Sabía que era un sueño… no estaba seguro de por qué o como pero lo sabía… abrió los ojos con pereza al percatarse que su cabeza reposaba en las piernas de alguien y que sus cabellos eran acariciados suavemente.
-¿ya despertaste?-
Abrió los ojos en su totalidad y su corazón latió con furia al ver sentado ahí en la cama a Tatsuya, su esposo, su primer amor, con aquel que había estado dispuesto a vivir el resto de sus días.
El moreno le sonrió tiernamente y continúo acariciando sus cabellos juguetonamente, en respuesta Taiga giro su cuerpo para acercar su rostro al regazo del mayor.
-te he extrañado mucho… ¿lo sabes verdad?-
No había enojo, ni tristeza, reproche o culpa en ninguno de los dos, Tatsuya continuo acariciando el cabello bicolor y el rostro.
-si… yo también… pero ya estás bien ¿no?... Taiga… ¿eres feliz verdad?-
Taiga asintió y abrazo la estrecha cadera.
-me he enamorado de una persona bellísima…-
-si… lo se… -
-pero también te amo a ti… nunca dejare de hacerlo…-
El sensual moreno sonrió divertido y se inclinó para besar ambas mejillas del pelirrojo.
-ya lo sé tonto… ¿sabes a que vengo Taiga?... –
El ojirojo se sorprendió un poco, de hecho ahora que lo rememoraba era la primera vez en todo un año que soñaba con Tatsuya…
Negó en respuesta, si se suponía que todo era un sueño no importaba realmente que pasara en el…
-tienes que aferrarte a Tetsuya-kun… tienes que luchar para estar con el… Taiga… ambos se aman, estaba destinado que ustedes se enamoraran, está destinado que ustedes se encontraran… uno se pertenece al otro, no se dejen… -
Taiga rio divertido ante aquel comentario ¿pero qué ocurrencia era aquella? Si minutos atrás habían hecho el amor, se habían bañado juntos hasta casi dormirse en el jacuzzi, se había puesto de pie con él en brazos y lo había secado despacito para después acomodarse como dos cucharitas en su cama, ¿Por qué tendría que luchar por algo que de antemano ya era suyo?
La triste mirada de Tatsuya le dijo que no todo iría bien, que algo malo estaba por ocurrir…
-te amo Taiga…-
La voz se escuchaba cada vez más lejos, Taiga sentía que su cama se hundía llevándoselo a él, alejándolo de Tatsuya, cayendo a la oscuridad…
Despertó totalmente sobresaltado, no entendía si fue por el sueño tan extraño que había tenido, porque no sintió la presencia de Tetsuya en la cama o por que escucho el ruido de algo rompiéndose en algún lugar de la casa, el punto fue que se puso de pie rápidamente y tras confirmar que Tetsu no estaba en la cama ni en la habitación salió de la recamara para buscarlo.
Le encontró en el baño, ya vestido y con un delantal lo cual indicaba que tenía ya bastante tiempo de pie, sus narinas se inundaron por el olor de algo cocinándose en la estufa, Tetsuya estaba pálido como el papel, temblando, reteniendo las lágrimas, nervioso.
-¿Qué pasa amor?- se acercó a él para tratar de confortarle pero el ojiazul rehuyó a su caricia. Finalmente Tetsuya pareció entrar un poco en razón y le mostro una hoja de papel y un sobre abierto.
-¿Por qué tienes esto en tu casa?-
Taiga ni sabía que era.
-¿de qué hablas? ¿Qué es?-
Tetsuya se lo tendió con las manos totalmente temblorosas. Taiga lo cogió y miro con detenimiento.
Un primer impulso hizo que se molestara con Tetsuya… ¿Por qué la había abierto? Era la carta que meses atrás había recibido de parte de la asociación de donadores y que se había negado a leer en una parte por su duelo reciente y en otra porque no quería saber nada de parte del donador.
La leyó con renuencia.
Tetsuya no dejaba de llorar tembloroso e incrédulo.
Y conforme terminaba de leer las líneas de la carta Taiga se sorprendía más y más… hasta quedar totalmente mudo... casi en shock.
-yo…- Tetsuya murmuro con la voz temblorosa y los ojos bien abiertos por el terror
-lo siento… lo siento mucho… no sabía…-
Salió corriendo del lugar y Taiga no tuvo la conciencia suficiente para salir tras de el…
Ryota retozo en los brazos de Daiki con pereza, después de una buena sesión de sexo y de dormir con su esposo toda la noche, sin estar al pendiente de que su amigo tuviera un ataque, de dar medicamentos o de simplemente sentirse aprehensivo estaba de muy buen humor.
-tengo hambreeee…- pucheo con tonito lastimero mientras acariciaba el pecho del moreno y jugueteaba con la línea de vello debajo del ombligo. El estómago de Daiki rugió en su odio y sonrió divertido.
-vamos a bañarnos y salgamos a comer fuera…-
Como ninguno se movió rieron cómplices.
-no me quiero levantar…- volvió a puchear Ryota.
-vamos flojo… -
Se levantaron y se bañaron jugueteando aquí y allá, una vez vestidos y arreglados tomaron las llaves del auto dispuestos a salir pero los fuertes golpes en la puerta alertaron a ambos.
Daiki abrió la puerta y cuál fue su sorpresa al ver a Tetsuya llorando, frágil, pálido, a punto de desplomarse.
Lo cogió en brazos y entro con él al hogar, se sentó en el sillón sin soltarlo, como si fuera un niño pequeño que había despertado por una pesadilla., Ryota ya había corrido a la cocina para traer los calmantes, el oxígeno, un poco de agua y llamar a Midorima.
-hey Tetsu… ¿Qué paso?... ¡hey!...-
El moreno sacudía con algo de brusquedad al ojiazul pero no obtenía respuesta alguna, como consuelo simplemente le abrazo con fuerza y seco las lágrimas de las pálidas mejillas. Fue hasta que Ryota regreso que Tetsuya reacciono un poco, lloro más, se quitó del regazo de Daiki y se abandonó a los brazos del rubio, oh Dios… se veía tan indefenso, tan pequeño, aquello definitivamente desgarraba el alma de los esposos.
Ryota era algo así como el confesionario de Tetsuya, su cómplice, desde que eran muy jóvenes se contaban todo.
-cariño… hey Tetsu… dime… ¿Qué pasa?- rara vez Ryota le hablaba por su primer nombre, pero cuando lo hacía les daba una cierta intimidad que solo ellos podían entender, Daiki solo pudo estar ahí, con ellos, abrazarlos al mismo tiempo.
-su esposo…- susurro quedito Tetsuya y el cuerpo de Ryota se tensó, Aomine se sorprendió de escuchar esas palabras…
¿Esposo? ¿Kagami Taiga tenia esposo? ¿Era casado? ¿Había engañado a Tetsuya? En cuanto viera a ese muy hijo de puta le daría una golpiza que jamás olvidaría.
-tengo el corazón de su esposo…-
Concluyo Tetsuya mientras la pareja se veía totalmente impactada.
Ninguno de los dos se sorprendió realmente cuando Tetsuya se desmayó, Daiki y Ryota querían hacer lo mismo…