“Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo”
Por: Ludwig van Beethoven.
Y, me deje llevar por la calma que me profesaba cuando me agarraba por la cintura. De un suave movimiento me acercó hasta él, con firmeza. Aun en mi corazón sentía una ligera opresión constante, pero que se fue esfumando con el pasar de los minutos, aquellos minutos donde comenzaba a desvestir mi alma sin lograr hacerlo.
¿Sería correcto hacer algo tan precipitado? Era más que obvio que pensar con claridad, se había quedado en el olvido. Naufragué en el tranquilo mar azul de sus ojos, que lo único que hacían eran ahogarme en ellos, exquisitamente. Con delicadeza coloco su cabeza en el hueco de mi cuello, olfateando mi aroma y, abrazándome con ternura; me gustaba la sensación de su contacto.
Lo sujete con mis manos con fuerza, apretujando con mis dedos su camisa, queriendo enterrarle mis uñas en su espalda; pero no podía y, no debía, claramente eso me hizo titubear al recordarla a ella. ¿Qué pensaría si lo viera así? Era más que evidente que ellos compartían algo más que solo besos. Así que me detuve y, lo solté, ocasionando su sorpresa.
- ¿Qué sucede? – Me pregunto, permaneciendo todavía en la misma posición.- ¿Te encuentras bien?
- S-si – Balbucee, incapaz de decir algo más.
- ¿Estás seguro? – Volvió a insistirme. Pero esta vez apartándose de mí y, obligándome a que lo mirara.- Sasuke…
- Eres muy ruidoso – Dije, recobrando mi compostura.
Me había colocado una máscara para verle y, poder hablar como siempre lo hacía, fingir estar bien se iba a volver algo cotidiano entre nosotros. Y, lo sabía. Pero nada de eso me interesaba en ese momento, si la oportunidad de estar con él, aunque sea de esa manera que me proponía (amantes), estaría bien. Haría como si nada me importara, ni el que haya elegido estar aun con ella. Se escuchó un ruido proveniente de la puerta, sacándome de mis pensamientos:
- ¡Naruto! – Hablo su padre, desde atrás de la puerta.
Él me dejo de abrazar y, me hice a un lado. Me dio una rápida mirada como si algo le preocupara, pero aun así se dirigió a abrir la puerta. Giro el pomo de ésta y, su padre entro, mirándonos a ambos con asombro. Naruto se volvió hacía mí, pero únicamente se recostó de nuevo en la cama, como si en ese momento no le importara nada.
- Sasuke, aun sigues aquí – Me dijo, olvidando la actitud de Naruto.
- Si, ya estoy por irme…creo – Musite.
Regrese a mirar a Naruto quien permanecía con la cara hundida en la almohada. ¿Se habría molestado? ¿Conmigo o con su padre? No sabía muy bien que era lo que sucedía en su casa y, más por lo que estaban pasando ambos, a causa de los síntomas de su madre.
- He preparado la cena chicos – Nos dijo, por supuesto con una sonrisa en sus labios.
Típica sonrisa Namikaze.
- No tengo hambre – Dijo Naruto, sin ningún tipo de emoción en sus palabras; sorprendiéndome.
Me volví para mirar a su padre, quien se encontraba con un semblante un poco entristecido. Me mordí el labio inferior. La verdad no me gustaba cuando ellos estaban así y, mucho menos me agradaba que Naruto tratara de esa manera a su padre. Si, entiendo su frustración por lo que pueda pasar con respecto a su madre, pero simplemente no es la forma correcta.
- Bajamos en un rato ¿De acuerdo? – Le dije, torciendo una sonrisa.
- Cuando quieran – Me dijo. Y, se marchó sin más.
Me volví a acercar a Naruto, quien todavía mantenía hundida la cabeza en la almohada. Me senté en el borde de la cama, ocasionando un pequeño crujido y, sin importar lo que pensara, le acaricie sus suaves cabellos dorados como el sol. Jugueteaba con mis dedos entre su cabellera rubia como si le estuviera sobando la cabeza y, entonces ladeó su cabeza en mi dirección; me sonrió.
