Cap13# Una nueva rutina
Miraba a través de la ventana, afuera todos los árboles habían tomado una coloración rojiza y sus hojas se desprendían con el aire quien las llevaba lejos, hacía un mágico lugar…
-Yuui, no me estas poniendo atención- le llamó su maestra
-¿eh?- dijo el peque confundido, evidentemente no le estaba prestando nada de atención, sus compañeritos comenzaron a reír.
-te quedaras una hora más después de clases- dijo la maestra volviendo al pizarrón para continuar explicando la lección, el día de hoy les enseñaba como hacer círculos pequeños “O” y palitos “l l l”
-por tonto- se burló Hatori por lo bajo para no ser reprendido por la maestra, entonces le sacó la lengua.
-¬.¬ … idiota u.u –le murmuró Yuui completamente desinteresado de lo que Hatori dijera de él
-¬.¬#
Eiji comenzó a reír bajito, esa era su estrella ^^
-¿¡de qué te ríes bola de manteca!?- preguntó Hatori, molesto al descubrirlo
-po lo menos él no es un idiota- le defendió Yuui, no es que haya querido defenderlo realmente, tan sólo quería seguir llamando “idiota” a Hatori
-ya me las pagadas Yuui- amenazó
-…- por su parte el peque rubio no le dio importancia a las palabras del pelinegro y continuó mirando por la ventana…
….
El no muy lujoso, pero sí bien cuidado auto negro se estacionó frente al preescolar y, como era de esperarse todos los ahí presentes miraron con curiosidad al nada usual conductor, éste descendió y caminó hasta el prescolar ocasionando que los helados en los conos que las madres ofrecían a sus niños cayeran al suelo, que aquellas que les daban para comprar les soltaran a sus pequeños una muy generosa cantidad y, en general, que todas las jóvenes madres ahí presentes miraran con marcado interés a el atractivo joven mientras éste pasaba dejando tras sí la sensación de el olor más exquisito y fresco. Todas miraron el cómo aquel atractivo hombre hablaba algunas palabras con la encargada de la puerta y como ésta última señalaba hacía adentro totalmente embobada y sin poder apartar la vista de aquel atractivo rostro, él continuó su camino y al instante barias no perdieron el tiempo en comenzar a murmurar si alguien conocía la razón de su presencia ahí y si sabían de quién pudiese tratarse.
El atractivo joven miraba todo con interés, las aulas, el jardín de juegos, el comedor, hasta que cierto pequeñín rechonchito se estampó contra él.
-¡op! TT.TT l-lo sien… *w* -el pequeño le miró encantado
-¡Eiji!- saludo al reconocerlo
-¡¡señor Fye!! ♥w♥
-que bueno que te veo- dijo el rubio con alivio -¿has visto a Yuui?
-¡sip! n.n él aún está en el salón
-ah, sí ¿dónde es?- preguntó, esa era la primera vez que Fye iba por Yuui al preescolar ya que por lo general era Kurogane quien lo hacía, bueno, eso antes de conseguir su nuevo empleo.
-por aquí- el pequeño castañito comenzó a guiarlo feliz de la vida
-¿aún no terminan las clases?- dijo extrañado pues todos los niños ya se retiraban y se supone que ya es la hora de la salida
-etto, pues ya, pero…- hizo una mueca indecisa –yo aún no termino mi tabajo y Yuui, él…
-¿sí?
-e-esta… castigado- dijo con dificultad, no quería que su estrella tuviera problemas por su culpa
-¿castigado?- dijo sorprendido
-mhm
-…
Llegaron hasta el salón, Eiji entró para continuar con su trabajo y Fye esperó en la puerta.
-…- el aburridito rostro de Yuui le miró y le sonrió levemente, luego continuó con su plana de bolitas.
La profesora de los peques miró con sorpresa al rubio, el parecido que ese joven tenía con su alumno era increíble, podría jurar que se trataba de su hermano mayor pero conocía al padre de Yuui (Kurogane) y también era muy joven como para ser padre de ambos rubios. Se acercó saludando al rubio formalmente.
-buenas tardes ^^ -correspondió Fye
-disculpe ¿es usted su…?- dijo preguntando por el parentesco que tenían él y el menor, dejando la pregunta al aire
-su padre- respondió Fye con una sonrisa
-¿¡eh!? c-creí que e-el señor Hanegamaru- se detuvo pensando, el rubiecito tenía el apeido del moreno, pero su parecido con el rubio ahí presente era innegable
-¿pasa algo?- preguntó confundido
-yo, no comprendo- dijo avergonzada -¿usted fue esposo de la madre de Yuui?- preguntó preocupada y es que su conclusión era que: después de separarse del rubio la madre de Yuui se había casado con el moreno y por ello es que Yuui tenía su apeido, y se parecía a el rubio porque él era su verdadero padre biológico ¡¡que complicado!!
