pero con la discusión que habían tenido, no daría su brazo a torcer y llamaría a su vecino por su nombre, por obvio esto a Sanji le molesto, pero trato de conservar la calma.

 

- Maldito marimo, en serio que no tienes modales, como sea - se acerco al peliverde, extendió los brazos, en las manos tenia una pequeña caja de madera con comida que estaba envuelta en un pañuelo blanco - te traigo algo de comer, no comenzamos bien, así que vine a una presentación formal.

 

Zoro se quedo algo sorprendido, pensó que su vecino solo sería un busca pleitos, pero ahora ve que no es así, el rubio tenía buenos modales y una etiqueta en su frente con la palabra "elegancia" pues ahora que se fijaba mejor en el chico, Sanji portaba un pantalón de vestir en color azul marino, una camisa color azul cielo con rayas delgadas en color blanco, una corbata, un chaleco y zapatos negros, muy bien arreglado, al peliverde se le había pasado eso aquella vez, pues solo se había concentrado en la pelea y en lo raro que el rubio se veía dando vueltas como loco. No se negó, recibió la comida, al tener cercas aquella cajita y aun que estuviera cerrada, Zoro pudo olfatear el aroma, olía demasiado delicioso, incluso su estomago gruño.

 

- Tch...-desvío la mirada por el gruñido que su estomago traicionero le había echo, el peliverde aun no comía, ni siquiera tenía idea de lo que haría de comer o que es lo que compraría, para eso de cocinar y administrarse no era bueno.

A Sanji no le paso por alto aquello - Así que llegue en buen momento, algo me dice que vives solo y que es un milagro que sigas en pie...- sonrio en forma burlona.

 

- Para eso existe la comida instantánea y los restaurantes, ni que tampoco fuera para tanto... en fin, ¿Quieres pasar? -le había mirado de nuevo.

 

- Pero eso no te nutre lo suficiente, vaya, ahora eres cortes.

Zoro rodo los ojos - ya deja eso, es fastidioso...- abrió mas la puerta y se hizo a un lado, para así dejar pasar al rubio -entra.

 

Sanji se adentra a la casa, camina hasta detenerse en la sala - un poco de modales no te vendrían mal marimo, ¿Acaso tus padres no te enseñaron?, tal vez... -volteo para encarar al peliverde, pero toda palabra murió cuando vio el semblante de Zoro, Sanji estaba algo confundido, no entendía por que tan de repente su vecino le había mirado con enojo mezclado con algo de...nostalgia.

 

- Ni se te ocurra hablar mal de ellos, una sola palabra y te parto en dos... -no quiso decir mas, así que se fue a la cocina, y es que Zoro no estaba solo por elección, de echo la vida de sus padres le fueron arrebatada en un acidente automovilístico y dejaron a un pequeño peliverde de 10 años desamparado, claro que este echo no se lo contaría al rubio ni por que incistiera, aun no tenía la confianza como para revelar ciertos echos en su vida.

Sanji quedo desconcertado, ¿Tanto le afecta ese tema?, aun que en parte lo podía entender, pues él había perdido a sus padres y aun le era difícil tratar el tema, así que dejo a un lado eso, no se le hizo prudente preguntar, así que siguió a su vecino. - Como quieras, pero entonces...vives solo, supongo.

 

- Si...y me supongo tu igual -dejo la cajita sobre la alacena, saco de un cajón dos pares de palillos, de una puerta de la alacena saco dos platos, llevo las cosas hacia la barra que dividía la sala de la cocina, ya que el peliverde no contaba con comedor, al ser una casa no tan grende, pensó que de esa manera se vería mas especio, siempre comía sobre la barra que usaba como mesa, en vez que sillas prefería los bancos altos, regreso por la caja de madera y así ponerla sobre la mesa.

 

- De echo, pero ¿Que se le ha de hacer? -se encojio de brazos restando importancia a eso, pues prefería solo que mal acompañado, pues su vida fue de mal en peor.

 

------- Ocho años atrás ------

 

Sanji había quedado sin ningún familiar, estaba abatido, completamente destrozado, ¿Quien vería ahora por la vida del pequeño de nueve años?, ya no quería sentirse solo, era demasiado para un pequeño.

 

Cuando despertó por la mañana, tenía los ojos inchados de tanto llorar la noche anterior, la noticia de su tío le cayo pésimo, pero su estómago pedía comida, no le quedó de otra que levantarse, con las pocas fuerzas que le daba su cuerpo, se fue a bañar, tardo un rato, mas luego de terminar, se fue a vestir, se arreglo para así poder salir al comedor.

Cuando llego a la cocina, vio que aquella dulce señorita que lo había cuidado por un corto tiempo, estaba preprando el desayuno, la cual al notar al rubio, lo miro y sonrio, aun que era una sonrisa finguida - Buenos días pequeño...¿Como amaneciste? - aquella señorita tenía un semblante triste y Sanji lo pudo notar.

 

- Buenos días...-sonrío con la misma falsedad que ella, el pequeño no sabía si decirle a Makino que ya sabía la verdad, pero opto por callar y esperaría a que ella le revelara la verdad que ya sabia. -bien gracias, ¿Te ayudo con el desayuno? -ensanchó mas su sonrisa.