- Vas a ocasionar que me duerma – Me dijo, entrecerrando los ojos un tanto.
- ¿En serio no tienes hambre? Eso no es muy propio de ti – Comente. Me gustaba la cercanía que estábamos teniendo, aunque fuera yo quien la perpetuaba.
- Tengo hambre de otra cosa – Mascullo en un tono lascivo. Sonreí de lado al escucharlo.
- Eres un pervertido – Le recrimine a manera de juego. Aunque a decir verdad, me gustaba.
Naruto detuvo mi mano con la suya, sujetándomela con suavidad. Me agarro después en un ágil movimiento el dorso de mi mano y, como pudo se hizo a un lado para que no le cayera encima. Había vuelto nuevamente a su cama como lo había hecho una hora antes de igual manera, pero esta vez era un poco diferente.
Él mantenía soportando su peso en su brazo, mientras me contemplaba de pies a cabeza. Con su mano derecha (la que tenía libre), comenzó a acariciar mi rostro tan delicadamente y, era evidente que ese gesto solo comenzaba a impacientarme de sobremanera. Sus ojos no se despegaban de mi persona, como si me estuviera comiendo con la mirada, lo cual hacía extremadamente bien. Su mirada me seducía demasiado y, simplemente me atrapaba.
Y, era como me hacía sentir; atrapado. Desde hace mucho tiempo me había atrapado con su manera de ser conmigo, su mirada que solo hacía vibrar mi ser; me atrapaba. Y, su sonrisa me arrastraba por los suelos dándome de lleno contra ella, estaba totalmente atrapado por su esencia; me había enamorado y lo sabía.
No podía describir la expresión de su mirada en este momento y, eso era por qué nunca me había observado de una manera tan deseosa. Él fue ligeramente acercándose con cuidado hasta mi rostro y, por un momento pensé que iba a besarme pero no fue así.
Delineo nuevamente mi rostro utilizando únicamente sus dedos. Toco mis labios con las yemas de sus dedos; ardientemente. Mi corazón en ese instante bombeaba a un ritmo casi anormal y, que me anunciaba que si Naruto continuaba; estallaría.
- ¿Puedo? – Me pregunto en un susurró. Sintiendo como su respiración golpeaba contra mi piel, erizándola.
Me quede estático, sin comprender mucho; volvió a hablar.
- Fui muy bruto contigo hace un rato – Dijo, aunque eso para mí ya había quedado olvidado y, ahora me preocupaba otra cosa.- ¿Está bien… si te toco?
¿Tocarme? ¿Le dejaría hacerlo? Sí lo haría y, era algo que deseaba más que nada ahora. Me limite a asentir con la cabeza, permitiéndole empezar a embriagarme de su completa existencia, quería que me tocara y, mi piel comenzaba a sentir la ansiedad de la necesidad de su contacto. Así que me olvide de todo, por lo que me desconecte del mundo de la realidad, para poder navegar entre las profundas aguas que me succionaban hasta él.
Los labios de Naruto se colaron en mi cuello, trazando una línea recta llena de humedad constante. Sentía su lengua recorrer la vena que se encontraba en mi cuello, mordiéndome con delicadeza y, lo hacía tan pausadamente que incluso molestaba su tardanza. Mientras que él se mantenía ocupado lamiendo en la zona de mi cuello, yo me las ingeniaba para desabotonar su camisa.
Pero cuando se dio cuenta de lo que yo trataba de hacer, me sujeto nuevamente las manos. Las levanto sobre mi cabeza, aprisionándolas contra la cabecera de la cama y, le vi sonreír maliciosamente, dejándose llevar por el intenso calor que comenzaba a sentir por dentro, que hasta incluso yo lo sentía en mi piel. Me quemaba.
