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Peligris dos por Dandere

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Notas del fanfic:

Hola panquesitos, cómo están? Hace poco publique uno de mis fics y ahora vengo con otro. Resulta que este no tiene mucho jugo que sacarle pero si han leído Peligris (no es necesario leerlo, pero les invito) pueden tomar Peligris dos como continuación.

 

Bueno, gracias por el apoyo del fics de anoche, creo que realmente me voy a quedar con esta pareja. La amo. Aunque en estos días me he basado en unos originales… equis

 

 

 

Espero que lo disfruten mucho!!

 

Los quiero panquesitos :3

Notas del capitulo:

Agrego que la advertencia de lemon es baja, ya que no es un fics que se apoye en eso (En cierta manera no tiene ese sentido… aunque Iruka… equis). Es más romántico a mi manera. Así que  no se decepcionen si el lemon le llega parecer patético, en fin pudin! 

 

 

Capitulo único.-Los disfraces son la última opción.

 

 

 

–                    Iruka no.-dijo enojado, mirándome como si fuera el malo. Yo solo había intentado despertarle de buen humor tratando de hacerle una felación pero el muy cabezota me aparto de un golpe.- Sabes lo que paso la última vez.-me reclama con los recuerdo. Y que importa la última vez, yo quiero una nueva.

 

–                    Pero ...-Kakashi se levantó de la cama, tomo sus cosas y dejándome tirado con la palabra en la boca se fue, se arregló lo más rápido y saliendo de la casa sin por lo menos decir “adiós”

 

Sentí como la sangre subió a mi cabeza, como me volvía rojo, casi explotaba del enojo de la frustración. Respire, trate de calmarme, conté hasta diez y no lo logre, falle en el intento.- ¡MALDITO CABEZA HUECA!.-fue lo único que calmo mi ira, aquel grito que retumbo por todo el apartamento.

 

Me fui a dar una ducha, estaba soltando humos y parecía un caldero del vapor. Lamentablemente eso me hacía recordar nuestra primera vez, fue tan tierna, hasta que el salvaje de mi novio intentara partirme en dos. Pero me excito por lo tanto yo soy un maldito masoquista que está completamente enamorado de él...y del sexo.

 

Después de aquella charla reflexiva conmigo mismo ya tenia un plan, se me había ocurrido algo y como el tiempo libre hoy estaba de mi parte empecé a buscar algunos de esos libros porno que el siempre leía. En total fueron cinco horas, dos de esos libros por completos. Con mi rostro rojo y mi cuerpo excitado. Aunque su temática era solo heterosexual dejaba mucho que pensar.

 

Pero tome en cuenta muchas cosas de los libros, algunas ya puesta en prácticas, otras que intentaremos durante algunos días. Pero solo faltaba que llegara Kakashi, solo eso.

 

–                    Estoy en casa.-se escuchó desde la sala, me pare de un impulso y empecé a guardar los libros sin dejar evidencias antes de que llegara al cuarto. El pelo plateado empezó asomarse cuando yo seguía en el clóset escondiendo la huella del delito.-¿Iruka? ¿Qué haces?-fueron sus únicas palabras y actúa la defensiva.

 

–                    Nada que importe.-el me miro algo atareado pero prefirió pasarlo.

 

–                    ¿Comiste? ¿Quieres Ramen?-ofreció entusiasmado.

 

–                    Me iré a dormir.-dije ignorando sus palabras. Me fui directo a la cama, me tape con las sabanas y me acomode haciendo que el quedara con las palabras en la boca. Era mi pequeño y malcriado castigo por lo que había sucedido en la mañana.

 

Dure varios minutos tal vez una hora o dos en la misma posición después de que el se había ido de la habitación. Fue cuando sentí como su cuerpo se arreglaba en la cama y se acomodaba para ajustarse cerca de mi.-Estaba pensando en agarrar  unas vacaciones.-dijo mientras una de sus manos rodeaban mis caderas para abrazarme.- Quiero que viajemos o nos demos un tiempo de relajación ¿Qué te parece?-pregunto y no le respondí, él se sobresaltó he intento voltear mi cuerpo para quedar de frente.-Iruka, ¿Que tienes? ¿Qué pasa?-dijo preocupado, fue cuando yo me voltee dándole la cara por primera vez desde que llego.

