Please don´t…judge me
Dos niños se miraban a lo lejos enfadados, enemistados. Sus mamas siempre les llevaban al mismo parque, a la misma hora para que jugaran. La verdad es que solo era excusas para que ellas pudieran platicar y ponerse al día. Mikoto había sido una idol desde joven, pero antes de la fama, Kushina había sido su mejor amiga. La hermosa pelirroja se había dedicado a ser maestra de artes marciales, era conocida en su medio, increíblemente se enamoró de un maestro de literatura. Cuando Mikoto empezó su estrellato volvió a reencontrarse con Kushina por casualidad cuando intentaba huir de su fans y se terminó metiendo en una academia de artes marciales. Cuando se observaron solo pudieron reír y abrazarse. Unas horas más tarde, fue como si ellas nunca se hubiesen separado; después de ello Kushina estuvo presente en todos los momentos de gloria y desgracia de su amiga. Mikoto al fin pudo hacerle frente totalmente a ese mundillo en el que a veces sentía que se ahogaba. Cuando se casó dejó la actuación y todo lo referente al espectáculo para dedicarse a dibujar que era otra de las artes que mejor manejaba, fue así que se volvió una artista independiente y respetada en el dibujo. Su marido siguió siendo un director de televisión con programas de buen rating. Pronto ambas familias compartían muchas salidas gracias a las dos amigas.
Mikoto fue la primera en salir embrazada de ambas. Pues a Kushina le daba mucho miedo eso de ser madre, y su marido era un hombre bastante comprensivo que también quería esperar para tener un bebe. Cuando vio a Itachi en brazos de su amiga, perdió toda duda... quería ser madre... aunque le entro la duda de si estaba capacitada pues también vio como de ocupada estaba su amiga. No quería dejar de enseñar artes marciales. Así que decidió nuevamente aguardar. Y su amiga le dio otra sorpresa años después anunciándole su nuevo embarazo. Kushina estaba feliz pero también ansiosa. Un par de meses después salió del médico con la noticia de su embarazo. No cabía en felicidad. Sin embargo, tuvo una seria plática con su marido de que no iba a dejar su escuela por nada. Ambos se amaban y decidieron que seguirían con sus metas además de tener un hijo. Kushina volvería a enseñar cuando su bebe estuviera más grande.
Desde que ambos bebes nacieron, sus madres los juntaban junto a Itachi a jugar. Itachi era más quien los cuidaba junto a su primo que regularmente los visitaba.
Y así Naruto y Sasuke crecieron cuidados por el hermano mayor de Sasuke junto al primo de este, Shisui, mientras una amistad rivalidad nacía entre ellos. Cuando tenían 5 años, Itachi ya era muy maduro para jugar con ellos... bueno a veces se dejaba llevar y lo hacía, pero otros gustos como los libros habían nacido y se avocaba mucho a ello. Sasuke tuvo que enfrentar su parte antisocial frente a la enorme sociabilidad del rubio.
A pesar de jalar la falda de su mama pidiéndole volver a casa con su hermano, Mikoto solo le acariciaba los cabellos diciéndole “Vamos, Sasu, necesitas amiguitos” le daba una palmadita de confianza y Sasuke solo miraba como Naruto jugaba con otros niños. Se mordió el labio pues Naruto su burlaba de él. Algo no andaba bien entre ellos, quizás era por ser obligados a jugar desde pequeños, pero Naruto le gustaba platicar mucho y se aburría cuando el pequeño Sasuke le fruncía el cejo. Sabía que Sasuke podía ser muy amable y dulce pero ese carácter tampoco era muy bien visto entre los chicos. Por más que había intentado hacerle cambiar al azabache solo terminaban peleando… solo conseguía “Ve a jugar con esas bestias que tienes por amigos”
No se llegaban a entender y mientras más tiempo pasaba la rivalidad y enemistad crecía entre ellos. Para colmo sus madres le metieron en el mismo nido, lo cual solo hizo que la vena competitiva entre ellos destacara. Aunque en ese caso era Sasuke quien le ganaba y quien era popular. Era en el tiempo de vacaciones donde el pequeño Naruto se esmeraba para sobrepasarlo en esos juegos infantiles de los que terminaba sucio y lleno de moretones pero con sonrisas. Naruto no entendía como a un niño podía importarle tanto el verse bien... si hasta las niñas con las que jugaba no ponían pegas jugar al saltar, caerse, ensuciarse, mojarse en épocas de calor. Naruto no entendía…
“Simplemente, Sasuke es un niño diferente, Naru... A Sasuke le gusta jugar cosas en las que haya orden. Por ejemplo está practicando natación... ¿no quisieras ir con él?
