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Make the bed squeak por NamuHee

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Notas del fanfic:

Qué decir... sólo que es sexo, sexo y más sexo (??) Es la segunda vez que escribo un lemon así que... lo siento si es deficiente(???) 

El firme agarre en su muñeca simplemente le debió haber dado algún presagio, pero no lo tomó en cuenta pues ya se le hacía algo muy común que su amante hacía algunas veces sin llegar a tener algún contexto sexual, pero ésta vez, tenía un contenido únicamente carnal.

Inconscientemente, se pasó la lengua por los labios dejándose guiar por el otro entre las personas hasta llegar a una habitación vacía. Se encontraban en una fiesta de la universidad, auspiciada por uno de sus compañeros, y la verdad no estaba muy cómodo con la sensación de estar en una casa ajena llegando a hacer lo que sea que Myungsoo quisiera. Hasta cierto punto, no sabía qué esperar. Se vio encerrado en una habitación oscura por donde sólo una pequeña ventana dejaba entrar la luz de los faros en la calle.

La mano que agarraba con fuerza su muñeca le haló acercándole al cuerpo del azabache, quien estrelló sus labios con los propios, haciendo una rápida invasión a su cavidad bucal. Gimió ante el contacto del húmedo músculo del contrario con el propio, hizo intentos vanos de corresponder al necesitado y hambriento beso pero se sentía fuera de ritmo, siendo el azabache quien impusiera todo. Sintió sus pulmones necesitar aire por lo cual logró zafarse del agarre y se impulsó alejándose del joven con las manos posadas en su pecho.

Jadeó en busca de oxígeno, y su acompañante hizo lo mismo. Observó el rostro del contario, estando éste teñido de un color rosado, pensó que él debería de estar igual, incluso peor. Un destello de lujuria lograba notarse en sus ojos iluminados tenuemente por la luz que se asomaba. Suspiró por lo bajo llevando su vista hacia los labios del otro.

El azabache le sonrió de lado pasándose la lengua por el labio inferior. Alzó una de sus manos para posarla en su nuca y así volver a juntar sus labios. Las manos posadas en el pecho del otro se cerraron halando suavemente la camisa que el azabache portaba. La mano que no se encontraba en su nuca bajó hasta su cintura para acercarles todavía más, si es que eso era posible.

 El mayor jadeó en la boca del otro al sentir aquella dureza rozarse con la propia. La mano en su nuca le abandonó para acompañar a la otra haciendo un recorrido travieso hasta bajar a sus glúteos, apretándolos suavemente arrancándole un gemido áspero que murió entre los labios del azabache. Myungsoo sonrió sobre lo labios del castaño tomándole de las caderas para separarle. Un pequeño hilillo de saliva les separaba, maravillándose con la preciosa vista de Sunggyu con las mejillas rojas a más no poder, seguido de aquel pequeñísimo hilo de fluido recorriendo su barbilla. El agarre en su camisa se aflojó.

El menor volvió a lamerse los labios posando delicadamente ambas manos en los hombros del castaño. Con un deje de malicia empujó al chico hacia abajo haciendo que éste quedara sobre sus rodillas, a la altura de su pelvis.

Sunggyu pasó saliva con dificultad al saber lo que probablemente seguiría. Observó el bulto cubierto por los jeans, viéndose éste dolorosamente aprisionado. Alzó la vista hasta el azabache quien sonreía de medio lado. Hacía un tiempo que su amante había desarrollado una extraña afición por que le hiciera sexo oral, muchas veces negándose, pero siempre, por alguna perturbadora manipulación que el menor tenía consigo, terminaba cediendo, y no estaba seguro si ésta sería una de las noches en que se saldría con la suya de no hacer eso.

Volvió a encontrarse con los ojos del otro casi haciendo una súplica. El muchacho sonrió tomando el rostro del castaño entre sus manos, pasando el dedo pulgar por su labio inferior.

—Pero si ya sabes lo que debes hacer, hyung —susurró de manera tal que el mencionado sintió todo su cuerpo estremecerse ante la voz rasposa del azabache. Asintió lentamente embobado en la mirada del otro.

