Egoismo. Capitulo 4.
-¡Tú…!-dijo Hinata al ver al chico rubio frente suyo- tú… ¿Quién es tu madre?- Pregunto Aterrada. No podía ser verdad. No podía ser que alguna de las ex de Naruto tuviera un hijo de él aludido.
Quizás eso ya no era asunto suyo, ambos se divorciaron tras la muerte de su hijo, pero aún le partía el alma, pues se trataba de alguien que podía hacer feliz a Naruto con tan solo decirle que era padre, cosa que ella jamas podría superar, pues después del nacimiento de su hijo le sacaron la matriz por problemas de cáncer de ovario.
-¡Suelte!- Grito Dante alejándose de la mujer de cabellera negra como la noche y ojos blancos como la luna llena. La tipa no le parecía nada fea, pero era vieja para él y sobre todo había tocado la llaga de sus prioridades, su madre. Dante no esperaría a que la mujer reaccionase, rápidamente comenzó la huida maldiciendo su estúpida idea de saltarse el colegio para recorrer la ciudad.
-Por favor…- suplico Hinata corriendo detrás de Dante, tan rápida y desesperada estaba que logro alcanzarle y tomarle la mochila- ¡DIME!, ¡¿QUIÉN ES TU MADRE!?- dijo al borde de llanto, pero esto no conmovió a Dante que de una sacudida se soltó del agarre para nuevamente echarse a acorrer como alma que lleva el diablo.
Solo, después de debatir sobre llamar o no a Sasuke, decidió no hacerlo. Miro el techo de la sala por varias horas antes de dirigirse al baño que compartía con Sasuke y tomo los tantos frascos para el cabello que Sasuke le había comprado a lo largo de los años con la esperanza de caviar su peinado o que Dante se dejase teñir el pelo.
Serio, con la mirada decidida. Ya imaginaba la cara de su madre… Quizás exageraba, pero algo tenía en claro, él no heredo ninguna característica física de su madre y si aquella señora de la nada parecía reconocerle y exigir el nombre de su madre… Suspiro. De seguro se parecía a su padre. Nuevamente la risita irónico… Ahora no solo era Sasuke el que odiaba su pelo o sus rasgos físicos… si no el también. Tomo el tinte de pelo y después de leer las instrucciones comenzó su cambio.
Sasuke no pudo evitar quedarse con la boca abierta al ver a Dante ahora con el cabello negro, sentado en la cocina con expresión de: no preguntes. Pero al diablo, le preguntaría la razón, era su madre tenía derecho a saber el porqué de sus cambios. ¿Acaso entraba a la edad del burro?
-Dante… ¿Qué demonios?-dijo aun sin salir de la sorpresa
-Deberías estar feliz Sasuke. Que no siempre hablar de cambiar mi peinado o el color de mi pelo, eso me recuerda… Quiero dinero para comprarme lentes de contacto. Como me quedaran los ojos color miel…- cuestiono a un Sasuke que mostraba un severo tic nervioso en el ojo derecho.
-Sí, pero tu jamas lo quisiste, ¿A qué se debe el cambio?-Interrogo Sasuke sentándose al lado de su hijo y frotándose los ojos para poder deshacerse del tic y así mirarle fijamente y tomar su mano. Sin importar que la mayor parte del tiempo discutieran por tonterías, era su hijo y sabia cuando algo no andaba bien con él y definitivamente ahora mismo algo no andaba bien con él.
-hoy me topé con una mujer muy extraña…- dijo Dante siendo esta vez el quien tomara la manos de Sasuke con cierta presión -Me agarro de pronto y exigía saber ¿quién era mi madre…?- Soltó sin rodeos mirando como la mirada de Sasuke esquivaba la suya. Esto no estaba bien.
Sasuke por su parte solo suspiro, sabía que tarde o temprano ocurriría algo por ese estilo. Sabía que esa noche se jugaría quizás el amor de su hijo, pues después de escuchar su versión y saber la verdad no dudaba que Dante le odiara por el resto de su vida.