-p-pues- Fye se sonrojó –también se podría decir que yo soy su madre, Kurogane es mi pareja
-…
-n.n
-¡¡…!!- ahora la pobre mujer entendía menos
-soy doncel n///n
-oooh, eso explica todo- dijo aliviada y avergonzada a la vez
Yuui terminó su trabajo (gracias a que Eiji le había ayudado a escondidas a terminar con su plana de bolitas) y fueron directo al trabajo de Fye, su antigua rutina tendría que sufrir barios desajustes ahora que Kurogane trabajaba y ya no podría pasar a recoger a Yuui. Las puertas del elevador se abrieron y el peque salió corriendo con total familiaridad.
-¡hola!- saludo alegre
-¡waa! ¡¡Yuui!!- las cuatro chicas (Kana, Ayame, Kyo y Haruka) se acercaron para abrazarle, hacía mucho tiempo desde que no le veían y era natural el apreció que le tenían, después de todo básicamente el pequeño rubio había crecido bajo sus cuidados y fueron sus instructoras en dar sus pequeños pasos.
-¡pero que grande estas!
-ya nos contaron que ya asistes al preescolar ¿qué tal te va?
-¡¡estás tan lindo!!- decía Ayame mientras le abrazaba y le restregaba en su mejilla
-^^ -el menor reía, él también las apreciaba mucho
-miren nada más a quién tenemos aquí- dijo Konan recién llegando
-…- Yuui le miró con una mirada cargada de significancia que fue correspondida al instante
-… tengo los papeles ¿quieres darle una última revisión?- dijo el castaño dirigiéndose a Fye
-sí, vamos a mi oficina- ambos se dirigieron hacía la oficina del rubio, no sin antes dirigirle una mirada de victoria de parte de Konan para el peque quien le miró molesto pues estaría a solas con su Fye-mami
-hey, Yuui ¿quieres ir a la tienda?- preguntó Ayame
-¡sip! ^w^
Comía su chocolate mientras regresaban de la tienda a la oficina, Ayame le tomaba de la mano cuando se encontraron con Sorata y Minyung
-… ¡¡AHH!!- ambos se ocultaron tras un escritorio apenas vieron al niño
-¿p-por qué n-no nos d-dijeron que Y-Yuui estaba aquí?
-¬.¬ no exageren, él es un angelito… ah y no se atrevan a molestarlo U.U vamos Yuui- dijo Ayame
-Sí n.n –les miró y les sacó la lengua, luego corrió al lado de Ayame
-uff u.u se fue
-TT.TT hay que tener mucho cuidado
-TT.TT lo sé TT.TT!
oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Esa misma tarde una vez que volvieron a casa los tres; Yuui, Fye y Kuro; se sentaron a la mesa para comer, era una comida bastante silenciosa a decir verdad, Kurogane y Fye se dirigieron una mirada cómplice cargada de tensión, lo que seguiría sería una noticia bastante pesada para el menor. Fue el moreno quien se decidió a hablar primero.
-estuve hablando con Rei y… me dijo que le gustaría tener un gatito
-…- al escuchar sus palabras Yuui dejo de comer… en efecto aquello no le había caído del todo bien, eso quería decir que uno de los nekos se iría
-amm y a Yuko también le gustaría tener uno- dijo esta vez Fye –y Konan me dijo que conocía a alguien interesado también
-…- el peque bajo la mirada, abatido
-ya habíamos hablado sobre esto, la estancia de los nekos era sólo temporal- le dijo Kurogane hablándole de hombre a hombre
-…- era verdad lo que decía su Kuro-papi y él lo sabía muy bien pero, se había encariñado tanto con los cuatro nekos que… no quería separarse de ellos
-Yuui- llamó Fye con cuidado, preocupado por lo que pasaba por la cabecita de su pequeño
-…- los ojos del rubiecito se cristalizaron
-y tus abuelos aceptaron quedarse con el ultimo- agregó el moreno para acabar de una vez con las malas noticias
-no es justo… yo los eh cuidado bien, pometo que…
-… ya lo habíamos hablado- le interrumpió Kurogane seriamente sin dar marcha atrás
-no es justo- susurró bajando la mirada
-…- a Fye la escena le parecía insoportable, se preguntaba cómo es que el moreno lo hacía, ¿cómo es que al ver esos ojitos tristes no lo derrumbaban y continuaba firme? A decir verdad él no soportaba ver a Yuui de esa manera pero, después de todo había sido un compromiso de los tres y en la vida tienes que cumplir tu palabra por más duro que esto resulte
-edes malo… ¡edes malo!— el peque le gritó a Kurogane y bajo de su silla para correr a su cuarto, seguramente ya no podría contener más su llanto
-…- el moreno suspiró con pesadez, además de que aquello era en lo que habían acordado con Yuui ahora que los tres pasaban mucho tiempo fuera de casa; él en su trabajo del cual regresaba tarde, y Fye con Yuui en el trabajo del mayor del cual también regresaban por la tarde; no podían hacerse cargo de los mininos ni darles la atención debida, miró a los cuatro moustritos correteándose unos a otros y jugando por la cocina, pronto eso cambiaria.