Hace una semana y media había vuelto a casa de mi padre, según mi madre que después de 3 años sin verlo debía al menos darle la oportunidad a mi estúpido padre y vivir un tiempo con él ya que necesitaba tener una buena relación con mi figura paterna aunque realmente le odiaba por haberse ido de osaka, por haber elegido a mi hermana y por haberme dejado solo durante tanto tiempo. También según mi madre, me serviría para re entablar un tipo de relación de hermanos con mi estúpida hermana mayor Touka aunque solía verla bastante para las vacaciones. Obviamente no estaba de acuerdo con ese tipo de cosas ya que eran vacaciones de verano y tenía planes con mi novia y amigos de mi hogar cosa que debí cancelar gracias a que mi padre vivía en Tokyo bastante alejado de Osaka que era mi hogar.
—Ayato ¿vamos a dar una vuelta? llevas una semana pegado al teléfono y padre está preocupado —escuche acercarse a Touka, mi hermana mayor a mi cama.
—No gracias, estoy hablando con mi novia y tampoco tengo interés de hacer amistades aquí ya que no me voy a quedar mucho tiempo, solo he venido por vacaciones —dije hostil mientras seguía moviendo mis dedos mandando mensajes en mi teléfono celular.
—Mocoso inmaduro, no sé porque te molestas tanto conmigo y con padre, fue idea de mamá que vinieras. Si no querías venir, debiste dejar tu culo en Osaka y evitar poner triste a padre —dijo con enfado.
—Di lo que quieras hermana estúpida no vas a sacarme de aquí —dije tratando de zanjar el tema desde ya.
—Bien, de todas maneras te aviso que hoy vienen unos amigos a casa a ver una película y que uno de ellos se quedara por lo que como tu habitación tiene dos camas le pasare una mocoso tonto —dijo dejándome solo por fin.
—Tks... Además tendré que compartir habitación con un idiota al que si quiera conozco —murmure iracundo mientras dejaba el celular a un lado y me recostaba mirando el techo con aburrimiento—. Quiero volver a casa —dije para mi mismo ignorante que mi padre estaba presente.
—Ayato lo lamento mucho —escuche desde la puerta una voz amable y apacible, era mi padre. Le mire sin ganas ya que no sabía cómo tratar con su débil apariencia y esa amabilidad que realmente me parecía desconcertante. ¿de verdad somos tan parecidos? Según mi madre lo éramos en muchos sentidos, ya sea en nuestros gestos y expresiones, como en el miedo a los insectos y el que odiábamos las cosas viscosas o ensuciarnos.
—No tienes por qué disculparte ¿puedes dejarme solo? —pregunte a lo que note una mirada triste. Bien, a muchos le ha de pasar esto pero es que mi padre tenía ese poder de hacerme sentir un poco mal cuando ponía esa expresión— me duele un poco la cabeza, por eso necesito dormir un poco ¿bien? No tienes que preocuparte por ello —sonreí momentáneamente para que este no se sintiera preocupado por mí.
Asintió con una leve sonrisa
—¿quieres comer algo en especial hoy? Cocinare lo que quieras —dijo con algo más de confianza, el realmente parecía esforzarse.
—Lo que sea está bien, no lo pienses tanto —dije tapando mi cara con una almohada mientras cerraba mis ojos— no me gusta mucho el pescado —murmure antes de lograr quedarme dormido por fin. Realmente desde que había llegado no conseguía relajarse por la poca costumbre de su nueva cama.
Unas horas más tardes escuche el bullicio de varias personas por lo que de mala gana me tape los oídos con la almohada tratando de conciliar el sueño una vez más, pero el ruido de la puerta abriéndose le interrumpió.
—Tendrás que compartir esta vez la habitación con mi estúpido y malhumorado hermano que vino de Osaka ¿no te molesta, Kaneki? —Pregunto— deja tus cosas en tu cama y bajas para la película.
—Gracias Touka-chan, no te preocupes no tengo problemas de dormir con tu hermanito
—Yo diría lo contrario —dije molesto
—Ayato cállate —dijo mi hermana con fastidio mientras me sentaba para ver quién era el hijo de puta con el que iba a compartir mi habitación.
Trague algo pesado al ver al chico, era realmente ardiente por lo que demore un poco en dejar de mirarlo si no hasta que el me sonrió momentáneamente mientras me miraba con aquellos ojos grisáceos que tuve que desviar la mirada para evitarlo.
