Día 19: Festival
Casi no podía respirar, estaba siendo una tortura ¿cómo las mujeres podían soportar esto?
Las personas iban corriendo de un lado a otro, apuradas por terminar todo a tiempo, carteles, pancartas, las carpas, absolutamente todo debía estar listo para ese día. El festival escolar era una celebración de cada año en el cual los salones y clubes competían presentándose para poder ganar, normalmente dinero (para financiamiento de viajes etc) Al menos tenía la cuota cubierta con el club de básquet. Riko quería hacer una presentación de exhibición para atraer más gente al club, pero lo que tenía en mente era demasiado extravagante al querer hacer una pirueta con cama elástica, como el entretenimiento de medio tiempo en la NBA. Nadie estuvo dispuesto a arriesgar su vida hasta que Kuroko los sacó del apuro. Dijo tener el CD ideal donde había una coreografía usando los balones de básquet, les pareció perfecto hasta que se apareció con las películas de “High School Musical”, para su defensa el peli celeste afirmó que los Cd’s no eran suyos sino de Kise quien se había aparecido en su casa con la trilogía para verla juntos.
Después de un bramido de Kagami y algunos cotilleos decidieron ver la parte en especial que les señaló el fantasma. A Riko le entró la nostalgia así que terminaron viéndose la todas las pelis, las risas aumentaron en la parte donde la protagonista anima al chico desde las gradas después de un fault, se les hacía absurdamente parecida a la escena de Kuroko animando a Kise en el partido de Kaijo vs. Fukuda. El fantasma se sonrojó violentamente pero siguió intentando mantener su rostro de póker. Todos se dieron cuenta de la molestia del tigre pero prefirieron dejarlo pasar.
Decidieron imitar una de las canciones, después de todo no tenían tiempo, se escogieron a los mejores dribleadores en los que Furihata había agradecido no estar, aunque ahora en su posición habría dado todo por hasta cantar la canción.
En su caso su salón no fue tan diferente, pero pudiendo haber escogido cualquier otra cosa como por ejemplo una casa encantada, un puesto de comida o inclusive un puesto de juegos, decidieron poner un Maid Café. No era sorpresivo, ya que en su salón solo había seis chicos ¿qué podían hacer seis en contra de 20 mujeres? Todas las propuestas fueron parecidas a esa, todas necesitaban cosplayarse y obviamente todos debían participar, eso incluía también a los chicos. Ahora mismo es Kouki es quien sufre la tortura divina del corsé que es ajustado hasta que él pueda considerarse todavía respirando, mientras que unas manos femeninas lo manosean a diestra y siniestra tratando de encontrar sus medidas, desde el largo de la falda hasta la altura de las medias, que antes de ser la fantasía morbosa de cualquier chico de su edad esto se sentía como las manos de muertos jalando a Kratos hacia el infierno.
No le había contado nada a nadie, acerca de lo que su salón organizaría ni siquiera a su novio. Aunque probablemente el equipo de básquet se iría enterando con las pruebas de vestuarios y todos los carteles femeninos que iban pintando las chicas. Hasta esa fecha consideraba que las mujeres eran criaturas muy bellas, delicadas y dulces, pero ahora conocía la cruel realidad de todo aquello terrorífico de las que son capaces cuando tienen el poder, porque sabía que hasta la más reservada y mojigata se estaba divirtiendo con eso. Fukuda pidió por su vida e hizo un trato con las chicas, se encargaría de ser su conserje, quien limpie el piso las mesas y hasta los trastos sucios pero que no lo hicieran vestir de niña. Las chicas aceptaron pero cuando los demás chicos quisieron seguir sus pasos al ver una salida a su suplicio, se negaron tajantemente.
-Furihata-kun ¿Cómo te esta yendo?
-Eh? ¿Pero qué están haciendo? – Kuroko y Kagami habían entrado en su salón. Furihata sin aire para responder señaló la pizarra que decía “Bienvenidos al Maid Café”. Los intrusos hicieron una “o” con sus labios como entendiendo a lo que se tenía que enfrentar el pobre castaño.
-Y ¿Qué están haciendo ustedes?
-La clase está organizando una casa del terror. Kuroko será fantasma.
-¿Quieren que a la gente en verdad les dé un paro cardiaco?
-Me seleccionaron como fantasma sin mi permiso, al parecer algunos no sabían que yo estaba en su salón.