Bajó la vista para encontrarse nuevamente con la imagen que había querido evitar, aunque, un fuego en su interior se había encendido simplemente al escuchar la voz tan necesitada del muchacho, incitándolo.

Temblorosamente levantó las manos para posarlas en los jeans del azabache, seguido de un rápido movimiento, el miembro erecto y enrojecido del muchacho se vio liberado. El azabache jadeó ante el cambio de temperatura en su zona baja. Las manos del castaño se posaron en la base del miembro de Myungsoo, haciéndolo temblar por el contacto con las suaves manos del otro.

Comenzó a bombear suavemente mientras posaba leves besos sobre toda la extensión provocando ansiedad en el menor. Entreabrió los labios deslizando lentamente el miembro en su húmeda cavidad. Sintió cómo Myungsoo soltaba un sonido gutural mientras acariciaba su cabello, halándolo suavemente.

Se deleitó con los sonidos que escapaban de la garganta del azabache moviendo su cabeza, metiendo y sacando el órgano del otro casi por completo. Hubo un momento en que el azabache comenzó a mover su cadera plantando un ritmo que Sunggyu debía de seguir. Sintió el órgano del contrario deslizarse profundo hasta llegar a la parte trasera de su garganta haciendo entrecerrar los ojos. Gimió en el acto, provocando que las vibraciones de su voz se extendieran por el miembro del menor, haciendo que se doblegara ante la sensación. Dejó que el azabache impusiera por completo su ritmo sosteniéndose débilmente con ambas manos de la ropa del menor alzando la mirada hacia él. Una traviesa sonrisa adornaba el rostro de Myungsoo. Sunggyu quiso jadear ante aquella sonrisa, más se contuvo.

—Eres tan lindo —le susurró de una manera ronca. Sunggyu sintió su pulso dispararse al máximo, aglomerándose todo el calor en su zona baja que simplemente comenzaba a doler horrores. Los movimientos del azabache se habían vuelto erráticos, lo que daba señal de que pronto acabaría. Observó a Myungsoo hasta que éste llegó a inclinarse soltando un fuerte gemido. Cerró los ojos con fuerza sintiendo la semilla del menor esparcirse a lo largo de su garganta, siendo ésta demasiada que escapó por las comisuras de sus labios. Se separó del menor tragando con dificultad la sustancia estancada en su garganta, seguido de leves espasmos que le dejaban mientras tocía todavía sin acostumbrarse a la sensación.

Myungsoo recargó la espalda en la puerta jadeando con fuerza esperanzado de tomar suficiente aire. Llevó su mirada hacia el mayor, quien se limpiaba con el dorso de la mano los residuos de semen. Golpeteó sus dientes con su lengua mientras pasaba a acomodarse los jeans. En un momento pensó que hasta ahí llegaría todo, pero en ese segundo hubo un significativo cambio de planes. Se inclinó sobre el castaño llamando su atención, poco tiempo le dio a reaccionar cuando ya se encontraba sobre él devorándole la boca. Le recostó en el piso de la habitación desolada mientras le besaba la barbilla y bajaba la mano diestra por su pecho, hasta su vientre bajo. Acarició por sobre la tela el sobresaliente bulto del mayor haciéndolo gemir débilmente. Sonrió sobre la piel del chico mientras mordisqueaba algunos puntos específicos.

—Tal vez debería ayudarte con esto —le dijo al oído acomodándose entre sus piernas con una sonrisa lasciva.  

Sunggyu tembló bajo la pervertida mirada del azabache y el calor se acumulaba en sus mejillas, la hora preestablecida en la que dijo que llegaría de la fiesta, obviamente se había recorrido. El menor deslizó sus manos hasta el borde el pantalón del castaño, haciendo movimientos para desabrocharlo. Sunggyu se escandalizó.

—E-Espera, espera, M-Myungsoo —logró moverse lo suficientemente rápido para tomar las muñecas del otro y separarle de su ropa, provocando que un puchero se formara con su labio inferior.