 

–                    Kakashi está castigado, por lo tanto hoy duerme en el sofá.- fue lo que dije, entre pucheros y ira, lanzándolo de la cama sacando sus almohadas y arreglándome nuevamente.

 

–                    Pero que...-no continuo, fue el momento perfecto para lanzarle la sabana y dar por hecho que no debía reclamar.

 

Se fue a regañadientes, sonando los pasos que daba y desde la cama se escuchó el escándalo por lo molesto que estaba hasta el sofá. No lo niego fui cruel, porque así duro una semana, yo ignorando sus palabras y él durmiendo en el sofá.

 

Pero no era justo que si yo soy castigado de su parte por no tener relaciones sexuales, él no lo sea. Ahora recibirá su castigo por no satisfacer o mimar a su novio. Seria cruel, hasta que llegue a entender la situación, hasta que vuelva a mimarme el cabeza hueca esa.

 

–                    Buenos días.-dijo poniendo sus labios esperando un beso. Ya estaba vestido y el desayuno servido. Le mire amenazante y le ignore dejando que se tragara el beso que esperaba.-¿Ahora que hice?-no le respondí, deje que el usara su mente de estratega en nuestra relación.-Okey ya se que pasa.- le mire sorprendido, así de rápido.

 

–                    ¿cómo?

 

–                    Claro, es por que tome tus misiones.

 

–                    ¿Qué?

 

–                    ¿No es eso?

 

–                    No

 

–                    ¿No?

 

–                    No

 

–                    Ah

 

Nos miramos y él se acerco, me tomo por las caderas y acercando nuestros cuerpos nos besamos.-¿Que tienes? Estoy preocupado.-le mire fijamente, lo  fui acercando a la pared de la sala hasta chocar con ella. Nos acomode al punto que yo era el que tocaba la pared con la espalda. Mis manos se dirigieron a su pantalón y cuando fui a desabrocharlo sus manos me detuvieron.

 

–                    ¿Por qué?-le pregunte por definitivo. No logro mirar mi rostro.-Kakashi, ¿a qué le tienes miedo?

 

–                    A lastimarte nuevamente.-fue lo que dijo para separarse de mí y largarse por la puerta nuevamente.

 

–                    Pero ya lo estás haciendo, ¿acaso no te das cuenta?

 

Se me volvía a subir la sangre a la cabeza, pensé que una cucharilla de su propia medicina funcionaria pero no. Pasaríamos al plan de humillarse, porque lo que continúa después de aquello era humillante y desvergonzado. Pero el lee esas cosas, le gustan esas cosas, no lograra resistirse a mi plan para capturarlo.

 

–                    Llegue a casa Iru... ¿Iruka?- fue como si me supiera de memoria esas acciones, su rostro impresionado, su mano queda en su máscara al intentar quitarla, sus labios pálido con el rostro rígido. Como si no supiera que hacer, como actuar.

 

–                    Hola amor, bienvenido a casa. ¿Quieres comer o prefieres un baño primero?-su mirada no cambio intentaba hablar varias veces pero se callaba como olvidando las palabras. Mi cuerpo empezaba a sentir frio, estaba desnudo con un delantal color rosa pastel, mi cabello estaba suelto, llevaba un cintillo de mucama con orejas y entre mis nalgas sobresalía una especie de cola. Sonreía como una hermosa esposa esperando a su marido después de su luna de miel.

 

–                    ¿Qué es? ... esto, ¿Esto?-Kakashi todavía no lograba organizar la información. Sentía vergüenza y sabía que tenía un rostro horrible delante de él, seguramente llevaba de nuevo los cachete como un tomate, mi sonrisa temblaba y mi cuerpo se volvía torpe.-Iruka.-su voz sonó clara y alta, me hizo temblar y tuve que acercarme a algún lugar para apoyarme.-¿Por...? Iruka, ve a cambiarte, me daré un baño.

