Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Threesome por Dara17

[Reviews - 323]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Iba a actualizar a las 5:30 am (a esa hora me voy para la U) y me cogió la tarde XDDDDD. Como sea, no digo nada más.

 

¡A Leer!

Capítulo 3 — Es sólo el comienzo

 

Jungkook sintió los labios de Jimin invadiendo su cuello, se sentía bien y a la vez le asqueaba. Su cuerpo vibraba ante cada toqueteo y su mente maldecía y gritaba blasfemias en cada momento.

 

Las manos, que supuso eran de Jin, fueron desvistiéndolo comenzando por su suéter  y acabando con su camisa. Los hermanos cambiaron de papeles como si fuera ya muy normal en ellos hacer ese tipo de cosas.

 

Jin empujó a Jungkook y éste cayó sobre la cama, intentó levantarse pero luego se volvió piedra al verlo acercarse de manera lenta mientras quitaba su camisa y dejaba ver sus amplios hombros y perfecto abdomen. Jin se lanzó sobre él haciéndolo cerrar los ojos hasta sentir sus carnosos labios mordiendo y besando su torso. Exhaló y abrió los ojos de nuevo encontrándose a Jimin desvistiéndose sin dejar de mirarlo. Jin bajó por su abdomen y se detuvo para quitar los pantalones. Quería gritar que no lo hicieran, suplicar porque pararan pero se quedó callado tragándose sus lágrimas.

 

Se sintió expuesto por completo cuando Jin jaló sus pantalones junto con los bóxeres. Los hermanos también terminaron de quitar sus últimas prendas y volvieron a retomar su trabajo en equipo.

 

Obligaron a Jungkook a sentarse mientras Jin besaba su espalda y lo tocaba desde atrás. Cada segundo que transcurría hacía que el menor se sintiera más sucio, como si estuviera revolcándose en basura. Jimin tomó la parte delantera y lo besó como nunca, llevaba más de dos años sin besar a alguien y no le agradó volver hacerlo a pesar de que Jimin besara tan jodidamente bien.

 

El menor de los hermanos comenzó a descender dando besos en cada lugar mientras Jin mordía una de sus orejas con suavidad. Los labios de Jimin se detuvieron y en el momento más inesperado atraparon el miembro de Jungkook, éste se removió impactado por la electricidad que sintió su cuerpo al sentir la boca del otro invadirle. Jin lo agarró con fuerza evitando que se resistiera, estaba recibiendo la atención que no deseaba tener, no quería sentirse tan bien, su cuerpo le traicionaba y se movía suplicando por más. Cuando Jungkook estuvo a punto de venirse, Jimin se detuvo y sonrió con maldad.

 

—Aún no lo mereces —dijo para cambiar de lugar con Jin que no tardó en besar sus muslos y dejar marcas muy visibles allí.

 

Jimin no paraba de besarle, mordía sus labios, jugueteaba con su lengua casi dejándolo sin respiración.

 

—Creo que deberías tomar algo de aire —habló Jin con voz ronca ubicándose entre las piernas de Jungkook.

 

Jimin lo agarró con fuerza, ya sabiendo lo que se venía y Jungkook fue presa del pánico al ver a Jin poniéndose un condón. 

 

— ¡No, espera! —gritó antes de que Jimin volviera a besarlo y sintiera el miembro de Jin estrujándose dentro él.

 

El dolor se extendió por su cuerpo y por más que luchaba, Jimin no le permitía moverse, lo besaba, lo tocaba, mientras su hermano se movía hacia dentro y fuera. Debido al dolor se sintió mareado, las lágrimas estaban a punto de bajar por sus mejillas pero no lo permitió, no debía demostrarles lo débil que alcanzaba a ser.

 

Jin agarró su cadera con tanta fuerza que juró que sus dedos estaban traspasándole la piel y así continuó con sus estocadas hasta que logró venirse impidiendo que Jungkook lo hiciera al igual que él.

 

El menor creyó que todo había terminado, que ya podría irse a descansar pero de nuevo Jin cambió de lugar con su hermano y todo se fue abajo.

 

—No sabrás lo que es placer hasta que aprendas a comportarte —le susurró Jin al oído y lo apresó entre sus brazos mientras Jimin acomodaba su condón.