—¿Por qué? Hyung, ya he esperado suficiente —observó desde arriba al castaño haciendo que el aire contenido en sus pulmones escapara mientras entreabría los labios. —¿Que acaso no lo quieres, Sunggyu? —murmuró eróticamente mientras movía su cadera, provocando que un gruñido escapara de los labios del otro por la fricción. Sunggyu se mordió el labio inferior ante la mirada de súplica que el azabache le mandaba. Pero qué clase de pregunta era esa, por supuesto que lo quería, lo ansiaba y necesitaba, pero en aquel momento no lo veía como el indicado para hacerlo, y mucho menos en aquella habitación, alguien podría entrar, y a decir verdad, no estaba de humor para tratar con ello. Se vio sumido en sus pensamientos bajo la atenta mirada del azabache. Notándole lo suficientemente distraído, forcejeó, soltándose del agarre del castaño, aprisionando sus muñecas contra el suelo. Se inclinó sobre su cuerpo ladeando la cabeza.

—Si lo que te preocupa es la privacidad, deberías saber que le puse pestillo a la puerta, no soy tan tonto —soltó una melodiosa risa que revolvió al mayor. Le miró sugestivamente esperando por alguna reacción que le diera luz verde a seguir con sus acciones. Sunggyu sintió su boca aguarse repentinamente y de manera inconsciente gimió para el deleite del menor.

Con una última sonrisa, procedió a presionar sus labios contra los del mayor, logrando un pequeño compás al momento de introducir su lengua en aquella cavidad. Soltó las muñecas del mayor para recorrer su torso por sobre la tela de la camisa con una tranquilidad desesperante mientras le besaba de una manera hambrienta, arrancando suspiros del otro que morían en sus labios. Alzó con cuidado la camisa del mayor acariciando la tersa piel de este. Se separó en busca de aire, y bajó lentamente, besando su barbilla, siguiendo un pequeño camino por su cuello, deshaciéndose de la camisa en un agresivo movimiento, bajó hasta el abdomen del castaño, repartiendo delicados besos. Sunggyu reprimía leves jadeos apretando los labios mientras observaba la cabellera oscura del otro descender. Las manos del menor descendieron hasta el borde de sus jeans, halándolos, casi bruscamente, para hacerlos bajar por sus muslos. Fue en un movimiento rápido que se deshizo de ese pedazo de tela, haciendo que Sunggyu se sorprendiera al encontrarse únicamente con el bóxer en su esplendor.

El azabache se incorporó estando todavía entre sus piernas y de rodillas, acarició con pereza el sobresaliente bulto del mayor, y sonrió jugueteando con el elástico de la prenda, moviendo tentativamente la mano haciendo que el castaño se impacientara. Estando con la espalda contra el frío piso, Sunggyu movió su pelvis dándole a entender lo que quería aunque no podría ser tan fácil. O quizás sí. Se vio sumido en sus, poco propios, pensamientos pecaminosos, fantaseando con lo que fuere que pensara hacer el azabache cuando en un parpadeo, logró sentir como su ropa interior yacía en uno de sus tobillos. Qué tan distraído estaba como para no darse cuenta de los desesperados movimientos del menor. Tembló por el repentino cambio de temperatura.

El azabache colocó una mano sobre su miembro erecto, apretándolo, bombeándolo, haciendo que frunciera los labios, evitando dejar salir los quejidos que se escondían en lo profundo de su garganta.

—Déjame oírte— le susurró mientras continuaba con el movimiento rítmico. Rio levemente al sentir el líquido pre-seminal escapar por la hombría del castaño. Al escuchar un casi imperceptible gemido, detuvo su movimiento, acariciando los muslos del castaño para después separar sus piernas de una manera brusca, haciendo que Sunggyu soltase un jadeo. Llevó una de sus manos al bolsillo trasero de sus jeans para sacar un pequeño sobrecito de lubricante, mientras la otra se mantenía ocupada con leves caricias por sobre el muslo del mayor.