- Sasuke… - Me dijo, su voz sonaba un poco ronca y, su aliento me golpeaba los sentidos. Tanto, que hasta me excitaba con tan solo escucharle decir mi nombre.
Sentir su respiración contra mi lóbulo, me estremecía haciéndome hasta temblar. Cerré los ojos por puro impulso y, podía sentir como mi cuerpo se tensaba por el choque eléctrico que me profesaban sus dedos. Ladee mi cabeza en dirección contraria de donde se encontraba él, pero con su mano derecha me volvió para regresarla a una posición donde pudiese verme mejor; abrí los ojos de nuevo.
Sujetaba mi mentón como si este fuera de cristal y, me miraba con demasía. Delineo nuevamente mis labios con su dedo índice, mordiéndose el labio inferior, mientras me seguía observando con una obscuridad en sus ojos, llena de lujuria; quería comerme. Y, lo hizo. Invadió mi boca con la suya, succionando mis labios en cada movimiento que realizaba, por lo cual me costaba seguirle el ritmo, pero después de unos segundos; me acople.
Su lengua comenzó a buscar la mía con desesperación y, rápidamente la encontró gustosa de haberla hallado. Nuestra saliva se mezclaba, ocasionando que el sabor fuera más que apetecible en ese instante, me mordió los labios consecutivamente hasta que se percató de lo hinchados que podrían resultar estar. Su mano dejo libre las mías, para ir poco a poco subiendo mi playera, pero mientras me seguía besando, sentí como fruncía sus labios.
Él rompió el beso inmediatamente, cosa que mis pulmones agradecieron muchísimo. Necesitaba sentir esa oxigenación en mí sistema para poder continuar con lo que siguiera. Se colocó en cuatro sobre mí, pero únicamente me observaba con detenimiento. Me extrañe.
- ¿Qué sucede? – Le pregunte.
No hubo respuesta de su parte y, prosiguió con lo que había iniciado.
- ¿Estas bien? – Volví a insistirle.
Naruto me afirmo con la cabeza mi pregunta. Se levantó erguido en la posición que se encontraba, quedando parado sobre sus rodillas. Se comenzó a desabotonar su camisa enfrente de mí tan… endemoniadamente lento. Lamiéndose los labios como si estuviera a punto de comerse a su presa y, yo únicamente le miraba embelesado cuando me dejo ver su increíble torso bien definido. Me sonrió satisfecho al ver la expresión de mi rostro.
Tiro su camisa al suelo de madera, inclinándose después sobre mi abdomen. Mi respiración se comenzaba a acelerar rápidamente, incluido mi corazón que parecía que bombeaba a mil por hora. Naruto me tomo por la cintura, posicionándome un poco más al centro de su cama y, sin perder mucho más tiempo, se apresuró a lamer mi piel descubierta, dejando un rastro húmedo que se dirigía hasta mis pezones. Me mordisqueo uno, ocasionándome un espasmo en la espalda y, logrando también que se encorvara por la acción.
Le clave las uñas en sus hombros desnudos cuando volví a presenciar su constante jugueteó con mis pezones ya despiertos. Dirigió su lengua por todo mi pecho, llegando nuevamente hasta mi cuello y deslizándola por mi mentón; me beso ardientemente. Había esperado por esto hacía mucho tiempo atrás, pero jamás me había imaginado que realmente ocurriría, me sentía en las nubes sin estarlo porque estaba más que sabido cual era mi posición en este enredo.
Sentir los besos de Naruto y, que me llenara de su saliva era como agua en un desierto. Se sentía extremadamente placentero. Fue entonces cuando escuche el sonido de un metal. Mis labios se tensaron y él se apartó de mí nuevamente para ir bajando por mi abdomen. Saco a prisa el cinturón de mi pantalón, abriendo después la bragueta y, que era el acceso hasta el límite de lo imposible.
- Naruto… espera… - Dije entre balbuceos, mi tono de voz se escuchaba nervioso.
