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siempre contigo por yuki666

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Notas del capitulo:

omg!!! no puedo creer que tarde tanto en actualizar, si les soy honesta el cambio de kinder a primaria de mi hijo me volvio loca, y para cerrar con broche de oro me mandaron a un hdp curso y no estuve en casa un par de dias, como nunca uso zapatillas pues me duele hasta el pelo xD

muajajaja pero HE REGRESADOOOO!! 

y les dejo aqui algo de 

MURAAKA.

 

Akashi se puso de pie por décima vez en el día y vomito el poco jugo gástrico que su estómago quería sacar, cielos, ni el agua era tolerada en su estómago. Se enjuago la boca, se refresco la cara y camino a su habitación con cansancio. El obstetra le había dicho que las náuseas eran normales por su escaso tiempo de gestación, lo extraño era en que estas no mitigaban en el transcurso del día como le habían dicho que solia pasar.

Tenía sed, tenía hambre, tenía asco y estaba cansado.

Por suerte se había pedido unos días en el despacho y no tendría que ir a trabajar al día siguiente.

Tomo un antiemético recetado y se recostó. Esperaba poder dormir unas cuantas horas.

No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado pero la horrible sensación de querer vomitar invadió su cuerpo, corrió al váter, se tiro junto a este y tuvo una fuerte arcada, lo que sin lugar a dudas era el medicamento aun no digerido fue lo único que pudo sacar. Las cosas estaban peor de lo que se había imaginado, cielos, ni el medicamento estaba funcionando.

Se puso de pie, tembloroso y diaforético y camino un par de pasos hasta apoyarse con el picaporte de la puerta.

Un fuerte rayo callo y la luz se fue.

El temblor y la diaforesis en el abogado se duplicaron…

¡No…  no…  no!

Los horribles recuerdos comenzaron a gobernar su mente, sus ojos se le anegaron en lágrimas, no supo bien como pero tuvo la suficiente fuerza para abrir la cajonera del baño y sacar unas tijeras, tenía miedo, el sudor frio empapaba su ropa, perlaba su piel, aquella horrible noche, el día más horrible de su vida había llegado de la oficina, se había bañado, había puesto música tratando de disminuir el horrible ruido de la lluvia y de los truenos que reinaban la noche. Cuando estaba vistiéndose sintió un fuerte golpe en la cabeza y lo único que recordaba era que había despertado totalmente golpeado, ultrajado, desnudo y adolorido en el suelo de su sala, su casa estaba hecha un desastre, igual que su interior.

Pero no era posible que pasara otra vez eso ¿verdad? Su nueva casa tenía un sistema de seguridad de vanguardia, estaba seguro, había cerrado todo (o eso creía)… tan solo era una horrible tormenta con un apagón, solo eso.

Se tiro al suelo, recargado en la pared, con las piernas flexionadas, estaba temblando y aquella era la única estúpida forma de calmarse un poco, nunca le había gustado la oscuridad y después de eso… sollozo lleno de impotencia... Las tijeras estaban peligrosamente listas para atacar lo que fuera, lo que viera, lo que se le acercara. No pensaba moverse de ahí hasta que la luz regresara.

Escucho un golpe en el interior de su hogar, un par de sillas caer y una voz maldiciendo totalmente molesto, a Sei se le paro el corazón una fracción de segundos.

Alguien había entrado.

Se ovillo más en sí mismo.

¿Acaso era un cobarde? ¿Iba a esconderse ahí infantilmente mientras alguien entraba a su hogar?

Se puso de pie y se asomó con mucho cuidado por una orilla de la puerta, una sombra oscura se dibujaba en el lugar, le iba a costar mucho, probablemente le harían picadillo pero unos buenos piquetazos profundos con sus tijeras sí que se iban a llevar.

Camino con mucho cuidado, el sujeto había entrado a su habitación. Cuando cogió el suficiente aire empuño las tijeras y se lanzó contra el intruso con la firme intención de ocasionar  verdadero daño.

Sintió cuando el arma se clavó en la carne, en el brazo, las retiro y cuando las iba a enterrar por segunda ocasión su agresor comenzó a defenderse.

Los dos pelearon un par de minutos por el poder de las tijeras, el intruso se las quito con aparente facilidad y le sujeto ambas manos, lo acerco a su cuerpo acariciándole lascivamente, como si lo conociera, como si le perteneciera,  con terror noto  atreves de la ropa mojada que su agresor estaba excitado.

No… no… definitivamente debió ser una persona muy mala en su vida anterior para pasar por eso por segunda ocasión.

Grito con terror, respiraba laboriosamente puesto que  el miedo se apodero hasta de sus pulmones que parecían temblar dentro de su cuerpo y entonces llamo a la única persona con la que muy estúpidamente se había sentido a salvo, resguardado, con la que había bajado todas sus defensas y le había contentado con la parte sexual de su persona después del trauma sufrido años atrás.

-¡ATSUSHI!... –

El otro pareció reaccionar un poco al registrar el miedo en su voz y entonces se acercó lo suficiente para que pese a la oscuridad le reconociera.