Su mama seguía insistiendo en que sean amigos. Vivian cerca, de hecho vivía en el mismo condominio. Así que era un pequeño mundo donde no podía evitar encontrarse. Si bien el condómino era enorme y caro, para Naruto era demasiado cercano. Se atosigaba de la presencia de Sasuke.
Llego el tiempo en que cumplieron 7 años, Sasuke logró callar la boca todos los que le llamaban “nena llorona” por no jugar a aquellos sucios juegos en el parque. Kushina tenía su academia dentro del exclusivo condominio, por lo cual invito a su amiga a inscribir a sus amigos. Para sorpresa, Sasuke era muy bueno en las artes marciales. Naruto se entusiasmó pues a él también le gustaban. Pero Sasuke nuevamente volvía encerrarse a sí mismo. Decían que era porque su padre era exigente y su hermano comenzaba a destacar en cualquier aspecto. De hecho al pequeño Itachi le habían hecho un test y de resultado era que su CI era superior a los normales. Algo increíble...
Sin embargo, meses después Sasuke intento con todas su fuerzas acercarse a los amigos de Naruto. Lo admitía se sentía solo. Su padre estaba en plena producción de lo que sería una exitosa serie, su madre dedicada a sus pinturas y su hermano enfocado cada vez más en sus libros y en su primo (eso era algo que aún no entendía) . Finalmente logro adecuarse un poco a los amigos de Naruto, pero no a todos sino especialmente a Shikamaru, Gaara y Neji que eran niños más o menos serios y maduros; estos seguían siendo más amigos de Naruto que de Sasuke pero al menos el azabache tenía ciertos gustos en común con estos y no necesitaba hablar demasiado. Naruto los quería a todos pero prefería jugar con Lee que era muy enérgico, increíblemente más que él, con Sakura que era una niña que le aparecía encantadora por ser tan fuerte e inteligente y que no le temía jugar brusco y Chouji con quien siempre era conveniente salir a la tienda de dulces cuando recibía su pequeña mesada, puesto que el chico era un especialista en marcas de estos.
Todo iba decentemente bien, podían conversar, pero aun no eran muy cercanos.
Un día cuando apenas tenían 10 años, mientras Naruto rezongaba por sus bajas notas y se jalaba sus mechones, Sasuke le ignoraba escuchando y tarareando muy bajo una canción, hasta que escucharon el grito de una niña. Sasuke detuvo a Naruto, recriminándole que era mejor llamar a un policía. Sin embargo el rubio que creía firmemente en los ideales de los super héroes que veía en la televisión fue corriendo donde se escuchaba los gritos. Sasuke no supo que hacer, así que simplemente marcó el número que conocía de la policía para luego ir corriendo detrás de Naruto.
Evidentemente el adulto estaba a punto de lanzar a Naruto contra la pared, por lo que Sasuke con toda la adrenalina en su cuerpo agarro la piedra más cercana y se la lanzó a la cabeza del sujeto. Quien aun con la frente reventa fue tras Sasuke. Naruto no pudo evitarlo, pero cuando este se abalanzó contra su amigo, Sasuke cayó torciéndose una pierna, grito de dolor. El pequeño rubio no sabía qué hacer, la niña que había sido atacada salió corriendo. Felizmente antes de ello, los policías del distrito llegaron y detuvieron al sujeto. Naruto corrió pro Sasuke y le ayudo a levantarse. Una policía mujer de aspecto confiable le tendió la mano y le ayudo a cargar a Sasuke. Naruto se negaba a dejarlo ir en brazos de alguien más. A la policía le lleno de ternura por lo que dejó que el pequeño rubio hiciera el esfuerzo de llevar a su amigo.
