La ropa se lavaba en la lavadora, Leira se encontraba en la habitación vistiéndose, mientras Angeline, ya con ropa seca, colocaba el riñón en otra bolsa con más hielo, si, ella había tomado el riñón, la navaja y el cuchillo, lavo la sangre de estos últimos dos y coloco el riñón en la nevera. El único pensamiento que le inquietaba no era que en su casa se encontraba una asesina sino que pensaba en lo que prepararía para almorzar, busco lo necesario para cocinar pero le hacían falta algunos ingredientes como albahaca, orégano, salsa de tomate, pimientos y leche, preparó la lista de comprados y tomó su mochila.
L- ¿A dónde vas?.
A- necesito algunas cosas del supermercado.
L- ummm espera – subió otra vez a la habitación y buscó en el armario algunas prendas que había visto antes y las tomo.
Al bajar se acercó a ella y retiró con delicadeza la mochila de sus hombros para poder colocarle la chaqueta, arregló el cuello y fijó su vista en Angeline otra vez.
L- Seguramente hace frío.
A- Gracias - ya era natural en ese día que sus mejillas se tornarán sonrojadas debido a la pelirroja frente a ella.
L- Y también esto - le colocó el gorro y ordenó su cabello - ten mucho cuidado.
Angeline sonrió y se colocó otra vez la mochila para salir, al cabo media hora la chica esperaba su turno para cancelar en una de las cajas del supermercado.
-¿será sólo esto señorita? - preguntó el hombre mayor detrás de la caja.
A- Si....no...espere - tomó dos paletas de caramelo arcoiris -también esto - las entregó para que se digitaran en la cuenta
De camino a casa la chica se puso a pensar acerca de las atenciones de Leira antes que ella saliera de casa, se preguntaba ¿cómo una persona qué hace algunas horas acababa de matar a un hombre se llegaba a preocupada porque una chica se protegiera del frío?
A - Tal vez no es mala - dijo en voz baja.
Durante todo el camino que aún quedaba siguió recordando y preguntándose más cosas de esa madrugada, preguntas que no se había detenido a pensar, pero las más importantes para ella eran dos ¿Por qué la ayudo? Y ¿Por qué Leira la había dejado vivir a pesar de lo que había visto?.
Mientras esperaba a Angeline, Leira comenzó a recorrer la casa, observo las fotografías en la pared miro desde una pequeña Angeline de 5 años tocando el violín en un recital, hasta una Angeline más actual tocando el piano en un escenario. Recorrió cada habitación, tanto como del primero como del segundo piso, hasta encontrarse con una habitación al fondo de un pasillo, estaba sin seguro así que entro, y se encontró con muchos estantes llenos de libros que formaban una pequeña biblioteca y en medio de esta una mesa con dos sillas. Tomo algunos libros y noto que trataban de cosas como medicina, ciencia, métodos curativos naturales y otros que tenían en el titulo palabras como ‘’Magia’’ o ‘’Hechizos’’. Observo todo con detenimiento hasta que un libro en particular capto su atención ya que en la orilla de su tapa tenia una nota que decía ‘’Leer’’, este no tenía título alguno, pero al abrirlo en su primera página había una pequeña dedicatoria…
“Para: Angeline
He ocultado este libro muy bien todos estos años que he estado contigo pequeña, si lo tienes en tus manos es porque ha llegado el momento adecuado para que te adentres en su lectura,cada página contiene partes de tu vida que seguramente no recuerdas, y habrá algunas que pondrán aprueba tu fuerza, tanto como a mi me destruyo el alma escribirlo, a ti te dolerá leerlo pero es necesario que sepas la verdad. Notaras que hay muchas páginas en blanco, no quiere decir que no le pude dar final, están ahí porque solo tu le podrás dar conclusión al libro, recuerda que no todo destino es oscuro”
Con amor: Sol”
Leira se fue directamente a las últimas páginas y tal como decía la nota, estas estaban en blanco, lo cual la llevo a preguntarse, ¿Por qué no había escrito Angeline al menos una palabra?.