Sunggyu se alarmó, ¿acaso lo había planeado todo? Aunque muy en su interior estaba más que fascinado con aquel dominio que el azabache ejercía sobre sí en esos momentos. Observó cómo llevaba aquel sobre a su boca, utilizándola como medio para abrirla y así esparcir el líquido sobre su mano, haciendo contacto visual con el castaño recostado en el piso. La acción en sí fue electrizante, demasiado sensual y erótica, provocando que Sunggyu sintiese el calor expandirse por su pecho bajando hasta su miembro, haciéndole respingar. Myungsoo llevó sus dedos lubricados hasta aquel pequeño punto que enloquecía por profanar aquella noche. Acarició por encima con su dedo medio, haciendo que el castaño suspirara por el contacto. Con un poco se brusquedad e impaciencia introdujo su dígito moviéndolo con suavidad para que el otro se acostumbrará a la intromisión. Después de varios minutos escuchando los exquisitos sonidos que salían de los labios del castaño, procedió a meter un segundo dedo, siendo éste un poco más fácil de introducir, movió arriba-abajo,  abriendo y cerrando, haciendo que el castaño arqueara la espalda al llegar a tocar ese delicioso lugar. Sonrió de medio lado, relamiéndose el labio inferior mientras movía sus dedos encantado con las expresiones que envolvían el rostro de su amado castaño. Un tercer dedo y pareció ser la perdición para Sunggyu, pues comenzó a temblar mientras movía sus caderas, queriendo que el ritmo de las embestidas de sus dedos aumentara. Rio por lo bajo, de verdad que le prendía ver al castaño tan necesitado de su persona, no podía sentirse más satisfecho de haber provocado aquello en el mayor. Sacó lentamente sus dedos, haciendo que el mayor gimiera por la ausencia. Desabrochó nuevamente sus jeans sacando su miembro y comenzando a lubricarlo con el líquido que quedaba en su mano, gruñendo por la sensación. Se ubicó entre las piernas del mayor, acomodando la punta en su entrada, comenzando a entrar lentamente en el mayor, provocando que éste soltará quejidos al sentir aquello penetrarle.

 
Ya había sido tanto tiempo desde que lo habían hecho, y aquél cálido lugar le envolvía de manera tal que podría desfallecer justo ahí, pero se contuvo frunciendo los labios, mientras comenzaba a moverse con lentitud, respirando con fuerza evitando tocar la piel blanca del castaño, únicamente para provocarle, y sumirse en su propio placer. S

unggyu, sintiéndose algo ignorado, enredó sus piernas en la cintura del otro, levantado levemente su espalda del suelo, sosteniéndose por los antebrazos. Movió su cadera contra el miembro del otro para incentivarlo a que comenzara a moverse con más rapidez, un poco más de fuerza y presión, esa fuerza que tanto le excitaba. Logró lo que quería, al notar que el menor reprimía los gruñidos que salían de lo profundo de su garganta, sonrió sin más, echando la cabeza hacia atrás mientras se movía con una libertad desquiciante. Myungsoo le observó, sintiendo como se hinchaba más dentro del mayor, estiró sus manos para tocar el abdomen del otro, ascendiendo hasta llegar a aquellos deseables pezones, los cuales acarició mientras comenzaba a moverse con un poco más de fuerza. No supo exactamente en qué momento el mayor pudo con él pero terminó cediendo al querer arremeter con una fuerza descomunal en el delicado cuerpo del castaño. Empujó a Sunggyu, haciendo que su espalda volviese a tocar el piso y se incorporó mientras comenzaba con aquel dulce compás que enloquecía tanto al mayor. 

Myungsoo se movía con violencia, arremetiendo con sus movimientos, logrando que el mayor bajo suyo se retorciera de placer. Colocó sus manos a los costados de la cabeza de su castaño mientras gemía de manera profunda por lo bajo en cada estocada que daba. Sunggyu abrió los ojos (pues al sentir los movimientos bruscos que había tomado el menor decidió cerrar los ojos entregándose a la pasión que fluía por su sangre en esos momentos) observando el rostro levemente ruborizado del azabache encima suyo, gruñó mientras estiraba los brazos para pasarlos por el cuello del otro, acercándole y unir sus labios en un húmedo beso, siendo correspondido inmediatamente por el azabache.

