GRADUACIÓN.
Graduación, una de las palabras que difícilmente quieren ser escuchadas entre los jóvenes de último año de instituto. Tanto Baekhyun como Chanyeol tampoco la querían escuchar, totalmente un dolor de cabeza.
Esa tarde antes de ir a la ceremonia que se llevaría a cabo, Chanyeol salió de su casa a medio arreglar y cruzó para tocar a la puerta de los Byun, encontrándose con Baekbeom quien le dijo que Baekhyun estaba en su habitación, invitándolo a ir. Sin atreverse a tocar —y con toda confianza— abrió la puerta de la habitación de su mejor amigo, encontrándolo en un elegante y estilizado traje, ceñido a su delgada figura. Baekhyun se miraba al espejo antes de notar que su embobado amigo estaba ahí.
—Hola, Yeol —sonrió tiernamente mirándole a los ojos. Su mejor amigo luce muy guapo hoy. ¿Desde cuando Park Chanyeol se ve tan bien y sin estar completamente arreglado?—. ¿Listo para graduarnos?
—Yo...ehm. Sí, supongo —se encogió de hombros ignorando el golpeteo en su pecho—. Te ves genial —dijo aunque sólo lo pudo escuchar él mismo, después carraspeó la garganta y señaló el saco que llevaba en brazos y la corbata desecha en su cuello—. Necesito ayuda con la camisa y la corbata, tu sabes, no soy bueno en estas cosas.
Baekhyun solo rió bajito burlándose de él.
—Park Chanyeol graduándose y no sabe atar una simple corbata.
—Sí, lo que sea. ¿Estás listo para dar el discurso del mejor estudiante de todo el curso? —Baekhyun había recibido la tarea dar el discurso final.
—Lo practiqué mucho, pero creo que al final diré lo primero que se me venga en mente —terminó de atar la corbata de Chanyeol y acomodar bien el cuello de la camisa.
—Gracias, Baek. Sabes que soy realmente malo con las corbatas —pensó por un momento—. Lo harás bien. Eres Byun Baekhyun, el cerebrito del curso y mi mejor amigo.
—Lo sé, tarado —rió con autosuficiencia fingida—. No es como si me importara dar un buen discurso, igual se olvidarán de él pronto.
Chanyeol se acercó y se abrazó a Baekhyun.
—Deja de ser tan presumido —susurró y Baekhyun, riendo, lo apartó juguetón.
Porque el corazón de Baekhyun parecía estallar de tantas palpitaciones, incluso puso un gran esfuerzo el día de hoy para llamar la atención de su despistado amigo. Mirando a Chanyeol se da cuenta de que luce muy elegante y pulcro, aunque en un principio había llegado a casa de los Byun con el cabello revuelto, corbata en mano y camisa desalineada, a Baekhyun le gustaba; porque así le gusta, un Chanyeol desordenado. Para lo que Baekhyun califica, Chanyeol lucirá mucho más atractivo que cualquier otro en la graduación.
Juntos van a la graduación y como Baekhyun había jurado, Chanyeol es el más apuesto de todos. Esta sería la última vez en el lugar que juraban estar en la misma cárcel. La ceremonia da comienzo. Pronto el nombre de Baekhyun es mencionado como el mejor alumno en su generación de instituto y recibe un honorable diploma. Cesa como una ceremonia de clausura normal.
—Te lo mereces —escucha de Chanyeol y una automática sonrisa adorna su rostro. Después de todo su discurso fue todo un éxito.
Sus padres los obligan a tomarse fotos para el recuerdo, con pesar aceptan, no es como si se les pueda negar algo a las mamás. Reciben felicitaciones y el señor Park le tiende a su hijo menor el par de llaves del auto, confiándole que lo cuidará para que ambos vayan a la fiesta de graduación.
Y como la última vez, cantan canciones a todo pulmón con la radio encendida, con la diferencia de que esta vez puede notar la atractiva voz de su mejor amigo, una gruesa y un poco ronca, probablemente la más atractiva que haya escuchado hasta ahora y decide convertirla en su favorita. En el asiento copiloto mira a su amigo y piensa que realmente le gusta su sonrisa.
Cuando llegan ven que la fiesta es lo que llevaban especulando por semanas, parece más un antro que una fiesta escolar de graduación. Las cuales no son su estilo, no desde lo que pasó la última vez que asistieron a una de ese tipo. Hacen una mueca.
—Podemos siempre no entrar —dice mirando a su tan alto amigo a los ojos.
—Podemos ir al parque de luciérnagas si quieres —los dos sonríen.
Ambos, de acuerdo, se alejan del lugar. Aquél parque es como su escondite, casi nadie va a ese lugar por falta de luz, por el hecho de que ayuda a ver aquellos insectos brillantes nocturnos. Es tarde, cuando llegan casi no hay nadie, porque en su mayoría quienes van a visitarlo son niños pequeños que están a punto de ir a la cama. El lugar lo descubrieron unos años atrás y desde ese entonces ha sido su favorito, lo han guardado para ellos y para los pocos visitantes.
En el camino se han desecho del saco del traje y han desalineado su corbata, si antes querían mirarse totalmente pulcros ahora poco les importa eso, de todas formas ambos se han visto en condiciones peores.
Caminan colina abajo y toman lugar cerca del pequeño lago que hay cerca de un gran árbol, iluminados por una pequeña luz proveniente de un poste, los insectos voladores se ven hermosos desde ahí. Sacos tendidos en el pasto húmedo por el rocío nocturno, recostados uno cerca del otro miran el oscuro cielo. Empiezan a charlar sobre cómo es que las luciérnagas pueden brillar en la oscuridad, pero ninguno sabe la respuesta.