-El alumno fantasma – dijo Kagami entre risas. “¿Acaso esto es Another?” pensó el castaño.
-Ya nos vamos, no olvides que nos presentamos a las 12.
Una compañera de salón llamada Izuki fue quien se iba encargar de hacer los trajes, por eso necesitaban la medida exacta de cada chico para poder adaptarlos de tal manera que hagan la ilusión de formas femeninas.
Ya era el día del festival, Kouki llegó temprano con una mochila grande donde poder dejar sus cosas, ni bien llegó fue puesto a recaudo de Miyu la jefa por así decirlo, ella se encargaría del maquillaje de todos. Las muchachas habían dispuesto sillas y al frente de cada uno espejos, como side un salon de belleza se tratase. Ya resignado se sentó, cerró los ojos y puso el rostro hacia atrás mientras trataba de pensar en cosas bonitas.
-No se preocupen, déjennoslo a nosotras. – Solo unas cuantas palabras pero sirvieron para tranquilizar a todos los chicos.
Le dieron una señal de abrir los ojos y se miró en el espejo frente suyo. Cuando se vio a sí mismo se sorprendió de tener un maquillaje tan bajo y natural, sus cejas no eran pobladas así que se había librado de la depilación por la que sufría Kawahara. Estaba esperando encontrar su rostro pintarrajeado con coloretes fuertes y sombras oscuras, pero en cambio tenía un brillo rosa sutil y sí pestañas postizas. Quiso tocarse el rostro ya que parecía de porcelana.
-No te toques la cara, vas a arruinar el trabajo. Ve donde Izuki para el taje, después ve con Shizuka, te entregará y ayudará a ponerte los detalles. Esto tiene que salir perfecto.
Hizo caso a las palabras de la jefa, que por algún motivo tenía una mirada cargada a fuego. De nuevo la tortura del corsé, el traje, las medias blancas con lazos altas y los zapatos. Agradecía que no eran de taco. Shizuka le entrego las cosas faltantes, bastante fue su sorpresa al ver lentes de contacto y una peluca castaña unos tonos más claro que su propio cabello. Algo de media hora de tortura después, era toda una Maid, cuando se vio en el espejo de cuerpo completo no pudo ni siquiera reconocerse.
-Bien chicas falta solo 10 minutos para que comience esto. Ya saben sus posiciones, el grupo A se encargará de llamar clientes, el grupo B se encargará de recepcionar a los comensales y ser su maid hasta que se retiren (obviamente previo pago) – Risas. Kouki se dio cuenta que Miyu estaba abajo en la formación cantando el himno nacional para dar comienzo al festival - El equipo C se encarga de la cocina, pero no se olviden si falta gente para B cualquier Maid disponible tiene que ayudar. Comencemos.
Y con una porra todos se animaron. A los minutos de comenzado ya empezaba a llegar la gente, pero había algo de lo que Kouki no tomó en cuenta, es que el evento era abierto para el público en general, desde la ventana de su aula vio llegar uno a uno a la generación de los milagros y no pudo evitar sudar frio. ¿Cuál era la posibilidad que vinieran a comer justo a su puesto habiendo tantos? Ya eran las 12:30 el equipo de básquet se había terminado de presentar, hubieron aplausos algunos gritos de chicas, pero no debía descuidarse, como una capataz Miyu controlaba todos los aspectos en los 3 grupos.
A los minutos Kouki quiso morir, y deseó haber aprendido a cocinar cuando su madre se lo pidió. La generación de los milagros ingresaba a su salón. El primer grupo conformado por Aomine, Kuroko, Momoi y Kuroko, el siguiente grupo de Kise y Kasamatsu, siguiéndoles Takao y Himuro en otra mesa, suspiró profundo, el siguiente grupo le tocaría y probablemente sería Murasakibara, pero lo que Kouki desconocía era que el gigante de Yosen se había ido por su cuenta para degustar todos y cada uno de los puestos en el festival. El siguiente grupo estaba conformado por Midorima y Akashi, el castaño no sabía si el corsé lo había dejado sin aire pero durante un rato solo pudo boquear sin decir palabra. Sintió la mirada apuñaladora de Miyu tras de él y salió de su trance. En su posición podía hacer un estudio preguntándose ¿Quién era más aterrador, Akashi o Miyu?