Ese simple gesto de querer llevarlo apoyado en sus hombros fue suficiente para que Sasuke con su ingenuidad propia de un niño de 10 años sintiese un calorcito especial cuando veía la sonrisa de Naruto, recién noto lo brillante que era aunque le faltase un diente.
Después de ese incidente Naruto quedo castigado por varios meses aunque estos le transmitieron el mensaje de que no estaba mal que haya intentado rescatar a alguien sino el hecho de hacerlo imprudentemente. El rubio entendió. Sin embargo de igual forma tenía prohibido salir de casa, pero para Naruto nada era imposible: se las arreglo para escapar.
Para cuando Kushina noto a donde se iba no hizo nada pues al parecer la amistad entre su hijo y el pequeño de su mejor amiga al fin estaba floreciendo. Así que cuando ambas madres los descubrieron durmiendo el uno al lado de otro con sus boquitas se mi abiertas y destapados, simplemente les cubrieron. Al parecer Naruto se había tomado la atribución de llevarle las clases al pequeño que como tenía fracturada su pierna izquierda no podía ir al colegio. Además de ello ambos empezaron a encontrar cosas en común… más de la que habían imaginado…………..
………………..
— ¡Sasuke!
La voz de Suigetsu le despertó de sus pensamientos. Había estado recordando cuando Naruto iba a visitarlo luego de que se fracturara la pierna. Aun recordaba la mirada decidida y terca del otro de no irse cuando se lo pidió.
“No tienes por qué venir a verme obligado por tu mama”
“De hecho me estoy escapando de mama. Me tiene prohibido salir... pero... pero yo quería venir a molestarte porque es divertido ´tebayo y te demostrare que te traeré los mejores apuntes para que no te atrases ‘tebayo!
En ese momento Sasuke le regaló a Naruto una sonrisa sincera.
Y lo que sucedió dentro de Naruto era algo secreto para el Uchiha, quien hasta el día de hoy se preguntaba ¿que hubiera pasado si Naruto no se hubiera entercado en visitarle?
Nadie podría decírselo, pero estaba seguro que estos sentimientos que le atormentaban no existirían; quizá podría ser el amigo que Naruto necesitase aun siendo homosexual.
No es que le gustase principalmente acostarse con hombres. No le tenía mucho vicio al sexo, pero había algo que el estar con un hombre que le hacía sentir mucho mejor que con una mujer. Estaba seguro que enamorándose o no de Naruto hubiera ido por ese camino, pero tal vez... tal vez podría verlo de manera normal. Tal vez no estaría a punto de hacer la locura que haría.
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Y el espectáculo había dado por fin inicio. Naruto estaba en compañía de su prometida: una dulce muchacha que había conocido desde infancia y que de hecho había sido vecina de ellos. Nunca le había prestado atención. La chica siempre se mantenía tras la espalda de su primo. Naruto siempre había tratado con Neji a pesar de su carácter serio, pero con ella solo de vista. Sin embargo, todo ocurrió tan rápido en el extranjero y ella era lo soñado por cualquier hombre. Sabía que ella era de ese tipo de mujer que había nacido para tener una familia y eso era lo que él deseaba.
Se sentía tan fuerte a su lado, tan amado, ella lo adoraba... había cedido aun en contra de sus tabúes a entregarse a él. Lo cual por supuesto, como caballero que se consideraba, consideraba.
Neji Lee y Gaara junto a Shikamaru estaban ahí también invitados. Por supuesto Sakura también estaba ahí. Finalmente podía hablar con ella, pero estaba demasiado seria como si le preocupara algo. Esa preocupación se la pasaba a él ¿pasaría algo con Sasuke?
