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Polvo de estrellas por Junno Rosse Art

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Notas del fanfic:

Ninguno de los personajes me pertenece, cualquier comentario ofensivo sera borrado. Los personajes son tomados de la saga de Saint Seiya The Lost Canvas, son Albafika de Picis y Shion de Aries, no pondre hard, es solo romance, es una pareja poco conocida (y apoyada) pero de igual forma me dió ternura al ver una insinuacion en el Gaiden de Albafika, la historia la situo en el cap. 1, cuando el santo de piscis atravieza el templo del carnero 

Albafika caminaba taciturno en direccion a la doceaba casa del zodiaco, la sangre escurría de su hombro tras una batalla con los espectros, tapando el envenenado aroma en ella con su blanca capa, subió los escalones del templo de Aries, donde es recibido por el caballero y futuro patriarca Shion de Jaümir, el lemuriano se acercó para saludar a su colega.

-Albafica!-

El peliturquesa hizo caso omiso del saludo, continuando su camino, el rubió le tomó de la mano, jalandolo hacia si, mas su compañero respondió con un gesto de dolor, descubriendo su sangrante herida


-A...albafika! Estas herido!-

Arrebatando su mano de la del mumiano, oculta su rostro y herida una vez mas


-Cuantas veces tengo que decirtelo Shion... NO ME TOQUES!!-

El de ojos terracota se vio triste, viendo andar a su compañero le dijo

-Pero Albafika... Yo no tengo miedo de tu sangre envenenada...-

Esta respuesta hizo que el ojiazul se detuviera en seco, mientras los ojos del carnero blanco reflejaban paz... y amor, un amor que va mas allá del compañerismo, en los ojos del bello guerrero azomaban un par de lágrimas, sintió como Shion le abrazaba por la espalda, apretando sus puños, su mente le ordenaba apartarse, mas su cuerpo añoraba aquel antiguo cariño, Shion lo continuó abrazando, casi en actitud infanti, puso sus labios en el hombro del menor, peligrosamente cerca de su sangre toxica, diciendo sin despegarse.

-Oh! Albafika, no me gusta verte asi...-

El ojiazul al notar la cercania de su sangre con el carnero, se safó de su abrazo de forma violenta

-ALEJATE HE DICHO!-
-porque? -

-Mi veneno...tengo miedo de...-

No acabó la frase, pues el rubió lo giró para obligarlo a verle, con actitud exigiente

- De que?! De envenenarme como a Lugonis?!

El dolor de su difunto maestro esta latente aun en el corazon del peliturquesa, quien safó de sus hombros de forma violenta las manos del dorado, se giró sin decir palabras una vez mas, las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro, el lemuriano se mordió los labios, comprendiendo el daño hecho por sus palabras, tomó una vez mas el brazo de su compañero, quien se giró lleno de ira hacia el

-TE HE DICHO QUE...!-

Fué alcanzado por sorpresa por los labios del rubio, quien ahora lo abrazaba, quedando manchado por la sangre toxica sin ningun temor, el beso llevaba una pasión tal, que el ojiazul terminó por ceder ante el beso, correspondiendolo tímidamente en un inicio, soltandose de a poco hasta que su mano abrazó la nuca del carnero, se separaron jadeando, las mejillas del ojizul continuaban mojadas por el llanto, Shion comenzó a limpiar sus lágrimas con los labios, con la sorpresa de Albafika, quien se apartó viendo a su vez con tristesa la armadura dorada de su colega manchada con el veneno carmesí que corre en sus venas, tomando un poco en sus dedos, agacho la cabeza...

-Shion... yo...-


El lemuriano miró triste a su vez la reaccion de su compañero

-Estas herido... aún...-

El brazo del peliturquesa cubrió de nuevo la herida en su hombro, Shion extendió hacia el su mano, subiendo su cosmos para curar la herida en su compañero, quien hizo una pequeña mueca de dolor hasta que desapareció...

-Yo... Gracias... -


No subió de nuevo su rostro, se dió la vuelta por ultima vez

-No te preocupes por mi... tengo resistencia a tu sangre...-


Los ojos de Albafika brillaron, miraron una vez mas al futuro patriarca, quien le extendió su mano, el dorado la tomo con un gesto aún triste

-Repararé tu armadura... has hecho bien tu mision, no sera justo que el patriarca te vea con la armadura rota...-

El ojiazul sonrio tenue, su armadura se desprendió del cuerpo, formando la pandora box, la ropa de este había quedado pegada a su fino cuerpo, haciendo que el santo de Aries se sonrojase, se adentró en su templo para traer sus herramientas, y ocultar su rubor, regresó y puso la pandora box frente a el, comenzando a martillear con delicadeza, vertiendo polvo de estrellas, haciendolo volar tras cada cincelada, su cuerpo quedó tambien bañado del destello de las estrellas al morir, estaba casi terminado, se incorporó sin trabajo, suspirando largamente la armadura de Aries comenzo a desprenderse tambien del cuerpo portador, quién miró con una sonrisa a su compañero ojiazul, que contemplaba casi atónito el trabajo y el cuerpo del herrero

Shion había quitado los vendajes de su mano derecha, haciendo una larga cortada, que comenzó a sangrar, derramando el tibio líquido sobre la cloth de Picis, que respondió a este brillando con intencidad cual cosmos de dioses.


-Curas mi herida... pero en tu brazo logro ver mas de cien... Que acaso no te duele?-

Comentó por fin Albafika, mirando con un nudo en el estómago la herida en el brazo del dorado, quien sonrió ante sus palabras

-No, esto es un sacrificio que se tiene que hacer, las armaduras necesitan sangre para poder vivir...-

El doceavo caballero apretó los puños, agachando su rostro, habló triste interrumpiendo al mayor

-Lo entiendes Shion?...-
-Que?-
-Todos tienen que hacer sacrificios por su constelación, el mio es este...-

Shion curó su herida, vendandola y cubriendo una vez mas todas las marcas encimadas en su brazo


-Albafika, la soledad no es un sacrificio justo...-
-Entiendelo! No tuve eleccion!! A LA GENTE QUE TOCO ASESINO!-

El afeminado cuerpo del ojiazul temblaba de dolor y rabia, los ojos de Shion calleron

- Albafika... no fue tu culpa ese accidente-

-No hables de ello!! 

Shion, limpiandose el polvo de estrellas, tomó el rostro de su compañero, ahora fue este quien tomó por sorpresa al carnero y le besó, el de ojos terracota acarició el largo cabello turquesa de su amigo, quien se hundió en su pecho, Shion sonrió, besando el cabello de Albafika cerraron sus ojos, al separase, los ojos del peliturquesa brillaban, con una sonrisa tenue, tomó su pandora box , liberando la armadura que acababa de revivir

-Gracias Shion... yo... voy tarde con el patriarca...-

Ambos se despidieron con una sonrisa, al pasar a su lado, el santo de la primer casa sintió el impulso de besar una vez mas al doceavo guerrero, quien sintió un impulso parecido, se encaminó sonrojado hacia la casa de Tauro, donde aldebaran, lo miraba con una sonrisa cómplice, había visto todo lo ocurrido en la primer casa, mostrandolo en su mirada

-Buen día Albafika...-

-B...buen dia Aldebaran...-

Notas finales:

Capítulo único, si desean mas, pueden pedirlo en los comentarios y con gusto lo creo

 


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