Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mobius por katzel

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Basado en el juego indie rpg Makoto Mobius

http://indiehorrorrpg.blogspot.com/2014/11/makoto-mobius_29.html

 

Notas del capitulo:

http://www.mediafire.com/listen/1ceomessss7lb4g/bgm_maoudamashii_piano02.mp3

El filo de una hoja roza mi mejilla como la lámina de papel delgado abriendo la línea de corte.

Nunca sangro.

Me llevo los dedos al rostro y regresan sin nada mientras mis pasos se adentran en el olor a verde clorofila del parque. Me siento como un ciervo esta noche, saltando de aqui a allá, escuchando el crujir de las hojas bajo mis pies. Sé que en medio de tanta negrura lograré distinguir la luz del farol. Sé que surgirá en medio de la maleza y me guiará hasta él.

No ha salido la luna.

No tengo sombra.

Soy el fantasma absolutamente oscuro que danza en la noche.

Apresuro el paso. Es como si mi cuerpo no me perteneciera. Estoy en el pórtico de una vieja casa de madera tradicional. Sentado, en el piso, bajo el cielo de verano, Sukima Kaoru me recibe.

Sé lo que va a suceder.

Nuestros ojos se van a encontrar y al reconocerme dirá...

-- Qué bueno que has venido a verme...

Me sentaré en el escalón inferior, a su lado y soltaré un gruñido.

-- Hum.

Ignoro qué puede gustarle de mi compañía. Casi no decimos nada y él es el único que se aventura de vez en cuando a romper el silencio.

Hay algo...

Es cálido y familiar. Sukima se apoya sobre su mano derecha y el bosque duerme tranquilo.

Una vez comimos una sandía que apareció de la nada. La devoramos lentamente para guardar la sensación de frescura y por casualidad nuestros dedos se rozaron. Volvimos a cruzar miradas entonces. Cuando eso sucede de alguna manera siento que él puede leer mis pensamientos y comprenderme a la perfección. Es en ese pequeño instante en el que lo siento tan cerca. No estoy solo. Sukima... Kaoru ve a través de mí y no necesito palabras... él lo sabe... sabe que si yo pudiera... si yo fuera dueño del destino...

El reloj suena.

Sus pupilas se contraen ante el infierno que va a desatarse.

No hago nada. Sólo puedo observar.

Su padre aparece totalmente ebrio, inmenso, lleno de furia. Extiende su brazo y aprieta el hombro blanco con tanta fuerza que podría quebrarle los huesos. Lo estampa contra el piso de madera que suena a hueco. Lo arrastra hacia adentro. Afuera nadie ve ni oye nada. Lo golpea una, otra y otra vez. Lo ultraja. Lo asfixia con su propia camisa llena de sangre. No tiene piedad. Lo ha reprimido desde hace mucho y esta noche decide darle rienda suelta a sus insanos deseos.

No puedo hacer nada. De pie, en la esquina o frente a ellos, soy un mero expectador. No puede verme y no puedo detenerlo.

Esta noche, como todas, el padre de Kaoru ha llegado y le ha matado.

Es el precio que tengo que pagar por su compañía, repetir su asesinato una y otra vez.

Luego la casa se quema y el hombre escapa carcomido por la culpa, llorando irracionalmente, lleno de tierra y manchado de rojo criminal.

Me quedo hasta remover las cenizas, hasta que llega a mí el nuevo crepitar de su carne tostada.

----------------------------------------------------------------------------
¿Cómo fue que empezamos con esta locura?

¿Fue su culpa o la mía desatar aquella maldición?

Tres semanas después de su muerte fui convocado a la sala de profesores.

-- Lo hemos llamado porque queremos consultarle algo -- dijo la consejera eligiendo cuidadosamente las palabras. -- ... Sukima Kaoru no tenía más familiares que su padre y ningún amigo aparte de usted. Luego de su... terrible accidente... quedaron algunas cosas dentro de su casillero. La política de la escuela indica que debemos guardarlas en el archivo... pero entre ellas había un sobre con su nombre...

-- ¿Una carta para mí?

-- Efectivamente. Su contenido es privado. Nadie puede obligarlo a compartir aquello que Sukima deseaba comunicarle. Pero si hay alguna revelación que dé luces sobre su terrible deceso, prométame que nos lo dirá sin falta.

-- Sí. -- respondí aún turbado por la inesperada situación. Estrujé el papel entre mis dedos hasta que estuve a solas. Sukima sólo era la persona que se sentaba a mi lado. No éramos amigos. No nos conocíamos bien. Él siempre estaba de buen humor y lanzaba frases que yo cortaba con "hum, sí, no". Ni siquiera habíamos sostenido una conversación de más de 10 palabras.

Temblando, con cierto sudor frío, abrí la carta.

"Hey... has oído de Mobius. Dicen que va a reescribir el pasado para ti, pero sólo una vez."

-- Mobius...

No creía en esa leyenda urbana. Era apenas un juego de niños. Antes lo había mencionado. No podía ser real. Me sentía estúpido por dudar, pero más aún por intentarlo.

Esa tarde, saliendo de la escuela pasé por las ruinas de la casa de los Sukima. El invierno ya había empezado y estaba lloviendo. Alrededor, la cinta amarilla que la policía colocaba estaba arrugada y apenas se podían leer las letras de "prohibida la entrada". Creo que fue entonces cuando decidí que lo haría, que no había nada que perder.