—Naruto-kun…
Su dulce prometida, su mujer, le hablaba tímidamente, pegada a su pecho y él podía sentir a través de su cuerpo sus pechos, su fragilidad, su suavidad... se sintió caliente con solo ello. Tomo las manos de Hinata y le beso suavemente. Ella entonces sonrió de la misma manera que siempre lo hacía y se acomodó en su hombro. Y así aun tomados de la mano giraron hacia el escenario: en medio de tantos arrumacos no habían notado que el back stage había terminado y que la música había empezado. Ahí estaba Sasuke…
Su mejor amigo se veía increíble... no pudo sentir más los pechos de su novia, no pudo sentir los comentarios que ella le decía al respecto de Sasuke ¿Qué se veía increíble? Por supuesto… no tenía palabras para describir lo impresionante e imponente que se veía en aquel escenario.
Era una música que no recordaba haber escuchado. Y entonces recordó que Sakura le había informado que para la final transformarían una canción e interpondrían sus propias letras. Sonrió intentando trasmitirle ánimos, pero Sasuke no le observaba para nada.
De pronto, todas las luces se apagaron; luego de que Sasuke abriera los ojos la luz del centro brillo solo sobre él:
“Sentados uno junto al otro... pero no hay música”
Su voz era suave, casi dulce pero aún mantenía su masculinidad. No sabía cómo tomarlo pues era un canto doloroso e hipnotizaste. La música solo ayudaba a que esta marcha ingresara dentro de sí. Incluso su novia había dejado de removerse sobre él…
“Siempre he sostenido tu mano izquierda, pero ahora estas besando sus labios”
De pronto esa frase le hizo soltar la mano de Hinata. No entendía porque pero de pronto le pareció incorrecto ¿por qué?
“Sé lo que vas a decir, por favor no lo digas”
Y ahora Sasuke le miraba... estaba segura que esa mirada adolorida era hacia él. Sentía el impacto de su dolor, sentía la fuerza de sus sentimientos. Sintió una ansiedad de que hoy algo acabaría…
“No sé por qué... no sé por qué”
Sus ojos se sintieron llorosos. Sabía lo que sucedía pero no quería entenderlo. No debía de entenderlo…quería seguir concentrándose en lo bien que interpretaba esa canción, que no era nada personal realmente, que Sasuke solo era un gran artista, un gran actor, que esos ojos negros no estaban conteniendo lágrimas, disculpas y miles de mensajes silenciosos.
Muy en el fondo siempre lo supo... Muy en el fondo sabía que quería decir cada mensaje oculto en esa mirada tan penetrante.
“Esas miradas”, pensó…recuerdos acudían al latido de su corazón…cayendo uno por uno al ritmo que este aceleraba su palpitar.
De pronto un montón de recuerdos sobre Sasuke vinieron: Sasuke Uchiha…sus lazos se habían vuelto estrechos desde ese incidente; pero cuando llegaron a la pubertad parecía haber creado una barrera de nuevo. De nuevo comenzaron a llamarle nena y como no si su apariencia era tan andrógina. Algunos pensaban en secreto que era incluso más bonito que una mujer. Y muchos de ellos se llamaron “maricas” los uno a los otros por pensar así de Sasuke. Era una etapa difícil en que cada chico tenía que defender su sexualidad y ninguno quería verse separado del grupo. Sasuke era uno de los pocos a los que dejó de importarle como le llamaran, después de todo seguía siendo aun con su rostro andrógino más fuerte y habilidoso en artes marciales que otros.
Siempre defendió la hombría de Sasuke... siempre alegaba que era que no había chica lo suficientemente lista o con carácter parar ser la novia de su amigo. Siempre aseguraba que como eran amigos, él conocía el tipo de mujer que a Sasuke le gustaba. Pero no era verdad. Muchas veces que le hablaba de una chica o los atributos de esta, el chico pelinegro solo resoplaba aburrido. Y entonces Naruto sintió inseguridad... ¿a qué? No lo sabía, pero era él quien defendía la “hombría “de Sasuke más que le propio Sasuke. Era como si reafirmar la heterosexualidad de Sasuke, reafirmara la suya propia.