-Akachin… soy yo… -

Al pelirrojo se le fueron las fuerzas de todo su cuerpo y se desplomo cual costal de papas, el altote le cogió en brazos y camino con él, como si fuera su más preciado regalo hasta sentarlo en la cama.

La luz regreso y Atsushi se percató de la palidez del abogado y de las gruesas lágrimas que rodaban por sus mejillas, se hinco frente a él, tomo sus manos y las beso para confortarle un poco, esperaba que funcionara de la misma manera en que le servía hacer eso a Taiga.

-está bien Akachin… estoy aquí… nadie te hará daño mientras yo esté aquí…- el pelirrojo sollozo con fuerza, como si de un animal herido se tratara y se limpió el rostro.

-¿Qué haces aquí?... – entonces, recordó que había herido a su “agresor” y busco la lesión que sin lugar a dudas había provocado.

Era profunda, la había hecho en el brazo y no dejaba de sangrar, el altote no pareció darle mayor importancia ni a la lesión ni a un golpe que tenía en el rostro.

-quería hablar contigo… tu puerta estaba abierta, cuando se fue la luz tropecé e iba a entrar a tu habitación pero me atacaste… pensé que era un nuevo juego… algo así como una actuación… pero creo que me equivoque ¿verdad?-

Pese a lo horrible de la situación de minutos atrás el pelirrojo empezó a reír con verdadero alivio…

-¿te excitaste porque te clave unas tijeras y comencé a rasguñarte? Eres un maldito enfermo… trae el botiquín… tenemos que curarte eso…-

Para vergüenza suya Akashi no se podía poner de pie, vomitar todo el día, no comer nada, el susto reciente y la adrenalina frescamente descargada mantenían sus piernas aun temblando. No creía poder ponerse de pie por sí mismo, pero antes muerto que mostrar debilidad ante este grandísimo tonto masoquista.

Hablando de náuseas y vomito…

Tuvo una arcada fuertísima, se puso de pie tan rápido como pudo y trastabillo la poca distancia que recorrió antes de desplomarse nuevamente en el suelo y vomitar. Se sentía mal y avergonzado por aquella escena pero al menos no había vomitado en Atsushi, en cuanto se repusiera un poco limpiaría, se bañaría y dormiría cuanto fuera posible. El altote le había seguido y le confortaba dándole golpecitos en la espalda. Extrañamente eso le hizo sentirse mejor… mucho mejor.

-¿te parece bien si tomamos un bañito juntos, me curas, limpio y nos  vamos a la cama?-

Al pelirrojo aquello le sonó a gloria.

Asintió no muy renuente.

Y así lo hicieron, una vez que Atsushi tuvo su brazo vendado, limpiara el suelo y tuviera a Akashi recostado en su cama  preparo un poco de menta para el convaleciente, con aversión este dio unos pequeños sorbos a la bebida temiendo vomitarla…

Las náuseas disminuyeron y su estómago pareció agradecerle la infusión.

-mi hermana mayor se los preparaba a otra de mis hermanas cuando estaba embarazada… también a mis cuñadas… supongo que lo tendré que preparar para ti de ahora en adelante ¿verdad?-

-¿de que estas hablando?-

-¿no es lógico? Vamos a vivir juntitos y a tener este bebe… me gustas mucho… creo que tú ya lo sabias incluso antes de que yo lo aceptara… ya sabes… pero –

Tomo al de ojos bicolor y lo arrastro hasta la cabecera, acostándolo con algo muy parecido a la ternura, dejo la habitación a media luz, se subió a la cama y recostó su cabeza en el vientre aun plano del chibi.

-te quiero platicar algo muy muy importante que no le he dicho a nadie…ni a Taiga… menos a Taiga de hecho…-

Aquel paradisiaco momento era todo cuanto Akashi podría pedir, no estaba solo, Atsushi pesaba pero era un peso rico que con gusto podría llegar por mucho tiempo encima, su calor, su olor, tan solo su presencia le hacían sentirse mejor, protegido… incluso querido.

Tras dudar un par de minutos Atsushi comenzó a platicar mientras el acariciaba los largos y lilas cabellos.

-había una vez… - comenzó el altote con cierto temor en la voz… - un chico  que amaba a su mejor amigo… - Akashi no era ningún estúpido para no saber que Atsushi estaba hablando de sí mismo, aun así guardo silencio, la curiosidad le picaba de conocer ese algo que Atsushi guardaba con tanto recelo.

-lo amaba tanto que incluso le compartía de sus golosinas y se portaba como niño bueno frente a él en todo momento… todo era perfecto entre ellos dos hasta que el mejor amigo conoció a un tigre salvaje que jugaba básquet en la escuela… y se enamoraron… el chico nunca dijo nada, su mejor amigo y el tigre parecían llevarse bien y no creyó que fueran tan en serio. Tiempo después se casaron y el chico le confeso en el altar al tigre que también estaba enamorado de su mejor amigo… los dos siempre peleaban por la atención del chico, los dos siempre competían para darle celos al otro… pero el chico tenía una gran desventaja que nunca había querido aceptar… su mejor amigo lo amaba solo como eso… como su mejor amigo…-

Akashi sintió como la playera de su pijama comenzaba a humedecerse por las cálidas lágrimas de su amante… oh Atsushi… pobre chico, amar a alguien y no ser correspondido.