Myungsoo tomó su pierna izquierda alzándola para profundizar las estocadas, haciendo que el castaño viese las estrellas, contestando erráticamente  beso, sin llegar a tener un ritmo. Sunggyu acarició su nuca mientras lamía el labio inferior del azabache sintiendo cómo su bajo abdomen tenía esa presión característica. Gimió mientras bajaba su propia mano hasta su miembro que pedía a gritos un poco de atención, bombeando conforme el ritmo de las estocadas del otro.

El azabache sonrió ante la sensual vista que le estaba dando su amante, aumentando paulatinamente las estocadas, volviéndose estas un poco más bruscas.Masculló ante la cálida presión que el interior del mayor le proporcionaba, por lo que hizo que el mayor soltase su nuca, dejándolo nuevamente con la espalda contra el piso.

Se acomodó con las rodillas a los lados de la cadera del mayor, le haló de los brazos para alzarle, colocándolo en su regazo; al encontrarse sobre sus piernas, el castaño tocó ese punto específico al dar una profunda estocada. Colocó sus manos sobre los hombros del azabache mientras, apoyado por sus piernas, se impulsaba hacia arriba y bajaba con la misma fuerza, auto-penetrándose.  Echó la cabeza hacia atrás mientras seguía con el movimiento desesperado.

Myungsoo colocó sus manos en la cintura del mayor para ayudarle con la tarea, se inclinó sobre el cuello del castaño para besar su manzana de adán mordisqueándola con suavidad, provocando gimoteos en el mayor.

Sunggyu enterró las uñas los hombros del azabache, dejando que los gemidos salieran libremente y de manera elevada de sus cuerdas vocales. Myungsoo jadeó mientras movía a su vez sus caderas acompañando los movimientos del castaño haciendo que Sunggyu arquease la espalda. Azotaba una y otra vez en aquel lugar especial, haciendo que el castaño gimiera con pesadez. Sunggyu llevó su mirada hacia el azabache, yaciendo con los ojos entrecerrados, nublados por la pasión y lujuria, sus labios se encontraban entreabiertos, por donde salían aquellos eróticos sonidos. Juntó sus labios con el menor de manera desesperada mientras halaba con fuerza su camisa de color crema, arrancando los botones en el proceso sin dejar de moverse una y otra vez.

Myungsoo sonrió por las acciones del mayor mordiéndole el labio inferior, acelerando el movimiento, casi poseído. Sunggyu se inclinó sobre los hombros del menor soltando quejidos, logrando que sus movimientos se volviesen erráticos debido a la exquisita sensación que le recorría cada vez que el miembro de Myungsoo chocaba bruscamente con su próstata.

El menor apretó con fuerza la cintura del mayor mordiéndose el labio inferior silenciando los gemidos que hacían ademanes de escapar. Con un arqueo de espalda, seguido de un profundo gemido, el castaño dejó esparcir su semilla en su abdomen desnudo y el abdomen del azabache apretando así el miembro del menor, logrando que éste terminara en su interior, invadiéndole las entrañas con aquel espeso y caliente líquido. Se dejó caer sobre el cuerpo del menor, jadeando con fuerza para recuperar el aire, sintiendo el sudor de la actividad previa recorrerle el cuerpo.

—Wow —murmuró el menor en un suspiro sin dejar de sostener la cintura del castaño, provocando que éste riera en su cuello. Sunggyu se apartó sin ganas del menor con ambos brazos cruzados por su cuello observándole algo cansado. El azabache sonrió posando sus labios suavemente en los del mayor. —Hyung —susurró sobre sus labios. —Esa camisa me costó demasiado —el castaño gruñó mientras soltaba una risa cansada.

—Lo siento —murmuró y Myungsoo negó besando su nariz mientras pensaba en la forma de salir de esa fiesta con la camisa abierta pues como era obvio, los botones se habían esparcido por sin ningún lado en la habitación y estaba demasiado exhausto para buscarlos.

 


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