 

Se sintió de nuevo invadido, el dolor apareció de nuevo arrasando todo sin compasión. Jimin se movía con más fuerza, sin importarle lastimarlo, ya los besos de Jin en su cuello y espalda no le hacían sentir nada de placer. Nada lo haría, cerró los ojos mientras inhalaba y exhalaba, iba a llorar, lo haría, no podía aguantar más tal situación. Jimin se detuvo al rato con un gemido ronco y sexy aunque no lo fue para Jungkook.

 

Sintió de nuevo la lengua de Jimin invadir su boca a la vez que sentía a Jin separarse de él abandonando la cama. Cuando el hermano menor dejó de besarlo se dejó caer sobre la cama. Su pecho subía y bajaba, sus ojos ardían al igual que su cuerpo y creía que no podría moverse de esa cama en un buen rato.

 

Con las fuerzas restantes se levantó de la cama, su cabello parecía recién lavado a causa del sudor, buscó con su mirada cada una de sus prendas y no tardó en vestirse con una mueca de dolor en cada movimiento.

 

El par de jóvenes ya habían abandonado la habitación y se encontraban a mitad del living compartiendo un cigarrillo. Seokjin tenía puesta una bata azul marino mientras que Jimin a duras penas usaba ropa interior.

 

Jungkook no se detuvo a mirarlos y caminó hacia la puerta de la entrada.

 

— ¿No tomarás tu dinero? —inquirió el pelinegro devolviéndole el cigarrillo a Jin.

 

—Hagan que las cosas vuelvan a estar como al principio —por poco suplicó y salió batiendo la puerta tras él.

 

Seokjin expulsó el humo de su boca y sonrió, tomó su teléfono móvil y luego de unas cuantas llamadas devolvió casi  todo a su lugar.

 

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Jungkook luchó contra la puerta de su apartamento, se estaba desesperando. Quería estar entre sus sábanas, quería desahogarse y soltar todo lo que se había contenido. Le dio una patada a la puerta y volvió a intentar abrirla hasta que lo consiguió, puso todos los cerrojos que tenía ésta y cerró las cortinas de la sala y su habitación. Cuando terminó, quitó todo lo que había sobre su cama sin importar arrancar la manta protectora del colchón y se tapó con la cobija de estrellas que su madre le había dado cuando tenía diez años.

 

Empezó a llorar y a gritar, las lágrimas salían como manantiales de agua y en un par de minutos su almohada ya estaba empapada.

 

Su madre estaría avergonzada de él, no merecía tener un hijo así, se sentía lamentable y con asco de lo que era en ese preciso momento. Lloraba, se calmaba y volvía a terminar llorando, siguiendo así un ciclo que sólo se detuvo a las doce de la media noche.

 

Se quedó dormido mientas lloraba. Despertó a eso de las cinco de la madrugada, las lágrimas volvieron a atacarlo y esta vez no podría dormir para salir de aquella pesadilla. Se levantó sin soltar su cobija y buscó entre su mesa auxiliar las pastillas para dormir, se tomó una y regresó a su cama esperando que ésta hiciera efecto.

 

 

 

Isla Jeju. Diciembre 09 de 2013, lunes.

 

Cuando despertó de nuevo, su vejiga estaba a punto de explotarse. Se levantó con esfuerzo, pues su cuerpo dolía a creces, corrió hasta el baño y sintió su cuerpo un poco aliviado hasta que su estómago reclamó algo de comida.

 

No deseaba alimentarse pero el hambre pasó a ser dolor, preparó un poco de ramen y lo comió hasta quedar satisfecho. Se quedó mirando el suelo, ningún pensamiento cruzaba por su cabeza, hasta que volvió a la realidad y con un suspiro fue a ducharse.

 

Tardó tanto tiempo en el baño que sus dedos quedaron completamente arrugados y el sol alcanzó a esconderse. Se puso la piyama y volvió a tirarse en la cama, vio mil demonios al hacerlo, no existía un lugar que no le doliese, no sabía el estado de su cuerpo y tampoco tuvo reparo de mirarse al espejo.