 

Ya va... ¿Qué?, ¿Cómo?. Apreté mis dientes y mis ojos casi se salen.-Acaso eres idiota.-Kakashi se sorprendió y el camino que había empezado para dirigirse al baño acabo.- Esto es el colmo. Me visto como un estúpido.- grite, había explotado, lo fui acorralando mientras caminaba con un rodillo en mis manos amenazándole.- Te masturbo.- mi cara roja creo que debía verse morada, verde de la frustración.-Leo tus libros porno.-ya no tenía a donde huir.- Y te ofrezco oportunidades para que metas tu asqueroso miembro en mi culo y te cohíbes, huyes, no aceptas.- le lance el rodillo que llevaba en mis manos pero este logro esquivarlo.- Acaso te has encontrado a una puta y ya no me quieres.- las lágrimas querían salir, a cambio mis palabras grotescas salían solas, nunca antes me había comportado como un niño malcriado pero él había sobrepasado mi paciencia.-Kakashi, maldito hijo de puta si me sales con eso de que ya no te gustan los hombres te castro.-mire a otra persona en ese instante cuando cruce mis ojos con el espejo de la sala, y al volver a ver a Kakashi encontré a alguien rojo, avergonzado, mirándome de arriba hacia abajo.

 

–                    Yo, yo no sé qué decir.-su voz sonaba extraña, fue cuando me di cuenta y al instante le lance una cachetada.

 

–                    Como rayos estas excitado, te voy a matar, acaso te burlas de mi.- Su rosto continuaba rojo y ahora más con mi mano marcada.-Ahora me besas.-mis lágrimas salieron por todo el arrebato de ira y este se acercó lentamente y empezó a posar sus manos en mi rostro limpiándolo. Le golpee el pecho pero no se quejó y continuo para lograr besarme.

 

Un beso sencillo y lleno de sentimientos, cambios muy bruscos con mordidas entrelazadas, roce de dientes y fuerza entre lenguas. Caímos y sentí lo frio de la cerámica en mi cuerpo desnudo. Nuestros cuerpos se enredaron como nuestras piernas. La respiración ya me fallaba y sentía que a él también. Quería jalar de sus cabellos peligris pero mis manos eran encarceladas en las suyas, tan grandes que con una de ellas bastaban para controlar mi cuerpo.

 

Empecé a excitarme como él en el momento que ambos bultos se rozaron con la tela de interferencia, me sentí como un feroz animal dominado. Y el paro aquel desastre fascinante al separarse a pocos centímetros que parecían kilómetros. 

 

–                    Al parecer no aguantas ni un segundo más.-dijo con burla, me apene y quería esconder mi rostro.-Yo tampoco puedo hacer mucho por mí, pero, Iruka te has portado muy rebelde.-Su mirada afilada penetraba mi cuerpo con la lujuria que llevaba. Me aceleraba y hacia que mi corazón deseara salir del pecho.

 

–                    Kakashi, no sé cómo tomes esto pero.-estaba acelerado, y era verdad no aguantaba más, mi cordura y orgullo había desaparecido. Todo, hasta mi pudor.-Termina de hablar y actúa más.

 

–                    Uy, creo que esto merece un castigo.-como podía actuar tan creído en estos momentos, como podía ponerse exigente y burlarse de mi gracias a mi debilidad.-Estoy muy cansado por la misión de hoy.-no dejo que le interrumpiera pero le lance una mirada de odio si pretendía parar cuando ya estábamos en un punto crítico.-No te preocupes continuaremos, pero espérame en el cuarto gatito.-me sonrió tiernamente mientras me picaba el ojo coquetamente, me puse rojo  y agarre una de las orejas y se la lance en la cara para después poderme escabullir y cumplir sus órdenes.

 

Pero antes tomo mi cintura y beso mi espalda con amor, sobo mis músculos y me hizo gemir al rozar mi miembro con sus dedos.-Te amo.-dijo y succiono con su boca mi cuello dejándome un rosetón morado.-Espérame, iré enseguida.

 

Está bien, no era momento para angustiarse, me aleje y acate sus órdenes como me dijo, fui a la habitación y espere por él. No sabía que estaba planeando, pero sentía los pelos de punta con cada roce que tenia o cualquier brisa fría. Mi cuerpo tampoco se tranquilizaba y mi rostro no soltaba la boba sonrisa después de aquel “Te amo” que solo el sabia decir en los momentos más claves.

 

La puerta permanecía abierta y por su tardanza iba a empezar a quitarme las únicas prendas que me quedaban cuando toque la cola falsa llego de improvisto tomando mis manos y prohibiéndomelo.-Hola.-susurro y un escalofrió paso por todo mi cuerpo recorriendo mi espalda con un frio que acabo en mis caderas.

