Cap21# Memorias pasadas parte IV
La moto avanzaba veloz sobre la nieve contra las ráfagas de viento que se soltaban sin clemencia, Doumeki conducía por donde Watanuki le indicaba sin cuestionar.
-¡continua hacía haya!- señaló rumbo a una especie de bosquecillo.
Doumeki obedeció de nuevo sin preguntar, Watanuki se oía tan seguro que él mismo lo creía, no, mejor dicho, confiaba ciegamente en él… detuvo la moto, el camino que le seguía no podrían subirlo con ella.
-¿qué haremos?- Doumeki no terminó de completar la pregunta cuando vio que Watanuki bajaba y se echaba correr solo en la oscuridad rumbo al bosque -¡espera!- bajó tras él pero… ya no lo veía, lo había perdido de vista entre el mar de oscuridad, se detuvo –Watanuki…- llamó sin recibir respuesta.
Corría en la oscuridad, esquivaba algunos árboles, escuchaba sus propios jadeos y las palabras dichas por Yuko antes de partir con Doumeki en la motocicleta de nieve en busca de su amigo; “no dejes que Doumeki se acerque”; No las comprendía del todo, pero creía que se refería a que, por alguna razón, tenía que ir solo, aunque sinceramente aquello le parecía completamente falto de sentido. Cuando creyó que ya se había alejado lo suficiente de Doumeki se detuvo.
-¿Fye?- llamó en la oscuridad.
…
-……- escuchó pasos sobre la nieve, no eran de Doumeki eso era seguro, pudo distinguir entonces a una silueta entre la oscuridad, entonces ésta volvió a alejarse, el pelinegro la siguió –espera, Fye, por favor- pedía ya que caminaba demasiado rápido y no podía seguirle el paso a causa de la oscuridad.
-….- la silueta se detuvo y le observó.
-….- Watanuki también se detuvo, jadeaba por el esfuerzo pero, entonces, mirándolo ahora más de cerca, lo supo -¡….!- su corazón se agalopó con fuerza –t-tú n-no eres… Fye
-….
-….- el miedo se apoderó de él y no era para menos, un espíritu había tomado la forma de su amigo para guiarlo hasta donde se encontraba ahora: un lugar lejano, solo, donde nadie podría ayudarlo -….- retrocedió un pie, despacio, la situación pronto se tornaba terriblemente familiar –Do-Doumeki- intentó llamarle pero se había quedado sin voz a causa del pánico.
-….- la silueta también se acercó despacio –moy brat
-n-no, ¡detente!- cada paso que aquella silueta se acercaba el miedo que sentía aumentaba, intentaba encontrar el camino de regreso pero entre la confusión de la oscuridad no recordaba en qué dirección había llegado -¡ahh!- tropezó y cayó sentado, aquel ser continuó acercándose y él retrocedió en el suelo hasta que su espalda chocó contra un árbol –n-no te acerques- lágrimas resbalaron por sus mejillas.
-….- continuó caminando hasta él, entonces una de sus pálidas manos se estiró en su dirección –poz halusta
-¡no!- apretó los ojos y se hizo hacía atrás, asustado… sintió entones el cálido rose de una pequeña manita… aun con temor Watanuki abrió los ojos…
-….- una mirada azul se encontró con la suya. Delante suyo había un pequeño niño rubio de unos 7 años que continuaba con la mano sobre su mejilla mientras le miraba.
-¿tú…?- pudo distinguir los rubios cabellos, en verdad que era muy parecido a su amigo pero ¿cómo podía ser eso posible?
-poz halusta, pomogite mo yego brata- dijo en un tono suplicante –poz halusta
-….- Wata no entendía ninguna de sus palabras pero sentía que el miedo disminuía de a poco.
-tienes que ayudarlo, por favor- volvió a suplicar.
-….- se sorprendió de que esta vez pudo entenderle y por sus palabras, lentamente se incorporó, el niño le tomó de la mano, el pelinegro dudo pero al final él también se agarró de aquella manita que comenzó a guiarlo a través de la oscuridad. Caminaron un poco y luego, aún con las manos tomadas, el pequeño se inclinó hasta dejar su mano y la de Watanuki en el suelo, sobre la nieve… no, sobre algo cuya respiración era cálida.