 

Intentó dormir de nuevo hasta que el sonido de su teléfono móvil hizo que el dolor de cabeza que no había notado, amenazara con explotarla.

 

—Junhonnie —contestó cansado.

 

Estaba a punto de ir hasta tu apartamento —se escuchaba algo aliviado—. Te he llamado todo el día ¿estás bien?

 

—Al parecer tengo gripe, pero no es nada que no pueda aliviar con mi cama —mintió.

 

¿Quieres que vaya y te prepare algo de sopa? —inquirió preocupado.

 

—Claro que no, sólo vete a descansar, apuesto a que te quedaste cuidando a tu madre toda la noche y todo el día —le reprendió.

 

No me gusta estar solo en casa, dormí bien, hay un sofá más cómodo que tu cama en la habitación y jugué póker con mi madre todo el día. Me duele la espalda por haber permanecido sentado —Junhong se carcajeó.

 

—Así que hoy también dormirás allí —Jungkook hizo amague de reírse, le gustaba escuchar la risa de Junhong, era como algo mágico que le llenaba de energía, tal como lo hacía también la sonrisa de Hoseok y Taehyung.

 

Claro, ¿realmente no quieres que vaya? —volvió a preguntar.

 

—No, cuida de tu madre —claro que sí quería, necesitaba alguien que lo abrazara mientras intentaba dormirse, que le dijera que todo estaba bien y que debía olvidar lo sucedido para seguir adelante. Pero no sería capaz de confesarle a sus amigos lo ocurrido, no, nunca lo haría.

 

Está bien —se quejó—, te llamo luego.

 

Jungkook se acomodó de nuevo en su cama, por mucho que su pecho se comprimiera ya no podía llorar. Tapó bien su cuerpo para que el frío no se metiera  entre sus cobijas y a su suerte se quedó dormido de nuevo.

 

 

─●──●──●──●──●─

 

 

Junhong se quedó mirando su teléfono móvil, había sentido que su amigo no estaba bien, creía que ese sexto sentido inexistente le gritaba algo pero no entendía qué era.

 

Entró a la habitación donde se encontraba su madre y la encontró hablando animadamente con el joven que le había dado el café el día anterior. Su rostro se llenó de color y no supo si sonreír o gritar como colegiala.

 

—No conocía a tu nuevo amigo, Junhong —dijo la anciana sin dejar de sonreírle.

 

—Yo…yo —gagueó el menor.

 

—Espero que se recupere y haga lo que el doctor le diga —Yongguk tomó una de las manos de la mujer y la apretó sin mucha fuerza.

 

—Cuídate y vuelve pronto —aquella, acarició su mejilla.

 

Yongguk se paró del asiento y le sonrió a Junhong de una forma demasiado linda.  Su corazón casi se detuvo y su rostro volvió a tornarse rojo. Nada pudo ser peor hasta que Yongguk lo tomó de la mano y lo sacó de la habitación.

 

—Prometo que no tardará mucho —dijo Yongguk para luego cerrar la puerta tras él.

 

El menor no decía nada mientras era jalado, no sabía qué estaba sucediendo y por qué aquel hombre estaba de nuevo allí. Su estómago estaba revuelto y una risa nerviosa se atoraba en su garganta.

 

Terminó al lado de una fuente sintiendo el frío nocturno intentar traspasar su chaqueta. Yongguk lo hizo sentarse, vio una caja con un par de cafés en la mano derecha de éste sin saber en qué momento los había conseguido o si realmente los tenía desde antes que llegara.

 

—Hace bastante frío pero es un bonito lugar —habló Yongguk entregándole el café.

 

—Gracias —acató en decir Junhong apretando el café late entre sus manos.

 

—Me encantaría que hoy sí hablaras más —susurró y Zelo le escuchó.

 

Recordó el día anterior, en el que solamente le había dicho su nombre. No era su intención quedarse callado, el problema estaba en que los nervios lo hacían torpe, además de que Yongguk tenía una fuerte mirada que le intimidaba y le hacía perder los sentidos.

 

—L-lo siento, y-yo… —ahí estaba de nuevo, sin saber qué decir, su cabeza estaba vuelta jirones, a duras penas estaba recordando quién era.