Se escuchó como abrían la puerta y la pelirroja comenzó a poner todo en su sitio y a salir de ahí.
Angeline entro a la casa, cuando estaba a punto de cerrar la puerta, un pie lo impidió y la abrió de nuevo, al voltearse se topó con un hombre alto de buena condición física, tez blanca, ojos azules, cabello castaño claro y en si tenía aires de grandeza y prepotencia.
C- Buenas tardes preciosa – dijo el hombre de 23 años que era oficial de policía.
A – Cameron ¿Qué haces aquí? – se alejó unos pasos de el.
C- Estoy investigando un caso aquí cerca y pensé pasar a visitarte, ¿tu porque sales sola?, ¿no sabes que un asesino mato a un hombre cerca de aquí?.
A – Si escuche de el.
C- Sera mejor que te cuide ¿no crees? – su mirada y tono no demostraban mas que malas intenciones.
A – Se cuidarme sola.
C- Eres una chica, necesitas el cuido de un hombre – con descaro la tomo de la cintura y la acerco.
A –¡ Cameron suéltame! – intento alejarlo pero este hacia más fuerte el agarre.
C- No te pongas asi.
L- Ya escuchaste, suéltala – se escuchó a Leira mientras bajaba.
Este al ver que no estaban solos, soltó a la chica.
C- ¿Y tú quién eres? – en tono despectivo.
L- No creo que eso sea de tu incumbencia.
C- Estas en su casa, asique si es de mi incumbencia.
L- ¿Eres su novio?
C- No pero…
L- Entonces no te incumbe, además por lo que veo no eres muy bienvenido aquí y se que solo puedes entrar a una casa si eres invitado, lo cual no es así, ó con una orden de cateo, la cual veo que no traes ¿ o me equivoco? – Pregunto y al no recibir respuestas prosiguió – eso pensé, será mejor que te vayas, no creo que un oficial de policía se quiera ver envuelto en un problema legal que implica entrar a una casa a la fuerza donde hay dos chicas solas e indefensas y estando armado, no se vería bien en tu expediente, lárgate.
Los dos sostuvieron una mirada de odio, era como una pelea para determinar al más fuerte, y al bajar la mirada el oficial se entendió como una derrota, sonrió de forma sínica y se giró para salir.
C- Espero pases una linda tarde Angeline, y usted señorita le aviso que esta no será la última vez que me vea – cerro la puerta y se largó del lugar.
L- ¿Estás bien? – Pregunto mientas tomaba la mochila de Angeline.
A – Si, el solo….es un bobo.
Leira evito las preguntas, a pesar de que Angeline sabía lo necesario ella, pensaba que aún no se conocían lo suficiente como para hacer preguntas personales.
Al llegar la noche, las dos chicas se preparaban para dormir, al ser Angeline más pequeña que la otra pelirroja que era alta y mas proporcionada de cuerpo, no tenía pijama cual prestarle, asique tomo algunas prendas que eran de su hermano y se las entrego.
A – Esta es tu habitación – dijo mostrándole la que también era antes habitación de su hermano.
L- ¿Qué paso con el?
A – Murió sirviendo de militar – la tristeza se reflejó en su rostro.
L- Lo siento, no debí preguntar.
A – No importa, si necesitas algo estoy enfrente – le dedico una sonrisa un tanto forzada y salió.
Ya en la cama, mientras la luz de la luna penetraba por la ventana, Leira comenzó a hacerse más preguntas acerca de la chica, no entendía como alguien que había pasado tantas penumbras seguía en pie y con un alma bondadosa, es difícil recuperarse de perdidas familiares y ella más que nadie lo sabía.
Esa chica despertaba mucha curiosidad en Leira, y el único pensamientos que detenía sus preguntas era el de Cameron tomando a Angeline a la fuerza, esto causaba odio a la pelirroja quien estaba decidida a cuidar a la pequeña chica de ese hombre.
Tras un suspiro fue cerrando lentamente los parpados hasta que se dejo llevar y comenzó a dormir.