En casa construí una cinta de Mobius y coloqué mis manos dentro repitiendo... "por favor, Mobius, haz que mi deseo se cumpla..."

Aparecí corriendo en medio del parque al atardecer, tenía la plena seguridad de que había retrocedido en el tiempo. Era la noche de su asesinato y tenía la esperanza de que podía salvarlo.

--------------------------------------------------------------------------

-- Qué bueno que has venido a verme -.

He llegado antes. La hoja de fresno me ha cortado la cara. La luna se asoma entre las nubes que brillan tras ella.

Algo ha cambiado. Puedo percibirlo y estoy alerta. Sukima sigue tan tranquilo y sonriente como siempre. Limpia mi herida con el pañuelo que tiene en la mano.

-- Me pregunto cómo será el festival este año - canturrea en voz baja.

Me dan ganas de decirle que no lo verá, que ya está muerto, que nada tiene sentido en esta locura, pero siento que él necesita escucharme.

-- Seguramente se verán los fuegos artificiales desde

-- Eso está muy lejos - dice algo sorprendido de oírme hablar. Yo mismo me extraño de mi locuacidad. Repentinamente quiero hablar, hablar, hablar, no deseodesperdiciar un segundo de su compañía.

-- No tanto... si vamos a ** podremos verlo desde el quinto piso del bloque de departamentos donde vivo. Quizás... este año...

-- Ahora eres tú el que está exagerando -- su expresión se torna triste.

-- Ven conmigo...- titubeo y luego aprieto su muñeca con firmeza repitiendo -- Ven conmigo.

Respiramos al mismo tiempo. No dejo escapar sus ojos. Estoy hablando en serio. Estoy harto. Harto de repetir este infierno todas las noches. Harto de no poder hacer nada por él. Enfermo de verlo morir. Siento que podemos cambiarlo si él quiere, si él me lo permite, pero tiene que confiar en mí. Nuestra sombra aparece en las escaleras bajo la luna y por primera vez veo que las luciérnagas se reflejan en su vuelo aleatorio a nuestro rededor.

--... gracias... pero no... no es real... estar encerrado aquí no me importa mientras puedas venir... sé que suena desquiciado, pero...-

-- Sukima, yo...

Es su padre. Ya está en escena.

Entonces comprendo todo.

Siempre tuve miedo. Cada vez que regresaba temía por mí mismo. No estaba listo para salvarlo. Me preocupaba más mi propia vida que el sufrimiento de Sukima. No estaba dispuesto a realizar ningún sacrificio. Por eso no era real, pero esta noche...

-- Por eso no tenía sombra - dije antes que se abriese la puerta con los forcejeos y gritos del hombre.

-- ¿Satou? -- preguntó él sin comprenderme.

-- Sólo hay una forma de salvarte -- le sonreí en ese minuto -... alguien tiene que morir esta noche. El equilibrio debe conservarse, pero el fin debe ser el mismo... si asesino a tu padre podrías perjudicarte, empezar a buscar al asesino, dar conmigo y vengarte o por lo menos encontrarme repulsivo. No soy un asesino. No resistiría el peso de mi crimen por mucho tiempo. En ese caso yo te perdería y tú me odiarías, eso sería peor que la muerte. Así que he resuelto ya nuestro pequeño acertijo. Me aseguraré de que esté lejos de tí para siempre

-- Satou... no...

-- Vamos...

-- ¡Satou!

Lo empujé fuera del pórtico y entré al pasadizo cerrando la puerta por dentro. El hombre ciego de ira y lleno de furia por fin podía verme y en la semioscuridad me tomaba por su hijo. Confiaba ciegamente en la ley de la causalidad. Muriendo yo no importaba que él lo intentase, Mobius tomaría mi vida y le dejaría libre. Resisti los primeros golpes y luego abrí la puerta cuando deslizó bajo mi vientre la pieza de vidrio de una botella rota. Al mismo tiempo sentí que la cinta de Mobius se cortaba y mis gritos se escuchaban en la calle a todo pulmón. Grité con la vida puesta en ello y por fin las luces de las pequeñas casas lejanas se encendieron.

Todo había terminado.

No importaba.

Sukima repetía mi nombre desesperadamente. Se iba borrando de la escena, desapareciendo, mientras movía la cabeza de un lado a otro. Pronto el mismo Mobius borraría las escenas de su mente. Actuaba rápido y bien. El volvería más tarde aquella noche y su padre estaría en la cárcel por mi asesinato y no volvería a maltratarlo. Satou, su compañero de clase iba a pasarle unos apuntes cuando lo encontró por error. Con la ayuda adecuada, Kaoru iba a superarlo. Vi cómo había cambiado la línea temporal y me sentí satisfecho.

Mañana temprano empezaría una nueva vida para Sakima Kaoru.

No me arrepiento de nada.

He roto su maldición. Aunque él me olvide yo jamás olvidaré las horas que pasamos juntos.

Es un precio justo por hacerme conocer el amor.

Notas finales:

http://www.mediafire.com/download/ixwvwcfl1nxv4vk/game_maoudamashii_8_piano05.mid


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).