 

—Eres demasiado lindo —despeinó sus cabellos castaños y le sonrió. El pulso de Junhong se aceleró—. Creo que tendré que obligarte a hablar —volvió a sonreír—, ¿cuántos años tienes?

 

—Veinte, no, veintiuno —se corrigió—, ¿y… t-tú?

 

—Veinticinco —suspiró—. ¿te incomoda mi presencia?

 

—R-realmente n… —el menor fue interrumpido.   

 

—No tienes que responder, si te incomoda no me importará, al fin y al cabo ya estoy interesado en ti —Yongguk ladeó su cabeza y se acercó como si fuera a besarlo. Junhong cerró sus ojos sin saber cómo reaccionar—. Se me ha hecho tarde, espero verte de nuevo —susurró con su voz ronca y se marchó. El menor no dejó de mirarlo hasta que su cabellera roja dejó de verse.

 

Junhong reaccionó, el empaque de su café había tomado una forma diferente al haberlo aplastado entre sus manos. Miró de un lado a otro para asegurarse de que nadie lo observaba y movió sus pies con frenesí al verse solo. No sabía nada de aquel pelirrojo pero su presencia le agradaba, así su timidez le impidiera ser algo simpático con él. 

 

 

 

Isla Jeju. Diciembre 10 de 2013, martes.

 

Jungkook abrió sus ojos y un dolor de cabeza se hizo presente en bien se sentó en la cama. Tomó una ducha y rebuscó en su refrigerador algo para comer, encontrándose con un par de salchichas que estaban a punto de vencerse y un huevo.

 

Luego de preparar su enorme desayuno, se sentó en la sala al lado de la puerta y lo comió todo sin ganas. Se levantó para ir a cepillar sus dientes pero se detuvo al ver un sobre que habían arrojado bajo su puerta, lo tomó, se sentó de nuevo en el suelo y luego lo abrió leyendo todo de forma rápida:

 

 

Isla Jeju, 10 de diciembre de 2013

Señor: Jeon Jungkook

 

Le solicitamos de forma urgente que se presente en la recepción del edificio “JJJ” el día de hoy. Hemos revisado su solicitud de empleo y ha cumplido con los requisitos necesarios. Lo esperamos a partir de las nueve de la mañana, esperamos acepte y se una a nuestro grupo.

 

 

Jungkook algunas veces había pasado cerca de aquel edificio, era grande y pertenecía a un grupo de ingenieros civiles muy importantes en el país, sin embargo, nunca se había interesado en el. Se le hacía raro que la carta no tuviese una firma concisa y le faltaban ciertos parámetros para ser formal, aun así la idea de trabajo trastornaba su mente y no pudo rechazar tal oferta.

 

Cepilló sus dientes preocupándose porque quedaran completamente limpios y buscó sus mejores prendas para dar una buena impresión. Cuando salió de casa se asustó al ver que ya eran las dos de la tarde, por lo que terminó tomando un taxi.

 

Llegó al edificio y se adentró sin percatarse de su diseño o las enormes letras de color dorado que formaban dos palabras: “Grupo KIM” y podrían dejar ciego a cualquiera con su brillo. Saludó con una reverencia a la recepcionista, una chica de piel morena que a leguas se notaba que no era de Corea, aun así era muy apuesta.

 

— ¿Señor Jungkook? —preguntó ésta en bien él dejó de hacer su reverencia.

 

—S-soy yo.

 

—Espere un momento, alguien vendrá por usted y lo guiará hasta la oficina de uno de los jefes —sonrió de forma envidiable, luego hizo una reverencia y tomó el teléfono para anunciar la llegada de Jungkook.

 

Una chica que Jungkook podía asegurar que era cien por ciento coreana le guió con la misma amabilidad con la que la recepcionista le había atendido. Se sentía nervioso, nunca había tenido una entrevista de trabajo y realmente no sabía qué tendría que hacer en tal lugar.

 

Cuando llegó con la joven al último piso, salió un poco más tranquilo, si le habían enviado la carta era porque realmente tenía el trabajo asegurado. Atravesó un par de pasillos llenos de oficinas hasta que llegó a una puerta doble de madera. La mujer que le guió tocó dos veces la puerta y luego la abrió sin esperar una aprobación.

