Cap28# “Yuui”
Kurogane no tardó demasiado en volver con la prueba de embarazo recién comprada e inmediatamente Fye se encerró en el baño para realizársela. Al rubio le parecieron siglos el tiempo que permaneció encerrado tan sólo esperando a que los resultados fueran arrojados por la prueba. Por su parte el moreno daba vueltas por toda la habitación hasta que finalmente vio a Fye salir, se apresuró a él no por la ansiedad de saber el resultado sino más bien por lo pálido que le notó, además de que sus ojos estaban muy húmedos. Pensó muchas cosas con eso pero el moreno espero a qué fuera el mismo rubio quien le dijera todo.
-….- tomó aire con dificultada antes de soltar las palabras: -tendremos un bebé…- sonrió tiernamente –tendremos un bebé ¡un bebé!- le saltó encima abrazándose a él sin poder evitar comenzar a reír de la pura felicidad ¡Yuui tendría un/a hermanit@!
-…- Kuro correspondió sonriente, Dios, un bebé ¡¡un bebé!! y estaba justo ahí, creciendo dentro de Fye. No pudo evitar el impulso de tomar el rostro de su hermoso amante para plantarle un beso de lo más apasionado, aunque casi al instante la euforia del momento fue viéndose aplastada por un pensamiento que, aunque agrio, era muy cierto, aquella no era más que una prueba de embarazo cacera para mujeres, no sabía que tan verídico sería con un hombre doncel, así que no podía simplemente dejarse llevar, ni mucho menos dejar que Fye se ilusionara sin estar 100% seguros.
Cuando Fye estuvo más recuperado de la noticia el moreno abordó el tema, tenían que hacerle una prueba en un hospital para cerciorarse de que en realidad se tratara de un embarazo antes de continuar ilusionándose o de decírselo a Yuui, todo en caso de que llegase a ser una falsa alarma, cosa que sería dolorosa. Si bien Kuro no intentaba ser un ancla en la alegría que Fye mostraba en aquellos instantes, tampoco quería que después su amado sufriese una desilusión de aquella manera.
-¿crees que sea un niño o una niña?- preguntaba Fye desbordando emoción, ambos estaban recostados en la cama abrazados el uno al otro.
-no lo sé…
-ya quiero decírselo a Yuui
-ya te dije, tendremos que esperar
-¡y a todos!
-Fye- dijo en un cansado suspiro ¿ya mencionó de la linda cualidad que comparten tanto Yuui como Fye para con él?
-¿¡cómo le llamaremos!?
-primero hay que asegurarnos y ya después…- besa sus labios con ternura –pensamos en todo lo demás.
-….- Fye hace un tierno pucherito, pero sabe que Kuro tiene razón. Le regala un último beso antes de volver a incorporarse –hay que cenar, llama a los niños- le pide mientras él va a la cocina para alistar todo.
Kuro suspira y se levanta para hacer lo que el rubio le ha pedido. Al llegar al cuarto de Yuui no puede más que sorprenderse, si bien luego de la llegada de los 4 nekos las enormes ciudades que el peque armaba con cubos y que abarcaban gran parte de la habitación, habían desparecido, naturalmente luego de los numerosos ataques de los “enormes” felinos (al menos para los habitantes de las pequeñas ciudades) y de que Yuui se haya rendido de intentar hacer las reconstrucciones para casi al instante tener otro “ataque”, así que desistió de ello, pero ahora ahí estaban las ciudades de regreso, dificultándole entrar con comodidad por miedo a hacer un falso movimiento y derrumbar todo ¿cómo es que Yuui tenía tanta paciencia para hacer todo aquello? aunque ahora está claro que el peque rubio había tenido una gran colaboración con su huésped invitado.
Yuui y Subaru jugaban entretenidos, al parecer ambos se llevaban bien, cosa que tranquilizo al moreno. –niños a cenar, vamos.
-¿podemos pedir una pizza? Subaru quiede- menciona Yuui con una hermosa sonrisa. Si Kuro no le conociera tan bien podría decir que era una muy inocente pero ya conocía algunos de los trucos de su angelito.
-y Yuui también quiere ¿no?- le pregunta al rubio, a sabiendas de que seguramente el peque pelinegro ni siquiera ha mencionado la pizza en todo su transcurso en la casa. Tras un pequeño mohín por parte del rubiecito al verse descubierto los tres se dirigieron a la cocina para cenar.