Baekhyun se tensa, nervioso, cuando siente la penetrante mirada de su mejor amigo mirarle, pronto exhala el aire retenido, cuando Chanyeol ha dejado de mirar. Las estrellas confundiéndose con los pequeños insectos. Voltea un poco su rostro para encontrar el rostro contrario mirando hacia el cielo, le gusta mucho, vuelve su mirada al cielo y ve cómo una estrella se mueve, oh, es una luciérnaga.
Sus conversaciones casi siempre son triviales y entretenidas, pero no se dan cuenta de cómo es que terminaron recordando cosas, recuerdos muy vergonzosos.
—Recuerdo cuando te ponías a cantar en todas las excursiones escolares en la primaria, a todo pulmón —la risa retorcida de Chanyeol y lagrimas de risa están presentes, y aunque el castaño ama esa sonrisa deforme, en estos momentos no le gusta del todo.
—Yah, Chanyeol. Deja de reír, teníamos siete años. Además —recalca recordando—, tú siempre cargabas con ese hurón de peluche, era como tu chicle. No te separabas de él.
—Hey, Baek, no te metas con Kiri. Aún recuerdo cuanto te conocí y te gustó tanto Kiri —una suave sonrisa se curvó—. Y tú tenías esa mochila de perrito que tanto amabas. Eras tan adorable en ese entonces.
—Espera, ¿aún recuerdas? Yo no recuerdo casi nada...¿cómo es que recuerdas?
—No lo sé, supongo que es difícil olvidar a ese niño molesto de cinco años que me habló en el primer día de clase mientras esperaba a que mi mamá me recogiera.
Con un mohín contestó—: No lo recuerdo muy bien...
—Es un día muy especial para mi —Baekhyun, por alguna extraña razón, sintió sus manos sudar y su cuerpo ruborizarse al escucharlo—. Aunque eras un niño molesto, me gustaba jugar contigo, siempre era divertido, ¿no crees? Hemos pasado muchas cosas juntos.
El castaño volteó su cabeza y miró a Chanyeol que seguía inmerso en el cielo estrellado.
—Está claro que sí —miró a Chanyeol con detenimiento. ¿Acaso Chanyeol sabe que con cualquier cosa que hace provoca felicidad en Baekhyun? La respuesta es no, o un tal vez.
—Incluso hemos pasado cosas tristes juntos —Chanyeol volteó su cabeza y se encontró con la mirada de Baekhyun y su alegre sonrisa—. Conocimos muchas cosas juntos, aprendimos a conducir juntos aunque tú eres realmente malo en eso. Somos la perfecta definición de mejores amigos.
—Estoy de acuerdo en eso también —mirar a sus ojos y no poder evitar decir que sí a todo lo que le diga. Porque quiere ser la persona perfecta para Chanyeol aunque sólo puedan ser amigos—. Somos los mejores, ¿no?
«¿Se puede morir de taquicardia con sólo ver a la persona que te gusta?», se pregunta inocente. «Chanyeol, me gustas tanto». «Incluso recuerdas cuando nos conocimos. ..¿cómo alguien tan perfecto puede aceptar seguir siendo amigo de alguien como yo?», suspira alargadamente cuando mira el pequeño tic en el ojo derecho de su amigo. «Debo ser un estúpido porque estoy terriblemente enamorado de mi mejor amigo. Estoy jodido»
—Los mejores, Baek —sonríe con su característica sonrisa. «Por favor, jamás dejes de sonreírme así»—. Es agradable estar aquí y no en una fiesta estúpida con todos ebrios.
—Me gusta pasar tiempo contigo, Yeol —admite muy seguro—. Me gusta estar contigo.
Chanyeol seguro quiere permanecer lo que le resta de vida con Baekhyun en momentos como éste, pero, ¡rayos! Tiene la estúpida beca en la universidad de Columbia, muy, muy lejos de Corea y por ende, muy lejos de Baekhyun.
—Estoy feliz cuando estoy contigo, Channie.
Se pregunta mil veces en su cabeza qué es lo que hace Chanyeol para que a mitad de la noche, con cabello revuelto, sonrisa inocente —que casi siempre porta— se siga viendo igual de bien. Quizá es porque se ha cegado con todo lo respecto a Chanyeol, y él aún sigue mirando atentamente a lo que sea que vaya a decir, prestándole toda su atención como si fuera lo más importante. Casi está seguro de poder amar a Chanyeol toda su vida, no casi, está seguro de que lo hará y podrá esperar todo el tiempo que sea por él, sólo espera que Chanyeol haga lo mismo. Espera que Chanyeol sienta lo mismo por él.
Ambos se miran sin decir nada y juran que pueden sentir sus pechos explotar, pero no lo dicen. El tiempo es mejor así, quieren pasar la noche de graduación así, sólo ellos dos sin nadie más; siempre han sido sólo ellos dos. Baekhyun realmente adora a Chanyeol, ya no puede evitarlo, ya no puede ocultarlo: su corazón desemboca en gigantes galopadas, su mente sólo gira entorno a é, ya no sabe qué hacer con estos sentimientos hacia su mejor amigo.
«¿Cómo no lo vi antes? Mi chico perfecto es Chanyeol, tardé tanto en ver que él es para mí»
«Eres perfecto para mí»
Un beso.
Ha besado a su mejor amigo. Está moviendo sus labios con los contrarios. Siente un sin fin de sentimientos y sensaciones dentro de sí. Pronto es correspondido.
Un lento y dulce beso. . . Cientos de luciérnagas a su alrededor.