-¿Por eso te teñiste el pelo?- dijo Sasuke mirando nuevamente a su hijo, tratando de liberar una de sus manos para tocar su pelo, pero Dante no se lo permitió.
-¿Qué tienes que contarme Sasuke?- Dante ánimo a su madre, jamas en su vida le vio tan temeroso ni dudoso. Por lo general todo lo que tenía que decir lo decía de forma directa. Para que darle tantas vueltas al asunto.
-Si a partir de esta noche me odias, créeme que lo comprenderé y jamas dejare de apoyarte. En lo que tú decidas… Sabes… he abierto una cuenta bancaria a tu nombre si deseas independizarte… No debes abandonar tus estudios. Tampoco echar tu vida al caño solo por mi culpa. Ten en cuenta que tú siempre serás tú, y debes salir adelante porque eres un gran chico… Estoy seguro que Nagato podría acogerte por un tiempo, hasta que cumplas la mayoría de edad… Sasuke hablaba como si anticipara lo peor, dejando derramar por primera vez en años lágrimas, muchas lágrimas...
Dante jamas se sintió tan miserable por hacer llorar a su madre. Por leves segundo deseaba detenerle. Al diablo el pasado, eran felices los dos. Al diablo esa mujer, que le importaba a ella quien era su madre. Al diablo todo lo que su madre tuviera que decirle. Se dijo maldiciendo su tonta curiosidad de querer saber que ocurría. Solo deseaba abrazar a su madre y parar sus lágrimas.
-Dante…-dijo Sasuke al ver la expresión de preocupación de su hijo y le dedico una leve sonrisa- No es culpa tuya que me ponga en este estado. Es solo que… soy así- dijo secándose las lágrimas para reafirmar su postura seria y calmada, incluso le dedico una sonrisa cálida a su hijo.
-Quizás esa mujer sea una conocía de tu padre.- dijo Sasuke y Dante abrió a mas no poder los ojos. Así que estaba en lo cierto. Si bien lo sospechaba, no deseaba que fuera verdad.
-No- dijo Dante serio – no quiero saber nada de él- concluyo para levantarse del sofá, pero Sasuke le detuvo
-No huyas ahora que me he armado de valor para contártelo todo- Dante miro a su madre cuya expresión le cautivo, jamas le vio tan sereno, tan calmado y a su vez tan determinado. A regañadientes volvió a sentarse y oyó cada palabra que su madre decía, jurándose a sí mismo no cambiar su manera de pensar. Ambos eran felices, ambos estaban bien solos. Así deseaba continuar. Así debía ser.
-Conocía a tu padre en la universidad, de hecho lo conocía porque era el compañero de escuela de mi hermano, él era- Cayo al sentir como su hijo le tapaba la boca con una mano.
-¡No me digas el nombre!, ¡no quiero saberlo!- reprendió a su madre. Sasuke retiro con delicadeza la mano de su hijo y acaricio su rostro de una forma tan sutil, que el cuerpo de Dante se estremeció por el miedo. Un Sasuke serio y arrogante era buena señal. Un Sasuke sincero y algo lloroso no era nada bueno.
-Como quieras. Solo diré que el pertenecía a una de las familias más poderosas de ciudad Central. Yo tenía cerca de trece años cuando finalmente le conocí en persona, éramos compañeros de universidad. Y por azares del destino fuimos compañeros de estudio. Una cosa llevo a la otra, sin darme cuenta termine enamorándome de él y a la edad de catorce años cuando me entere que se casaría… Los demonios invadieron mi ser y decidí que quería que fuese mío por una noche… -Sasuke agacho la mirada. Su narrativa contaba la historia de un chico estúpido y así lo había sido durante su juventud.- Me acosté con tu padre cuando él estaba borracho la noche de su despedida de soltero, él no sabía nada de mí, más que era un compañero de universidad… Él se casó después y bueno, con el tiempo… yo jamas tuve el valor o la oportunidad de contarle de tu existencia… Veras… mi padre noto mi embarazo y se armó la grande. Quisieron que abortara antes que fuera obvia tu existencia en mi vientre. Así que solo me fui, desaparecí…El resto tú lo sabes.