 

Cuando voltee a verle no se había quitado la ropa, llevaba sus pantalones y una camisa demasiado desahogada. Sonrió y me miro nuevamente, parecía calmado y listo como un papa al castigar a su hijo. Se aproximó y se sentó en la cama.-Acomódate en mis piernas como un perrito.-me sonrojo y obedecí, me acomode tal como él dijo, como un perro, colocándome en cuatro patas entre sus piernas de manera que él lograba verme por completo.-Iruka, creo que sabrás que es esto.-empezó a entablar conversación como preparándome, cuando mire en sus manos se encontraba un palo de color azul, y si, sabía perfectamente que era, eso se llamaba acostumbrador. No logre responder bien, balbuceaba por la vergüenza de lo que intentaba hacerme.-Veraz llevamos mucho tiempo sin hacerlo, por lo tanto no intentare lastimarte como la última vez.-no dijo más y sonrió tiernamente para después introducir el acostumbrador lentamente.

 

Empecé a gemir y no lograba sostenerme por completo, él jugaba mientras me observaba.

 

Empezó acomodarme, al ver que intente acariciar mi miembro, pero prohibió aquello y con su propia manos me masturbo.-Eres un sádico.-dije entre gemidos. Él se echó a reír y me miro.

 

–                    No voy a negar que Iruka pone caras lindas, pero si te das cuentas nacimos como si nos hubieran moldeado para el otro. Si yo soy un sádico tu eres el perfecto masoquista para mi.-sus palabras me hicieron perder el sentido y él empezó acelerar el acostumbrador.-De paso Iruka es muy ingenioso, no puedo negar que te luciste con el traje.

 

–                    Quiero que sepas.-apresuro apropósito para que no lograra hablar, pero intente hacerlo entre las olas de placer que llegaban de repente.-Que esto, es porque te amo.-Kakashi paro de manejar el acostumbrador y me lanzo con brusquedad al suelo mientras se levantaba de la cama. Su mirada me hizo sentir repugnante.

 

–                    No Iruka, esto no es por amor, esto es más para satisfacer tus caprichos.-sentí un balde de agua fría.-No niego que ambos somos hombres y necesitamos del sexo, pero no quiero lastimarte. Pero Iruka es tan masoquista que si no lo lastimo se lastima el mismo.-no sabía si esas palabras eran un regaño o una advertencia.

 

Era cierto que siempre busque todas las maneras en que Kakashi me amara y tuviéramos relaciones, pero la manera en que él las pone ahora es como si intentara obligarlo, no lo niego, pero lo obligo porque pienso que él también lo desea, solo que por miedo no da el paso. Eso pensaba, yo lo amaba, nunca supe como demostrar esos sentimientos, así que esta era mi manera de hacerlo y el huía de ella.

 

Quise llorar, por empezar a recordar mis acciones, me sentí débil y perdí confianza en mí delante de aquel hombre de ojos negros, ya nada tenía sentido.

 

Hace un mes atrás descubrí que Kakashi era un impulsivo desenfrenado en el sexo, al punto que lastimaba sin darse cuenta. Pero cuando empezamos nuestra relación o mucho antes sabía que él era un hombre paciente, sensible, romántico y sobreprotector aunque los demás lo vieran como alguien sin sentimientos o esforzado.

 

–                    Kakashi, te amo.-le dije con lágrimas en los ojos, vi como cambio su rostro y se preocupó. Le sonreí y trate de acercarme lentamente para abrazarle.-Kakashi.- sus brazos no se movieron, no correspondió mi abraso así que me aparte un poco. No sabía que sentía, pero quería soltar lo que pensaba sin razonarlo antes. Me atoraba con las palabras y las lágrimas.

 

–                    ¿Sí?

 

–                    Cásate conmigo.-no borre mi sonrisa, pero ambos nos callamos.

 

Nos miramos, no despegábamos o separábamos nuestras miradas hacia el otro. Note como sus ojos empezaron aguarse, como empezaron a salir lágrimas. Nuestras erecciones eran algo del pasado, ya no nos importaba satisfacernos. E hicimos el amor, sin tener que quitarnos la ropa, ni besarnos o tocarnos. Lo hicimos entre nuestras miradas.