Era alto, su cuerpo parecía delgado pero no por eso mal acondicionado y su inusual cabello blanco, oh dios, daba esa sensación de querer enredar tus dedos en él, su lechosa piel era como si te incitara a dejar marcas en ella.
—Un gusto, Ayato-kun —dijo él con una voz apacible y cordial como la de mi padre pero aun así en un tono grave y masculino.
—Lo que sea —murmure algo avergonzado. Joder por que me estaba avergonzando por un chico, era un hombre y yo ya tenía novia que estaba bastante buena en Osaka además de ser tierna y amable conmigo.
—¿Quieres bajar a ver una película con nosotros? —pregunto.
—Seguro no va a querer. Deberías dejarlo, lo único que le interesa es hablar con su estúpida novia y nada más.
—Tck... No respondas por mi maldita –gruñí. ¿Qué estaba haciendo? No es que tuviera interés en ver una película con gente que no conocía.
—¿entonces ese es un sí, Ayato-kun?
Asentí sin mirarlo
—Voy enseguida —murmure.
—Wooh, Ayato ¿Estás enfermo? —dijo Touka acercándose y tocando mi frente lo cual me hizo sonrojar repentinamente por la acción.
—No me toques tanto joder —dije apartándola— solo tengo ganas de ver la puta película ya que no hay nada mejor en esta mierda de ciudad —mierda, yo ni si quiera sabía que película iban a ver.
—Bien si tú lo dices. Kaneki deja tus cosas y baja —dijo mi hermana cerrando la puerta dejándome con aquel chico ardiente.
—Así que, Ayato-kun ¿Tienes novia? —pregunto mientras le mire de reojos, él dejo sus cosas en la cama y buscaba algo de ropa para cambiarse o al menos eso es lo que le vi sacar de su bolso.
—Si... bueno, me ha pedido salir hace poco —¿porqué le cuento esto? No suelo contar mi vida personal a extraños.
—Oh ya veo, entonces ¿no te gusta esa chica? —pregunto mientras sacaba su camisa dejando ver su abdomen bien formado. «Oh mierda» pensé, él realmente se ve bastante caliente cuando esta sin camisa. Mis propios ojos lo miraban bastante atentos. —Ayato-kun, es raro si me miras tanto terminare sonrojándome —dijo sonriendo con cierta diversión mientras yo desviaba sonrojado mi mirada.
—No te estaba mirando hijo de puta, era... pensé que había visto un puto bicho nada más, y no estaría saliendo con ella si no me gustara —dije aun rojo mientras ya este tenía puesta una camisa algo ajustada color negro y comenzaba a desabrochar sus pantalones.
—Él que salgas con alguien no significa que te guste —dijo mientras de reojos logre divisar con algo de nerviosismo por ser descubierto una vez más, como este se quitaba sus pantalones y ponía unos Skinny jeans (pantalones pitillos) color negro.
—Bien, solo he salido con ella porque me lo ha pedido y es bastante ardiente —admití tratando de sonar normal— De cualquier maneras no es tu asunto, no te conozco así que deja de indagar en mi vida.
Le observe sonreír ¿Por qué sonríe? se acerco lentamente hasta quedar frente a mí.
—Bueno el que no te guste tu novia es bueno —dijo logrando que enarcara una ceja cuando le vi tan cerca.
—¿Qué quieres decir? —dije con confusión.
—Nada, simplemente que ahora tengo interés de conocerte —dijo divertido mientras reía con una mano empuñada en su boca. Jodida boca que tenia, unos labios que realmente me hicieron pensar en morderlos con fuerza y besarlos hasta dejar de respirar «Mierda Ayato, contrólate» me dije mentalmente.
—No tengo interés en conocerte —dije en un murmullo, aunque no era del todo verdad.
—Pero yo si lo tengo —sonrió acercándose a mi oído— un gusto Ayato-kun, me llamo Kaneki ken y espero seamos buenos amigos o más —pronto se alejo dejando mi rostro totalmente ardiendo por lo mencionado «"buenos amigos o más"» que mierda significaba eso.
—No digas idioteces, maldito marica —dije avergonzado.
—No parece disgustarte la idea ¿vamos a ver la película? —dijo yendo a la puerta mientras me levante para ir tras de él.
—Como sea —murmure entre lamiendo mis labios, cuando llegamos al living mi hermana pareció sonreír al verme por lo que trate de ignorarla algo incomodo ya que seguro diría alguna cosa que me iba a hacer sentir molesto.