Cada vez que le pregunto por sus gustos de mujer, Sasuke le dijo... “tengo gustos extraños... no debería gustarme ese tipo de personas… pero…”
Nunca quiso entender que su amigo era diferente. Así que solo reía nervioso y le comentaba por qué no se cortaba el cabello más pequeño. Ver su rostro de piel pálida y labios rosados le incomodaba demasiado.
“Quiero alargar cada minuto, cada segundo…pero la carretera me apresura”
“Después de dar vueltas y más vueltas, llego a tu casa que me es tan familiar, y mis lágrimas empiezan a caer…”
“Después de un largo camino buscando este lugar, llego y me siento perdido”
Ese había sido un día que sí había sucedido. No podía negar que lo había pasado, no podía negar que esa canción tenía que ver con ambos. Sasuke había peleado con sus padres y había ido a buscarle a su casa. Ese día sus padres habían salido y él tenía a la casa sola; así que como cualquier muchacho hormonal, trajo a una noviecita. Iba a ser su primera vez…
Sasuke había conseguido permiso para conducir desde los 16 gracias a su padre... como eran tan cercanos tenía una llave de emergencia, después de todo ambas familias eran como una sola y había la costumbre de por si alguno de ellos se ponía mal y no podía ayudarse la otra podría socorrer usando esa llave; después de todo para esa época ya no vivían en el mismo condominio sino en distritos diferentes, aun así seguían siendo cercanos. Sasuke cogió una de las llaves de su madre y luego de llegar a casa de los Uzumaki ingresó encontrándose con Naruto y su primera novia semi desnudos, temblando, riendo sobre el sofá.
Cuando enfocó su vista en Sasuke, en vez de reír estúpidamente como haría cualquier chico frente a otro amigo varón, se comportó como si le debiera una explicación. Sasuke tenía una mirada desamparada, de haber buscado algo y no conseguirlo.
“No hagas esto, por favor no me dejes…”
Y aquella frase de nuevo la sintió tan desesperada más cuando Sasuke tendió su mano hacia el frente en su dirección. Naruto sentía ganas de llorar. Pero solo separo a Hinata de su cuerpo.
“No sé por qué... no sé por qué”
“Ni siquiera está lloviendo, pero fuera de la ventana se nubla y torna oscuro prediciendo una separación”
De nuevo levantó la mirada: los ojos de Sasuke reflejaban tristeza; para de nuevo entrecerrar los ojos y dejar que su voz siguiese saliendo al mismo tiempo.
Su mejor amigo había sido quien le apoyo cuando su madre falleció de un accidente. Fue doloroso pero admitía que sin su ayuda no habría podido sobreponerse. Después de todo, esos hombros en los que ahora reposaba una chaqueta de cuero negra era donde había llorado sin parar por la muerte de la mujer que le dio la vida. Y esos brazos delgados, fuertes y pálidos habían sido los que le habían abrazo cuando fue necesario; pero sobre todo su corazón era el que había acompañado al suyo en el dolor más punzante que había sentido.
“¿Dejarte ir? Eso es más fácil decirlo que hacerlo.”
“Me doy la vuelta al no ser capaz de ver que me dejas”
¿Por qué las cosas tenían que ser así? Se peguntaba Naruto porque ahora lo entendía...
¿Cómo podría seguir negándolo? La voz de Sasuke que era coreada por sus fans estaba admitiendo sus sentimientos. Unos tan intensos que dudaba que alguien más sintiese de esa manera.
¿Era resignación lo que se sentía de aquella última frase cantaba por él?
¿Por qué las cosas no podían ser normales? ¿Por qué Sasuke le miraba de aquella manera? Porque no podía querer formar una familia como él y así sus hijos jugarían juntos y así ambos se encontrarían los fines de semana para recordar su juventud… y sí ambos serían personas adultas de éxito. Sasuke era homosexual... y eso era algo que no quería aceptar.