Y, así me encontraba; nervioso.
- ¿No quieres? – Me pregunto suavemente, regresándome a ver con aquellos ojos que solo me descolocaban cuando me miraban.
- Yo…pero… ¿Esta bien? Que sea tu casa – Termine diciéndole, él se sorprendió demasiado. Me sonrió con ternura.
- La habitación de mis padres está del otro lado… no escucharan – Menciono seguro de sí mismo. Volviendo a colocar sus manos sobre mi pantalón, queriéndolo sacar de inmediato.- Mamá seguramente esta descansando y, papá seguro le hace compañía.
Fruncí los labios con temor ¿Esta sería mi primera vez? Al parecer, creo que cante victoria antes de tiempo. El sonido de su celular comenzó a ser uso de presencia en la habitación. Maldije el momento en que alguien se estuviera entrometiendo, pero sabía a la perfección de quien podría tratarse. Naruto me dio una rápida mirada antes de salir de la cama e ir en busca de su móvil y, verificar de quien se trataba, le vi abrir los ojos como platos, como también le vi contraer los músculos de su mandíbula.
Deslizo la pantalla de su celular y, a la vez me miraba. Entendí rápidamente así que me gire en dirección a la pared para no ver la expresión que le brindaba a ella y, simplemente me limite a escuchar lo que le decía.
- Hola.
Le saludo en un tono meloso. Quería vomitar justo ahí al oírle.
- Lo siento, lo olvide por completo – Le dijo, con ese tono de voz que solo a ella le escuchaba oír hablar.- No, no estaba haciendo nada importante.
Una fuerte punzada atravesó mi pecho inmediatamente ¿Nada importante? Sabía muy bien qué mentía y sabía también que le mentiría a ella a partir de ahora. Entraría al juego de la novia y el amante*.
- Ok, estaré ahí en una hora – Volvió a decirle. Haciendo que me mordiera el dorso para contener las inmensas ganas de querer llorar en ese mismo momento.- Si, prometo no tardar.
Unos segundos después le escuche colocar su teléfono en la mesita que tenía en su habitación. Se dirigió hacía el armario y, le escuche buscar algo, supuse que era ropa, ya que dudaba de que utilizaría la que cargaba puesta. Entonces oí sus pasos venir hacía mí, me quede en la misma posición, aparentando estar bien.
Me toco el hombro haciéndome que me girara. No sabría explicar su expresión en estos momentos, porque parecía que estaba entre molesto y triste. Y, no sabía si era por ella o por mí, hasta que hablo.
- Lo siento Sasuke – Musito por lo bajo, como si le costara demasiado decirme aquello.- Olvide por completo que tenía que verme con Hinata.
Y, me puse la máscara de felicidad*.
- No te preocupes por mí… - Dije con una media sonrisa en mis labios, aunque era evidente que por dentro estaba que me quería morir.
- Pero no es justo para ti – Me dijo, sorprendiéndome un poco. ¿Estaba preocupado por mí? O ¿Solo era lastima lo que sentía? Así que le sonreí para que pensara que no me importaba en lo absoluto.
- Está bien… Ve con ella – Dije, sintiendo desgarrar mi garganta por tan solo decir eso.
- Mañana – Me dijo.- Mañana estaré contigo.
Me prometió, haciéndome sentir seguro de lo que me decía.
- De acuerdo.
Naruto me deposito un rápido beso en mis labios, tocándome las mejillas delicadamente. Sentí que aquel tacto me ardía, pero no precisamente por efecto de cariño, sino porque el juego iniciaría. Se metió a la ducha dejándome en su habitación, mire por unos instantes el techo blanco de ésta y, parándome en el acto. Me arregle la ropa y, tome mis pertenencias. Me marche antes de que se diera cuenta, para no tener que verle cuando fuera tras ella.
Salí de ahí con el corazón en la mano. Literalmente lastimado.