 

Me puse nervioso y empecé a reírme mientras llorábamos sin saber cómo parar. Quería decirle todo, todo lo que sentía a Kakashi.-Nunca estuve a la espera de un hombre, mucho menos pensé en quedarme con alguien como tú. Pero te amo, por todos tus lados, hasta adoro esa parte tuya cuando lees esos libros, soy adicto a los gestos de tu cara, a tu seriedad en el trabajo. Hasta las cosas malas de Kakashi me obsesionan. Eres perfecto para mí, cásate conmigo.

 

–                    Sí.

 

–                    ¿Sí?

 

–                    Si.-grito, ambos nos lanzamos contra el otro y volvimos a besarnos. Volvimos a mirarnos sin frenos.

 

–                    Ahora te toca hacerme el amor hasta dejarme inconsciente. Y sin juguetes.-le ordene y este se echó a reír, creí que esa risa iba a ser la más perfecta la que nunca olvidaría pero, en ese momento él se veía perfecto. Logre saber que él era mi todo.

 

Kakashi no soltó mis labios aunque se pusieran totalmente rojos, arranco el delantal y la cola falsa que colgaba en mí al igual que yo quitaba sus prendas. Creo que nos olvidamos de respirar pero no importaba, nos besaríamos hasta cansarnos y hasta más.

 

Rozo nuestros miembros ya desnudos y vi como estaba a punto de explotar, basto con solo el introducirse dentro de mí para que yo eyaculara al igual que basto a que se empezara a mover con brusquedad para que yo volviera a estar excitado.

 

Nos acariciamos, estábamos tan perdidos, no sabíamos que hacer o por lo menos yo, no sabía como tocarlo igual que la última vez. En sus brazos me vuelvo torpe, inútil, no tengo coherencia en mis palabras o no se controlar mis sentimientos a diferencia de él.

 

Sentí como me rompía en dos, como cada uno de sus movimientos movía todos mis órganos, como saltaba de placer. En cada momento que él me penetro mi conciencia desaparecía. Era muy diferente a la primera vez, ahora soportaba más, pero aun así sabía que colapsaría en cualquier momento.

 

Dejamos de besarnos porque ya no teníamos oxígeno, nuestros cuerpos sudaban y el empezó a succionas varias partes de mi cuerpo dejándome morados, marcándome como un ganado. No me importo quería más, quería ser egoísta y también quería marcarlo, pero a diferencia de él yo casi no lograba respirar por la carga de sensaciones en mi cuerpo, por todas las cosas que pasaban por mi mente. Porque simplemente quería marcarlo, dar a entender al mundo que él era mío como él lo hacía conmigo.

 

Sobo mis músculos y empecé a escuchar sus gemidos con claridad entre los míos cuando apretaba mi cavidad por simple maldad.-Mas.-pedí, estaba loco al hacerlo pero el obedeció, me aplasto con su cuerpo y aceleraba más, ahora el Kakashi de la última vez, ahora nadie lo controlaría, no lo calmaría hasta acabar, ya estaba extasiado no lograba pensar y lo sabía.

 

Íbamos acabar y mis ojos ya se cerraban, no pude evitar tomar su cabello peligris y jalarlo al momento en que me vine, el no duro mucho en las ultimas estocadas también logro vaciarse en mi, dolía a muerte pero me encantaba. Mi cabello estaba totalmente mojado al igual que mi cuerpo con nuestro sudor.-Kakashi.-Sonreí bobamente y me apure para besarle nuevamente lentamente, sin fuerzas, con el cuerpo reventado.-Te amo.-le dije y lamí sus labios, como un perro con su amo. Sabía que después de aquello continuaría un “Yo también” o un “Te amo” solo que no lo escuche, no logre esperarlo, estaba demasiado cansado, y me esforzaba para todavía mantener los ojos abiertos, estaba feliz, demasiado y me quede dormido, con aquella sonrisa boba todavía.

 

 

 

Al día siguiente

 

–                    Buenos días Kakashi.-dijo Asuna con su cigarrillo en manos al lado de Kurenai.

 

–                    Oh, hola Asuna, Kurenai.

 

La mujer se le quedo mirando y se sonrojo al momento de dar con el detalle.-Al parecer Kakashi tuvo una noche prometedora.-dijo, Asuna miro y se echó a reír pero el peligris se sonrojo. Mientras Kurenai sin más señalaba el chupón de su cuello que se escondía entre la tela de la camisa.

 

 

 

FIN

Notas finales:

Saludos Gracias por leer y bunos dias, noches, tardes! 

Hasta pronto panquesitos ºuº


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