-puedo caminar solo…- murmuro Tetsuya un poco molesto cuando Taiga entro con él en brazos a su casa y lo llevaba directamente a su cuarto. Al parecer se había hecho la mancuerna de un mami amigo Ryota y un novio doctor Taiga para cuidarle y no habría poder humano que les detuviera.
-acuéstalo aquí por favor…- indico el rubio y puso almohadas, abrió la ventana un poco, bajo la intensidad de la luz, coloco la frazada favorita de Tetsuya en sus piernas y le acaricio con mucho amor la cabeza.
-duerme un rato, voy a preparar la comida, Kagamicchi se puede quedar contigo aquí, no hagan cositas de grandes, todavía estas convaleciente-
Tetsuya le fulmino con la mirada y Taiga sintió su rostro arder. Nunca había pensado en tocar a Tetsuya mas allá de lo normal, él era el primero en saber que estaba recuperándose.
Se sentó en la orilla de la cama y Tetsuya finalmente se recostó en todas las almohadas que le habían puesto en la cabecera de la cama.
-estoy bien… en serio no es para que se preocupen tanto… ven acá, acuéstate y abrázame…-
Taiga obedeció quitándose los zapatos y subiéndose a la cama, Tetsuya se amoldo a su cuerpo y se resguardo en su pecho, olía tan rico y estaba tan calientito que estaba seguro que podría morir de felicidad ahí a su lado.
-¿te quieres casar conmigo?- la preguntó Taiga en el oído. Tetsuya no se movió, ni un poco, incluso parecía que había dejado de respirar, cuando volteo a verlo el ojiazul le miraba con ojos grandotes, llenos de sorpresa, la boca abierta.
-¿no quieres?- comento dudoso el pelirrojo. Tetsuya negó rápidamente.
-¿no?- cuestiono nuevamente con desilusión en la voz.
-¡Si! ¡Si! Es solo que…- Tetsuya le abrazo más fuerte, oculto su rostro mientras reía y lloraba al mismo tiempo, Taiga permaneció con él por muchos minutos diciéndole palabras dulces que le calmaban.
-siento que estábamos destinado uno al otro…- susurro Taiga quedito cuando finalmente Tetsu se había calmado, el ojiazul recordó el extraño sueño que había tenido antes de despertar…
“Taiga y tu estaban destinados a estar juntos…. Yo solo tenía que conocer a Taiga para que ustedes tarde o temprano se encontraran … y para que tarde o temprano Atsushi conociera a su persona más amada…-“
Tatsuya Himuro le había dicho algo similar… y el mismo comenzaba a creerlo.
Estiro sus brazos y rodeo el cuello de su tigre halándolo hacia abajo, besándolo con ternura, degustando el sabor de sus labios, fundiendo sus cuerpos en un fuerte abrazo.
-Tetsu… espera…- el tigre jadeo con un poco de dificultad al notar que ya se había acostado encima del pequeño ojiazul y comenzaban a acariciarse con un poco más de fogosidad.
El ojiazul por supuesto que no se detuvo, Taiga era tan deliciosamente adictivo, quería sentirse lleno de él otra vez.
-Tetsu… Kise está…- no pudo continuar cuando un par de manitas traviesas levantaron su camisa y desabrocharon su pantalón, también recibió una fuerte mordida en su oreja.
-no me hables de el mientras trato de seducirte para que me tomes…-
Taiga sintió que tendría una hemorragia nasal en cantidades industriales ante la escena del ojiazul acariciándose a sí mismo, invitándole, seduciéndole, respiro profundamente y se imaginó con todo su ser a Atsushi, su cuerpo fuerte, su voz aburrida… si… si… la excitación comenzaba a bajar gradualmente y el control llegaba de nuevo a la cabeza de arriba.
-no debemos… a un no – se incorporó muy a su pesar, si Ryota entraba y los veía cogiendo como conejos seguramente le cortaba los huevos y se los ponía en un plato como desayuno, al parecer Tetsuya pese a su apariencia de niño bueno era alguien bastante arrebatado, sensual, le gustaba tener el control, provocar y Taiga tenía que aprender a contrarrestar sus ataques.
Se puso de pie y respiro profundamente tratando de calmarse, evito ver el puchero que hacia el ojiazul al haberle rechazado.
-aun estas convaleciente, además Kise y Aomine están allá afuera en la cocina y no se… me siento raro…-
-se cuándo mi cuerpo está bien para poder hacer algo… y Kise y Aomine son un matrimonio con bastantes años ya como para saber que cuando dos hombres se aman y quieren hacerlo simplemente lo hacen… pero está bien, podemos rezar juntos y mañana irnos a tu casa y hacerlo hasta que no nos podamos ni levantar…-
Ouch… Tetsuya estaba un poco molesto, era entendible hasta cierto punto, porque sus acciones se podían interpretar a un cruel y vil rechazo… pero… pero…
Una bonita sonrisa se dibujó en los labios del ojiazul.
-podemos ver fotos… trae el álbum, está en el librero de la sala, es de color verde…-
El pelirrojo accedió a eso, mierda, era un hombre al que le habían inculcado respetar a la pareja, no imponer su deseo a las necesidades de tu amante, y pese a su temible apariencia era bastante tímido, el simple hecho de pensar que alguien les escuchara hacia que sus orejas ardieran, nunca había tenido una relación en donde tuviera que tener sexo clandestinamente, temiendo a que alguien los viera o los escuchara, a él le gustaba estar en un lugar cómodo, cortejar a su pareja, hacerlo sentir especial, tomarse su tiempo.
