Todo después de la vida, no me mantengo con eso. Todos sus dioses son falsos, acostumbrate a él. Salgamos esta noche, matemos algunos mitos obstinados. Elige los fantasmas encendidos, entra en ellos. -Graveyard Whistling.
Taehyung abrió la puerta y adentro fue recibido por oscuridad y silencio. Dio dos pasos al frente y se quedó parado, con la vista fija en la nada.
-¿Tanto has tardado en entrar a la Torre?... -reconoció al instante aquella voz gruesa que provenía desde el fondo. Enseguida sintió algo moverse y antes de notarlo, las luces estaban encendidas y ya estaba a su lado-. ¿Te ha recibido el Director o su asistente?
-El Director, pero no estaba sólo. SeokJin también estaba ahí.
-Oh... ¿El chico de Negro? Lástima por su anterior compañero -su carrasposa risa retumba contra las paredes y hasta para Taehyung es insoportable-, seguro serás mejor que Junhwa. Era muy débil -con sarcasmo, el hombre encogió los hombros.
-¿Por qué estás aquí? Pensé que vendrias después de mi primer día de campo.
-No por mucho tiempo. Ya estoy por irme -dio unas palmadas en el hombro de Taehyung y éste sonrió forzosamente.
-La próxima vez asegúrate de avisarme -Taehyung no parecía muy contento con aquella visita-. Ya es tarde, tengo que irme. Jin está a punto de irse.
Él hombre sonrió y tronó su cuello con un movimiento.
-Vuelve pronto -dijo antes de desaparecer y volverse parte de la oscuridad. Las luces volvieron a apagarse y Taehyung salió, cerrando tras si con seguro aquella puerta.
***
-¡¿Que haz hecho?!
-¡Nada, lo juro! Por favor...
Yena estaba al borde de romper en lágrimas y a su lado, un exasperado Suga sostenía con fuerza su muñeca.
-¡¿Acaso no has aprendido nada de tú hermano?! ¡¿Eh?!
Tal vez Suga hizo mucho alboroto, porque las personas que pasaban por la acera miraban la escena y murmuraban cosas acerca de los jóvenes que mantenían una discusión en un lugar público.
-¡Sueltame! ¡No voy a volver! -Yena trató de zafarse del agarre del chico, pero él con un rápido movimiento la jaló e hizo que casi cayera al piso. El brazo de la chica comenzaba a ponerse rojo por la presión que ejercía la mano de Suga.
Yena gritó adolorida y estaba dispuesta a levantar la pierna para dar una patada justo en el estómago de Suga, pero antes de poder hacerlo, vio por encima del hombro de Suga a un chico de cabello negro que corría hacia a ellos con las manos hechas puños. Definitivamente tenía fuerza, porque tomo de sorpresa a Suga y lo golpeó por la espalda para luego rematar con una patada lateral y otro puño en la cara.
-¡Ha dicho que la sueltes! -Gritó Jimin enfurecido. Él no era un chico de meterse en problemas, pero después de verlos discutiendo por un rato, no pudo soportar la idea de que iban a agredir a una chica y nadie hacia nada al respecto-. ¡Maldición! ¡Te vi, le ibas a pegar y tirar al piso como si fuese un objeto!
Yena estaba petrificada secando las lágrimas que comenzaron a salir descontroladas. Suga en cambio, estaba callado, viendo impresionado al chico que ahora tenía sentado sobre su pecho y agarraba con fuerza sus hombros para que no pudiera levantarse.
-Por favor... ¡Vete antes de que ocurra algo grave! -Yena jalaba la capucha de Jimin, intentando que el chico se levantara, pero no sucedía nada. Jimin en cambio, apretaba más las manos en los hombros de Suga-. ¡Vamos! Por favor...
-Déjalo. Es tan idiota que no sabe qué sucede -Suga no movió un dedo contra Jimin.
-Já... ¿Que no se qué sucede? Tal vez sea cierto, pero odio a los tipos como tú -escupió las palabras, aún con la vista fija en el rosto de Suga. Sus ojos marrones se veían negros, de lo molesto que estaba.
Suga rió con sarcasmo y quitó con facilidad las manos de Jimin, para luego empujarlo y levantarse del piso.
-Será mejor que no te metas en lo que no te incumbe, niño.
Jimin sintió como la sangre le hervía. Como pudo se levantó y sacudió sus pantalones, sin dejar su orgullo en ningún momento. Le dedicó una sonrisa tranquila a la preocupada Yena.
-Cuídate, te sugiero que no estés con tipos como él -dijo antes de darse la vuelta e irse. Yena se quedó viendo la espalda del muchacho hasta que lo vio desaparecer entre las personas. Volvió la mirada hacia Suga. No parecía tan molesto como lo imaginó.
-Le has dejado vivir... Pensé qu...
-¿Que le mataría? No, gracias. La última vez que lo intenté tú hermano casi me mata a mi -respondió con tranquilidad. Yena no se creyó del todo aquellas palabras. Pero estaba muy agradecida con el muchacho que la había ayudado en un intento de escapar de su guardia-. Ahora si hay que volver. Está vez no te opongas.