-¡¡…!!- Watanuki comenzó a remover la nieve y lo encontró -¡¡Fye!! ¡¡Doumeki!! ¡¡Doumeki!!- se volvió hacía el cuerpo de su amigo inconsciente -¡lo encontré!
Doumeki apareció guiándose por el sonido de su voz, traía una linterna consigo, en cuanto vio a Watanuki justo al lado del cuerpo de un Fye inconsciente se apresuró hasta ellos. Wata observó el lugar, cerciorándose de que Fye hubiese estado solo y en efecto, no encontró rastro alguno que le indicara que Kuro y Tomoyo hubiesen estado cerca, esperaba que ellos se encontraran a salvo. Notó entonces que aquel niño tan parecido a Fye ya no estaba.
-hay que llevarlo al hospital- dijo Doumeki alarmado por el estado del rubio mientras le cargaba en sus brazos, se las arreglaron para subir los tres a la motocicleta y volver lo más rápido que pudieron.
…..
Más tarde Fye ya se encontraba estabilizado en una habitación de hospital, había estado en un gran riesgo pero por fortuna no le había pasado nada grave o al menos eso les informó el médico. Doumeki le observaba por la ventanilla del pasillo pues el rubio seguía inconsciente, mientras, Yuko y Watanuki esperaban sentados en las sillas que había en el mismo pasillo, la pelinegra había conseguido convencer al dueño del hotel para que se organizara una nueva búsqueda de inmediato luego de que ambos chicos lograran encontrar a Fye en alarmantes condiciones, ahora sólo quedaba esperar a que lograran encontrar a Kurogane y a Tomoyo en la montaña.
Watanuki suspiró, miró al otro extremo del pasillo, un área solitaria o casi, un pequeñín se encontraba sentado en una de las sillas mientras mecía sus pies en el aire… el pelinegro se levantó, fue hasta donde aquel niño y se sentó a su lado en silencio…
-los doctores dijeron que estaría bien- comentó Watanuki.
-… lo sé- dijo con tranquilidad sin dejar de mecer sus pies, uno a la vez.
-¿tú eres su…?- dejó la pregunta al aire esperando a que el rubiecito respondiera, éste le miró, tenía una bonita sonrisa y parecía feliz.
-¿sabes? Eh intentado acercarme a ti directamente, pero- miró en dirección a Doumeki que seguía pendiente de Fye –él no me lo ha permitido, no a propósito, claro.
-….- Watanuki le miró también, así que de eso se trataba.
-lamento si te asuste, tuve que tomar la forma de Fye para poder llamar tu atención
-hm, has sido listo
-¬.¬ no me trates como si fuera un niño u.u
-¿y no lo eres?
-prácticamente tengo la misma edad que Fye- dice con orgullo, el mismo orgullo infantil que siente un niño por decir que ha crecido.
-pues, él no es muy maduro que digamos- le sonríe de lado esperando que comprenda la broma
-lo sé, creo que lo inoportuno lo lleva en las venas ^-^
-¿eh?- no comprendió aquello
-no le digas a Fye sobre esto- dice el pequeño en tono más serio bajando la mirada
-¿bromeas? Pensará que le miento- dice intentando bromear pero, un doloroso recuerdo le impide hacerlo, le lastima.
-ojala él pudiera ser como tú, que pudiera verme- dice mientras su mirada se torna nostálgica.
-no es algo muy bueno, creo que se trata de una maldición, no todos los espíritus son como tú
-….- el pequeño rubio no responde, piensa lo mismo, sería genial poder hablar con Fye y con su... papá, sonríe por dentro, tal vez sí siga siendo un niño después de todo.
-pero… puedo decirle algo de tu parte- ofreció amablemente.
-….- le mira… sonríe y niega despacio con la cabeza –tengo mucho y nada que decirle
-….
-Spasibo, Ya dolzhen idti (gracias, tengo que irme)
-¡espera! ¿cuál es tu nombre?