-Buenas tardes, seré su Maid el día de hoy. ¿Qué desearían tomar?
El emperador miró de reojo el menú y pidió por los dos. Furihata se dio cuenta que no le tomaron mucha importancia pensó haber pasado desapercibido. Anotó el pedido y se retiró con una reverencia, lo que no se dio cuenta era que un par de ojos carmín lo siguieron durante todo su recorrido. Ya estaban a punto de retirarse y solo le quedaba cobrar lo consumido, cuando escucho detrás de sí.
-¿Furihata-kun?
-Wah, dios Kuroko no me asustes. – Al ver detrás del fantasma logró darse cuenta que toda la GoM estaba allí.
-Woah, ¿en serio Furihata eres tú? Te ves tan… diferente – dijo Kagami.
-Dirás travestido – Dijo sin ningún tacto Aomine quien recibió un golpe a las costillas por parte de Kuroko.
-Woah, en serio pareces una chica, Shin-chan estaba a punto de pedirte una cita.
-Cállate Takao.
-Awnn que lindo – Momoi se acercó y lo abrazó – Me gusta Tetsu-kun pero Furihata-kun es tan adorable.
-Ehhh ¿Furihatacchi eres tú? No te hubiese reconocido nunca.
Los chicos se fueron despidiendo mientras cada uno pagaba su orden, cuando vio a Akashi acercársele.
-Nada mal – dijo pausadamente.
-No se burle de mi por favor.
-No lo hago, me hubieses dicho.
-Ya suficiente vergüenza siento ahora, no quería que me vea así… travestido… - dijo azorado. Akashi hizo arrugó un poco los labios, Daiki después tendría un castigo. Kouki de nuevo sintió a Miyu mirándolo fijo. – Lo siento, debo seguir ayudando.
-No hay problema – Akashi pagó lo que debía y le dio tambien una servilleta doblada, para ya retirarse.
Kouki al desdoblarla vio que tenía algo escrito “No te cambies, nos vemos más tarde en la fogata” El festival pasó de manera rápida, todos se divirtieron y haciendo caso a las palabras del emperador no se cambió. Miyu y las chicas dejaron a Fukuda todo el trabajo de ordenar y limpiar el salón ya que era su castigo. Kouki bajó las escaleras y allí en la puerta lo esperaba Akashi. Se dirigieron cerca a la fogata mirando el himnotizante bailar del fuego. Seijurou tomó la mano de Furihata estrechándola con algo de fuerza.
-E-espera, alguien podría vernos.
-Que vean, estoy después de todo con mi pareja.
Era cierto que muchas veces no demostraban afecto en publico, aparte de tener una relación homosexual era Akashi Seijurou de quien hablábamos, estaba ya en el ojo público de por sí. Así que se disculpó con Furihata por no haberle brindado las citas que merecía, se acercò a su rostro para robarle un beso suave que duraron varios segundos aunque ninguno de los dos quiso separarse.
-Ese vestido, ¿es alquilado?
-Ah no, una chica del salón lo hizo para nosotros.
-Entonces estará bien que lo uses mañana en mi habitación.
-Si… espera ¿Qué?
Blooper
Todos los de la GoM salieron del salón de primer año de Kouki. Midorima iba avanzando tratando de ignorar lo que Takao parloteaba sin sentido, fue cuando volteó a ver a Akashi.
-Akashi, te está sangrando la nariz. – el aludido sacó inmediatamente un pañuelo y se limpió la sangre que escurría.
-Shintarou, tú no has visto nada. – la voz con la que lo dijo fue tan aterradora que Midorima decidió prestarle atención al halcón para olvidar el escalosfrio.
Omake
El festival había terminado pero ya era muy entrada la noche. El castaño ya no tuvo tiempo de cambiarse así que Akashi le prestó su saco para poder abrigarse. Cuando lo vio bien, se dio cuenta que la falda tenía varios pliegos de tela y blonda para que parezca mas copiosa así que se preguntó que traía debajo. Cuando se lo preguntó directamente a Kouki este reaccionó como creyó que lo haría, tartamudeando y con un sonrojo en todo el rostro. Así que para satisfacer su curiosidad alzó descaradamente su falda.
-Wahhhh ¿Q-que haces? – Lo que vio lo dejó un poco decepcionado.
-Para mañana te compro un liguero y unas pantaletas.
-¿¿¿EEHHHH???