Nunca había sido tan intolerante menos en el extranjero, pero sentirlo de cerca era difícil… sobre todo cuando era tan de cerca.
“Las lágrimas empiezan a caer, y necesito limpiarlas ahora. No sé si debo usar el pañuelo que me regalaste o tirarlo a la basura”
La voz de Sasuke cambio de tono, seguía siendo una caricia pero que guardaba ciertas garras, pues muchos sintieron como así, al ritmo de una tonada tan suave, el corazón de todos era rasgado por el reclamo de amor del cantante.
Y si aún tenía duda: el Uchiha saco del bosillo de su pantalón ajustado un pañuelo que recordaba perfectamente. Se lo dio hace tantos años que le sorprendía que aún lo tuviese. Tenía bordado el símbolo de la familia Uchiha y Uzumaki... ahora entendía cuan inocente había sido….
Y aun quería soñar con que Sasuke no era homosexual de verdad sino que sentía curiosidad, que este mundo en el que se estaba metiendo le estaba cambiando.
Era eso de lo que se convenció en el extranjero. Podría aceptar que cualquiera de sus amigos fuera homosexual pero no Sasuke… Sasuke no debía de serlo…era demasiado doloroso que lo fuera.
“¿Por qué este temblor no desaparece?”
“Finjo estar loco y me aferro a ti, pero mi cuerpo no me escucha.”
Ambas miradas, azul y negra, encontraron entendimiento...
Naruto terminó de entender los sentimientos de su amigo. O más bien de dejarse hacer el loco, de cerrar los ojos y no ver lo que siempre fue evidente.
¿Cómo no lo había notado? Sasuke intentaba con todas sus fuerzas ser alguien amable... al menos con él... incluso un poco dulce... Habían pasado cosas vergonzosas… No era un secreto para nadie de que fueron al baile de secundaria solos porque las chicas habían ignorado a Naruto por romper con la capitana de porristas... y a Sasuke no podía interesarle menos ¿Cómo no se había dado cuenta que Sasuke desviaba sus ojos por otros hombres, especialmente si se veían más fuertes que el mismo?... Oh… sí, claro que lo había notado, pero también había notado que Sasuke le observaba a veces tan profundamente y a veces se sonrojaba muy levemente.
Como cuando se desnudó ante él para bañarse luego de jugar un partido de béisbol… Sasuke desviaba su mirada nervioso... Sasuke siempre había sido homosexual…
También cuando cansado de estar ahí parados, tomó del brazo a Sasuke y entre bromas lo saco a bailar, Sasuke le había mirado de una forma cálida, había abierto sus labios para decirle algo pero luego solo mordió levemente su labio inferior y se sonrojo. En ese momento sintió un aviso, una señal, pero cuando sus demás amigos se acercaron a ellos para que no hicieran “el ridículo”, como estos lo llamaban a dos hombres bailando, simplemente quiso olvidar ese gesto y enterrarlo en el fondo de su mente... que era obvio... era evidente... Sasuke siempre había gustado de él.
“Embriagado por el aroma en el coche…no quiero despertar”
“No hagas esto, por favor no me dejes...”
Y él no sabía qué hacer. Hinata, preocupada, tomó su mano y la apretó con sus otras dos. Su mirada se desvío hacia ella unos segundos. Y entonces levantó su mirada hacia Sasuke... ¿Era acaso que eso le había dicho a Sasuke que no le correspondía…? Y a pesar de la última mirada que este le dirigió desde lo alto, no alejó a su prometida sino que acarició sus manos. Sasuke giro levemente, dirigiendo su voz a sus demás fans quienes gritaron emocionadas.
“Regresa. Regresa”
Sasuke derramaba un par de lágrimas... su voz había trasladado a todos a un mundo de dolor y amor mezclados. Era inevitable. Con esa voz de matices dulces, dolorosos, fuertes y con una entonación que solo podía reflejar un sentimiento verdadero había hecho sentir a todos lo que él mismo sentía: había querido deshacerse de ese doloroso amor a base de una disculpa y una declaración en forma de canción hacia la persona por la que había escrito estas letras.