 

—Pase, el señor Park llegará pronto —dijo para casi empujarlo dentro y cerrar la puerta en bien Jungkook la cruzó.

 

Se esperaba un lugar más organizado, no un escritorio lleno de papeles por leer o un piso lleno de hojas arrugadas. Su futuro jefe al parecer no tenía ni una pizca de orden, aunque eso era algo que no le incumbía.

 

No sabía si sentarse o no, al fin y al cabo no había nadie, por lo que tomó asiento en frente del desordenado escritorio y frunció los labios mientras esperaba. La puerta se abrió y cerró con lentitud, Jungkook no se giró sino hasta que escuchó a su futuro jefe hablar.

 

—Mi hermano no vendrá, así que yo tendré que encargarme de esto solo —las piernas de Jungkook temblaron en bien se giró y lo vio—. Vaya, tienes realmente una mirada asesina—agregó Jimin para sentarse detrás de su escritorio.

 

Jungkook no dijo nada, se levantó de la silla y fue directo hacia la puerta, no trabajaría allí ni por todo el oro del mundo. Jimin no perdió tiempo y lo tomó del brazo obligándolo a sentarse de nuevo, aquel tacto hizo temblar de nuevo al menor que sintió pánico de forcejear contra aquel pelinegro.

 

—Hemos devuelto todo a la normalidad, sólo faltaba tu empleo —dijo éste y Jungkook frunció el ceño. Taehyung no le había llamado, tal vez su problema económico no había sido causado por aquellos hombres.

 

—No trabajaré aquí —dijo con voz firme.

 

— ¿Crees que te estoy preguntando si deseas hacerlo? —Jimin sonrió.

 

— ¿Entonces?

 

—Es una orden —aquellas palabras retumbaron en su cabeza.

 

— ¿Perdón? Ni tú ni tu hermano son… —se calló al ver al pelinegro acercarse peligrosamente. Jungkook se encogió en su asiento y se quejó al sentir la mano de Jimin apretando sus mejillas.

 

—Ya has conocido todo lo que podemos lograr en un par de semanas —musitó, permitiéndose ser escuchado.

 

—Suéltame —balbuceó pero Jimin hizo caso omiso.

 

—Serás nuestro secretario personal, durante las vacaciones trabajarás de nueve de la mañana a seis de la tarde, cuando reinicies tus clases lo harás de una a seis de la tarde. Sé que no le has dicho a nadie lo sucedido y nunca, óyeme —le estrujó—, nunca lo dirás. Estamos enterados de cada uno de tus movimientos, te juro que en bien abras la boca te arrepentirás —Jimin por fin lo soltó y él puso sus manos en sus mejillas tratando de aliviar el dolor.

 

Sus labios temblaron e inhaló y exhaló para calmarse. Posó su mirada en Jimin y quiso estrangularlo en aquel instante, realmente nada había terminado, había cavado su propia tumba sin pensarlo.

 

—Puedes irte, te espero mañana y si no vienes alguien te traerá así sea arrastrado —sonrió y volvió a acercase. Jungkook cerró sus ojos con miedo hasta que sintió los labios de Jimin succionando los suyos de manera violenta y autoritaria. Lo empujó y salió corriendo del lugar, perdiendo cada una de sus esperanzas con cada paso que daba. 

Notas finales:

Sé que hay personas que querrán matarme (sí Gilipollitas, hablo de ti). Jungkook no la pasará bien, tomenlo como una advertencia. 

Tengo como risa nerviosa, no sé, espero que les haya gustado el cap. También quiero agradecerles por leer y dejar sus comentarios <3 <3 <3 

¿Les gustó el Comeback de Big Bang y BTS? ¡Yo amé ambos! Y el mini de BTS está demasiado bueno, si no lo han escuchado pues no pierdan el tiempo XD. Estoy algo triste T_T no me gusta la forma en la que están molestando a BTS, me parece muy malo y egoísta, en fin, espero que no se les vengan más problemas.

¡Nos leemos el otro viernes! ¡MUCHOS BESOS Y ABRAZOS!

PD: Lord gracias por leer la parte del lemmon, en serio me daba cosa que la leyeras XD pero lo hiciste. <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).