- ^-^ probablemente Fye te lo diga- entonces se desvaneció…
-…..- Watanuki sonrió –gracias a ti
La cosa volvió a mejorar, pudieron encontrar a salvo al moreno y a la chica, al día siguiente Fye despertó y en cuanto se enteró de lo que pasó con Kurogane fue de inmediato a buscarle sin permitirle a Watanuki contarle nada más, se sentía tan preocupado que sólo podía en pensar en ir a verle y cerciorarse de que su Kuro se encontraba a salvo, pero… la escena que encontró le hizo cambiar de opinión…. Sus ojos se humedecieron y retrocedió tras sus pasos para alejarse de ahí sin hacerse notar…
-lamento que pasara todo esto- dijo Kurogane mientras abrazaba a Tomoyo
-a pesar de eso me quedan bonitos recuerdos- dice la chica, ambos se sonrojan y se separan sutilmente -…. El medico dijo que no era tan grave y que en algunas semanas estaré como nueva
-me alegra escuchar eso- dice sinceramente alegre
Ambos se miran en silencio, tal vez no hay más que decirse por el momento, se sonríen, las amigas de Tomoyo llegan en ese momento, están visiblemente muy preocupadas por ella a pesar de que Tomoyo intenta tranquilizarlas diciéndoles que todo está bien, Kuro se escabulle entonces hacía la puerta para marcharse no sin antes regalarle una sonrisa de despedida a Tomoyo, la chica corresponde dulcemente y él sale. Suspira pensando en una sola persona, quiere verlo, se pregunta si Fye también quedrá verlo, al menos él siente una intensa necesidad de verle pero… se desilusiona, el rubio ni siquiera ha venido a verle ahora que se encontraba herido, probablemente Fye no quería verle a él, la idea le destroza …
…..
…..
Se sentía cansado, las últimas emociones que había pasado le tenían agotado tanto física como mentalmente, sin embargo y a pesar de ello había decidido asistir a un espectáculo sobre hielo que hacían en el lugar todos los años en un lago congelado, había luces, vestuarios muy dedicados y llamativos, sí, será bonito verlo, además de que eran las últimas horas de su viaje escolar pues mañana a primera hora regresarían a casa. Sintió como su novio le abrazaba por la espalda y le besaba el cuello, ahora que lo piensa, Doumeki también debe de estar agotado por todo lo que pasó.
-espero algún día me cuentes todo lo que pasó- le susurra Doumeki cerca de su piel ocasionando que se erice.
-… sí, algún día- responde mirando hacía el lago, el espectáculo está por comenzar. Gira su cara hacía el más alto, éste mira el espectáculo atento y Watanuki se pregunta qué pasará cuando le diga “esa” verdad ¿lo entenderá? ¿le creerá? ¿lo rechazará como todos los demás? No quiere seguir pensando en ello, se abandona en su pecho y en sus brazos, aspira su aroma, no hay nada mejor.
Yuko observa el espectáculo desde una mesa, tiene una buena vista hacía el lago y a la puesta de sol mientras se daba paso a una noche mágica, mira al dueño del hotel frente a ella y le sonríe, brindan y esperan por el espectáculo.
Solo en la habitación, las luces permanecen apagadas, no tiene ánimos de salir, se encuentra recostado sobre su cama, sus ojos rojos se pierden en algún punto mientras piensa en él… y en su ausencia, no le ha visto desde ayer cuando le dejo antes de salir con Tomoyo a la carrera de esquíes, se pregunta ¿dónde estará ahora? ¿en el espectáculo como todos? Acaso ¿ya no resiente su ausencia?... ¿será que todo acabó entre los dos? No quiere eso.
-… Fye
Caminaba sobre las calles solitarias, al parecer todas las personas han ido a ver el famoso espectáculo en el lago, a él le gustaría también más desiste de ello, teme encontrarse con otra escena como la de esa mañana; Kurogane y Tomoyo abrazados, tan cerca, tan…
-estúpido Kurogane- murmura, al poco siente los ojos arderle y humedecerse –mi estúpido Kurogane- dice con ternura mientras dos fugaces lágrimas escapan de sus orbes y piensa que, dolorosamente, tal vez ya no sea tan suyo.
Una bola de nieve le da en la cabeza, se gira sorprendido ¡ese era un acto a traición! No encuentra a nadie -¿eh?... JA-JA muy gracioso- grita molesto para quien sea que haya lanzado la bola de nieve, se vuelve para continuar su camino, entonces la escucha, una risita ahogada de un pequeño, se vuelve de prisa para esta vez pillarlo pero… no encuentra nada y, extrañamente su recuerdo viene a la cabeza, mira al cielo, el viento acaricia sus rubios cabellos -… Yuui.