“A esa vacía silla que dejaste, donde solo tu fría esencia se mantiene...”
“No hagas esto, por favor no me dejes...”
“Me aferre a esa fría esencia así que por favor vuelve”
¿Y ahora que debería hacer?
Sasuke dio su último canto, su última estrofa y el mundo entero se paró dándole las gracias por tremendo espectáculo.
La mente de Naruto no estuvo cuando llamaron al escenario a los tres finalistas. Tampoco estuvo cuando Hinata le abrazó fuertemente, menos cuando la tensión invadió el set del programa pues iban a decir el ganador. Solo pudo despertar de entre la neblina de sus sentimientos cuando, a su lado, escuchó el grito en coro de Sakura y otras chicas más. Pero finalmente enfocó su mirada cuando su prometida, se paró delante suyo, tomo su rostro y lo acercó. Sin poder evitar mantuvo a Hinata a la distancia causando una mirada triste en ella. Se golpeó mentalmente ¿Cómo se atrevía dañar la autoestima de la muchacha? No debería rechazar el amor de su prometida. Hinata era una mujer bastante insegura de sí misma por lo que debía de corroborarle a cada instante que estaba bien que expresase su amor.
Pero por ahora no podía aceptarlos... no después de enterarse de lo que su amigo sentía.
Finalmente subió su mirada. Y ahí estaba Sasuke deslumbrando ante todos, con el trofeo en su mano, el contrato con la disquera sujetada por sus compañeros de banda. El entrevistador le preguntaba muchas cosas, pero el pelinegro le devolvía la mirada a Naruto con profundidad. Sin embargo, esta vez no reflejaba ninguno de los sentimientos que hace unos segundos había transmitido en su interpretación. Y nuevamente sintiéndose tambalear tomó la mano de Hinata ante la mirada de Sasuke. Después de todo, ella le daba seguridad.
Le pidieron que cantara la canción que le convirtió en ganador. Sasuke aceptó para gritos de felicidad de las fans que habían gastado su crédito apoyándole por MSN y el internet.
Escuchar esa canción fue como revivir la tortura anterior. Su pecho punzaba, sentía que algo le atravesaba. Nunca se había sentido tan inseguro... nunca... desde la muerte de su madre que no había vuelto a dudar, pero ahora ya nada tenía completo sentido ¿por qué le pasaba esto? ¿ no era suficiente con saber que su sueño de casarse y que su amigo hiciese lo mismo para así madurar junto con sus esposas no se cumpliera porque su amigo era homosexual? ¿Cómo podría equilibrar y volver todo a la normalidad? ¿Cómo podría borrar esta verdad? Muy en fondo sabía que por más que se preguntase ya nada volvería la “normalidad”
Todo lo que sucedió para Naruto nunca sería claro. Nunca pudo recordar exactamente cómo es que terminó fuera de la casona Uchiha. Si bien la familia vivía en un lujoso loft, aun conservaban la casona heredada de sus antecesoras para eventos especiales. Lógicamente hoy era un día especial para toda la familia, en especial para la señora Uchiha. Sin embargo, el rubio no recordaba siquiera como es que había acabado el show. En ese instante solo podía sentir su corazón a punto de explotar y su garganta seca como si no hubiera bebido agua en días.
Solo recordaría estar frente a la figura perfecta vestida de negro de su mejor amigo. Sasuke con sus cabellos sueltos y apegados, lizos húmedos por la ligera lluvia que los acompañaba. Ni siquiera recordaría cuando es que empezó a llover, pues la lluvia era casi como un escenario más. Lo único verdadero era el rostro ojeroso pero bello de Sasuke así como sus cabellos caídos.
Respiro hondo, dio un par de pasos hacia Sasuke y decidió que era el momento de solucionarlo todo.
—Naruto, yo…