-pero el chico no se quiso dar por vencido, tampoco quería traicionar al tigre porque pese a que siempre discutía con él también lo quería como a un buen amigo… el chico solo… el chico solo quería que su mejor amigo supiera que lo amaba, que siempre lo amaría, que estaba enamorado de él y que quería que fuera la persona más feliz de la tierra…-

Un ligero temblor acompaño las lágrimas del altote y Akashi solo pudo abrazar su cabeza y acariciar sus cabellos, comenzaba a tener una sospecha de lo que había pasado.

-el chico y su mejor amigo estaban trasladándose a una junta de trabajo y así, sin más ni más le soltó la bomba… el mejor amigo detuvo el auto totalmente impactado, con lágrimas en los ojos y  se disculpó, era la primera vez que el chico le veía llorar, era la primera vez que le veía sentirse avergonzado, culpable y solo le decía “oh Atsushi… lo siento tanto… no me di cuenta…”

 El momento había sido tan incómodo que ninguno de los dos se había dado cuenta que un auto se acercaba con ellos por atrás y los impactaba… el carro giro muchas veces, se volcó, salió del muro de contención y cayeron carretera abajo muchos metros… y todo el tiempo… durante todo el maldito tiempo el chico estuvo consiente, su mejor amigo no volvió a despertar… su mejor amigo estaba bañado en sangre con muchas heridas… y lo único que había hecho el chico había sido desmayarse… -

Akashi tenía lágrimas en los ojos cuando Atsushi finalmente había guardado silencio… ¡oh cielos! ¡Que horrible! La versión en el juzgado había sido que el auto se había apagado por algún fallo mecánico y el otro les había embestido al no poder detenerse a tiempo… esa había sido la única manera en deslindar responsabilidades a todos.

-oh Atsushi… - murmuro quedito y puso todo su esfuerzo para que el altote levantara el rostro y le pudiera ver a los ojos, frente a frente.

-no sabías lo que iba a pasar… tu no mataste a tu amigo, fue un accidente…-

-yo mate a Murochin… digas lo que digas, es la verdad… y lo mate porque le dije que lo amaba… así que… para que tú no mueras no te lo voy a decir nunca… y así podre estar contigo para siempre.-

Akashi beso los cabellos, las mejillas, los labios del altote, abrió sus piernas para rodearlo con mayor facilidad, como pulpo, ¿Qué tenía que hacer? Atsushi le había tenido la suficiente confianza para decirle el horrible secreto que había mantenido guardado por un año de su mejor amigo…

Pero también le había dicho que lo amaba… no textualmente pero se lo había dicho.

-no tengas miedo Atsushi… no voy a morir, no ahora, no mientras me quieras… -

El altote obligo que Akashi se volviera a acostar y se acomodó de tal manera que sus rostros quedaran al mismo nivel, se inclinó para besarlo suavemente, casi tímido. Nunca había hecho eso así que el pelirrojo se sorprendió.

-Akachin… estas esperando a nuestro bebe… si lo vamos a hacer tiene que ser despacito para no lastimarlo… si quieres tu puedes montarme para que no los aplaste… incluso no es necesario que la meta toda… él bebe puede verla y a lo mejor se espanta…-

El heterocromatico soltó la carcajada ante tanta ocurrencia… todo desapareció, las nausea, el vértigo, el hambre, la sed, el miedo, estaba simplemente… feliz, completo, con entusiasmo renovado para amar a la persona grandota, tonta y masoquista que había conocido un año atrás.

-hay más posturas que podemos hacer… y él bebe es muy chico todavía como para que se espante… -

¿Cómo era posible que un hombre de tal tamaño fuera un niño y un adulto al mismo tiempo? ¿Y cómo era posible que lo amara?

Se incorporó un poco y le beso ¡había extrañado tanto esos labios!, acaricio los largos cabellos, apretó con más fuerza sus piernas a la cadera ajena, en realidad sería tan feliz siendo un pulpo para tocar todo al mismo tiempo.

-¿lo quieres hacer ahora?- susurro quedito Atsushi que pese a tener tremenda erección desde el baño estaba dispuesto a aguantarse por el bien de su pequeño amante, aunque le gustaba el dolor a la hora de hacerlo sabía que no era bueno provocárselo al otro.

-si… tómame… -

Y Atsushi no dudo en hacerlo.

 

Notas finales:

buenooo... como podran ver este capitulo es mas largo, ata muchos cabos sueltos que estaban flojitos y lo mejor de todo es que el sol comienza a salir lentamente :3

una disculpa por tardar tanto y muchas gracias por sus rw y su apoyo, como podran ver nuestro altote tenia mucho que sacar. QAQ


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