***
-¡Aaaargh! ¡Te juro que lo iba a matar! ¡Es un imbécil! Jungkook, tenías que haberlo visto... ¡Pobre chica! ¿Qué hubiese pasado si yo nola hubiera ayudado? ¡Imagínate!
Jungkook escuchaba con calma y una taza con té en mano el relato del día. Jimin golpeando a un desconocido por ayudar a una chica que iba a ser agredida.
-Woow, deberías salir en las noticias.
-¡Jungkook, no estoy jugando!
-Calmate viejo... Te van a salir canas.
-¡Ese imbécil me llamó niño!
-¿Acaso no lo eres?
Jungkook miró divertido hacia los pantalones de Jimin y éste simuló tirar la taza con té.
-Sigues metiendo tú narizota donde no debes y ya veraz.
-Uy, si. Jimin el más fuerte. ¡No me golpees como al imbécil de hoy por favor! -Jungkook grito y luego estalló en risas. Habían veces en las que podía ser un chico normal y divertirse con cosas idiotas como esa.
-Ya... En serio... No sé que le pasa a ese tipo. Pero, creo que lo que más me molestó fue que no intentó defenderse contra mi -estiró las piernas y brazos-. Es decir. ¿Acaso no me veo como alguien fuerte? ¡Merezco que me den pelea!
-Tal vez... No te tomó en cuenta por tu voz tan chillona -respondio con calma y dando un sorbo a su té con una sonrisa burlona.
-Jungkook... Te juro que ¡te voy a matar!
-Tomalo con calma ¿Sí? Tal vez si él hubiese peleado contra ti, ahorita no estuviésemos hablando y Yp estaría tomando éste mismo té en el hospital.
Jimin hizo una mueca ofendido y golpeó con el codo a Jungkook. Pasaron el resto de la tarde hablando y jugando Call Of Duty, esperando a que Jin regresará del trabajo. Pero eso no sucedió hasta altas horas de la noche.
Jin estaba desarreglado y con la corbata medio desamarrada. La chaqueta la arrastraba por el sucio piso con cada paso que daba.
Con esfuerzo encontró la llave correcta, ya que se quedaría con Jungkook las siguientes semanas y después de unos minutos logró abrir la puerta. Adentro escuchaba ruidos de los chicos, pero estaba muy ebrio como para entender que decían.
Jungkook y Jimin escucharon ruidos desde la entrada y después de darle pausa al juego -ya habían jugado por horas seguidas Call Of Duty y ahora jugaban Mario Cart- y fueron a recibirlo. Claro, lo menos que se esperaban era ver a Jin hablándole a la foto de Jungkook que colgaba en un portaretrato de la pared.
-Parece que Jin no tuvo un buen día -dijo Jimin como si fuera normal para él, agarrar del hombro a Jin y llevarlo hasta el sofá.
-¿Hyung?... -Jungkook movió las manos al frente de la cara de Jin. El mayor sonreía y se acomodaba en DL asiento.
-Jung... Jungkookie... ¿Por qué no me respondias hace unos minutos? -dijo Jin, sonando en realidad como "Jung... Jungkhokhie... ¿Phor qhué no me resphondiash hazhe unhos minhutos?", Jungkook no pudo evitar reírse hasta que el estómago le dolía. ¿Quién se imaginaba que Jin borracho era tan gracioso? Su rutina monótona se había visto interrumpida por un par de locos.
-Todo va a estar bien hyung... lo prometo...
Pero no debió decir eso. Porque al instante, los ojos de Jin se volvieron cristalinos; iba a llorar. Jungkook en un intento de evitar que eso sucediera, se sentó a un lado de Jin y lo abrazo, escondiendo su cara en el cuello del mayor.
-Por favor... No llores, hyung. Luego no sabré que hacer.
-Yo... Yo si sé qué hay que hacer -el aliento a alcohol golpeó contra la cara de Jungkook, quien comenzaba a sentirse nervioso por la cercanía.
Jin subió el mentón de Jungkook con la mano y unió sus labios con los de él en un corto, rápido, seco y con esencia a alcohol... Beso.
Jungkook tenía los ojos abiertos como un plato, sin embargo no le dio tiempo de hacer nada. La cabeza de Jin cayó en su hombro como la de un niño que se acuesta en los brazos de su mamá cuando se queda dormido.
Jungkook puso las manos en los hombros de Jin y lo separó de sí; para acomodarlo en el sofá. Se quedó viéndolo unos segundos, hasta que Jimin entró a la cocina con un vaso lleno de jugo de naranja y otro con agua fría.
-¿Cómo está Jin? Le preparé esto. El jugo tiene un poco de medicamento -explicó mientras se sentaba al lado de Jungkook- si no es así, no se lo toma y... ¿Jungkook? ¿Me estás escuchando?
-¿Eh?... Sí, todo bien...