Salió de la habitación, recorrió el pasillo y doblo la esquina para salir a la pequeña antesala, se detuvo en seco al escuchar unos ruidos medio raros, continuo buscando el origen de ellos… y segundos después la vergüenza paralizo su cuerpo al ver en el sillón de la sala a la pareja /padres de su amante teniendo sexo como un par de desquiciados, Ryota tenía su pecho pegado al asiento del sillón, el culo levantado y una erección goteante que se movía con desespero y al ritmo en el que Aomine le embestía hincado desde atrás.
Holy shit!! Grito en su interior Taiga mientras se tapaba la boca y comenzaba a retroceder lenta y silenciosamente de regreso a la habitación.
¡Sus suegros putativos estaban teniendo sexo de a perrito en la sala de su amante! La carne chocando contra carne y los gemidos de Ryota tratando de ser ahogados hicieron que se pusiera duro como maldito adolescente…
Llego con el cuerpo y la mente calientes, él no era así, sabia controlarse bastante bien, tomo un par de respiraciones para calmarse, hizo un par de sentadillas para deshacer la erección palpitante de sus pantalones y entro a la habitación de su amante.
-los chicos… están…-
Guardo silencio para no morderse la lengua… Tetsuya era tan hermoso, estaba de pie, con un camisón que le cubría hasta medio muslo mirando el pequeño patio de su escuela, el director no hizo nada, solo se giró y le sonrió, tan bello, tan puro…
-oh Tetsu…- susurro Taiga mientras entraba, cerraba con pestillo y caminaba hasta su hombre hincándose frente a el…
-te amo tanto…-
A Tetsuya le temblaron las rodillas cuando vio a su tigre hincado, con la mirada encendida y el cuerpo caliente como pidiéndole permiso, Tetsuya acaricio el rostro moreno y asintió con la pura mirada, entre ellos no había necesidad de las palabras, no había necesidad de pedir permiso para que uno tomara del otro lo que por amor y derecho les correspondía.
Taiga levanto un poco el camisón y beso el ombligo, sumergió su lengua en el pequeño orificio y comenzó a descender lentamente, la cadera, el vientre, todo fue debidamente besado y acariciado. Sumergió la nariz en el sexo aun cubierto por la ropa interior y lo mordisqueo con mucho cuidado, inhalo el olor almizclado e introdujo los dedos en las bragas deleitándose con la calidez del cuerpo, el olor, los suaves gemidos del ojiazul, su excitación creciente que comenzaba a encenderlo más y más.
A Tetsuya le dio un poco de frio cuando su ropa interior fue bajada, pero la sensación fue rápidamente sustituida cuando las manos del pelirrojo le obligaron a separar un poco las piernas para acariciar sus nalgas y juguetear de tanto en tanto con su entrada.
-levanta la pierna corazón… ábrete para mi…-
Tetsuya se apoyó en la pared y levanto una pierna que termino en el hombro de Taiga, dándole acceso total a su intimidad. Para Taiga no había nada más hermoso que verle así, totalmente dispuesto, entregado, excitado.
Trago la carne dura y lamio hasta llevarla a su garganta, el sabor del pre semen lleno su boca y los dedos corrieron hasta su agujero, estimulándole lo suficiente hasta que estuvo dilatado y húmedo.
-Taiga… Taiga…- cuando Tetsuya ya no pudo contener más su voz y su pierna comenzó a flaquear pese a que ya se había apoyado en los hombros de su amante…suplico con la voz…
El pelirrojo entendió, detuvo todas sus tareas y llevo a su amante hasta la cama, coloco un par de almohadas debajo de su cadera, se puso en medio del paraíso y se bajó la cremallera liberando su excitación finalmente.
-yo también quiero chupártela…- pucheo Tetsu mientras jugueteaba con su propia erección y abría un poco más sus piernas, mostrando su cuerpo totalmente receptivo.
Taiga se bajó la ropa interior y apretó la base de su erección, estaba escurriendo tanto pre semen y Tetsuya estaba tan húmedo que no sería necesario lubricante alguno.
-en otra ocasión amor… si me tocas aunque sea un poco me voy a correr como párvulo.-
Tetsuya sonrió halagado y permitió que entrara en el hasta el fondo, de un solo golpe, se sentía tan lleno, tan bien que gimió estruendosamente.
-muévete… Taiga muévete… se siente tan bien…-
El pelirrojo estaba comenzando a sospechar que Tetsuya era un provocador irremediable, cuando las piernas de su pequeño amante se anclaron en su cadera retrocedió lo suficiente para que solo su cabeza chorreante quedara en el estrecho canal.
-si te lastimo dime ¿sí?- entro con fuerza nuevamente y en todo momento Tetsuya grito de placer, maullando casi como gato en celo, abrazándolo con más fuerza, aumentando la velocidad de los embates al mover también su pelvis congestionada al ritmo que la de él.
Se sentía tan bien, tan húmedo, tan apretado, el cuerpo pequeño del ojiazul era resistente, flexible, caliente, le estaba exprimiendo tanto que incluso sus testículos dolían, muy lejanamente se percató que la cabecera de la cama estaba haciendo tanto ruido como ellos. Pero no importaba, que los escuchara todo Japón si era necesario para demostrar que Tetsuya era lo más hermoso en su vida… que después de sufrir tanto había encontrado el bálsamo para su alma y su corazón.