—Por aquí Ayato-kun, veremos mejor desde aquí —dijo sentándose en el piso tras de un idiota de lentes que estaba quizás con su novia aunque la chica era bastante linda, pero el idiota era demasiado grande y tapaba bastante. Suspire ya que no conocía a nadie más y no quería sentarme con mi hermana por lo que decidí sentarme donde me indicaba el chico albino —¿Has visto esta película antes?
Negué con la cabeza como respuesta, era una película en blanco y negro. Es decir, eso no era de mi generación.
—Es una película de los años 1945 —Bien reafirmo, quien en esta generación conocería algo de esos años— Se llama «Breve Encuentro» o en ingles «Brief Encounter» —explico— es una película romántica —hice una mueca de disgusto, no era mi genero preferido pero el sonrió al ver mi mueca. Hablaba bastante bajo para que no nos escucharan— Sabes, esta película trata de una mujer que está casada y tiene hijos y un hombre que está casado y padre de familia. La mujer siempre toma el mismo tren los jueves para ir a la ciudad y un jueves por accidente conoce a Hotward. Entonces, poco a poco ellos entablan una relación romántica y prohibida. Pero, llega la cruda realidad ¿Qué debo hacer? ¿Dejar de verlo o romper a mi familia? —sonrió mientras la película iba mostrando cada parte de lo que este había comentado anteriormente, era bastante interesante en realidad.
—¿Qué? ¿Por qué iban a dejar de verse? —gruñí mientras estaba molesto porque después de tantas escenas en que sabían que realmente se amaban iban a dejarlo todo por sus familias.
—Que lindo —murmuro a lo que me sonroje por su comentario.
—Cállate idiota, no es como que tú tampoco estuvieras feliz con esa decisión —murmure.
—¿Tú dejarías a tu novia por alguien que acabas de conocer? —pregunto.
—¿Eh? —le mire sorprendido por su pregunta— yo... No lo sé.
—Es lo mismo... —se acerco a mi oído susurrando mientras mi cuerpo pareció estremecerse por completo— Ella y él llevan tiempo casados y tienen hijos ¿No es tan fácil, verdad? —no pude evitar soltar un leve siseo por su aliento en mi oído.
—Idiota no hagas eso —susurre avergonzado y rojo cual tomate podrían compararme si tuvieran uno a mi lado.
—Pero pienso que te vez lindo cuando estas nervioso —murmuro posando su cabeza en la mía haciendo que mi corazón latiera bastante «Oh mierda, es un chico al igual que yo… pero… desde el puto momento que lo vi no dejo de pensar en lo malditamente bien que luce, huele y como sería tocarlo» pensé para mis adentros golpeándome mentalmente, seguramente el pensaría que soy bastante raro.
—Ayato-kun ¿no dejarías a tu novia, entonces? —pregunto una vez más .
—Quién sabe... tal vez, si esa persona extraña me interesara realmente podría considerarlo —murmure por lo bajo un poco más relajado mientras acomodaba un poco mi cabeza en el hombro de este. ¿Por qué se sentía tan relajado estar en esa posición en ese momento? Jamás le había gustado ese tipo de tactos. Vi como una de su mano bajo lentamente hasta posarse en la mía, la observe cuando la tomo en la suya entrelazándolas para unirlas con una sonrisa en los labios que percibí cuando le mire de reojos para confirmar si no era el único que se sentía bien con el acto realizado por el más alto.
—Eso es bueno, también dejaría a mi novia si encontrara a alguien que me haga sentir algo increíble —dijo apacible mientras acariciaba con la yema de los dedos mi mano—. Aunque no la tengo en estos momentos, pero un novio no estaría mal —murmuro.
—Idiota —murmure sin soltar su mano mientras seguía atento a la película. Entonces ¿Así fue que la protagonista se sintió la primera vez cuando se encontró con el médico? supongo que no era tan malo después de todo los encuentros repentinos.
—Entonces Ayato-kun ¿puedo conocerte más desde hoy? —pregunto mientras la película poco a poco llegaba a su clímax en el que la relación de los protanistas no fue más allá de un beso, pero su amor perduraría siempre en sus corazones.
—Haz lo que quieras, cabrón —murmure con una sonrisa mientras seguimos viendo la película. Sí, definitivamente quizás el estar en Tokyo no iba a resultar tan molesto después de todo. Ya que esa mano que estaba sosteniendo se sentía como un nuevo comienzo.
FIN.