Al terminar Fye anunció un baño para Yuui y como Subaru estaba presente pues le invitó a tomar el baño también, así que luego de reposar sus alimentos los tres fueron a llenar la bañera de las habitaciones de Yuui y éste último comenzó a meter al agua algunos de sus juguetes. Fye comenzó a quitarle la ropa al rubio y cuando estuvo desnudo le ayudo a meterse en la tina, mientras tanto Subaru había intentado quitarse la ropa solito pero se le dificultaban algunas prendas, Fye sonrió enternecido.
-te ayudo- se ofreció y sin esperar respuesta le quitó la ropa, pero quedo un poco desconcertado al quitarle la ropa interior…. observó en las nalguitas del pequeño algunas marcas, unas más recientes que otras pero aun visibles –Subaru… ¿tus papás te pegan?- preguntó con el corazón encogido.
-¿¡eh!? n-no- respondió nervioso.
Con cuidado Fye le metió en la tina frente a Yuui para que ambos peques pudieran jugar sin preocupaciones mientras les bañaba. Una vez alistados y limpios les llevo a la habitación para secarles y ayudarles a poner sus respectivas pijamas, cepilló sus cabellos y les acostó arropándoles con ternura en la cama de Yuui.
-buenas noches, que tengan dulces sueños- susurró dejando un besó en la frente de Yuui y otro en la de Subaru. Una vez que ambos pequeños se dispusieron a dormir apagó las luces y regresó con Kuro.
Ambos se recostaron abrazados, regalándose el calor mutuo.
-¿sabes, Kuro? creo que golpean a Subaru- dijo tristemente.
-¿eh?
-vi algunas marcas en su cuerpo.
-algunas veces es necesario- comentó mientras sus ojos se iban cerrando a causa del cansancio.
-¿¡qué!? pero…
-¿me dirás que tu padre nunca lo hizo contigo para educarte?
-… pues…
Flash Back
-ese chico no me gusta, quiero que te alejes de él- dijo su padre Ashura en tono molesto, uno raro en él.
-pero…
-…. ¡ya dije que quiero que te alejes de él!- alzó la voz sin permitirle terminar -¡es un…! ¡ah! ¿¡viste acaso el cómo te miraba!? y además su mano estaba a punto de tocar tu…
-… ¡es mi novio!- esta vez fue el rubio quien le interrumpió de forma imprevista y demasiado abrupta.
-¿qué?- la cara del mayor se descompuso, en definitiva rogando al cielo por haber escuchado mal, su hijo no podía estarle diciendo que era novio de una “bestia bruta calenturienta” como esa, no, en definitiva no podía ser cierto.
-Kurogane… es mí, novio.
Y entonces ¡PAZ! el rubio ni siquiera vio llegar la bofetada que se estrelló contra su mejilla.
End Flash Back
-sólo fue una vez- agregó Fye.
-lo ves- dijo somnoliento.
-pero no lo entiendes, las marcas no parecían ser de una sola vez, además, qué puede haber hacho Subaru para recibir un castigo tan severo ¡tiene cuatro años!
-con Yuui podría hacerte toda una lista- dijo ya más dormido que despierto.
-¡Kurogane!
-¿qué?- dijo con una mueca, Fye acaba de arrancarle de lo que pudo haber sido el comienzo de una hermosa ensoñación y noche de paz.
-… no me gusta, ¿y si hablas con Seishirou?
-¿y qué le digo? “oye, vi el cuerpo desnudo de tu hijo” reconoce que se oye pésimo. Además, yo no creo que….
-… ¿¡no me crees!?- preguntó alterado.
-es que, no es eso… pero… Seishirou adora a ese niño, no creo que...
-¿entonces soy un mentiroso?- preguntó molesto.
-no estoy queriendo decir eso... tan sólo…
-… idiota- murmuró molesto al tiempo que se removía en la cama alejándose de los brazos del moreno, le dio la espalda dando por terminada aquella conversación.
-Fye, esto es absurdo- dijo intentando acercarse a él pero el rubio se removió alejándose aún más. Suspiró agotado, mañana sería otro día, se dijo a sí mismo y también le dio la espalda para dormir.
Al día siguiente Kurogane se fue a dejar a Yuui al preescolar antes de ir a su trabajo y Fye se encargó de acompañar al pequeño Subaru hasta su casa. El auto de Seishirou no se encontraba aparcado en el jardín por lo que el rubio pensó que quizá sería un buen momento para hablar con la madre del pequeño. Tocó el timbre y no pasó mucho tiempo antes de que tuviera en frente a la madre de Subaru, una joven de cabellos pelinegros con destellos rojizos y ojos de color verdes.