-¿Tus padre sabían quién era mi padre?-cuestiono Dante.
-No. Mi padre intento de todo con tal de sacarme la verdad, pero jamas les dije quién era tu padre. Como te dije, todo fue culpa mía. Tu padre no tuvo nada que ver con esto, solo actuó por efectos del alcohol. No tenía por qué cargar con las consecuencias de mis decisiones, él era un hombre felizmente casado.
Dante se quedó mirando el suelo. La historia que su madre contaba era para renegar, de hecho le parecía increíble que su madre con lo serio que era, fuera capaz de hacer tal locura por amor.
-Si me odias lo comprendo. Pero por favor, no dejes que eso afecte tu vida Dante.
-¿Odiarte?- Cuestiono Dante mirando a Sasuke, pero negó con la cabeza- Eres mi madre, jamas podría odiarte. Es cierto que eras un idiota en tu juventud, ¿y me dices a mí que soy un irresponsable?- Reprocho Dante con voz temblorosa. Tenía un nudo en la garganta –No te odio, eres mi madre, pero esto te costara caro Sasuke. Muy caro, así que desde hoy no tienes derecho a cuestionar mis decisiones por mas tontas que sean. ¡Soy el hombre de la casa, entendido!- dijo forzándose a reír.
Sasuke sonrió sarcásticamente, su hijo era algo especial. Después de todo era un sangre pura.
-¿Y qué es lo que quiere su majestad?-dijo algo más relajado. Mientras Dante aun asimilaba toda la información. Miro a Sasuke y suspiro.
-Primero comencemos con la comida…. Desde mañana será el mes del Ramen- concluyo Dante antes de pararse y retirarse a su habitación. Sasuke al verle marchar hundió la cabeza entre sus manos, raspar sus cabellos por la tención del roce. Comprendía que ese solo era el inicio, No sabía quién era la mujer de la que su hijo hablaba, pero sabía que muy pronto Naruto se enteraría de la existencia de Dante. Y que muy pronto la verdad saldría a la luz y con ella la pelea por Dante.
“Mañana mismo renunciare a mi trabajo” dijo. Como pudo imaginar que podía siquiera regresar a ciudad central. Acaso no había aprendido la lección, hasta cuando seguiría cometiendo errores por su tonto egoísmo.
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Naruto quedo en estado de Shock al oír las palabras de Hinata. Era imposible. Se dijo una y otra vez. Corriendo a su departamento a revisar “su” habitación de recuerdos. Debía encontrar la maldita agenda donde tenía el número de todas sus “amigas” y preguntar a cada una sobre el susodicho hijo. Aunque le pareció ridículo su proceder
“- hola. Ino. Soy Naruto
-Hola bon bon, tantos años sin saber nada de ti…
-Sí, si, como digas. Oye… Por si acaso… no tienes un recuerdito mío… Ya sabes un hijo que quizás me mantuviste oculto… ¿Ino?”
Como no recibir esa clase de trato de sus ex amigas sexuales. Aunque no dudo que ninguna de ellas tuviera a su hijo. Pues las conocía muy bien y no eran del tipo de mujeres que les agradaba la maternidad.
Suspiro…
Si las palabras de Hinata eran ciertas. Él era padre de un niño de aproximadamente 9 años. No dudo que fuese cierto, conociendo su vida de gigolo en aquella época, de hecho la fidelidad a Hinata solo le duro seis meses. Maldijo su ligereza. Aunque siempre uso condones, pero por más, estos no eran un métodos 100% seguros. Lo importante era encontrar a mujer con la que tuvo un hijo y luego ya vería que hacer.
-Un hijo…- susurro Naruto cayendo sobre su cama de soltero. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro. Tenía una hijo… tenía un hijo… Un heredero de la casa Uzumaki.
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Yahiko miro con desprecio aquel mail. Sin dudarlo tomo su teléfono y marco velocidad luz. Sasuke se enteraría de quién diablos era Yahiko de la casas noble Pluvia. Nadie renunciaba, él los despedía… Que se creía ese Uchiha.