 

- No es necesario, Sanji, puedes sentarte y en un momento te sirvo.

 

La mañana paso algo lenta y pesada a la forma de ver de ambos, desayunaron como era debido, hicieron algunas labores del hogar, la actividad les hizo distraer un rato; cuando terminaron, ambos fueron a la sala mientras cada uno bebían algo refrescante; Sanji no podía mas, tenia que tener la confirmación de los echos sobre su tío, así que se aventuro a preguntar.

 

- M-Makino-san...-trago saliva.

 

- Dime, Sanji...-  la señorita se tenso, algo le decía que es lo que el pequeño quería.

 

- ¿Cuando volverá mi tío? - el rubio volteo a ver a la chica, esperando por lo peor, ya no quería finguir que no sabía y también tenía que saber que seria ahora de su vida.

 

- Sanji...veras... lamento decir esto, tu tío...-unas lagrimas comenzaron a caer de los bellos ojos de Makino- no va a volver -se cubrió el rostro con ambas manos, para ella el recordar ese suceso le rompía el corazón.

El pequeño rubio no se sorprendió, su pequeño cuerpo empezó a temblar al igual que sus labios, se estaba conteniendo, pero mas luego de un rato ya no pudo, unas lagrimas comenzaron a deslizar por sus mejillas. Ambos lloraron por un buen rato, se abrazaron y trataban de que el dolor fuera mas tolerable, poco a poco dejaban de llorar, suspiraron para tratar de calmarse, mas de repente, alguien toca a la puerta, la chica seca sus lagrimas y se dirigió hacia la puerta, la cual al llegar abre sin ningún cuidado.

 

- Fufu...usted debe ser Makino, así como también me supongo tiene con usted al pequeño Sanji -un hombre de alta estatura era quien había tocado la puerta, tenía una sonrisa de oreja a oreja, era un tipo extraño, pues vestia con un raro abrigo de plumas rosas y tenía puestos unas gafas de sol.

 

- ¿Quien es usted?... - a Makino no le daba buena espina aquel hombre de cabellera rubia.

 

- Sere directo, hoy no tengo intensiones de jugar al gato y al ratón, vengo por el niño... -aquel hombre se adentro en la casa, empujo a Makino, fue directo hacia el pequeño Sanji quien estaba en el sofá confundido por lo que estaba pasando.

 

- ¡No te le acerques a Sanji - ella grito con desesperación, fue directo a atacar al de plumas rosadas, pero no llego ni a tocar una de sus plumas, pues de un rápido movimiento él saco una pistola y le disparo a ella, una mueca de desagrado se asomo en el rostro de aquel hombre, no le agradaba que lo desafiaran.

 

- ¡Makino-san!...- grito Sanji a todo pulmón, volvió a llorar, el corazón sintio que se le hizo cenizas.

 

Nada estaba siendo fácil para el pequeño rubio, todo era desgracias tras desgracia, ¿Como alguien tan inocente puede pasar por tantas desgracias?, tal vez pruebas del destino, pero fuera lo que fuera, Sanji a sus nueve años de edad había vivido terribles desgracias, ¿Cuánto mas podría soportar ese pequeño niño?, pobre, pobre Sanji, nadie quisiera estar en sus zapatos.

 

------------

 

30/Julio.

 

 - ¡Oe! Cejillas... ¿Me escuchaste? - era Zoro el que hablaba a un rubio perdido en sus pensamientos, mas luego con eso despertó.

 

- Lo siento, ¿Que decias?... - se sobo el puente de su nariz, tenia que superar su pasado, despejo su mente y asi poder encarar de nuevo al peliverde.

 

- te había preguntado que si estudias, pero de repente te perdiste - enarco una ceja.

 

- Pensaba en cosas sin sentido, ah! De echo, este año entraré a ultimo año de preparatoria en el Gran Line... -dio un ligero suspiro, aun no despejaba su cabeza del todo.

 

- Asi que seguramente seremos compañeros... Que sorpresas da la vida.

 

Ambos se miraron, eran vecinos y ahora serian compañeros en la escuela, y después ¿Que vendría? ¿Realmente esto sería bueno para el rubio?, aun no lo sabe, pero por lo menos ya no concideraba como a un enemigo a Zoro, ahora era su compañero, tal vez hasta amigos se podrían volver, eso lo decidirá el destino, pues por lo menos en este día habían tenido un progreso, aún que no muy significativo, al final del día habían discutido, pero no era para tanto, Sanji solo esperaba que la decisión de llegar a esa nueva cuidad le trajera buenas cosas.

 

" Soy la hoja manchada con tinta roja, todo lo bueno fue marcado, huellas que jamás se borraran, adivina lo que una vez se escribió, he aquí una historia que sin palabras bellas se quedo".

 

Continuara.

 

 

Notas finales:

¿Que tal?, ¿muy triste? Y eso que apenas empiezo con el pasado de Sanji ¿Quieren saber mas?, iré contando de a poco, y dos personajes estuvieron presentes en el pasado de Sanji *-*, saben quienes son xD.

 

De nuevo me disculpo por la tardanza :c los bloqueos mentales son horribles xD.

 

Espero les este gustando como va.

 

Buen día, hasta el martes.

 

Bye! bye!.


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