-hola, no nos habíamos presentado, soy Fye- le extendió la mano.
-Sayuri- dijo la mujer con simpleza al tiempo que correspondía su saludo.
-muchas gacias por haberme cuidado- dijo el pequeñín educadamente antes de entrar a su casa.
La mujer estaba por hacer lo mismo cuando Fye la interrumpió, comenzó a decirle que había algo de lo que le gustaría hablarle, el rubio intentó ser lo más sutil posible al momento de abordar el tema, esperaba que Sayuri fuese más comprensiva y hablase con su pareja al respecto, sin embargo….
-¿¡quién te ha dado derecho en entremeterte en la forma en la que educamos a nuestro hijo!? ¡ocúpate de tus propios asuntos!- dijo muy molesta y sin más le cerró la puerta en la cara.
-….- el rubio estaba muy sorprendido por tremenda reacción, observó el lugar un poco más pero se dio cuenta de que no podía hacer nada así que muy contrariado e intranquilo regresó a su propio hogar a alistarse para el trabajo.
oOoOoOo
-¡eres un esclavo inútil!- gritó Hatori completamente frustrado.
-…- Yuui le ignoró como venía estado haciendo cada que a Hatori le daba por hacer una rabieta, aquello parecía convertirse cada vez más en alguna especie de espectáculo cómico para aquellos que observaban, que molestia, suspiró con pesadez, ahora Hatori hablaba y hablaba de lo mal esclavo que era, que no era justo que sólo hiciera algunas de las cosas que le ordenaba, que no conocía ningún libro de los derechos de los esclavos del cual él, por cierto, tampoco tenía ni idea de su existencia, tan sólo lo había mencionado como un recurso contra Hatori e increíblemente le funcionó, ahora podía permitirse no cumplir con algunas de las ordenes absurdas de su compañero pelinegro.
-¡ahhh!- gritó con frustración, para ese entonces ya estaba agotado, sí, era agotador tener a un esclavo como Yuui ¡pero de ninguna manera le dejaría libre! se negaba u.u aunque lo único bueno que había sacado de eso era que había podido alejar a la bola de manteca de Yuui –quiero un jugo u.u#
-aww- el peque rubio hizo un pucherito. Resopló y se dirigió al comedor con las filas enooooooormes de niños ¬.¬ por algo su Fye-mami le hacía el almuerzo en casa, además de que los emparedados de su Fye-mami eran deliciosos ^w^
oOoOoOo
-Ayame, saldré por un momento- mencionó Fye acercándose al escritorio de la chica pelirroja.
-de acuerdo, pero ¿a dónde vas?- preguntó curiosa, era extraño que el rubio saliera de improviso en horas de trabajo, y más que luciera tan misterioso.
-se-cre-to.
-uno muy bueno me parece, tienes que contarme- insistió la chica con emoción.
-claro, una vez que vuelva- le guiñe un ojo complicemente.
-¡¡ah!! no quiero esperar TT.TT bueno, de acuerdo, yo te cubro ^w^
-gracias *u* bueno, me voy- dijo y se escabulló muy contento.
En realidad no podía esperar más, así que salió para ir a un centro médico para que le realizaran las pruebas de embarazo. Al terminar le dijeron que los resultados le serían entregados en tres días ¡tres largos días! apenas si podría con la ansiedad por saber los resultados, dio las gracias a la enfermera que le atendió y se marchó con la certeza de que ahora sólo debía esperar un poco más, un poco más para poder decirlo y creérselo él mismo, aunque sinceramente ya se había hecho a la idea de un nuevo miembro en su familia. Envió un mensaje a Kuro para informarle y compartir de ese modo todas las sensaciones de la espera, juntos, como lo que eran, una pareja, unos probables padres… sonrió, era tan diferente a la sensación de cuando le dijeron que Yuui; quien en ese momento no era Yuui; vendría al mundo….
Flash Back
-¿¡¡se ha vuelto loco!!?- preguntó Ashura completamente molesto y alterado ¿¡qué clase de medico era ese que le decía que su hijo varón estaba esperando un hijo!?
-tranquilícese por favor- el medico comenzó entonces a explicarles sobre los “doceles” y lo que consistía ser uno, que podían concebir vida y otros cuantos detalles más…
…. Por su parte el chico rubio había dejado de escucharlo hacía mucho, se había puesto completamente pálido apenas escuchó que estaba en espera de un bebé… él iba a tener un bebé…. un hijo o hija… a sus apenas 19 años… ¡no podía ser cierto! no quería que fuera cierto, algo tuvo que haber salido mal, los resultados obviamente estaban equivocados, por supuesto que él no podía estar “embarazado”… no, no ¡¡tenía que haber un error!! ¡no estaba listo para ser padre! ni siquiera quería un hijo. Con terror observó su vientre, el lugar donde supuestamente estaba creciendo vida.
-estúpido Kurogane- murmuró.
Y una vez que tanto su padre como él lo aceptaron y se marcharon de regreso a casa todo explotó. Su padre estaba molesto y él no sabía si por su embarazo o por qué había tenido relaciones sexuales o simplemente porque con las había tenido era con ese chico moreno que nunca le agrado y del cual repetidas veces le ordenó que se alejara.
-¡te dije! ¡¡te lo dije mil veces!! ¡te dije que te alejaras de ese bueno para nada! pero bueno, al parecer sí fue bueno para “algo”
-….- tan sólo escuchaba sin responder nada, las lágrimas no habían parado desde que salieron del consultorio de aquel médico y tan sólo tenía el certero deseo de no existir.
-….- Ashura se calmó un poco y dejó de reñir a su hijo, tenía que pensar con la cabeza fría, lo sabía –ya buscaremos la manera de arreglarlo.
-... ¿qué?- preguntó sin voz, no podía estar hablando de matarlo ¿cierto? era verdad que no lo quería pero era una vida después de todo, un ser indefenso que, por si fuera poco ¡crecía dentro de él! casi por instinto una de sus manos se dirigió a su vientre.
-no me refiero a abortarlo, claro- dijo para alivio de Fye –hay muchas parejas que no pueden tener hijos y buscan adoptar, contactaremos con alguna de ellas.
-¿hablas de… darlo?
-tú no estás preparado para esto, tienes un futuro por delante que no se puede arruinar por una noche de calentura y “ellos” están en busca de un pequeño para darle amor y cuidados.
-….
-me encargare de buscar a una buena familia que pueda ofrecerle lo mejor y que no le falte nunca nada.
-…. n-no- retrocedió un paso –lo reconozco, me asuste, aún tengo miedo pero…. no fue una “noche de calentura”, yo de verdad lo amo y Kurogane de verdad me amaba- más lágrimas descendieron por sus mejillas pero no llegaron en ningún momento a flaquear la determinación de sus palabras –es mi bebé y no me voy a deshacer de él.
-¡pero Fye!
-se va a quedar conmigo- dijo tomando con ambas manos su vientre aún demasiado plano como para dejarle sentir que realmente había algo ahí dentro, pero lo sabía, ahí estaba –yo soy su papá.
Tras estas palabras el rubio se fue a su habitación. Estaba un tanto molesto y sorprendido por la manera en la que su padre había reaccionado, Ashura no era una mala persona, y mucho menos un mal padre, pero quizá todo aquello había sido demasiado para el mayor, no lo culpaba ni lo juzgaba, su amor por él tampoco se veía afectado, eran sólo las emociones del momento y confiaba en que una vez que ambos se calmaran pudieran arreglar las cosas.
Después de dos horas Ashura tocó a su puerta y entró….
-antes de que intentes una estupidez como irte de la casa, quiero hablar contigo- dijo evidentemente más tranquilo, el rubio le observó atento esperando a que continuara –no me meteré en tu decisión, tampoco voy a desampararte en lo que necesites.
-¡….!- la cara de Fye se iluminó, era más de lo que había esperado. Estaba a punto de correr a abrazarle pero Ashura le detuvo.
-eso no quiere decir que le acepte.
-….
-lo detesto- dijo con cierto rencor mirando el vientre de su hijo –lo odio y lo voy a odiar siempre por ser el hijo de “él”
-….
Las semanas pasaron, tal como había dicho su padre continuó ocupándose de él, de sus gastos y de sus estudios, y aunque de vez en cuando observaba su vientre ya abultado con cierto odio a él le trataba tan bien como siempre. Pero pasados tres meses el rubio lo decidió (y en parte porque tardo juntando el dinero para hacerlo, dudaba que su padre se lo diera si supiera sus intenciones), decidió volver a Japón para formar una familia con el padre de su hijo, porque quería decirle a Kurogane que iban a ser a padres, que lo amaba y que dudaba mucho que algún día dejara de hacerlo.
Su padre se negó rotundamente, sin embargo Fye no cambió de parecer, tenía que volver con la persona que amaba, aunque habían terminado por una discusión y el orgullo de ambos, estaba seguro de que las cosas se solucionarían, después de todo no era la primera vez que discutían y se reconciliaban, se amaban y eso siempre había bastado, además de que ¡ahora existía una poderosa razón para estar juntos! su hijo. Así fue como Fye partió de regreso a Japón, algo que su padre le juró no perdonarle nunca… por lo que se distanciaron por largos años….
(cerca de 5 años después…)
El rubio no podía creer su repentina suerte, las cosas habían mejorado para él aparentemente luego de pasar la peor experiencia de su vida “perdido” en un país extranjero; Cuando Ashura le encontró aquella vez en U.S.A (por aparentemente una muy afortunada casualidad) todo fue muy tenso, ninguno sabía muy bien qué hacer, para Fye era más que el reencuentro con su padre luego de casi cinco años de no saber nada de él, también era el rayo de esperanza para volver a su vida a Japón con su pequeño (** hablamos del lapso en el cual se creía a Fye muerto) ¿pero para Ashura? ¿qué significado tendría aquello? ¿su padre continuaría molesto?....
Para sorpresa de Fye fue el pelinegro quien corrió a abrazarle y así, aferrándose a su cuerpo y entre lágrimas, le pidió perdón…. el rubio también lloró en su pecho desconsoladamente, volvió a hacer el pequeño de Ashura y se dejó llevar por la seguridad que le regalaba estar entre esos brazos, porque sin duda en todo ese tiempo le habían hecho falta, no sólo por la horrible experiencia que era el haber sido asaltado y dejado literalmente en la calle de un país lejano a su hogar, sino también por todas las noches que le extraño en silencio, en todas esas veces que necesitó de fuerzas para poder continuar porque nada de lo que había planeado se pudo realizar.
Una vez más recuperados Fye le contó todo, que las cosas no habían resultado como esperaba, que nunca pudo decirle a Kurogane que iban a ser padres y qué éste se había casado, bueno, aunque se había divorciado un año después, pero igual no habían vuelto a verse, ni lo harían, que había tenido que criar a su hijo solo pero que sus amigos le habían dado mucho apoyo con eso, y que ahora era el exitoso editor de una revista muy popular en Japón.
-es un niño encantador, en unos cuantos meses cumplirá 5, te enseñaría una foto pero también me la robaron- sonrió un poco luego de tanto llanto, lo que más ansiaba era ver a su niño de nuevo.
-…- por su parte Ashura estaba sin palabras, su hijo la había pasado realmente mal y él le había quitado su apoyo, se sentía tan molesto consigo mismo y con aquel bueno para nada (Kuro je), si lo hubiese sabido habría ido a romperle la cara en plena boda sin duda alguna.
-¿quieres saber su nombre?- preguntó contento.
-hm, claro- dijo Ashura sinceramente, ya no quería estar distanciado de su amada familia.
-“Yuui”
-…- su corazón se comprimió apenas escuchó su nombre. “Yuui”, como Yuui… sonrió agradecido y conmovido.
-y a Yuui… le gustaría mucho conocerte.
-¿le has hablado de mí?- preguntó sorprendido y con los ojos húmedos.
-por supuesto- le sonrió –y él siempre me pregunta cuando le llevare a visitarte, o que cuando vendrás tú a visitarlo.
-…
-ven conmigo a Japón, sé que si lo conoces no te vas a arrepentir.
-… me gustaría… sí, claro que quiero conocerlo…
y el resto, ya lo saben….
-¿po qué lloras? no llodes- pidió mientras una de sus manitas iba a la mejilla de aquel pelinegro.
-lloro de felicidad ¿sabes?
-tonto, no se llora de felicidad, tienes que sonreír
-…- lentamente y casi sin notarlo una sonrisa se formó en sus labios aun llorando de alegría -¿sabes… quién soy yo?
-….- el peque asintió –abu
-hm, sí- el mayor de larga cabellera negra alzo la mirada a Fye, éste le sonrió y asintió despacio, entonces abrazo con fuerza a su pequeño nieto, esa era la primera vez que ambos se veían, Yuui correspondió el abrazo, había esperado tanto para conocer al abu del que tanto le hablaba su Fye-mami.